domingo, 29 de abril de 2012

Sanhedrín 63 - Avoda Zará II

El padre de Shmuel, aparentemente también un gran sabio, declara en nuestra Guemará que le está prohibido a un judío tener relaciones comerciales con un no judío (nojrí) porque quizás en algún momento él llegue a hacer un juramento a sus dioses y esto habría sido provocado por un judío. El principio para este razonamiento es que tal como un judío no puede hacer Avoda Zará, tampoco puede provocar que un no-judío la haga. Esto se deduce del siguiente mandamiento en Éxodo 23:13 "Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca."  

Lo más interesante de esta Guemará es cómo queda codificada, 1000 años después, en el Shuljan Aruj (Oraj Jaim 156:1): En primer lugar allí no se nos dice que está prohibido tener relaciones comerciales con un no judío, simplemente se nos advierte que hay que tener cuidado en nuestros negocios; no vaya a ser cosa que por algún motivo hagamos que esa persona le jure a sus "dioses". El cambio más radical viene después, cuando Moshe Isserles, el comentarista al Shuljan Aruj, dice que en sus tiempos eran más flexibles con esta halajá ya que la gran mayoría del mundo (cristianos y musulmanes) creen en un único Ds y no en diversas deidades, y también creen en la santidad de la Torá (ya que ni los evangelios ni el Corán dicen que la misma no es sagrada). Por este motivo si tanto un cristiano como un musulmán tienen relaciones comerciales con un judío provocando que estos hagan un juramento a su Ds este sería en definitiva el mismo Ds de Israel por lo cual no estaríamos infringiendo el precepto que se deriva del versículo de Éxodo previamente citado.  

De nuestro estudio aprendemos por lo menos dos cosas: 
1) el dinamismo inherente de la halajá y su cambio de acuerdo a las situaciones históricas. Este es un ejemplo claro de cómo un cambio en la conciencia y en las prácticas del mundo no judío afectan la Ley del pueblo de Israel. 
2) La concepción de ciertos exégetas y legisladores judíos de la edad media con respecto a los no judíos. Muchos sabios de aquel período comenzaron a comprender que los antiguos "Akum", idólatras que nombra el Talmud, no se condicen con los musulmanes o cristianos que viven en contacto con los judíos. En definitiva, en contraposición a ciertas posiciones fundamentalistas y ahistóricas dentro pueblo judío en nuestros tiempos vemos como la halajá es dinámica y sus valoraciones y legislaciones son susceptibles de cambiar cuando la realidad se transforma. 

jueves, 26 de abril de 2012

Sanhedrín 62 - Shabat y los olvidos

Si una persona hace Avoda Zará por "error", o por olvido, por distracción o por cualquier motivo que no sea la intención patente de cometer idolatría ¿cuántos sacrificios expiatorios debe traer (al Templo) por su error ? Si aparte de arrodillarse frente a una escultura, también le trae ofrendas, hace una libación de vinos y le ofrece inciensos ¿tiene que traer un sacrificio expiatorio por su error o cuatro? (tengamos en cuenta que esto una persona lo está haciendo por desconocimiento, por distracción o algo similar ya que si lo hace con kavaná - intención - su castigo es la Skilá!) Como generalmente pasa en el Talmud un sabio dice que debe traer un sacrificio por cada uno de sus errores y otro dice que tiene que traer uno en general ya que todas las transgresiones involuntarias están dentro de la transgresión de Avoda Zará

¿Y en Shabat? La misma pregunta es válida para nuestros Shabatot. Si en los tiempo que existía el Beit Hamikdash una persona, sabiendo que era Shabat, cometía por inadvertencia o por desconocimiento diversas transgresiones ¿cuántos sacrificios debía traer? ¿uno por ser todas de shabat o uno por cada transgresión? La Guemará presenta diversas respuestas: la primera es que si la persona sabía que ese día era shabat y bishgagá (por inadvertencia) comete 'x' cantidad de transgresiones debe traer un sacrificio por cada Av Melajá. ¿Qué son estas Avot Melajot (plural)? Los sabios del Talmud encuentran que en total hay 39 prohibiciones en Shabat, son las 39 prohibiciones centrales las Avot Melajot, ellas tienen a su vez derivadas y transgresiones similares que no son explicitadas en la Torá, las mismas se llaman Toladot (derivadas). La halajá queda codificada que debían ofrendar un sacrificio expiatorio por cada Av Melajá que transgredían. Si hicieron 12 transgresiones pero 7 estaban dentro del Av Melajá, por ejemplo, de Habarat Haesh (transportar fuego) y las otras 5 dentro de Borer (seleccionar), sólo debían traer dos sacrificios expiatorios y no 12 que vendrían a ser cada una de las toladot.  

Otro caso! Quien sabía las leyes de Shabat y estaba conciente en no transgredirlas pero perdió la noción de los días y no sabía que "ese día era shabat" no tiene que traer sino solamente un sacrificio expiatorio. En el Talmud no nos dicen el por qué de esta halajá pero uno puede intuir que esto se debe a que si no fuera así esta persona debería traer más de dos docenas de sacrificios expiatorios porque diariamente, a menos que sea Shabat, una persona - y más en sus tiempos - realizaba cada una de las tareas prohibidas en Shabat. 

