martes, 17 de septiembre de 2013

Sotá 22 - ¿Quién es un Am Haaretz?

En el último post el Talmud se preguntaba ¿Quién es un tonto piadoso? ¿Quién es un malvado astuto? En esta oportunidad se preguntará ¿Quién es un Am Haaretz? Lo dejo sin traducción porque es muy difícil traducir al español este término tan complejo. Los sabios (jajamim) se diferenciaban a sí mismos de los amei haaretz (los hombres de la tierra, literalmente). Estos eran hombres de campo, simples y sin muchos conocimientos; en cambio los jajamim eran hombres sabios, sofisticados y dotados de amplios conocimientos (ergo también de poder). Como los amei haaretz no escribieron, sólo nos llego a nosotros la perspectiva de los jajamim.

Ahora bien, se preguntan los sabios, ¿Qué constituye a una persona en un Am Haaretz? ¿Qué es lo que lo hace ser simple o ignorante? Diversas opciones, como de costumbre, aparecen. Algunos dicen que son aquellos que no dicen el Shemá Israel a la noche y a la mañana. Uno dice que es aquel que no se pone los tefilin, otro dice que es aquel que no le pone tzitziot a sus prendas. Un sabio sospecha que es aquella persona que tiene hijos pero que no los educa en Torá. Sin embargo yo quiero detenerme en una última definición de Am haaretz: incluso quien estudio Torá y también Mishná pero no respeta las palabras de los otros sabios con más sabiduría es considerado un ignorante. 

Si uno tiene conocimientos, ha estudiado la Torá escrita y la Torá oral pero aún así no respeta y toma en consideración las enseñanzas de los sabios con más experiencia y conocimiento es considerado un Am Haaretz, un ignorante. Los rabinos a los estudiantes de Torá que no llegaron al grado de "enseñanza" y aún así enseñan los llaman "pequeños que no completaron sus meses". Los sabios son muy duros con aquellas personas (quizás yo debería estar incluido en esta categoría por todavía no haber recibido mi ordenación rabínica) que enseñan sin tener "todos los conocimientos necesarios". Los llaman malvados, tontos y soberbios. Su mayor preocupación es que enseñen palabras de Torá o de halajá de forma incorrecta y que por su error la gente termine transgrediendo algún mandato. Sin embargo los sabios también son muy estrictos con todas las personas que llegan a la edad y a la sabiduría necesaria para poder enseñar y no lo hacen. Estos son sabios que se abstienen de compartir su conocimiento y su Torá con los demás. También este es un grave error. Enseñar antes de tiempo y no enseñar cuando se posee la capacidad son ambas afrentas a la Torá. 

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