lunes, 30 de septiembre de 2013

Sotá 30 - ¿Amor o temor?

 רבי שמעון בן אלעזר אומר: גדול העושה מאהבה יותר מן העושה מיראה, שזה תלוי לאלף דור, וזה תלוי לאלפים דור, הכא כתיב: +שמות כ+ לאלפים לאהבי ולשומרי מצותי, והתם כתיב: +דברים ז+ ולשומרי מצותיו לאלף דור. 

"Es más grande quien [cumple los mandamientos] por amor más que quien lo hace por temor". 

Rabi Shimon ben Eleazar nos regala en está oportunidad una enseñanza muy valiosa. ¿Cuál debe ser nuestra actitud con respecto a Dios? ¿Es preferible amarle o temerle? ¿Cuál debe ser la razón que yazca detrás del cumplimiento de los mandamientos? En diversos pasajes de la Torá se nos dice "Y amarás (Vehaabtá) a Adonai Tu Dios" en otros se nos ordena a tener "Iraat Hashem" (temor reverencial a Dios). ¿Cuál de las dos es preferible? 

Según nuestro sabio en el Talmud es más grande quien sirve a Dios, y cumple sus mandamientos, por amor más que quien lo hace por temor. La Torá en una oportunidad nos dice que quien ama a Dios tendrá una "recompensa" por dos mil generaciones mientras que quien le teme tendrá una por mil generaciones, de ahí deduce nuestro sabio que es más loable quien ama a Dios sobre quien le teme. Sin embargo la Torá nos da las dos opciones, no elige una, ambos son caminos viables y quizás necesarios en diversas circunstancias. Están quienes cumplen los mandamientos por temor al castigo o por el deseo de una recompensa; quienes constantemente están temiendo y sopesando sus acciones por miedo de recibir un castigo proveniente de la ira divina. Sin embargo, según Rabi Shimon, está no es la manera más elevada de servir a Dios. Quien lo hace a través del amor, y del compromiso con sus mandamientos, es más loado. Servir a Dios con amor y no a través del temor, cumplir los mandamientos al comprender que aquello es lo correcto y no por miedo a un eventual castigo o esperando deseoso un beneficio ulterior. 

domingo, 29 de septiembre de 2013

Sotá 28 - El y ella.

Comenzamos el quinto capitulo del tratado de Sotá. Los sabios de la época de la Mishná hicieron un gran jidush (propuesta novedosa). Leyendo atentamente el texto de la Torá en el cual se encuentran todas las reglamentaciones en relación a la mujer sospechada de adulterio encontraron que las aguas amargas no sólo afectan a la mujer sino también al amante. Dijimos ya que las aguas eran "mágicas" y que de comprobar que la mujer cometió adulterio las mismas entran a las entrañas, hinchan el vientre y hacen caer el muslo (Bemidbar 5:22) produciendo finalmente la muerte. Los sabios nos dicen que si la mujer es culpable en el mismo momento que las aguas comienzan a surtir efecto en ella, comienzan a surtir efecto en su amante. Ambos mueren por esas aguas amargas. 

sábado, 28 de septiembre de 2013

Sotá 27 - Isha veIshah

Esta es la ley de los celos, cuando la mujer (Isha) cometiere infidelidad contra su marido (Ishah)... (Bemidbar 5:29)

Los rabinos del Talmud se detienen frente a este versículo y afirman que el mismo está construido de esta forma tan particular para igualar al hombre y la mujer con respecto a las halajot de la mujer Sotá. En hebreo mujer se dice Isha pero también, cuando nos referimos al hombre (Ish) de la mujer podemos decir Ish shela o directamente Isha también. En este sentido, enseñan nuestros maestros, que para que se pueda aplicar la ley de la mujer sospechada de adulterio ambos, marido y mujer, deben ser "iguales". 

No es la primera vez que los sabios hacen difícil la aplicación de una ley de la Torá. Es sabido que los sabios talmúdicos intentaron en diversas ocasiones, de la forma que mejor pudieron, eliminar o hacer imposible ciertos mandamientos que aparecen en la Torá. ¿Por qué? Porqué estaban, por decirlo de alguna forma, en contra de la pena de muerte. En este sentido sólo se puede aplicar la pena de tomar de las aguas amargas si: 1) la relación matrimonial es correcta 2) y si es el marido quien la cela. Por otro lado aquí los sabios nos dicen que si uno de los dos es sordo, mudo, ciego, manco o rengo no se puede aplicar la pena de la mujer Sotá. Los mismos principios se anuncian en relación al Ben Sorer uMore. Los sabios no podían anular directamente una ley de la Torá pero sí podían hacer casi imposible su aplicación. 

martes, 24 de septiembre de 2013

Sotá 26 - El embarazo y las aguas

En el contexto en el cual los sabios especifican que mujeres deben tomar de las aguas amargas o no deben hacerlo, se nos enseña que una mujer embarazada de otro hombre o que todavía está en periodo de amamantamiento no debe volver a casarse. Es decir, por reglamentación de los sabios, si una mujer está embarazada o esta amamantando está no debe volver a casarse con otro hombre, si su marido murió o se divorció, sino hasta los 24 meses del bebe. El hombre si quiere casarse con una mujer de estás características debe esperar hasta que el bebé tenga dos años y que la mujer haya dejado de amamantar. 