Melejet Majshevet Asrá Torá. La intención es lo que cuenta, nos dicen de cierta forma los sabios. En el último post habíamos visto la diferencia entre alguien que tiene una intención de cometer idolatría, ya que cree en aquella "deidad", o alguien que lo hace por temor o por amor a otra persona. En Shabat ocurre algo similar. Lo que la Torá prohíbe es realizar las 39 labores prohibidas siempre que haya un Melejet Majshevet, una intención de nuestro intelecto, por decirlo de alguna manera. Por ejemplo si yo no tengo la intención de realizar una tarea prohibida pero termino, por algún motivo, realizándola no debo siquiera ofrecer un sacrificio expiatorio ya que nunca tuve la intención de transgredir un precepto de la Torá. Finalmente Kant tenía razón. No son las acciones lo que cuentan (o únicamente) sino las intenciones con las cuales realizamos las mismas. 

martes, 24 de abril de 2012

Sanhedrín 61 - Avoda Zará

La idolatría es el peor de los males. La lucha histórica judía  fue contra la idolatría, contra la creencia que hay otra deidad y otro poder en el universo más allá de Él. La batalla por hacer comprender que las imágenes esculpidas carecen de poder, que los astros no tienen una fuerza per-se sino que responden a algo más abstracto y elevado que ellos.

Hoy nuestra Mishná nos presenta el tema de la Avoda Zará, comúnmente traducida como idolatría. La Avoda Zará es el "servicio extraño", es rendirle culto a aquello que no lo merece. Es hacer de la parte el todo. 

Nuestra Mishná y consecuentemente nuestra Guemará subdividen a la Avoda Zará en varias categorías o en varios "tipos" de idolatría siendo Avoda Zará su término genérico. Por ejemplo:
el Mezabeaj es quien realiza un sacrificio para un Ds que no es el Ds de Israel;
el Mekater es quien ofrece inciensos aromáticos a un Ds que no es el Ds de Israel;
el Menasej es el que hace libaciones de vino;
el Mishtajavé es el que lo reverencia.

Todas estas son actitudes y practicas de Avoda Zará Kedarká, en el camino o mejor dicho, en la forma, que se suele adorar al Ds de Israel, o por lo menos se lo adoraba en los tiempos del Beit Hamikdash. Cualquiera de estas acciones se la consideraba una Avoda Zará total ya que ofrecer sacrificios u ofrecer inciensos son actividades habituales que se realizaban en el Templo de Israel.

Hay otra categoría de Avoda Zará que es la llamada Sheló Kedarká, no de la manera-forma habitual. Por ejemplo quien abraza una estatua, la besa, la estima o mismo si se baña con ella es una forma de idolatría, que no son penadas por que no se la considera habitual ya que en el antiguo Israel nadie abrazaba ninguna "figura de Ds" en el Beit Hamikdash y mucho menos la besaba, cosa que es obvia y redundante al no haber imágenes. En definitiva es Avoda Zará realizar cualquier actividad que se hacía en el Beit Hamikdash a una "deidad" que sea Ds, cualquier otra forma de reverencia ante otras "deidades" no es penada con la pena capital. 

Forma o espíritu. Los amoraim (sabios del Talmud) discutieron en base a la siguiente sentencia de los tanaim (sabios de la mishná): "El que hace Avoda Zará por amor o por temor". Abaie dice que uno está Jaiav (que uno es culpable) mientras que Raba dice que uno está Patur (que uno es inocente). La situación es la siguiente: Si uno comete idolatría por amor a una persona o por temor a una persona, y no lo hace por propia voluntad, ¿se considera que uno está cometiendo idolatría? Para Abaie sí y para Raba no. Veamos las razones: Abaie nos dice que sí ya que en los hechos realizó la idolatría ya que o bien le entrego un sacrificio o quizás hizo una libación. En los hechos para cualquier observador esa persona hizo idolatría. Sin embargo Raba dice que la persona es inocente ya que la idolatría no reposa en los hechos solamente sino en la actitud y en la aceptación o no de la persona en que aquello que uno le está rindiendo culto es Ds o no lo es. Si uno realmente cree que a eso que uno le está entregando un sacrificio es una deidad entonces sí, la persona es penada por idolatría, mientras que si uno lo hace bien por amor o bien por temor y realmente no cree en lo que está haciendo esto no se considera idolatría. Finalmente la halajá queda como Raba (que no es).

Al fin y al cabo ¿son las intenciones o las acciones las que cuentan?

lunes, 23 de abril de 2012

Sanhedrín 60 - HaMegadef (el blasfemador)

Nos olvidamos, por lo menos por un tiempo, de las discusiones en torno a los Bnei Noaj y volvemos a nuestra Guemará con el tema de nuestra ultima Mishná: el Megadef.

El Megadef es aquel que blasfema el nombre de Ds. La lucha contra la idolatría es la mayor lucha que emprende la tradición de Israel. La certeza en que hay un Ds y éste es digno de ser loado es casi un axioma de la tradición judía. Quien quiera que atente contra Ds, haciendo tanto idolatría como desacralizando Su nombre recibe las penas más severas de la tradición de Israel. El Talmud nos especifica que el Megadef es quien insulta (o blasfema) el nombre de Ds pero únicamente, si nombre inefable, el tetragramaton (I-H-V-H). 

El juicio al Megadef. Para que una persona sea condenada por esta transgresión necesita como, en la gran mayoría de los casos, la presencia de Edim (testigos) para corroborar que efectivamente esta persona blasfemó el nombre inefable de Ds. La Guemará nos cuenta que si hay más de un testigo, dos o incluso tres, cada cual no debe decir lo que escuchó sino que uno de los tres debe decir lo que escuchó y si los demás escucharon lo mismo deben decir: así escuché. ¿Por qué hacen esto? Para no continuar "blasfemando" el nombre de Ds repitiendo las palabras de aquel transgresor.

