lunes, 27 de octubre de 2014

Kritot 9 – El converso y los sacrificios

Estamos comenzando el segundo capítulo del tratado de Kritot. El mismo comienza enseñándonos un concepto: “Mejusrei Japara”, los faltantes de expiación. La Mishná se refiere a aquellas personas que deben traer un Korban Jatat pero no porque hayan cometido una trasgresión sino como parte de un proceso para terminar de purificarse. Algunos de los casos que enumera la Mishná son: Zab y Zaba, los hombres y mujeres que tienen algún tipo de secreción (generalmente de sangre en los órganos reproductivos) y aunque hayan ya realizado la Tebila (la inmersión en el baño ritual) no quedan totalmente purificados sino hasta que traigan un Korban Jatat. El mismo los habilita a comer luego de las diversas ofrendas que se presentaban en el Templo. En está categoría de Mujusrei Japara están también las parturientas y quienes contraen la enfermedad bíblica de Tzaarat. 

Rabi Eliezer agrega dos casos: el converso y el Nazir. Ambos deben traer un sacrificio para “completar” su estado y convertirse (nuevamente o por primera vez) en un judío como cualquier otro. Quiero detenerme en el caso del Ger, el converso. Según el Talmud el pueblo judío antes de recibir la Torá se circuncidó en Egipto, realizó una Tebila (una inmersión) los 3 días previos al recibimiento de la Torá y entregó un sacrificio para completar su purificación. Una vez que realizo estas tres “tareas” estuvo apto para recibir la Torá en el monte Sinaí. De esta misma forma, explica el Talmud, los conversos deben realizar estas tres acciones para ser parte del pueblo de Israel, tal como lo hicieron nuestros antepasados antes de convertirse en un pueblo al recibir la Torá. 

Hoy en día ¿Cómo hace un Ger para completar su conversión? El Brit Milá se puede realizar, la Tebilá también ¿Y el sacrificio? El Templo de Jerusalém no esta de pie por lo cual existen dos opciones: o que no pueda haber más conversos porque no pueden entregar su Korban Jatat o bien anular esta halajá. Al mismo dilema se enfrentaron los sabios de la Mishná. Una Braita anónima nos enseña que “en estos días un Ger debe separar ¼ de Dinar para su creador”. Es decir que como no existía el Templo ya en los días de la compilación de la Mishná los sabios decidieron que los conversos debían al momento de su Giur separar un dinero para eventualmente “cuando el Templo se reconstruya” comprar con el mismo el Korban estipulado. Sin embargo Rabi Iojanan ben Zakai anulo esta práctica. ¿Por qué? Porque los conversos separaban al comienzo ese dinero pero después le sucedía una eventualidad y necesitaban hacer uso del mismo y terminaban utilizándolo para cosas de Julin (cuestiones profanas) y no sagradas como era su destino. 

En pocas palabras, la halajá actual es: Brit Milá, Tebila y estudio de Torá. Nada de sacrificios ni de separar una suma de dinero.

domingo, 26 de octubre de 2014

Kritot 8 - El alto precio de las palomas

Hay ciertos korbanot en la Torá que prescriben que uno traiga dos palomos al templo de Jerusalém, como medio de expiación. El Talmud los llama Kinim. Por lo general traer dos palomos era mucho más accesible que traer un cordero u otro mamífero. Las mujeres que daban a luz o abortaban debían, como ya enfatizamos previamente, luego del periodo de purificación, traer un Korban al Templo de Jerusalém. El Talmud aclara ahora que lo que debían traer era dos pares de Kinim, es decir 4 palomos. 