En el contexto de las mujeres embarazadas se pregunta la Guemará ¿Puede una mujer encinta tomar de las aguas amargas? Recordemos que si la mujer es hallada culpable, es posible que muera inmediatamente a causa de las aguas. Si esto es así, el bebe que lleva en su vientre también morirá por causa de estás aguas. Rashí argumenta que si el hombre cela a la mujer, aunque la misma este embarazada, debe tomar de las aguas amargas sin importar lo que le sucederá a su hijo que lleva en el vientre. Sin embargo el Rambam considera que hay que esperar hasta que su hijo nazca para que esté no muera por "los errores" de la madre. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Sotá 25 - El perdón

¿Puede uno perdonar? ¿Puede uno arrepentirse? Sobre esta pregunta indagan los sabios del Talmud. Cierta vez los estudiantes de Torá le preguntaron a los sabios: "Un hombre que perdonó y ya no cela a su mujer ¿la sospecha sigue en pie o no?". Es decir: si un hombre sospechaba que su mujer se acostaba con otro hombre y le advierte que no lo haga más, y luego por algún motivo él decide perdonarla u olvidarse de "aquellos detalles" ¿Debe la mujer beber de las aguas amargas o no? ¿Sigue en pie el proceso o el perdón absuelve completamente?

Quien contesta a este interrogante es Rabi Ishaia que dice que aprendió sobre este caso y otros dos más de los sabios de Jerusalém. Ellos le enseñaron que si un hombre absuelve (majul, uno de los términos que utilizamos frecuentemente en Iom Kipur) a su mujer, allí se termina el proceso y todo queda como si nada hubiera pasado. Si un Beit Din decide perdonar a un Zaken Mamre (un sabio que no acepta el veredicto de sus compañeros en el tribunal rabínico) estos pueden hacerlo sin ningún problema y aquel hombre deja de ser un condenado a muerte. Si los padres de un Ben Sorer uMore (niño rebelde) deciden perdonar al niño el mismo queda perdonado. Estás tres mitzvot tienen la característica que quien puede perdonar fue el mismo que acusó en una primera instancia. El marido con respecto a al mujer Sotá, el Beit Din con respecto al Zaken Mamré y los padres con respecto al Ben Sorer uMore. Quienes acusaron son los que pueden dar marcha atrás el proceso y dejar sin efecto la acusación. 


domingo, 22 de septiembre de 2013

Sotá 24 - Las mujeres que no beben

Seguimos en nuestro estudio del tratado de la mujer sospechada de adulterio. En la primer Mishná del cuarto capitulo, aquel que hoy comenzamos, se nos dan diversas listas de mujeres que por algún motivo, si el marido sospecha que han cometido adulterio no deben beber de las aguas amargas pero tampoco deben cobrar la Ketuba. En el caso de una unión matrimonial consumada y valida si el marido cela a la mujer la misma debe tomar de las aguas para verificar o refutar los celos del marido. Si es encontrada culpable entonces el marido debe divorciarla y no le debe pagar su Ketuba. La Ketuba es el contrato matrimonial que estipula que en caso de defunción del marido o de divorcio la mujer cobrará un cierto monto de dinero para su manutención. 

Nuestra Mishná nos relata varios casos por no estar "plenamente" constituida la relación conyugal la mujer no debe tomar de las aguas si es sospechada de adulterio sino que el marido debe, si lo quiere, darle el divorcio sin pagarle la correspondiente suma estipulada en la Ketuba. Algunos casos que nos nombra la Mishná son: 

  1. La mujer comprometida. Si habían consumado al ceremonia de compromiso (erusin) pero todavía no se habían casado (nisuin) la mujer no toma y no cobra la ketubá.
  2. Una viuda con un sumo sacerdote. Cualquier unión que no era legitima desde un comienzo como una viuda con un sumo sacerdote o una bastarda con un judío, etc., las mujeres si son sospechadas de adulterio no deben tomar de las aguas amargas y son divorciadas sin la ketubá. 
  3. Otras mujeres que tampoco cobran la Ketuba ni toman las aguas para corroborar la sospecha son aquellas que dicen "yo te engañe" o "yo no tomaré de esas aguas". 
El Beit Din cela. Antes de finalizar es importante remarcar que un tribunal rabínico (Beit Din) tiene la capacidad de celar a una mujer, es decir: advertirle que no vuelva a hablar con cierto hombre, y llegado el caso que no cumpla con lo que dijo el tribunal pueden hacer que el marido la divorcie. No pueden hacerlas beber de las aguas amargas porque eso sólo lo puede hacer el marido. ¿En qué casos interviene el Beit Din? Cuando el hombre está incapacitado de hacerlo por sus propios medios. Si el marido es tonto, sordo, tiene alguna deficiencia, se encuentra en otro país o en la cárcel, el tribunal rabínico puede intervenir. 


sábado, 21 de septiembre de 2013

Sotá 23 - Los méritos no cuentan!

Hace algunos post (ver Sotá 20) comentábamos que según algunos sabios del Talmud las mujeres que tenían méritos por el estudio de la Torá, impedían que las aguas amargas surtieran efecto. Es decir, a pesar de que podían ser culpables de adulterio y que como consecuencia aquellas aguas "mágicas" debían matarlas inmediatamente por sus propios méritos ellas hacían que el efecto se retrase. Podríamos pensar: hermosa sugerencia de los sabios. Sin embargo en nuestra próxima Mishná encontramos algunos sabios que se oponen a esta idea. 