Otro punto interesante que trae nuestra Guemará, siguiendo a la Mishná, es que cuando los jueces escuchan el nombre de Ds siendo blasfemado (o más bien siendo referido por el testigo) deben ponerse de pie en señal de respeto y luego hacer la kería, romperse las ropas en señal de duelo (tal como se hace cuando algún familiar cercano fallece). También los testigos cuando escuchan que una persona está blasfemando a Ds deben romperse sus vestiduras. Esta actitud da cuenta de la severidad que tenía esta transgresión y la sensibilidad que provocaba para los sabios de Israel. 

domingo, 22 de abril de 2012

Sanhedrín 59 - Bnei Noaj III

Shabat. Reish Lakish enseñaba: un no judío (nojrí) que hacía "Shabat" debía ser condenado a la muerte pero no por un tribunal rabínico sino que por Mano Divina. Incluso si hacía su "shabat" un día que no sea sábado. Si por ejemplo un no judío un día lunes dejaba de hacer las 39 melajot (tareas prohibidas) que los judíos deben abstenerse de hacer durante Shabat, ese no judío merecía la muerte. La Guemará no da un motivo explicito del por qué de esta prohibición sino que simplemente cita un versículo como asmajta, como base para su interpretación. Los comentaristas dan varios motivos: el más interesante a mi gusto es el que da el Meirí quien dice que mediante estas prácticas estos no judíos se iban a asemejar a los judíos y si cualquier judío los veía podía creer que eran judíos y así se acercaría a ellos y los mismos los desviarían a prácticas castigadas y prohibidas por la tradición de Israel.

Torá. Rabi Iojanán enseñaba: un no judío que se ocupa de Torá (de su estudio) merece la muerte ya que está escrito en Devarim 33:4 que la Torá le fue entregada a Moshé como herencia para la comunidad de Iaakov, no para los demás pueblos. Rabi Meir objeta esta posición al decir que él conocía una braita en la cuál se enseñaba que un no judío que se ocupaba de palabras de Torá tenía el mismo caracter sagrado y reverenciado que un Cohen Gadol, que un sumo sacerdote. La Guemará soluciona esta contradicción diciendo que esto es así cuando un nojrí estudia Torá con respecto a las siete mitzvot que debe cumplir. Si estudia cualquier otra sección merecería, según los sabios, la muerte. 

Las declaraciones tanto de Reish Lakish como de Rabi Iojanán parecen ser muy fuertes y tajantes. Una lectura moderna y pluralista podría decir incluso que es una locura que roza - o quizás toca - el racismo. Sin embargo podemos pensar que los sabios tratan de prescribir en leyes concretas un principio general "cada cual con lo suyo". Tal como un judío no debe idolatrar a una estatua o no debe estudiar, por ejemplo, libros de idólatras un no judío tampoco debería estudiar (y acá no estamos hablando con fines académicos como en la actualidad, claro está) textos que no le pertenecen. Y asi como los judíos deben evitar ciertas prácticas que le son ajenas, los no judíos no deberían hacerse de prácticas que no les pertenecen. Igual la pregunta, como siempre, queda abierta. 

Adam, el vegetariano. Rab enseñaba que al primer hombre no se le permitió comer carne, sólo podía comer lo que crecía de la tierra. Luego con la venida de los Bnei Noaj, 10 generaciones después de Adam, se le permitió a los seres humanos comer carne. Esta Suguiá de la guemará es usada con frecuencia por los que abogan por un "judaísmo ecológico-vegetariano" esgrimiendo que la carne es una concesión a las debilidades humanas ya que en la etapa ideal, en el paraíso del Eden, no estaba permitido comer carne. Rabí Iehuda objetaba esta visión diciendo que sí le era permitido al primer hombre comer carne ya que cuenta un Midrash, muy divertido por cierto, en el cual los angeles le cocinan un asado y le sirven vino a Adam. Si esto fue así, quiere decir que Adam si podía comer carne. Como siempre el Talmud tiene una solución. En el Midrash cuando hablan de carne no hablan de carne animal común sino que hablan de carne que "caía del cielo" y claramente esa carne caída de los cielos (que después discuten si era pura o impura, por supuesto) sí era apta para nutrir a Adam HaRishón.

viernes, 20 de abril de 2012

Sanedrín 58 - Relaciones prohibidas

¿Por qué Adam HaRishón, el primer hombre, no se casó con su hija? Así se pregunta la Guemará. Como muchos de los pasajes de nuestro Talmud, éste necesita más de una explicación. El primer punto que quiero señalar es la capacidad del Talmud de preguntarse absolutamente todo, los sabios no tenían tapujos ni pruritos.

El segundo punto es que según la Torá Adam y Java tuvieron 3 hijos varones (Kain, Hebel y Shet) y ninguna mujer; no obstante los sabios del Midrash nos cuentan que Adam y Java tuvieron muchos más hijos que permitieron poblar al mundo pero estos nos son nombrados en la Torá. La respuesta que da el Talmud a la primer pregunta es la siguiente: Para que Kaín pueda casarse con su hermana. Esto también necesita una explicación. Este pasaje está en el contexto de las discusiones en torno a cuáles son las relaciones sexuales prohibidas para los no judíos. Los judíos, de acuerdo con Vaikrá (Levítico), tienen una extensa de prohibiciones y especificaciones sobre con quién, o con quién no, uno puede mantener una relación sexual.

