viernes, 29 de diciembre de 2017

Ketuvot 96 - Kivud HaRab

En el inicio de un nuevo capitulo del tratado de Ketuvot la Mishna nos habla de ciertas obligaciones que tiene la viuda para con los herederos del padre y viceversa. El Talmud luego nos comenta que las mismas obligaciones que tenía la viuda para con su padre la sigue teniendo para con sus herederos hasta que fallezca o se vuelva a casar. Los editores del Talmud en el medio de esta discusión traen otro ejemplo de obligaciones de una persona para con otra y nos dicen que las mismas obligaciones que tiene un esclavo para con su amo tiene un estudiante para con su maestro. Kivud HaRab (honrar al maestro) es un importante principio moral y religioso del judaísmo rabínico. Tal como se debe honrar a Dios, a los ancianos y a los padres según la literatura bíblica el Talmud nos enseña que también debemos honrar a nuestros maestros ya que ellos encarnan la sabiduría de la Torá. En este caso Rabi Ioshua ben Levi nos dice que las mismas acciones que un esclavo realiza para su amo un estudiante debe hacer para con su maestro excepto sacarle las sandalias. De la misma forma que si un amo le pedía a su siervo que le trajese agua o le abriese la puerte un estudiante tiene que hacer lo mismo para su rabino/maestro. 

Algunos maestros podrán y pensaban que no era necesario hacer de su alumno un asistente (o en aquellos tiempos un "siervo") y que no tenían porque pedirle que le traiga una cosa u la otra o que lo asista en alguna tarea o en la otra, sin embargo Rabi Iojanan nos dice que "Todo aquel que le niega a su alumno la posibilidad de ayudarlo le esta negando jesed (bondad)". ¿Qué quiere decir? Por un lado que quizás el alumno quiera de corazón ayudar a su maestro y demostrarle en acciones concretas su cariño y por el otro es una forma de cumplir una Mitzvá (Kivud HaRab) y si uno no se deja ayudar uno le está quitando al otro la posibilidad de cumplir aquel mandamiento. 

En el pensamiento rabínico cuando un hijo le trae un vaso de agua a sus padres o un alumno le abre la puerta a su maestro estas acciones no son consideradas como abuso de la autoridad ni inapropiadas, por el contrario son excelentes formas para establecer una relación de amor, compromiso y respeto e inculcar en el otro el valor del honor, del respeto ayudandolo también a cumplir una mitzvá y hacer un acto de jesed. Dejarse ayudar es también ayudar al otro.

martes, 19 de diciembre de 2017

Ketuvot 90 a 95 - Dividiendo herencia entre varias Ketuvot

En ocasiones hay mucho jugo en un solo folio talmúdico, en otras partes pasan varias páginas sin poder extraer mucho jugo. En mi humilde opinión el capítulo 10 de Ketuvot pertenece a esta segunda categoría. Por eso decidí unirlos y contar brevemente de que se trata y que es lo que discute el Talmud al respecto. Todo la Mishná de este capítulo trata acerca de que sucede cuando un hombre estaba casado con más de una mujer y él muere. Como ya hemos establecido cuando un hombre muere o se divorcia de su mujer esta (o sus hijos) tienen derecho a cobrar la Ketuva. Ahora bien ¿Qué ocurre cuando un hombre estaba casado con dos, tres o cuatro mujeres? Antes de responder a esta pregunta es importante remarcar que si bien la poligamia es una institución legítima en la Biblia y en la Halajá (por lo menos hasta el siglo XI d.e.c) no era muy común en la epóca rabínica que un hombre estuviese casado con más de una mujer. Ahora bien, de estar casado con más de una mujer, y de morir: ¿Cómo se debe repartir la herencia de aquel hombre?

La primera Mishná habla de un caso bastante sencillo en el cual si un hombre estaba casado con dos mujeres y luego muere la primera esposa tiene prioridad para cobrar la Ketuva. Ahora bien si un hombre estaba casado y es su mujer la que muere y luego este se vuelve a casar en el caso de que el muera los herederos de la segunda mujer tienen prioridad para cobrar la Ketuvá frente a los primeros. Más complejo es el caso de un hombre casado con dos mujeres y luego de todos ellos morir él hombre no dejo más herencia que para pagar las dos Ketuvot. La Mishná legisla que sin importar el valor real de las Ketuvot, los huerfanos deben dividir la herencia equitativamente, sin embargo si hay aunque más no sea un Dinar más cada uno cobra el valor de la Ketuva de su madre. Es decir que si un hombre dejo en herencia 300 zuz y una Ketuva era de 200 zuz y otra de 100 zuz, los herederos cobran 150 zuz cada uno sin importar el valor real de la Ketuva, sin embargo si dejó 301, unos cobran 200 y otros cobran 100. 

La Mishná, y luego el Talmud, analizarán casos más complejos de como dividir la herencia en el caso de que el hombre hubiera estado casado con tres o cuatro mujeres. Un dato interesante es que según la Mishná en Jerusalén era costumbre no solo anotar la fecha en los documentos sino también la hora en la cual los mismos fueron emitidos ya que si luego cuando quieran cobrarlos será más sencillo determinar quien tiene preeminencia sobre el otro. 

Espero que el onceavo capítulo de Ketuvot tenga un poco de más jugo!