Rabi Shimon dice: "Los méritos no impiden que las aguas amargas cumplan su objetivo". Es decir: por más piadosa y estudiosa que haya sido la mujer, si ella cometió adulterio las aguas la matan inmediatamente. ¿Cuál es el motivo que lo lleva a Rabi Shimon a ser tan inflexible? Él aduce que de lo contrario, si las mujeres supieran que si ellas tienen méritos las aguas no cumplen su objetivo, ninguna de las mujeres confesaría antes su transgresión. En otras palabras, si una mujer sabe que tiene muchos méritos (zjuiot) por haber estudiado Torá y es conciente que transgredió y cometió adulterio aún así no lo confesaría porque sabe que al tomar las aguas va a parecer como si fuera inocente ya que no vana  tener ningún efecto. Y más aún dice Rabi Shimon. Si sostenemos que los méritos impiden que las aguas amargas cumplan su objetivo estaríamos transgrediendo el precepto de Motzí Shem Rá (sacarle un mal nombre) a muchas mujeres ya que la gente diría "ellas cometieron adulterios, sólo que no mueren porque tienen méritos". En otras palabras: estaríamos haciendo más mal que bien. 

De está forma completamos el estudio del tercer capitulo del tratado de Sotá.

martes, 17 de septiembre de 2013

Sotá 22 - ¿Quién es un Am Haaretz?

En el último post el Talmud se preguntaba ¿Quién es un tonto piadoso? ¿Quién es un malvado astuto? En esta oportunidad se preguntará ¿Quién es un Am Haaretz? Lo dejo sin traducción porque es muy difícil traducir al español este término tan complejo. Los sabios (jajamim) se diferenciaban a sí mismos de los amei haaretz (los hombres de la tierra, literalmente). Estos eran hombres de campo, simples y sin muchos conocimientos; en cambio los jajamim eran hombres sabios, sofisticados y dotados de amplios conocimientos (ergo también de poder). Como los amei haaretz no escribieron, sólo nos llego a nosotros la perspectiva de los jajamim.

Ahora bien, se preguntan los sabios, ¿Qué constituye a una persona en un Am Haaretz? ¿Qué es lo que lo hace ser simple o ignorante? Diversas opciones, como de costumbre, aparecen. Algunos dicen que son aquellos que no dicen el Shemá Israel a la noche y a la mañana. Uno dice que es aquel que no se pone los tefilin, otro dice que es aquel que no le pone tzitziot a sus prendas. Un sabio sospecha que es aquella persona que tiene hijos pero que no los educa en Torá. Sin embargo yo quiero detenerme en una última definición de Am haaretz: incluso quien estudio Torá y también Mishná pero no respeta las palabras de los otros sabios con más sabiduría es considerado un ignorante. 

Si uno tiene conocimientos, ha estudiado la Torá escrita y la Torá oral pero aún así no respeta y toma en consideración las enseñanzas de los sabios con más experiencia y conocimiento es considerado un Am Haaretz, un ignorante. Los rabinos a los estudiantes de Torá que no llegaron al grado de "enseñanza" y aún así enseñan los llaman "pequeños que no completaron sus meses". Los sabios son muy duros con aquellas personas (quizás yo debería estar incluido en esta categoría por todavía no haber recibido mi ordenación rabínica) que enseñan sin tener "todos los conocimientos necesarios". Los llaman malvados, tontos y soberbios. Su mayor preocupación es que enseñen palabras de Torá o de halajá de forma incorrecta y que por su error la gente termine transgrediendo algún mandato. Sin embargo los sabios también son muy estrictos con todas las personas que llegan a la edad y a la sabiduría necesaria para poder enseñar y no lo hacen. Estos son sabios que se abstienen de compartir su conocimiento y su Torá con los demás. También este es un grave error. Enseñar antes de tiempo y no enseñar cuando se posee la capacidad son ambas afrentas a la Torá. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Sotá 21 - Tontos piadosos y malvados astutos

"Los tontos piadosos y los malvados astutos traen la destrucción al mundo", así nos enseñaba la Mishná un folio atrás. Ahora bien ¿Quienes son los tontos piadosos (Jasid Shote) o los malvados astutos (Rashá Arum)? El Talmud, con ejemplos y no con teorías sofisticadas, los describe a la perfección. 

Jasid Shote: Generalmente los jasidim (piadosos) son alabados sin embargo en esta ocasión son tratados de tontos. El Talmud nos da un ejemplo de un tonto piadoso. Se trata de aquel hombre que escucha que hay una mujer ahogándose en el río y por no querer verla desnuda no la salva. Por "recato" y para no ver a una mujer desnuda deja que la misma se ahogue. Otro ejemplo que traen los comentaristas proviene del Talmud Ierushalmi en el cual se nos dice que un Jasid Shote es aquel que ve a un niño ahogandose en el mar y espera a sacarse sus tefilín (para que estos no se mojen y arruinen) para ir a salvar al niño. Finalmente el niño muere ahogado. El Rambam considera que un Jasid Shote es quien por su exceso de piedad pierde la cordura y la razón, su autoexigencia en exceso lo vuelve un tonto. Lamentablemente vivimos en un mundo con muchos tontos piadosos que por el cumplimiento estricto de su "ideología" (cualquiera sea esta) pierden el sentido común y el sentimiento de responsabilidad para con el resto de la humanidad. 