Luego los sabios rabínicos ampliaron el rango de prohibiciones. No obstante esto, los no-judíos no están sujetados a la gran mayoría de las normativas de la Torá por ende los sabios se preguntan cuáles son, si las hay, las relaciones prohibidas de los Bnei Noaj. Un dato de color. Tengamos en cuenta que a Adam no se lo considera el primer judío sino el primer ser humano que nada tiene que ver con el judaísmo. El Talmud nos dice que los Bnei Noaj sólo tienen 6 prohibiciones sexuales y estás son; con sus madres, con las parejas de sus padres, con la hermana de su madre, con la esposa de un hombre (eshet ish), con un hombre y con un animal. Es por este motivo que Kain puede casarse con su hermana ya que la prohibición de casarse entre hermanos no aplica, según el Talmud, a los no judíos.  

Extra: Enseñaba Reish Lakish que quien le levanta la mano a su prójimo, incluso si no lo golpea, es llamado "malvado". 

miércoles, 18 de abril de 2012

Sanhedrín 57 - Bnei Noaj II

Nuestra Guemará continúa trabajando sobre algunas temáticas referente a los Bnei Noaj, a toda la humanidad no judía (si no leíste el post anterior te recomiendo que lo leas para que puedas comprender de qué estamos hablando). Comienzan a discutir exactamente de dónde salen estos 7 preceptos que toda la humanidad debe cumplir. No coinciden exactamente del lugar donde la Torá lo plantea, si de un solo versiculo o de una multiplicad de versículos en las historias de Adam y Noaj. En lo que los sabios coinciden es que quien los viola debe ser muerto a través de la pena de Jenék (siendo ahorcado).

Nuevamente, un nuevo desacuerdo: ¿Qué transgresiones de los Bnei Noaj son castigadas con la muerte? Rab Iosef dice que solamente tres de aquellas: las relaciones incestuosas, el derramamiento de sangre y blasfemar el nombre de Ds, mientras que Rab Sheshet dice que son cuatro las transgresiones que acarrean la muerte, sumándole a las de Rab Iosef la prohibición de la idolatría. Finalmente, y como va a quedar la halajá, Rabi Iehuda sostiene que cualquier Ben Noaj que traspase cualquiera de las siete mitzvot que le fueron impuestas desde los tiempos de Adam, debe ser castigado con la muerte. Incluso quien roba (tengamos en cuenta que la Torá no pena al judío que roba con la muerte sino que su único castigo es la restitución de lo robado más un quinto de su valor).

Un tema moralmente complejo: Algunos estudiosos modernos sugieren que la Halajá está escindida de la ética occidental. No tienen por qué tener un correlato. Otros, sin embargo, sugieren que la Halajá como norma divina que comanda la vida judía debe estar en concordancia con la ética y la moral. En otras palabras si la Halajá es un mandato divino que rige mi vida no puede estar en contradicción con mi razón que me indica a actuar de una manera ética. Yo me siento mucho más cómodo en el segundo grupo y casi siempre la Halajá está en concordancia con lo que comanda mi "ética". Hay casos en los cuales la Halajá está diametralmente opuesta a "mi ética" y éste es uno de esos casos. Veamos!

La Guemará nos dice que un no judío que roba o asesina a un no judío o a un judío debe ser condenado a la muerte, mientras que si un judío mata a un no judío no debe ser condenado. El Talmud no da muchas explicaciones, nos dice directamente cuál es para ciertos sabios la Ley. ¿Cómo no me va a generan conflictos un pasaje del Talmud que me dice que si mato a un ser humano no voy a ser condenado? ¿Cómo aceptar esta diferenciación entre el judío y el no judío? Ahondemos un poco más. Si un no judío o un pastor judío que habitualmente roba ganado cayó en un pozo y se está muriendo, dice el Talmud, no se lo debe salvar, sin embargo tampoco se lo puede arrojar a propósito allí para que muera. Repitamoslo una vez más para que se entienda. A un no judío ladrón que esta muriéndose, según esta versión, no se le puede salvar la vida.

Entonces ¿cómo comulgar la palabra de Ds que me invita a vivir una vida según Sus leyes con estas declaraciones "poco felices"? Cada cual tiene su respuesta. Algunos rabinos, pueden decir (como me lo han dicho), que cuando una halajá entra en contradicción con su moral ellos deben revisar sus perspectivas morales. Otros pensadores, entre los que me incluyo, sostenemos que llegado el caso lo que debemos revisar es primero nuestra moral y una vez que nos aseguramos que estamos "en el camino correcto", lo que debemos con amor, respeto y reverencia, es revisar esa halajá. Haciendo esto es comprender que este dictamen del Talmud no es la palabra del Ds vivo sino que es más bien la lectura de los sabios de lo que Ds quería de sus vidas en momentos donde las relaciones con el no-judío eran poco amigables. Es comprender que Ds en cada generación se expresa de otra manera, que en cada tiempo los hombres podemos leer a Ds de una manera diferente.

La Halajá no puede ser ciega y sorda, debe elevarnos como seres morales y dignos de recibir en cada momento de nuestras vidas la presencia de Ds.

lunes, 16 de abril de 2012

Sanhedrín 56 - Bnei Noaj

Los judíos, tradicionalmente, aceptamos que debemos cumplir 613 Mitzvot. A pesar de que este sea un número "símbolico" ya que no todos podemos cumplir todos los mandamientos. Algunos de ellos son especificiamente para las mujeres y otros para los hombres, algunos son para los que viven en Israel, otros sólo para los sacerdotes o incluso muchos que sólo se pueden realizar en el Templo de Ierushalaim que por más de 2000 años ha estado destruido. Seguimos evocando el número 613 para darnos una idea de las diferentes obligaciones que debemos cumplir como pueblo de Israel. La pregunta ahora es: los no judíos ¿deben cumplir algún mandamiento? ¿Cómo hace un no-judío para ser un "justo? ¿para tener un lugar en el Olam Habá? ¿debe convertirse al judaísmo? La respuesta aparece aquí en nuestra Guemará.

