lunes, 2 de septiembre de 2013

Sotá 12 - Midrashim de Egipto II

El decreto del Faraón y el de Amram. El Talmud nos sigue enriqueciendo con su propia lectura de lo que precedió a la liberación del pueblo judío de Egipto. En está oportunidad nos relatan acerca del nacimiento de Moshé. Según el Talmud fue su hermana, Miriam la profetiza, quien permitió que naciera el salvador de Israel. Los sabios ya nos habían relatado que ella, de forma profética, ya le había anunciado a su madre que ella daría a luz al salvador del pueblo de Israel. En esta ocasión se nos relata que Amram, el padre de Moshé, al escuchar el decreto del Faraón sobre que se debían arrojar a los niños recién nacidos de los hebreos al río decidió divorciarse de su mujer para no tener más hijos. Temiendo al decreto del faraón Amram decide divorciarse de Iojeved, y así lo hacen todos los hombres del pueblo de Israel, para no tener más hijos que deban, eventualmente, morir a manos del emperador de Egipto. Es su hija Miriam la que critica la actitud del padre. Le dice a su padre que el decreto del faraón es duro pero que mucho más duro ha sido su propia decisión. El faraón decretó sobre la vida de los niños, mientras que él lo había decretado sobre la vida de los niños y de las niñas. El faraón había decidido sobre la vida en este mundo mientras que él lo había hecho en relación a este mundo y al mundo venidero (ya que de haber procreado los niños podrían haber llegado al mundo venidero. Amram entonces reflexiona y decide nuevamente tomar por esposa a Iojeved. En ese momento queda embarazada de Moshé. Nuevamente son las mujeres, con Miriam a la cabeza, las salvadoras del pueblo de Israel. 

El nacimiento de Moshé. Según Rabi Meir el verdadero nombre de Moshé era Tob, bueno. Moshé era un buen niño que al nacer iluminó toda su casa con una luz radiante. Al nacer a Moshé lo ocultaron por tres meses mas cuando la familia no pudo protegerlo más decidieron pónerlo en una canastita y depositarlo en el río. Allí lo encontró la hija del Faraón. Según el Talmud, como no puede ser de otra manera, la hija del Faraón se encontraba bañándose en esas aguas para purificarse (como en una Mikve) de los dioses de su padre, es decir: se estaba convirtiendo. La Torá nos cuenta la hija del Faraón, ahora convertida, mandó a llamar a nodrizas hebreas ¿por qué no egipcias? con suma creatividad los sabios del Talmud nos dicen que muchas nodrizas egipcias intentaron amamantar a Moshé mas él las rechazaba a todas ya que "la voz que en un futuro hablaría con Dios no podía ser amamantado de pechos impuros". Los sabios generan un mito de pureza y de profecía de Moshé desde su propio nacimiento.  

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