Rashá Arum: Los malvados astutos son aquellos que sin violar la ley abiertamente transgreden lo que esta "bien" o causan daño a otros. Algunos ejemplos para ilustrar. Según Rabi Iojanan un malvado astuto es aquel que antes de que llegue su contrincante en un juicio da todo su alegato ante el juez, al disponer de tiempo y sin que el otro pueda refutar el juez incluso antes de escuchar la palabra del otro litigante ya inclinó su balanza. Es un malvado (porque lo que hizo está mal) sin embargo es astuto porque no quebranta la ley de manera flagrante. Según Rabi Abahu es aquel que le da un dinar a un pobre para que llegue a los 200 zuz. Este malvado astuto al darle esta moneda al pobre le saca la posibilidad de recibir dinero de la Tzedaká ya que la linea de pobreza que marca el tratado de Pea para que una persona sea susceptible de recibir dinero de la Tzedaka es 200 zuz menos un dinar. Rabi Zerika dice que los malvados astutos son aquellos que son permisivos con ellos mismos pero duros con los demás.

Recordemos una vez más las palabras de la Mishná: "Los tontos piadosos y los malvados astutos traen la destrucción al mundo"

domingo, 15 de septiembre de 2013

Sotá 20 - Las mujeres y la Torá

Una de las discusiones centrales en todo el Talmud con respecto a las mujeres y el estudio de la Torá se encuentran en un pasaje que nos toca estudiar en el día de la fecha. 

Comencemos con la Mishná. En ella se nos advierte que si la mujer tiene Zjut (méritos, acumulados a lolargo de su vida) las aguas amargas retrasan su accionar por un tiempo. Es decir que si la mujer acumuló méritos a lo largo de sus años las aguas retrasan su efecto por un año, dos años o tres años y la mujer no muere inmediatamente. En este contexto el sabio Ben Azai dice: "por este motivo un padre esta obligado a enseñarle Torá a su hija ya que si le dan de tomar las aguas amargas ella pose méritos para retrasar el efecto". Aquí vemos a un sabio que sostenía que las mujeres podían y hasta era obligación de los padres enseñarles Torá ya que esto era considerado como un Zjut, un mérito para ellas. Sin embargo, inmediatamente, y está será lamentablemente la posición dominante del mundo judío por muchas centurias, Rabi Eliezer dice: "todo aquel que le enseña a su hija Torá es como si le estuviera enseñando cosas sin valor (u otros lo interpretan como: prostitución)"

Rabi Eliezer es de los hombres que sostienen que las mujeres no están intelectualmente tan preparadas como los hombres por lo cual cuando uno le enseña a una mujer Torá la misma saca conclusiones impropias y no puede entender el significado cabal de las enseñanzas de los sabios. Durante todo el medioevo los sabios consideraron que no era un precepto que la mujer estudiase Torá, ella debía hacer otras cosas. El hombre debía estudiar Torá y la mujer ocuparse que sus hijos y su esposo puedan estudiar. Ella era simplemente una facilitadora. Sin embargo la halajá establece que la mujer puede, si lo desea, estudiar Torá aunque no tenga la misma recompensa que los hombres ya que estos están obligados a hacerlo y lo hacen y las mujeres lo hacen sin la obligación. Durante la edad media los sabios discutieron hasta que límites llegaba la relación de las mujeres con el estudio de la Torá. Algunos decían que lo que prohibió Rabi Eliezer es el estudio de las fuentes rabínicas pero que la Torá escrita (los cinco libros de Moshé) las mujeres podían/debían estudiarlo. Por otro lado el Ramá enseñó que las mujeres estaban obligadas solamente a estudiar las secciones de la Torá y de la halajá que tenían que ver con sus propias vidas (por ejemplo: el tema de la Nidá). 

Torá vs. Mitzvot. En el Talmud no dan por sentado que el mérito de la mujer sea por el estudio de la Torá ya que nuevamente nos advierten que no puede ser un gran mérito (Zjut) para ellas ya que no están obligadas a estudiar. Por lo cual dicen que quizás lo que le da méritos y le permite seguir con vida son las mitzvot (preceptos) que cumplió a lo largo de su vida. Y aquí comienza una ardua discusión entre los sabios. Hay quienes dicen que la Torá protege más al hombre que los mandamientos, y otros que opinan lo contrario. La discusión es: ¿valen más las acciones o el estudio en sí mismo? La mayoría de los sabios sostiene que el estudio de la Torá trae más méritos que el cumplimiento de los preceptos. Algunos toman el siguiente versículo "Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza (Torá) es luz" (Mishlei 6:23) para enseñarnos que los mandamientos son como las velas, solo iluminan cuando estas están encendidas sin embargo la Torá, y su estudio, protegen siempre como la luz del sol. Una transgresión, anula un mandamiento mas ninguna tempestad puede apagar el fuego de la Torá. Finalmente es rabina quien nos enseña que el mérito que protege a la mujer es el estudio de la Torá, su propio estudio de las fuentes y su tarea al permitir que su marido y que sus hijos puedan estudiar Torá.