Sheva Mitzvot Bnei Noaj. Los no judíos, llamados hijos de Noé ya que se lo entiende como padre de toda la humanidad (ya que toda la generación y simiente de Adam fue destruida por el diluvio) y no solo del pueblo de Israel, deben cumplir siete preceptos para ser considerados "justos". No necesitan convertirse al judaísmo para obtener un lugar en el mundo venidero, sino que deben respetar siete principios básicos que hacen posible la existencia y el desarrollo de la sociedad. Los sabios deducen estas 7 mitzvot de dos versículos de Bereshit (2:16-17) donde aparece el primer mandato (Vaitzav) de Ds a Adam. De allí los sabios del Talmud extraen los siete mandamientos primordiales (que están dentro de los 613), y estos son: 

  1. Dinin. Deben: en cada pueblo y ciudad establecer casas de justicia para que impartan la ley.
  2. Birkat Hashem: Les está prohibido maldecir el nombre sagrado de Ds (de hecho esta historia de los Bnei Noaj sale en esta parte de la Guemará ya que la Mishná discutía cuál era el castigo para un Megadef - quien maldice el nombre de Ds - y la misma se pregunta qué pasa con un no judío). 
  3. Avodá Zará: Les está prohibido cometer actos de idolatría.
  4. Gilui Arayot: Les está prohibido tener relaciones incestuosas prohibidas por la Torá. 
  5. Shfijut Damim: Les está prohibido el asesinato.
  6. Gazel: Les está prohibido robar.
  7. Ever Min Hajai: Les está prohibido comer la sangre (o alguna extremidad) de un animal vivo. En definitiva esta mitzva viene a alejarlos del barbarismo, de la brutalidad animal.  

sábado, 14 de abril de 2012

Sanedrín 55 - Prohibiciones para judíos y no judíos

¿Hay algo que le esté prohibido a los no judíos pero que se les permita a los judíos? Pregunta la Guemará. La respuesta es que no. No obstante hay muchas cosas que le son permitidas a un no judío que les son prohibidas a los judíos. Dejemos de lado el contexto en el cual aparece este axioma de los sabios talmúdicos ya que es muy intrincado y está alejado de nuestra realidad. Simplemente como referencia digamos que esta declaración aparece en el contexto de una pregunta que le fue hecha a Rab Sheshet ¿Qué pasa si un no judío tiene relaciones con un animal? ¿el animal debe ser muerto también?. Ahora sí, olvidémonos del contexto y volvamos al axioma. 

La diferencia entre el judío y el no judío no radica en su alma, como algunos cabalistas dirán, ni tampoco radica en una etnia/raza específica (como algunos antisemitstas raciales dirán). La diferencia radica, desde la perspectiva judía, en el cumplimiento de las Mitzvot. El judío se diferencia de el "otro" por su cumplimiento en las mitzvot. Son los mandamientos divinos los que marcan la diferencia. Tradicionalmente sostenemos que los judíos tenemos 613 mitzvot que cumplir mientras que los Bnei Noaj ('hijos de Noé'), los gentiles o no-judíos, tienen 7 preceptos que cumplir. El pueblo elegido muchas veces no es un privilegio sino una carga. Las Mitzvot son un yugo que el pueblo de Israel debe cargar. Un yugo que muchas veces se convierte en algo pesado y difícil de transportar. Otras veces descubrimos la alegría en el cumplimiento de los mandamientos. Desde la perspectiva judía el no judío no debe convertirse para obtener un lugar en el mundo venidero. Simplemente, como veremos en unas semanas, debe cumplir las 7 Mitzvot que fueron promulgadas para todo el mundo en los tiempos de Noaj. Son las Mitzvot base para que pueda existir una civilización, para que la humanidad pueda mantenerse en pie. Algunas de ellas son: la prohibición de asesinato y el mandato de crear tribunales de justicia. 



jueves, 12 de abril de 2012

Sanhedrín 54 - Hashojeb Vehanishkav

Una nueva Mishná sobre los que son lapidados. Habíamos dicho ayer que una gran parte de los que sufren esta pena de muerte, la más severa de todas, son los que cometen algún tipo de promiscuidad sexual penada por la Torá, como quién se acuesta con su propia madre o con la esposa de su hijo, por ejemplo.

Ahora en nuestra Guemará nos iluminará un poco más en relación a lo que se conoce como zoofilia, las relaciones sexuales con animales. Tanto de hombres que se acuestan con animales como con mujeres que son "abusadas" por animales. La Mishná nos dice que tanto el hombre o la mujer como el animal deben morir por Skilá en el caso de que haya testigos de que mantuvieron relaciones sexuales. Está claro porque los seres humanos deben recibir este castigo pero no está del todo claro por qué el pobre animal, sin conciencia, también debe ser muerto porque por ejemplo un hombre decidió tener sexo con una oveja. La Mishná da dos razones: La primera es para que "esto no vuelva a ocurrir". Algunos sabios entienden que matando a ese animal se quita un "obstáculo" al resto de los humanos, para que nadie se vuelva a tentar con tal o cuál animal. La segunda explicación es más jocosa todavía: Se nos dice que el animal también debe ser muerto para que un día el animal (que fue violado) no pase por el mercado y la gente lo señale diciendo: "por este animal fue apedreado fulano"! 

