miércoles, 9 de noviembre de 2011

Berajot 20 - Mujeres y las mitzvot

Las mujeres, los esclavos y los niños están exentos de decir el Shema Israel y colocarse los Tefilin. No obstante, están obligados a la Tefilá, a la Mezuzá y al Birkat Hamazon. Este será nuestro tema de hoy. El primer por qué que nos brinda el Talmud con relación a esta excepción es que tanto el Shema como los Tefilin son mitzvot ase sheazman grama hu, son preceptos que están sujetos a un tiempo determinado. Y tal como las mujeres (se suponía) debían estar cuidando a los hijos, los esclavos no disponían libremente de su tiempo, y a los pequeños no se los puede obligar quedaban exentos de todas las Mitzvot que se correspondían a un tiempo determinado (por ejemplo el Shema lo debemos decir hasta la tercer hora del día). Las otras mitzvot no tienen un tiempo determinado. La mezuza seguro que no, ya que solo se hace cuando alguien se muda o una situación semejante. Hoy en día la Tefila sí tiene un horario determinado (hasta la cuarta hora del día la de Shajarit) pero no en los tiempos de la Torá. En aquellos tiempos la Tefila no era fija sino que eran los pedidos que nacen del corazón y los sabios comprenden que las mujeres también tenían pedidos para hacerle a D-s y que debían hacerlos. 

El Birkat Hamazon, la bendición de después de las comidas es un problema. Los sabios no se ponen de acuerdo si las mujeres están obligadas a hacerlo por precepto de la Torá o por regulación rabínica. ¿En que cambiaría esto? Hay un principio de los sabios que dice: Quien no está obligado a cumplir no puede sacar a otros de esa obligación. Esta es la gran diferencia!! Si las mujeres están obligadas por la Torá a hacer el Birkat Hamazon pueden sacar a otro de su obligación diciendo las bendiciones y el otro respondiendo simplemente amén. Si la mujer está obligada por los sabios no puede sacar a alguien que esté obligado por la Torá a hacer el Birkat Hamazon. 

¿Podemos seguir sosteniendo este lugar para la mujer? Uno de los motivos que presenta uno de los sabios para decir que ni un pequeño ni una mujer pueden sacar a su padre o esposo de la obligación de decir el Birkat Hamazon es que le traerían maldiciones, en el sentido que lo harían avergonzar porque ellos estarían demostrando que saben leer y él no. Esto podría haber sido cierto en los tiempos del Talmud cuando la mayoría de las mujeres eran iletradas. Era cierto que en los tiempos del Talmud y luego de la herencia "machista" del mundo griego la mujer tenía un mero rol funcional y utilitario en la vida judía. No se la podía obligar a hacer una mitzva determinada por el tiempo porque ella debía o estar cocinando o llevando al hijo a la escuela o esperando al marido que vuelva de rezar. ¿Podemos hoy, siglo XXI, seguir diciendo lo mismo? ¿Es ese el rol que debe tener la mujer en la vida judía contemporánea, la de ser servicial al marido? Mi respuesta: no. ¿Cuál es la de ustedes?

Extra: Rav Papa se preguntaba en qué se diferenciaba su generación de las anteriores. ¿Por qué la generación de los sabios de la Mishná recibía milagros y en la de ellos no? Primero pensaron que por el estudio pero después se dieron cuenta que ellos estudiaban mucho más que sus antepasados. Después pensaron que es porque no reflexionaban tanto como los antiguos, pero luego se dieron cuenta que se cuestionan y reflexionan con mucho más intensidad. ¿Qué era entonces? ¿Por qué cuando Rabi Iehuda se sacaba un zapato antes de un ayuno (para pedir por las lluvias) inmediatamente empezaba a llover y ellos gritaban y se angustiaban y ni una gota caía? La respuesta: por Mesirut Nefesh. Las generaciones anteriores entregaban el alma por D-s y por la Torá, la generación de Rav Papa ya no. Somos como la generación de Rav Papa, aunque un poco peor. Ya no entregamos nuestras vidas, nuestras almas, por nuestros ideales, por lo que creemos en nuestros corazones. No nos esforzamos por alcanzar nuestras metas ni por decirle al mundo lo que pensamos. Debemos primero estar seguros de nosotros mismos, de nuestra Torá, para después poder sí entregar nuestra alma a los proyectos que decidamos encarar. 

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