En nuestros tiempos es menester recordar y traer nuevamente a la vida judía las palabras de Ben Azai. Las mujeres tienen derecho, y la obligación, como los hombres de estudiar Torá. Ya que abrevar de la sabiduría de los sabios es un zjut, un mérito, para todo el pueblo judío. Las palabras de Torá son como el sol, protegen y dan vida a todo aquel que las estudia. 

sábado, 14 de septiembre de 2013

Sotá 19 - Procedimientos

Comenzamos a estudiar el tercer capitulo del tratado de Sotá. En esta oportunidad los sabios siguen describiendo con muchos detalles todo el procedimiento de como era el ritual de la mujer Sotá. Los dos elementos principales del ritual es el Korban Minjá (la ofrenda) y Mei Hamarim (las aguas amargas). 

En un primer momento el sacerdote le debe dar de tomar a la mujer las Mei Hamarim y luego se debía entregar la Minjá. El procedimiento para entregar la ofrenda era el siguiente: se la ponía dentro de un canasto y el Sacerdote junto a la mujer mecían (Tnufá) la ofrenda de arriba hacia abajo. Luego el sacerdote tomaba la Minjá y la llevaba hasta el altar, allí tomaba un Kometz (puñado) de la Minjá (que era producida a base de cebada y aceites) y la quemaba conjuntamente al incienso. El resto, como era costumbre, lo comían los sacerdotes. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Sotá 18 - Amén, Amén!

Y la mujer dirá: Amén, amén. (Bemidbar 5:22)

Luego de que el Sacerdote prepare estás aguas "mágicas" le hace un juramento a la mujer sospechada de adulterio y la mujer debe responder Amén (que así sea) sobre las maldiciones que anunció el Cohen. Sin embargo la Torá no dice que la mujer debe decir una sola vez "Amen" sino que debe decirlo, dos veces. Estás situaciones de repetición innecesaria son la pasión de los sabios del Talmud. ¿Por qué la mujer tuvo que decir dos veces Amen y no una sola vez? Muchas respuestas, como se imaginarán, nos traen los sabios. 

Opción 1) Una vez por la maldición y otra vez por la promesa. Un amén es por lo que le ocurrirá si ella cometió adulterio y el otro es porque ella jura no haber cometido adulterio. 

Opción 2) Un amén por el hombre del cual su marido la celó y otro amén por cualquier otro hombre. Es decir: cuando un marido obliga a su mujer a tomar de estas aguas debe hacerlo porque la vio encerrarse con un hombre especifico, sin embargo ahora antes de tomar de estas aguas también la hacen jurar que no se acostó con ningún otro hombre.

Opción 3) Una vez porque ella jura que nunca engaño y el segundo amén porque jura que nunca lo hará. Por el pasado y por el futuro. 

Amén para todos los gustos.

Así completamos el estudio del segundo capitulo del tratado de Sotá. 

martes, 10 de septiembre de 2013

Sotá 17 - Abraham y los mandamientos

La Torá nos enseña que una mujer sospechada de adulterio debe tomar de un recipiente agua en la cual fue vertida una Meguilá (un rollo con un texto escrito de la Torá) y con tierra. El Talmud se pregunta entonces sobre está extraña ley de verter tierra sobre el agua. 

Tierra: ¿Por qué se debía arrojar tierra sobre el agua? Los rabinos del Talmud tienen una respuesta muy original para darnos y así nos enseñan: "Porqué si la mujer es meritoria (y finalmente se descubre que no había pecado) saldrán de ella hijos como nuestro patriarca Abraham ya que él dijo sobre si mismo que él es "polvo de la tierra" (Bereshit 18:27); sin embargo si se demuestra que es culpable (de adulterio) entonces ella regresara al polvo". Es decir, la tierra que se le arroja al agua simbolizan las dos consecuencias disimiles que pueden ocurrirle a la mujer luego de abrevar de este agua. O bien puede tener hijos valerosos como Abraham (por cuanto él se llamo a sí mismo "tierra") o bien su destino es volver a la tierra ya que el tribunal rabínico le aplicaría la pena de muerte si la encuentra culpable. 

Mandamientos en nombre de Abraham. Según Raba varios mandamientos fueron producto de frases que pronunció el patriarca Abraham. Es decir, en honor a su vida nosotros hoy cumplimos ciertos mandamientos. Raba comprende que cuando él dijo "Yo soy polvo de la tierra" (Bereshit 18:27) no sólo estaba siendo humilde sino que provocó que sus descendientes tengan el merito de cumplir dos preceptos: el de la tierra de la Pará Aduma y el del polvo de la Isha Sotá. Estos dos mandamientos relacionados con el polvo y las cenizas tienen su origen en Abraham. Otros dos mandamientos también tienen su origen en una locución de nuestro patriarca. Cuando Abraham quería comprar un terreno para enterrar a su esposa Sará y a él le ofrecen entregarselo de forma gratuita él contesta: "que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo" (Bereshit 14:23). ¿Qué mandamientos se derivan de esta frase? Los hilos de los Tzitzit y la correa de los Tefilin. Ambas vestimentas que hasta el día de hoy los judíos observantes vestimos a diario son consecuencia según Rabá de aquella frase famosa de Abraham. Para finalizar. El Talmud se pregunta ¿Por qué los Tzitziot deben ser de color Tjelet? ¿Qué es lo meritorio de este color para servirnos de recuerdo de los mandamientos más que cualquier otro color? Ya que el Tjelet se asemeja al río y este se asemeja a los cielos y los cielos se asemejan a Dios. La mezcla del color azul tenue y el verde, que componen el Tjelet, nos ayudan a evocar la presencia misma de Dios y por esto fue elegido este color para los Tzitziot. 