El Shojev y el Nishkav. La Guemará problematiza los postulados de la Mishná y presenta otras razones para que tanto el hombre como el animal deban ser muertos. Primero los términos: El Shojev es el que "se acuesta con", el "activo", el instigador de la relación sexual. Llegaría incluso a decir que en este contexto es algo así como el violador, pero no estoy muy seguro de utilizar este término. El Nishkav vendría a ser el "pasivo", el que es abusado sexualmente. Los mejores términos son igual el activo y el pasivo. De seguro el que provoca la relación sexual debe morir ya que transgrede la moralidad sexual planteada por la Torá pero el "pasivo", en este caso el animal, ¿por qué debe morir?

Unos sabios sostienen incluso que un hombre que se acuesta con otro hombre ambos deben morir ¿por qué? Algunos esgrimen que tiene que ver con el versículo de Deutronomio (28:18) el cual narra que no debe haber rameras en el pueblo de Israel. Así lo sostiene Rabi Ishmael, que tanto el acosador como el que es "abusado" ambos deben morir ya que por un lado uno trasgredió la moral sexual abusando de otro hombre y el abusado es ahora considerado una "ramera" por lo cual también debe morir. Para Rabí Akiva, sin embargo, sólo el abusador es el que debe morir y no el otro, no considera que el abusado en este caso sea una ramera.

La discusión, hasta lo que pude estudiar, no queda sanjada. No obstante lo que me pareció más interesante al estudiar este Daf (hoja de Talmud) es la idea que todas estas prohibiciones tienen una connotación "de abuso", por lo menos en mi humilde visión. Por un lado la Torá prohíbe ciertas relaciones sexuales que permiten la formación de la sociedad, marca ciertos limites permitendo el desarrollo humano. Por otro lado, en el caso de la zoofilia hablan claramente de un abuso sexual, de una falta de ética sexual que hace que un hombre tenga sexo de manera indecente con un animal (que por supuesto no puede elegir si hacerlo o no ya que no posee conciencia). No sé por qué me da la sensación que cuando en la Torá, y un poco en el Talmud también, se habla de la homosexualidad no se habla de una relación consensuada entre dos hombres sino más bien de una violación por parte de uno a otro, de un abuso de poder y autoridad. No sé, por lo menos a mi me da para pensar.  

martes, 10 de abril de 2012

Sanhedrín 53 - Y los lapidados son...

¿Quiénes son los que reciben la pena capital más severa? ¿Qué transgresiones eran juzgadas con la Skilá en los tiempos que existía el Beit Hamikdash? Una Mishná nos da una idea: Quien tenía relaciones con su madre, o con la esposa de su padre, o bien quien tenía relaciones con la esposa de su hijo o quien tenía relaciones "homosexuales", o bien quien tenía relaciones con un animal o bien la mujer que tenía relaciones con un animal eran condenados a la Skilá.

Acá vemos que lo que Levi-Strauss llamaría muchos años después la ley fundante de las sociedades, la prohibición del incesto y otras prácticas sexuales consideradas "aborrecibles" eran juzgadas con la pena capital más severa, la lapidación. Algunos puntos que quiero remarcar sobre algunas cuestiones ya estudiadas. Hoy en día la mayoría consideraría, a raíz de la historia de la humanidad, que ciertas relaciones sexuales con parientes están o deberían estar prohibidas. Así lo indica la Torá y muchas otras culturas. Es "aborrecible" para muchos de nosotros las historias que escuchamos donde un padre tiene relaciones con su hija o con una sobrina. Muchas de estas relaciones sexuales con parientes cercanos fueron prohibidas por la Torá. Y al parecer eran muy severos en su cumplimiento, o en su voluntad de que se cumpliera, ya que imponen para quién transgrede esta norma de moral sexual la pena capital más dolorosa.

El eje de la cuestión es la concepción de la moral sexual. Hoy todos, como ya dijimos, coincidiríamos que sería indigno que dos hermanos tengan relaciones sexuales, o como dice la Torá, que alguien, tanto hombre como mujer, practique la zoofilia. No pasa lo mismo con las relaciones homosexuales. En la Torá está claro, según mi punto de vista y de otros académicos mucho más autorizados que yo, que la prohibición referente a las relaciones anales homosexuales están prohibidas en base a que en la época la concepción de la homosexualidad no estaba categorizada como una relación sexual sana o moralmente deseable. La homosexualidad era equiparada directamente con la sodomía y los actos pecaminosos. Hoy en día, comprendiendo que la Torá tiene un origen divino mas su letra tiene tinta humana, debemos reconsiderar esta evaluación de la homosexualidad como algo moralmente despreciable ya que hoy muchos conocemos parejas homosexuales que disfrutan a pleno de su sexualidad y del amor al igual que cualquier otra pareja heterosexual. Disculpen la extensión en este punto pero creía que era importante llamar la atención sobre esta cuestión en particular. 

Relaciones sexuales prohibidas - un breve apartado terminológico: La Torá prohibe la mayoría de las relaciones sexuales con parientes de primer grado o sea (padre, madre, hermanas, hermanos, etc.) los sabios de la Mishná expandieron la prohibición a los parientes de segundo grado (la mamá del padre o de la  madre o alguna serie de sobrinos que la Torá no prohíbe). Estos son llamados Isur Mitzvá, "mujeres prohibidas por un precepto". Hay otras mujeres que les están prohibidas a ciertos judíos como por ejemplo las divorciadas a los sacerdotes o las bastardas (mamzerot) a cualquier judío no mamzer, estas prohibiciones son llamadas Isur Kedushá, "mujeres prohibidas por una cuestión de santidad". 

domingo, 8 de abril de 2012

Sanhedrín 52 - Sreifá, Hereg veJenek

Hace un tiempo describimos cómo era el procedimiento de la pena de muerte capital más severa; la Skilá. Ahora nuestra Guemará trabajará y nos explicará cómo eran las otras tres penas de muerte. 