En la Mishná se plantea una discusión: si uno tuvo 5 “abortos o nacimientos” ¿Debe traer un par de Kinim por cada uno o uno por todos? Los sabios estaban divididos, sin embargo en un momento se definió como que debían traer un par de palomos por cada aborto o nacimiento. Lo cual les generaba un gran costo a las parturientas, ya que los vendedores se aprovechaban y subían el valor de los Kinim. Una vez, se cuenta, un par de estos Kinim llegó a costar un Dinar de oro (un precio altísimo, ya que se calcula que un dinar de oro era equivalente a 25 dinarim de plata). Por ese motivo Raban Shimon ben Gamliel, que fue electo como Nasí (exilarca) de la comunidad judía 18 años antes de la destrucción del Templo de Jerusalém y que fue uno de los 10 sabios martirizados por los romanos, cuando se entera de esta situación y del alto costo impuesto para las mujeres pone su grito en el aire. Y él declara: “Por el Santuario de Jerusalem, no me iré a dormir esta noche hasta que su valor sea de 1 dinar de plata (es decir, 25 veces menor)”. Después de hacer estas declaraciones y protestar por el costo excesivo de los Kinim fue hasta el Beit Din y enseño que si una mujer tiene 5 “abortos o nacimientos” debe traer un solo par de Kinim por todos. Y al hacer esto reduce la demanda de palomos por lo cual el precio baja. La sugya termina diciéndonos que aquel día un par de palomos terminó costando ¼ de un Dinar de plata, es decir 100 veces menos que su valor de venta de esa mañana. 

Nuestros sabios nos enseñan que debemos defender nuestros derechos y que si los comerciantes se abusan de quienes quieren cumplir las mitzvot poniendo altísimos costos a los productos uno debe protestar. Raban Shimon ben Gamliel incluso transforma la halajá para reducir la demanda y la necesidad de palomos para que el precio baje. Ser judío es caro pero no debiera ser tan caro. Cuando en nuestros días vemos comerciantes que abusan de los consumidores, en especial en los precios de la comida Kasher, debemos reclamar y a veces la mejor forma de hacerlo es abstenernos por un tiempo de comprar ciertos productos de carne o quesos certificados, y comer otras cosas. Se cuenta que cierta vez en una ciudad los precios del pescado se dispararon. Y el rabino decretó que nadie compre pescado para sus cenas de Shabat (el único día que se daban ese gusto) hasta que los precios vuelvan a bajar. Tiempo después el valor del pescado se desplomó ya que por semanas nadie compró.

Y así concluimos el primer capitulo de Kritot. 

viernes, 24 de octubre de 2014

Kritot 7 - Sacrificio por embarazo/aborto

Habló Adonai a Moisés y le dijo: 2 «Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer, cuando conciba y dé a luz un hijo varón, quedará impura durante siete días; como en los días de su menstruación será impura ... Cuando los días de su purificación se cumplan, ya sea por un hijo o una hija, llevará al sacerdote un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del Tabernáculo de reunión. 7 El sacerdote los ofrecerá delante de Adonai y hará expiación por ella. Así quedará limpia del flujo de su sangre. (Vaikrá 12:1-7)

Según la Torá cuando una mujer da a luz o cuando tiene un aborto, debe traer luego de dejar pasar un tiempo un sacrificio. Es más, no debe traer un solo sacrificio sino un sacrificio Olá (que se consumía íntegramente en el fuego) y otro Jatat (por el error o la culpa). No es este el momento para indagar en el porqué de este mandamiento ya que cabe preguntarse ¿De qué es culpable la mujer? ¿Por qué debe traer un korban Jatat? Sólo hemos traído a colación este tema ya que una nueva Mishná de Kritot nos habla del tema. 

Este tema surge ya que habíamos dicho que quien transgredía un mandamiento cuyo castigo es Karet de forma inintencional debe traer un Korban Jatat. Y de paso, los sabios nos enseñan algunas otras leyes y reglamentaciones en relación a este sacrificio. 

La Mishná recalca que hay mujeres que llevar un sacrificio y comen de él, otras mujeres llevan el sacrificio pero no comen y por último otras mujeres ni siquiera llevan un sacrificio (luego de haber dado a luz). La misma Mishná nos explica que las mujeres que tienen un niño o niña deben traer un sacrificio tras el parto, sin embargo si tienen un aborto a lo largo del embarazo solo deben traer un sacrificio y comer de él cuando el feto tenía “forma humana”, es decir, cuando ya llegó a un desarrollo importante. Si una mujer aborta antes de que el feto tenga una forma y apariencia “humana” no se considera a la madre “plenamente embarazada” y que parió por lo cual no debe traer un sacrificio ni debe comer de él. 