lunes, 9 de septiembre de 2013

Sotá 16 - Modificando la Torá

Ya habíamos establecido que el sacerdote le debía entregar a la mujer sospechada de adulterio una fuente de agua y luego debe verter sobre la misma polvo (Afar). La Guemará se detiene y enfatiza que primero debe haber agua en la fuente y luego se debe arrojar el polvo que se debía encontrar en el mismo santuario y no afuera. Sin embargo el Talmud pregunta ¿Qué ocurre si no hay polvo (afar) pero sí hay efer (ceniza)? ¿Es lo mismo? ¿Pueden las cenizas cumplir la función del polvo? La ceniza es muy parecida al polvo mas los sabios no están seguros si cumple los requisitos de la Torá o debe ser solamente polvo lo que se arroja sobre el recipiente de agua. 

Para decirnos que solamente se le puede tirar polvo y no cenizas al agua para que de ella tome la mujer Sotá, el Talmud nos enseña que solo en tres casos (y este no incluye a esta discusión polvo/ceniza) la halajá echó por tierra y anuló la precisión de las ordenes de las escrituras. Siempre que la Torá ordeno realizar algún mandamiento con un objeto en particular, en este caso el polvo, la halajá (producción de los rabinos) no la modificó en lo absoluto. Por este motivo si en la Torá dice que se debe arrojar polvo, la halajá sólo permite que se le eche polvo y no ceniza. Sin embargo, en tres ocasiones y siendo concsientes del cambio que estaban produciendo a la palabra escrita de la Torá, los rabinos se dan el lujo de modificar un poco a lo enunciado en la Torá. En Vaikra 17:13 se nos dice que cuando uno mata a un animal se debe tirar su tierra al suelo y cubrirlo con polvo; los sabios expanden la ley y dicen que no es solo con polvo que se puede cubrir esta sangre sino con cualquier objeto que se le parezca. En relación al Nazir la Torá ordena que durante el tiempo de sus abstenciones el mismo no puede pasarse por la cabeza una navaja. Si nos deberíamos detener únicamente en las palabras de la Torá un nazareo podría no pasarse una navaja pero si cortarse el pelo con una tijera; sin embargo los sabios en este caso también extienden la prohibición a cualquier objeto cortante. Estos son dos ejemplos de los tres que según los propios rabinos, ellos mismos, decidieron cambiar y ampliar el significado de las palabras de la Torá. 

domingo, 8 de septiembre de 2013

Sotá 15 - El Nazir pecador

Un detalle. En el último post hablamos sobre los diversos tipos de Menajot (ofrendas) que debían ser entregados en el Templo. Por ejemplo cuando había que traer el Omer, una medida de cebada que era entregada cada día por cuarentinueve días desde Pesaj a Shavuot, está era acompañada de lo que se conoce como Minjat Haomer, la ofrenda del Omer. Lo mismo ocurría cuando uno transgredía un precepto por error (sin intención, es decir Bishgaga), debía uno traer al Templo en señal de arrepentimiento un Jatat Jeleb. Y así con cada una de las transgresiones. Sin embargo por otros motivos uno también debía traer una ofrenda al santuario. Si uno se curaba de una enfermedad conocida como Metzorá también uno debía mostrar su agradecimiento trayendo una Minjá al Templo. Lo mismo ocurría con un Nazir. Y aquí me quiero detener. Cuando un Nazir (nazareo) cumplía sus días y terminaba su periodo de abstinencia del vino, de mujeres y de no cortarse el cabello, debía traer al santuario una Minjá. ¿Por qué? ¿Alguien que se entrega a Dios de forma devota y se abstiene de los placeres de la vida debe entregar una ofrenda expiatoria? Según Rabi Eleazar Hakafar sí. Los nazareos también son Jotim (transgresores). Ya que se abstienen de diversos placeres que la Torá nunca prohibió, hacen más de lo que la ley les exige. Se privan de placeres que Dios le entregó al mundo para que sean disfrutados por los seres humanos. En este sentido, los nazareos también son transgresores. 

La Guemará, luego, nos sigue detallando con mucho detalle como era el procedimiento para que la mujer sospechada de adulterio tomase de las aguas "mágicas". El Sacerdote debía traerle una fuente nueva, que nunca había sido usada, esta era llenada con aguas puras (no hacía falta que sean Maim Jaim, sino aguas limpias). Luego se levantaba una compuerta y se tomaba de allí tierra que era vertida sobre el agua para cumplir el precepto bíblico: "Y de la tierra que hubiera en el suelo del santuario tomará el Sacerdote y la pondrá en las aguas" (Bemidbar 5:17)


sábado, 7 de septiembre de 2013

Sotá 14 - Minjat Sotá

Estamos comenzando el segundo capitulo del tratado de Sotá, de la mujer sospechada de adulterio. Nuestra Mishná sigue detallando todo el proceso que se realizaba antes de que la mujer tome de aquellas aguas "mágicas". Nos cuentan que el marido debía traerle la Minjá (ofrenda) que ella debía entregar en el santuario antes de abrevar de aquellas aguas en una bolsa especial de origen egipcio. Al parecer esto le causaba fatiga y cansancio a la mujer. Entonces se pregunta el Talmud ¿Para qué lo hacían? Estiraban y hacían tedioso toda la ceremonia previa a que la mujer tomase del agua para que ella pueda reconocer, llegado el caso, que ella había cometido adulterio. Si ella confesaba no debía tomar de las aguas, ergo no moriría a causa de aquella bebida mortal. En relación a esto dicen los sabios: "Si Dios es misericordioso y cuida a los transgresores de Su voluntad, cuanto más debe de ser con quienes cumplen Su voluntad". Si Dios no desea, y hace lo imposible para que esta mujer sospechada de transgredir un precepto bíblico no tome de aquel agua mortal, cuanto más seguramente Dios debe recompensar y cuidar a quienes cumplen Sus mandamientos. 