Sreifá: La que le sigue en severidad a Skilá. Literalmente es "quemar", prender fuego, pero nuestros sabios nos van a decir que esta pena de muerte no se lleva acabo quemando a una persona viva en una fogata sino más bien que el fuego es interno. Se debe quemar a la persona en su interior. Nuestros sabios, dicen que lo aprenden de bien la muerte de la congregación de Koraj o bien de la muerte de los dos hijos de Aharon, Nadav y Abiu. Ambos fueron consumidos por un fuego pero el Talmud nos dice que sus nishmatan nisrefet veguf kaiam, que sus almas fueron quemadas pero no sus cuerpos. Los sabios dicen que la muerte de Sreifá debe realizarse quemando a la persona por dentro y no por fuera. Rabá nos dice que en realidad se hace de esta manera y no con fuego externo para cumplir con el versículo de la Torá de amar al projimo como a uno mismo, que él lo entiende, como ya estudiamos, que hay que elegir para el condenado a muerte la forma menos dolorosa de morir. Y, de alguna manera, los sabios creen que es menos doloroso morir por un "fuego interno" que ser quemado vivo en una hoguera.

El procedimiento es el siguiente: Meten al condenado a un pozo de estiércol hasta las rodillas para que no pueda moverse. Los dos testigos agarran un pañuelo, lo pasan por el cuello del condenado y cada uno tira de un lado para abrirle la garganta, luego introducen un trapo prendido fuego y hacen que baje hasta el estomago. Luego le cierran la boca y esperan que el condenado pierda la vida. La imagen es muy fuerte. 

Héreg: Estos deben ser muertos al filo de la espada. Los sabios dicen que se debe proceder como hacen los demás reinos donde al condenado le cortan la cabeza con una espada. Rabí Iehuda en cambio considera que esta forma de morir es muy brutal y puede llevar a que si no se hace bien el corte el condenado sufra mucho antes de morir, por lo cual sugiere colocar la cabeza sobre una madera y cortarla con un hacha muy grande (como en las películas del medio evo). Como de costumbre, la opinión de los sabios es la que prevalece. Los asesinos eran condenados a este tipo de pena capital.   

Jének: Los ahorcados. Esta es la pena de muerte que los sabios consideran menos dolorosa, por ende es la cuarta y última de nuestra lista. Esta pena de muerte se llevaba acabo de la siguiente manera: se hundía a la persona en estiércol hasta las rodillas, cada uno de los testigos le pasaba un pañuelo por el cuello, tirando en conjunto uno de de un lado hasta que finalmente la persona pierda la vida. Los sabios nos dicen que en cualquier lugar donde la Torá mencione el castigo de pena de muerte y no se especifique lo contrario, la que se debe aplicar por ser la más "suave" es esta pena capital.

Importante aclarar nuevamente que todos estos procedimientos dejaron de ser usados hace miles de años y que, cuando estaban vigentes, tampoco era una costumbre regular aplicarlos.

viernes, 6 de abril de 2012

Sanhedrín 51 - Bat Kohen


 וּבַת֙ אִ֣ישׁ כֹּהֵ֔ן כִּ֥י תֵחֵ֖ל לִזְנ֑וֹת אֶת־אָבִ֙יהָ֙ הִ֣יא מְחַלֶּ֔לֶת בָּאֵ֖שׁ תִּשָּׂרֵֽף׃  "Si la hija de un sacerdote se profana prostituyéndose, a su padre profana. Será quemada al fuego. (Vaikra 21:9) 

Este será el versículo que nos guiará en nuestro estudio. En el último post estudiamos el orden de severidad de las penas de muerte que un tribunal rabínico puede decretar. Algunos decían que la más terrible era Skilá y otros decían que era Sreifá. La Guemará, en su juego de asociación libre, comienza a discutir en torno a una de las transgresiones que es castigada con la Sreifá, el abrasamiento. Si, como dice el versículo, la hija de un sacerdote se prostituye, debe ser quemada a fuego (o sea, recibir el castigo de Sreifá que en el próximo post veremos como se implementa) porque con su acto hace que su padre, una figura de mucha relevancia, sea deshonrado y humillado. Recordemos siempre que la Torá habla en un lugar y en un tiempo determinado. La Torá es presa, como quizás nos insinúa Maimonides, de la cosmovisión del mundo de hace más de 3000 años en el medio oriente. Intentemos, al estudiar estos temas, superar nuestro "natural" y moderno rechazo a este tipo de penas y concepciones. 

La Guemará especificará sobre quién es considerada una hija de Kohen, cómo debe ser hecha la transgresión para recibir esta pena y otros muchos detalles. Pero lo importante, para que comprendan un pasaje maravilloso que estudiaremos hoy, es que los sabios discuten con vehemencia qué tipo de castigo debe recibir ella y por qué en este caso es Sreifá y no Skilá. Con esto en mente lean lo que viene a continuación. 