Hay mujeres que deben traer un sacrificio pero no deben comerlo ya que su condición no es certera. Por un lado no deben dejar de traer el sacrificio ya que pueden ser que estén dentro de la categoría que requieren un sacrificio de este tipo pero por el otro lado no deben comerlo ya que si lo comen y no debían hacerlo están trasgrediendo un mandamiento. Entre los ejemplos que pone el Talmud esta la madre que aborta un “feto” que no está seguro que forma tiene, es decir, si entra dentro de la categoría de feto con forma humana o no. 

Por último las mujeres que abortan “agua”, “sangre” o “con forma de pececitos” (el Talmud es, muy a mi pesar, muy ilustrativo), o dentro de los cuarenta días de haber quedado embarazadas, no deben traer un sacrificio ya que esto no se considera un parto, ergo no entran dentro de aquella categoría bíblica.

jueves, 23 de octubre de 2014

Kritot 6 - Siman Tov uMazal Tov

El Talmud sigue enseñándonos sobre cómo se hacía la consagración del rey. Nos cuentan que a los reyes no se los ungía sino al lado de un manantial como señal para que su reinado sea eterno como aquellas aguas. Los sabios llaman a esto: Siman Tov, es decir, una buena señal. Los ungían en Gijon, en la parte sur de Jerusalém, donde había muchas aguas para que esto funcione como una buena señal, un buen augurio para su reinado. 

En el formato de asociación libre de los sabios del Talmud, un sabio comenta que si uno quiere saber cuál será su Mazal (destino o constelación, es decir: su suerte) en el año que comienza uno debe poner una vela al comienzo de Rosh Hashaná en una habitación donde no corra viento. Si al finalizar Iom Kipur la vela sigue encendida esto es un indicio (Siman) de que uno vivirá plenamente durante aquel año, si la vela se apaga… se podrán imaginar augurio de que será. Por las dudas no lo prueben en sus casas. 

Los sabios siguen diciendo: si uno esta pensando en hacer algún negocio y quiere saber si el mismo prosperará uno debe hacer crecer un gallo, si sale bello y bien, esto es un Siman de que el negoció será fructífero. Por último: si uno está pensando en viajar y quiere saber si volverá de aquella travesía uno debe entrar a una habitación oscura y ver la sombra de su propia sombra, si lo hace esto es un Siman Tov, un buen augurio. 

Un sabio anónimo, luego de escuchar todas estas historias sobre “simanim” (señales) dice: “Esto no es algo serio, ya que quizás esto le provoque una desazón en su alma y atraiga una mala suerte/destino a su vida”. Hermoso y sabio lo que dice, perdón la redundancia, este sabio. Estos augurios y señales son beneficiosos cuando los realizamos y nos dan un buen resultado. Esto nos da energías y fe en que triunfaremos en nuestros proyectos. Y sin embargo ¿si fallan? ¿No nos deprimiremos seguramente? ¿Podremos a pesar de todo seguir adelante con nuestra empresa? Seguramente fallaremos porque emprenderemos nuestros retos con miedo e indecisión, sin confianza en nosotros mismos ni en la ayuda divina. Será una profecía auto cumplida.

Podemos encontrarnos en la vida frente a muchos simanim, frente a muchas señales. Cada uno elige como leer los simanim que la vida le presenta. La tradición de Israel, sin embargo, nos llama a confiar más en nosotros mismos, en nuestras virtudes, y en la bondad de nuestro Creador más que en señales que nos pueden inmovilizar y que tienen la habilidad de transformar hermosos sueños en horrendas pesadillas. 

Y ahora sí, más que nunca, como solemos cantar: Siman Tov uMazal Tov, que podamos todos tener hermosas señales y buenos destinos. 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Kritot 5 - El aceite de la unción

Una de las 36 trasgresiones que conllevan la pena de Karet (“exterminio”) es “Hamefatem et Hashemen (quien prepara el aceite)”. ¿De qué aceite están hablando los sabios? Del aceite que preparó Moshé para ungir a los sacerdotes y a todo el mobiliario del Mishkan en los años de travesía por el desierto. Es decir: ese aceite no puede ser imitado y preparado por otras personas y mucho menos para usos seculares. Aquel aceite era sagrado y estaba restringido a ciertos usos muy particulares. 