La Mishná nos señala que cada una de las Menajot (ofrendas) que se debían traer al Templo por diversos motivos debían de ser de Trigo (el mejor de los cereales) y debían estar adornadas con Shemen uLebona (aceites e inciensos). Sin embargo está Minja, la de la mujer Sotá no. Debía de ser de cebada (un cereal de inferior categoría) y no debía estar adornada con nada. ¿Por qué? Raban Gamliel nos da una respuesta polémica. Como su acto, su transgresión sexual, es un acto bestial así también su ofrenda debe ser como comida de animales. Su Minja debía ser como la comida de los animales, sencilla y común, ya que su acto fue un acto digno del mundo animal. 

martes, 3 de septiembre de 2013

Sotá 13 - Imitatio Dei

ואמר רבי חמא ברבי חנינא, מאי דכתיב: +דברים יג+ אחרי ה' אלהיכם תלכו? וכי אפשר לו לאדם להלך אחר שכינה? והלא כבר נאמר: +דברים ד+ כי ה' אלהיך אש אוכלה הוא! אלא להלך אחר מדותיו של הקב"ה, מה הוא מלביש ערומים, דכתיב: +בראשית ג+ ויעש ה' אלהים לאדם ולאשתו כתנות עור וילבישם, אף אתה הלבש ערומים; הקב"ה ביקר חולים, דכתיב: +בראשית יח+ וירא אליו ה' באלוני ממרא, אף אתה בקר חולים; הקב"ה ניחם אבלים, דכתיב: +בראשית כה+ ויהי אחרי מות אברהם ויברך אלהים את יצחק בנו, אף אתה נחם אבלים; הקב"ה קבר מתים, דכתיב: +דברים לד+ ויקבר אותו בגיא, אף אתה קבור מתים.

Dijo Rabi Jama en nombre de Rabi Janina: “¿Por qué está escrito: detrás de Adonai su Dios irán (Debarim 13:5)? ¿Puede acaso un hombre ir detrás de la Shejina [la presencia divina]? ¿Y acaso no fue dicho ya: Porque Adonai tu Dios es un fuego que consume (Debarim 4:24)? Más bien, [el significado es] seguir Sus atributos. Así como Él viste al desnudo, tú también debes hacerlo. Así como Él visita al enfermo, tú también debes hacerlo. Así como Él consuela a los deudos, tú también debes consolarlos. Así como Él entierra a los muertos, también tú debes enterrar a los muertos. 

Fuimos creados, según nos enseña la Torá, a imagen y semejanza de Dios. El Talmud en esta oportunidad se pregunta cómo debemos hacer para cumplir el versículo que nos llama a ir detrás de Dios. Fuimos creados a Su imagen pero Él no tiene ninguna imagen. ¿Cómo se resuelve está contradicción? Los rabinos tienen la respuesta: ir detrás de Dios no es seguirlo literalmente con nuestras piernas sino más bien, seguir sus ejemplos y sus enseñanzas. Dios es una idea, es La idea, que debemos seguir. Es el faro que debe guiar nuestro transitar. 

Debemos encontrar en la Torá las cualidades [midot] de Dios e imitarlas. Cumplimos Su voluntad imitando Sus actos. Tal como Dios vistió a los desnudos, en aquel comienzo de la historia cuando les hizo un manto a Adam y a su esposa, así también nosotros debemos vestir a los desnudos. Aprendemos que si Dios visita a los enfermos, nosotros debemos comportarnos de la misma manera. Dios también reconforta a los deudos y le da entierro a los muertos; así también debemos hacer nosotros. Imitatio Dei, imitar a Dios, en este sentido es un mandamiento trascendental para la cosmovisión judía. Debemos imitarlo para santificar nuestra vida y nuestra existencia. Al imitar a Dios estamos cumpliendo Su ideal. 

Hadran Alaj Hamekane LeIshto, concluimos así el primer capitulo del tratado de Sotá. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sotá 12 - Midrashim de Egipto II

