domingo, 11 de diciembre de 2011

Berajot 50 - Jugar con comida

En esta nueva Mishná se nos enseñan algunas cosas: Una de aquellas cosas es que si somos tres personas, luego de terminar de comer, no nos podemos dividir y los tres debemos invitarnos, con el Zimun, para la bendición. Pasa lo mismo si somos cuatro o cinco, todos debemos bendecir de forma conjunta. En el caso de ser seis ya nos podemos dividir en dos grupos de tres, el número mínimo necesario para bendecir. Como vimos también el número diez es un número central por lo cual si somos doce no podemos dividirnos, ni tampoco si somos trece (en un zimun de diez y en otro de tres) debemos esperar a ser veinte. Pero este no es el tema que quiero trabajar hoy. El tema es el vino, la comida y qué hacer con la misma. 

El vino: La Mishná cuenta la postura de Rabi Eliezer que dice que no podemos hacer la bendición sobre el vino hasta que le hayamos agregado agua, los sabios dicen que incluso si no lo hicimos podemos bendecir. Para comprender los motivos de los sabios tenemos, en primer lugar, entender que en la antigüedad el vino era mucho más fuerte e intenso - y menos diluido - de lo que es hoy. Para que el vino sea "tomable" era necesario vertirle agua para rebajarle la intensidad, a esto se lo denominaba limzog. El vino crudo se lo llama iain jai y al vino rebajado se lo denominaba iain mazug. Toda esta perorata tiene un sentido que nos acerca a nuestro tema. Los sabios discuten en relación al iain jai en cuanto a si era permitido usarlo o no para netilat iadaim (para la limpieza ritual de manos). La discusión se cierra, según Rashí, ya que sólo se puede hacer netilat iadaim con agua. Hay otros comentaristas como el Rashbá que dicen que se podría hacer con vino pero fue prohibido por bizui ojlim, lo que vendría a ser "el desprecio de la comida" y este es nuestro tema central de hoy. 

Bizui Ojlim. Cada vez que tenemos algo de comida frente a nosotros debemos bendecir, bendecimos a D-s por haber dotado al mundo de una inmensidad de sabores y de placeres. Practicamos así nuestra capacidad de agradecimiento. Pero ¿la comida es solamente para comer? Enseñan nuestros maestros en el Tratado de Derej Eretz diferentes cosas que no podemos hacer con el pan. Una de ellas es poner dentro suyo carne viva ya que su sangre impurificaría y estropiaría el pan. Otras cosas que no se puede hacer con el pan es tirarlo. Ein Zorikin et hapat, no arrojamos el pan. En relación a esto se discute si el único alimento que no se puede tirar es el pan o esto también aplica a los demás alimentos. Lo que se esta poniendo en juego es qué se puede hacer con los alimentos más allá de comerlos. ¿Podemos jugar con comida? ¿Podemos, cuando alguien se egresa, tirarle huevos? ¿Podemos, cuando alguien se casa, tirarle arroz? La respuesta, en lineas generales, es no. Todo alimento que siendo arrojado se arruina, se desprecia y ya no tiene la posibilidad de ser comido no puede ser tirado. Con la comida no se juega, dirían nuestros sabios.

Se cuenta que en las épocas secas cuando los novios se casaban se les arrojaban nueces y otras comidas semejantes, pero cuando eran épocas de lluvia se prohibía. ¿Por qué? Porque las nueces, cuando no llovía, luego se podían recoger, limpiar y comer, pero cuando llovía se estropeaban y ya no estaban aptas para ser comidas. En mi comunidad siempre fue una discusión si se podía jugar o no con comida y al parecer lo que siempre establecimos corresponde a como se fijó la halajá (Oraj Jaim 171:1): podemos utilizar la comida para todo tipo de cosas con la única salvedad que no se estropeen y queden inservibles para ser comido. Ejemplo de esto se pueden jugar a juegos con comida, siempre y cuando, el resultado de esto es que luego se pueda comer. 

Halajá Lemaasé. Antes de comer debemos bendecir pero ¿qué pasa si me olvide y me metí comida en la boca? Hay tres opiniones diferentes: Unos dicen que uno lo tiene que tragar y después no bendice, uno dice que tiene que escupirlo, bendecir y después volver a comerlo y la tercer posición es que uno lo tiene que llevar a un costado de la boca, bendecir y después terminar de tragarlo. Como siempre la Guemará dice que estas no son posiciones antagónicas, que cada una resuelve un caso en particular. Si es algo líquido no queda otra que tragarlo y no bendecir. Si es algo sólido que se pudre o que ya no va a ser factible de ser comido si lo saco de mi boca debo ponerlo a un costado de la misma y bendecir. Por último, si lo que me introduje lo puedo sacar, bendecir y volver a comerlo así debo hacer. 

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