El Talmud continúa narrando algunas cuestiones legales y anecdoticas en torno al aceite. Y en algunas de esas enseñanzas quiero detenerme hoy. 

El Talmud dice: los hijos de los reyes no necesitan ser ungidos con aceite mas los hijos de los sacerdotes, incluso del sumo sacerdote, necesitan ser ungidos. En la antigüedad los dos grandes líderes en cada generación del pueblo de Israel eran por un lado los reyes y por el otro lado los sacerdotes. Los primeros, nos cuenta el Talmud, si son meros continuadores y herederos del linaje real, una vez que asumen el trono no deben ser ungidos. Quienes deben ser ungidos son los reyes “nuevos” y sin linaje real como fueron Shaul o David. Sin embargo los sacerdotes, una cuestión que también se transmitía por herencia (es sacerdote quien su padre fuera sacerdote), debe ser igualmente ungido cuando comienza su tarea sacerdotal. 

¿Por qué esta diferencia? Se me ocurre pensar que los reyes representan la herencia material y político/social de nuestras vidas, mientras que los sacerdotes el legado espiritual e intelectual. Y nuestros sabios nos quieren enseñan que todos heredaremos el estatus de nuestra familia, nuestro apellido familiar y nuestra clase social. No hay nada que debamos hacer para heredar aquellas cuestiones que hacen a la “riqueza” material de nuestras familias. Sin embargo a nivel espiritual e intelectual somos nosotros, como los sacerdotes en cada generación, quienes estamos obligados a volver a ungirnos con aquel aceite. Cada uno de nosotros se debe renovar ya que el conocimiento y el trabajo del corazón no se heredan gratuitamente sino que es el fruto de un trabajo personal que todos estamos obligados a enfrentar. 


¿Cómo se los ungía? El Talmud aclara que si bien a ambos, al rey y al sacerdote se los ungía con el Shemen HaMishja (el aceite de la unción) a cada uno se le vertía el mismo de una forma diferente. Al rey se le vertía el aceite cual corona (alrededor de su cabeza de forma circular), mientras que al sacerdote se la hacía “Kemin Ji”, dice el Talmud, como una “Ji”. ¿Qué es una Ji? ¿Forma de que tiene una Ji? Rab Menashia dice: como una “ji” griega. Es decir, se le ungía el aceite sobre su cabeza con la forma de la letra griega “Ji”, algo así como una “x” latina. 


Quisiera terminar hoy con un hermoso Midrash sobre el Shemen HaMishja. En los Salmos (133) encontramos el siguiente pasaje: “!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que los hermanos estén juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3 Como el rocío de Hermon, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Dios bendición, Y vida eterna.” El Talmud nos cuenta que a Aharon le colgaban de su barba dos pequeñas gotas del aceite de la unción, que parecían dos piedras preciosas. Moshé, su hermano, siempre que veía aquellas gotas se preocupaba y decía: “Quizás, Dios no lo permita, hice un uso indebido del aceite de la unción” (es decir, le tire tanto –de más- que el mismo se está desperdiciando). Una voz celestial salió entonces y le dijo: “Como el rocío de Hermon, Que desciende sobre los montes de Sion”, tal como no puede haber uso indebido del rocío, así tampoco hay un uso indebido del aceite en la barba de Aharon”. Moshé entonces se tranquilizó. Sin embargo Aharon seguía preocupado y él se dijo: “quizás Moshé no transgredió pero yo sí”. Entonces nuevamente una voz celestial sale de los cielos y dice: “!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que los hermanos estén juntos en armonía!”, tal como Moshé no hizo un uso indebido tu tampoco lo has hecho.” 

martes, 21 de octubre de 2014

Kritot 4 - ¿Castigo en general o particular?

Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. La grosura de animal muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis. Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Adonai ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. (Levítico 7:23-25)
La Torá prohíbe comer la grasa/gordura/cebo (en hebreo: Jeleb) de tres animales: buey, cordero y cabra. De otros animales nos es permitido comer la grasa y la misma se denomina en hebreo Shuman.
No me quiero detener en esta halajá en particular sino en el tema en cuestión de nuestro tratado Kritot. Al final de este pasaje se nos dice que cualquier persona que comiera este “jeleb” será “cortado de entre su pueblo”. Es decir, como ya hemos enseñado, que si uno comete esta transgresión con conciencia y a sabiendas el castigo es Karet. Sin embargo si uno la transgrede “sin querer”, bishgaga, el castigo es el korban Jatat.
El Talmud plantea una discusión entre Rabi Ishmael y los Sabios en relación al primer versículo. Rabi Ishmael sostenía que si alguien transgrede sin intención y come el Jeleb de un buey, de cordero y de cabra (en un mismo “asado”, uno podría pensar) uno debe traer tres sacrificios por el pecado, uno por cada tipo de Jeleb. Mientras que los sabios insisten en que sólo debe traer uno por los tres. El tema en cuestión es lo que el Talmud llama: “lav shebijlalot” (el no de las “inclusiones”).
El Lav Shebijlalot se da cuando la Torá dice, como en este caso, no “no harás tal cosa, y tal otra, y tal otra, so pena de…”. La pregunta es si uno trasgredió dos de aquellas cosas que dice la Torá en un mismo momento ¿uno debe recibir un castigo o dos castigos? ¿Se suman las transgresiones y sus castigos o es más bien “un castigo colectivo” por todas aquellas cosas que el “no” incluye?

La Halajá sigue la palabra de los sabios: si un versículo incluye varias prohibiciones y luego una pena, si uno trasgredió más de una de ellas en un mismo momento el castigo se aplica una sola vez por todas y no una por cada una. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Kritot 3 - ¿Uno x uno, o uno x todos?

תלמוד בבלי מסכת כריתות דף ג עמוד א

המחלל את השבת. אמרי: שבת מ' חסר אחת הויין! א"ר יוחנן: תנא שגגת שבת וזדון מלאכות, דלא מחייב אלא חדא, דתניא: הנה שהיא אחת - שגגת שבת וזדון מלאכות. וניתני זדון שבת ושגגת מלאכות, דמחייב מ' חסר אחת! דתניא: +ויקרא ד'+ ועשה מאחת מהנה - פעמים שחייב אחת על כולן, ופעמים שחייב על כל אחת ואחת,

Uno de los ejes de la Guemará el día de hoy será en torno al dilema que presenta Shabat o la Avodá Zará (idolatría). Ambas Mitzvot conllevan una gran variedad de diversas prohibiciones. Comencemos con el paradigma de Shabat. El Talmud propone dos posibilidades:

1)      Shigegat Shabat veZadon Melajot: si uno no sabía que aquel día era Shabat (imaginemos a alguien que perdió la noción del tiempo y creyó que era domingo) y por ende cometió muchas transgresiones con intención (ya que al ser “domingo” no tenía porque no cortar, prender fuego, etc.); uno al darse cuenta que aquel día era realmente Shabat sólo debe traer un Korban Jatat, un sacrificio por el pecado y no 39 (o uno por cada una de las transgresiones que cometió).

2)      Zadon Shabat veShigegat Melajot: si uno sabía que ese día era Shabat y realiza diversas tareas prohibidas por error o sin saber que eran tareas prohibidas en el día de descanso uno debe traer un Korban Jatat por cada una de las transgresiones cometidas, en el peor de los casos: 39 sacrificios.


El caso del Tinok Shenishba lebien hagoim (el niño capturado por los gentiles). ¿Qué pasa si un niño judío es desde temprana edad tomado por no-judíos y educado como tal? De seguro va a transgredir muchos mandamientos pero de seguro que lo hará Bishgaga (sin intención), ya que a él no le enseñaron que esto o aquello estaba prohibido. En el momento que se entere que es judío ¿Debe traer un Korban Jatat por todas las transgresiones o un korban jatat por cada una de las transgresiones? Aunque sorprenda la respuesta de los sabios, o por lo menos a mi me sorprende, aquel niño raptado a temprana edad debería traer un korban jatat por cada una de las transgresiones que cometió. 