La Halajá en los tiempos del Mashiaj: Rab Iosef hace la siguiente pregunta: "¿es necesario fijar una halajá para los tiempos del Mashiaj?". La pregunta se basa en el hecho que dado que el Beit Hamikdash fue destruido y como consecuencia no se pueden juzgar más casos de penas capitales, o sea, los sabios ya no pueden decretar más la muerte de una persona por una transgresión siendo que ellas solamente serán reanudadas en la época mesiánica cuando el Beit Hamikdash vuelva a existir. Entonces ¿para qué "perder tiempo" estudiando halajot sin fines prácticos?, una pregunta que muchos estudiantes de Talmud y de Torá nos hacemos. Abaie le contesta a Rab Iosef, y nos contesta a nosotros, diciéndole: "si éste es el caso tampoco debemos estudiar las leyes en torno a los sacrificios, ya que sólo tendrán utilidad en los tiempos mesíanicos." Pero nosotros decimos, dice Abaie, "estudia y recibe el mérito del estudio por el estudio mismo". 

El estudiar, aprender, discutir y conocer se convierte en un fin en si mismo. El estudio, en estos casos, no busca una finalidad práctica sino que intenta generar conciencia del estudio por él mismo, Lishmá, como se dice en hebreo. Muchas veces, y más en la modernidad, buscamos una utilidad práctica e inmediata a todo lo que hacemos. Todo debe servir para algo. Si algo no me rinde o no me da frutos inmediatamente lo tildamos de inoperante. Al estudiar temas sin vigencia práctica obtenemos el mérito de dedicarnos a algo por el estudio mismo, por el amor a la Torá y a Ds.

miércoles, 4 de abril de 2012

Sanhedrín 50 - Skila Jamura Misreifa

Ayer dejamos un interrogante abierto ¿Qué pena de muerte es más severa? ¿Cómo ordenarlas? ¿Cómo clarificarlas de mayor a menor? El Talmud nos dará algunas respuestas. Vayamos a estudiar.

Skilá (lapidación), nos dicen algunos sabios que es más severa que Sreifá (abrasamiento) ya que esta pena de muerte se le da a quienes difaman el nombre de Ds y a los que cometen idolatría. Siendo estas transgresiones las más severas que uno puede cometer (ya que atentan contra las raíces mismas del judaísmo, como dice el Talmud) su castigo, la Skilá, debería corresponderse también con la pena de muerte más severa. Otros sabios dicen que Sreifá es más severa ya que es el castigo para la hija del Kohen que se prostituye (como veremos en el próximo post). Ya que ella no sólo profana su nombre, incurriendo en prostitución, sino también deshonra a su padre.

Con otros ejemplos prácticos, los sabios nos enseñan que la Skilá es más severa que Héreg (decapitación) y también más severa que Jének (ahorcamiento). Por lo cual queda que Skilá es la más severa de todas las penas de muerte. Con este breve resumen aprendimos que el orden de severidad de las penas de muerte tiene su correlato con el escalafón que pusieron los sabios de las transgresiones. Mientras más severa la transgresión que uno cometa, según el juicio de los sabios, más severa - y dolorosa - será la pena de muerte que reciba por parte del Beit Din.

lunes, 2 de abril de 2012

Sanhedrín 49 - Arva Mitot Beit Din

Y es así como terminamos el sexto capitulo del tratado de Sanhedrín. Como a todo fin le sigue un comienzo, empezamos ahora mismo a estudiar el séptimo capitulo del mismo tratado. 

La Mishná nos informa cuáles son las cuatro tipos de penas de muerte que puede decretar un tribunal rabínico: Skilá (lapidación), Sreifá (abrasamiento), Héreg (decapitación), Jének (estrangulamiento). Este es el orden que presenta un Tana anónimo (sabio de la época de la Mishná). Rabi Shimón, sin embargo, presenta las mismas cuatro penas de muerte pero en un orden diferente, siendo este el siguiente: Sreifá, Skilá, Jének y Héreg

El orden: si los dos dicen lo mismo ¿por qué están en orden diferente? ¿cuál es el sentido de dicho orden? Los comentaristas van a decir que esto se debe a una discrepancia entre los dos sabios de la Mishná con respecto a la severidad de las muertes. Cada sabio sostenía que una u otra muerte era más "dura" que otra.

A cada condenado, dependiendo de la gravedad de sus actos, le era "asignada" una pena de muerte particular. Mientras más grave el pecado más dolorosa la muerte asignada. El tema es ¿cómo definir cuál es la peor muerte? En los próximos días la Guemará nos irá enseñando los distintos procedimientos para cada una de las penas capitales pero en palabras simples ¿era más doloroso lapidar a alguien que estrangularlo? o bien ¿era más doloroso meterle una brasa ardiente a alguien que decapitarlo? En el próximo Post veremos cómo los sabios hacen el escalafón de cuáles son las formas más jamurot (severas) de morir y cuáles son menos "dolorosas" por decirlo de alguna manera.

Todo lo dicho anteriormente se deriva de una discusión que se entabla en la Guemará con respecto a una decaración de Raba el cual dice que nunca, en ningún lugar, donde los sabios dan una lista la presentan con alguna significación particular excepto en un caso especifico del tratado de Nida. Lo que dice aquí Raba es que cuando los sabios en una Mishná ponen una lista de cosas la misma viene a explicarnos que lo primero presentado es más importante que el segundo. En este caso particular, que la Skilá es más severa que el abrasamiento sino que simplemente los sabios las enumeran y las mismas podrían estar en cualquier orden.

Esta declaración de Raba será fuertemente refutada por los sabios que comenzarán a citar diversas mishnaiot donde los sabios dan una lista de cosas que las mismas tienen un orden específico y vienen a enseñarnos algo en particular. De esto se desprende que en nuestra Mishná los dos órdenes disimiles que allí se encuentran se deben a una lectura diferente de cada sabio con respecto a qué muerte es más severa que la otra.