domingo, 20 de noviembre de 2011

Berajot 30 - Kavana

¿Hacia donde debemos rezar? Quien haya ido a una sinagoga en alguna oportunidad habrá escuchado que en el momento de la Amidá debemos mirar hacia Ierushalaim. Aquí, en esta Guemará, encontramos el por qué. Y en este caso es un porque muy simple pero muy significativo: para que todo Israel se encuentre poniendo su corazón en un solo lugar. En cada lugar del mundo en que nos encontremos al girar nuestros corazones a Ierushalaim estamos hermanándonos con todo el pueblo de Israel en oración. Nos estamos uniendo en plegaria, en nuestras metas y en nuestros ideales. 

Algunos casos en particular. Un ciego que no sabe dónde están las direcciones (norte, sur, este o oeste) debe apuntar su corazón, su intención a Nuestro Padre (Avinu) que está en los cielos. Ahora la Guemará va a ir diciéndole a cada judío, dependiendo donde está parado, hacia donde debe apuntar su corazón. Quién este fuera de Israel debe dirigir su mirada hacia Israel, quien está en Israel debe dirigir su mirada hacia Ierushalaim, quien está en Ierushalaim debe dirigirse hacia el Beit Hamikdash, quien está allí debe dirigir sus plegarias hacia el Kodesh Hakodashim (la habitación más sagrada del antiguo Templo), quien se encuentre allí debe dirigirse en oración hacia la cortina principal. 

Uno y la comunidad. "El hombre debe siempre integrarse a la plegaria colectiva". Es por este principio que esbozan nuestros maestros que cuando enseñan como se debe hacer Tefilat Haderej, la plegaria que hacemos cuando emprendemos un largo camino o un viaje, no debemos pedir por nuestra propia seguridad en el viaje sino que debemos pedirla por todo Am Israel. No debemos decir "Adona-i Eloha-i", como se diría en singular, sino que debemos decir "Adona-i Elohain-u" llamando a D-s no como mi D-s sino como nuestro D-s.

Un dato de numérico. ¿Cuantas sinagogas había en Tiberias en los tiempos de la Mishná? Uno se podrá imaginar que había cientos o miles, pero se dice que Rabi Ami solía, aunque había 13, sí, tan solo, 13 sinagogas en Tibería solía ir a rezar a su Beit Midrash, su casa de estudios ya que como dicen los maestros: siempre es preferible rezar donde uno estudia. 

Hadran Alaj Tefilat Hashajar. Así terminamos el cuarto capitulo del tratado de bendiciones. 

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