domingo, 19 de octubre de 2014

Kritot 2 - Las 36 transgresiones

תלמוד בבלי מסכת כריתות דף ב עמוד א

/מתני'/. שלשים ושש כריתות בתורה: הבא על האם, ועל אשת אב, ועל הכלה, הבא על הזכור, ועל הבהמה, ואשה המביאה הבהמה עליה, הבא על אשה ובתה, ואשת איש, הבא על אחותו, ועל אחות אביו, ועל אחות אמו, ועל אחות אשתו, ועל אשת אחיו, ועל אשת אחי אביו, (ועל אשת אחי אמו), ועל הנדה, והמגדף, ועובד עבודת כוכבים, והנותן מזרעו למולך, ובעל אוב, ומחלל שבת, וטמא שאכל קדש, והבא אל המקדש טמא, והאוכל חלב, ודם, ונותר, ופיגול, והשוחט ומעלה בחוץ, והאוכל חמץ בפסח, והאוכל והעושה מלאכה ביום הכפורים, והמפטם את השמן, והמפטם את הקטרת, והסך את השמן המשחה, והפסח והמילה מצות עשה. על אלו חייבין על זדונו כרת, ועל שגגתו חטאת,

Volvemos a las canchas. Luego de un tiempo donde estudié Talmud sin subir al blog todos los días un “reporte” de la página en cuestión, y luego de un tiempo donde no encontré el tiempo para estudiar siquiera, volvemos con todo.

Comenzamos hoy con el tratado de Kritot. He decidido comenzar ahora estudiando los tratados más “cortos” del Talmud, y entre ellos se encuentra Kritot con 28 páginas por lo cual en menos de un mes debiéramos estar terminando el mismo.

Kritot es el plural del término bíblico Karet. Karet, palabra de difícil traducción, es una de las penas capitales que la Torá nombra para las trasgresiones “más graves”. Es algo así como “exterminio”, “arrancado”, etc. No conocemos a ciencia cierta cómo se aplicaba esta castigo en tiempos bíblicos, quizás con una suerte de ostracismo, ya que la torá dice “Y será arrancada aquella persona del seno del pueblo”; sin embargo en el imaginario rabínico el Karet es una muerte no-natural por causa de una grave trasgresión. Este castigo es aplicado por las cortes celestiales (Iedei Shamaim) y no por las cortes terrenales.

Sin embargo el tratado de Kritot no trata sobre estas muertes sino sobre los sacrificios que se debían traer cuando uno realizaba una trasgresión que si uno la hacía con intención su pena era Karet pero si uno la realizaba por error o sin saber que era una trasgresión uno debía compensar aquella falta con un Korban Jatat, un sacrificio por el pecado.

Comienza la primera Mishná diciéndonos que hay 36  trasgresiones en la Torá que su pena (si uno lo hizo BeMezid, con intención) es Karet mas si uno lo hizo Bishgaga (por error) su pena es Korban Jatat. Entre las trasgresiones que ameritan esta pena capital se encuentran: las relaciones incestuosas y prohibidas, la idolatría, el impurificar el santuario y solamente dos mandamientos positivos: el no realizar el sacrificio de Pesaj y el no realizarle la circuncisión a un hijo.

La primera pregunta que se hará la Guemará es: ¿Miniana Lama Li? Es decir ¿Para qué necesitamos saber aquella enumeración? ¿Para qué la Mishná se gasto en decir que hay 36 trasgresiones cuyo castigo es Karet? ¡La Torá misma detalla cuales son estas 36 trasgresiones, no había necesidad de gastar el tiempo en transcribir y enumerar una por una!


Poner por escrito algo en el mundo antiguo era muy caro por lo cual sólo se escribía, o se recordaba, lo más importante y no lo “obvio” o lo conocido por todos. Cada vez que el Talmud se encuentre con una redundancia o con un dato “obvio” en la Mishná, como es el caso de enumerar las 36 trasgresiones conocidas por todos, los sabios se preguntarán cual es su sentido y su significado. En esta ocasión rabi Iojanan nos da la respuesta: porque si uno trasgresdió de un “saque” todas las 36 trasgresiones (vaya uno a saber cómo puede hacer todo eso en un periodo corto de tiempo) uno debe traer un Korban Jatat por cada una de las trasgresiones, es decir, realizar 36 sacrificios y no simplemente uno por todos.