El decreto del Faraón y el de Amram. El Talmud nos sigue enriqueciendo con su propia lectura de lo que precedió a la liberación del pueblo judío de Egipto. En está oportunidad nos relatan acerca del nacimiento de Moshé. Según el Talmud fue su hermana, Miriam la profetiza, quien permitió que naciera el salvador de Israel. Los sabios ya nos habían relatado que ella, de forma profética, ya le había anunciado a su madre que ella daría a luz al salvador del pueblo de Israel. En esta ocasión se nos relata que Amram, el padre de Moshé, al escuchar el decreto del Faraón sobre que se debían arrojar a los niños recién nacidos de los hebreos al río decidió divorciarse de su mujer para no tener más hijos. Temiendo al decreto del faraón Amram decide divorciarse de Iojeved, y así lo hacen todos los hombres del pueblo de Israel, para no tener más hijos que deban, eventualmente, morir a manos del emperador de Egipto. Es su hija Miriam la que critica la actitud del padre. Le dice a su padre que el decreto del faraón es duro pero que mucho más duro ha sido su propia decisión. El faraón decretó sobre la vida de los niños, mientras que él lo había decretado sobre la vida de los niños y de las niñas. El faraón había decidido sobre la vida en este mundo mientras que él lo había hecho en relación a este mundo y al mundo venidero (ya que de haber procreado los niños podrían haber llegado al mundo venidero. Amram entonces reflexiona y decide nuevamente tomar por esposa a Iojeved. En ese momento queda embarazada de Moshé. Nuevamente son las mujeres, con Miriam a la cabeza, las salvadoras del pueblo de Israel. 

El nacimiento de Moshé. Según Rabi Meir el verdadero nombre de Moshé era Tob, bueno. Moshé era un buen niño que al nacer iluminó toda su casa con una luz radiante. Al nacer a Moshé lo ocultaron por tres meses mas cuando la familia no pudo protegerlo más decidieron pónerlo en una canastita y depositarlo en el río. Allí lo encontró la hija del Faraón. Según el Talmud, como no puede ser de otra manera, la hija del Faraón se encontraba bañándose en esas aguas para purificarse (como en una Mikve) de los dioses de su padre, es decir: se estaba convirtiendo. La Torá nos cuenta la hija del Faraón, ahora convertida, mandó a llamar a nodrizas hebreas ¿por qué no egipcias? con suma creatividad los sabios del Talmud nos dicen que muchas nodrizas egipcias intentaron amamantar a Moshé mas él las rechazaba a todas ya que "la voz que en un futuro hablaría con Dios no podía ser amamantado de pechos impuros". Los sabios generan un mito de pureza y de profecía de Moshé desde su propio nacimiento.  

domingo, 1 de septiembre de 2013

Sotá 11 - Midrashim en Egipto

Seguimos en una serie de midrashim (relatos) en relación al adagio "Midá Kenegued Midá (medida por medida)". Habíamos establecido que los sabios creían que de la forma que uno actúa de esa misma forma uno es retribuido. Si uno, por ejemplo, paga a tiempo a sus empleados, según la teología de los rabinos, los clientes también le pagarán a uno en tiempo y forma. Esto se aplica para lo bueno y para lo malo. Sin embargo la medida de lo bueno siempre es mayor que la medida de lo malo. En otras palabras: ojo por ojo, se aplica cuando uno comete una transgresión, sin embargo si uno realiza una buena acción la ecuación sería dos ojos por ojo. Los sabios lo aprenden de Miriam, la hermana de Moshé. Ella, según nos dice la Torá, esperó a su hermano durante una hora hasta que llegue a buen puerto cuando lo depositó en el Nilo; por este acto de piedad el pueblo judío la esperó durante una semana (y no una hora, como sería literalmente medida por medida) hasta que ella se recuperase de una enfermedad antes de seguir avanzando. 

En este contexto, habiendo citado a la hermana de Moshé, los sabios, eclécticos como ellos solos, comienzan a relatarnos una serie de Midrashim sobre la salida de Egipto. Lo primero que nos dicen es sobre aquel "nuevo" rey que apareció luego de la muerte de Iosef. Aquel faraón que le trajo tanto dolor al pueblo judío. Un sabio dice que de verdad fue un nuevo rey otro dice que en realidad fue el mismo faraón pero que renovó los decretos sobre el pueblo judío. No era que no conocía a Iosef, ya que el había sido el segundo hombre más importante de todo Egipto, sino que hizo como si no lo conocía. Y allí comenzó la tragedia y la esclavitud del pueblo judío. "Y los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel beFarej" (Shmot 1:13) Tradicionalmente se traduce "beFarej" como "con rigor (Bifrija)", es decir: los egipcios fueron muy duros con el pueblo judío esclavizado. No obstante el Talmud nos da otra forma de interpretar esta palabra "Befe Raj", con palabras suaves. Al comienzo los engañaron con bellas y dulces palabras para luego terminar esclavizándolos. 

Según el Talmud le debemos la liberación de Egipto a las mujeres. "Por el merito de mujeres justas que había en aquella generación fue el pueblo judío redimido de Egipto", enseña Rab Avirá. Estás mujeres mientras sus maridos trabajaban recogían agua y pescados, lo cocinaban y luego iban hasta donde estaban sus maridos trabajando y les daban de comer. Obligaban a sus maridos a tener relaciones para poder seguir procreando y luego se escapaban al campo, y bajo los manzanos -escapandose de los egipcios- tenían a sus hijos. La Torá nos cuenta de dos mujeres muy especiales: Shifra y Pua. Estas eran las meialdot (parteras). Ellas desobedecieron la voz del Faraón y ayudaban a dar a luz a las hijas de Israel. El Talmud sugiere que estas mujeres eran en realidad: Iojeved y Miriam. A Iojeved la llamaban Shifra porque embellecía (Meshaferet) y cuidaba a los recién nacidos, mientras que Miriam era conocida por Pua por su voz. Por estas mujeres valientes que decidieron enfrentarse a los decretos del Faraón y continuar con la descendencia es que tuvimos el merito de ser redimidos de Egipto.