sábado, 12 de noviembre de 2011

Berajot 23 - Los Tefilin

Comencemos con algo de escatología talmúdica para romper el hielo. Los sabios, como vimos ayer, se preocupan de la condición del lugar en el cual uno reza, tiene que ser un lugar "agradable". Esto se aplica tanto al interior como al exterior. Si uno ve excremento se debe alejar de allí. ¿Pero qué pasa si aquello se halla en el interior? (les advertí que sería escatológico pero así lo presentan nuestros maestros). Si una persona tiene que "consultar la naturaleza" o "tiene necesidades en sus orificios" (así lo plantea la guemará) no debe hacer Tefila, y si la hace su Tefila, es considerada una abominación. Un sabio agrega que esto es únicamente en el caso de la persona no puede contenerse durante el rezo. Si puede hacerlo, su Tefila será considerada Tefilá. 

El tema del día. Los Tefilin y su santidad. Hoy en día acostumbramos a usar los Tefilin (y su singular Tefilá) en las plegarias de la mañana. En los tiempos talmúdicos la costumbre era que todo el día un hombre debía usar los Tefilin, mas por diversos motivos esta costumbre perdió vigencia y hoy sólo los usamos en un momento determinado. En los tiempos que los Tefilin se usaban todo el día estaba el problema de que hacían cuando debían ir al baño, ya que aquel, como vimos, no es un lugar propicio para objetos que llevan consigo la palabra de D-s. En relación a esto trabaja nuestra Guemará hoy. 

¿Qué hacemos con los tefilin cuando vamos al baño? La primera costumbre era que si uno iba a un baño fijo (estamos hablando hace 1800 años!!!) uno debía dejar los tefilin a 4 codos y luego al salir se los volvía a poner, si era un baño circunstancial (hacía sus necesidades en el camino) meramente los dejaba a un costado, y al terminar caminaba esos cuatro codos y se los ponía nuevamente. Lo anterior era cuando uno iba a hacer caca (no tengo otra mejor expresión para usar) Pero ¿si uno iba a orinar? Según Rabina uno podía entrar con los tefilin pero Rava se oponía porque el viento podía jugarle una mala pasada. Beit Hilel, Beit Shamai y Rabi Akiva discuten también cómo debe hacer un hombre con sus tefilin cuando va al baño. Shamai plantea que se deben dejar a cuatro codos en una ventana, Hilel dice que uno se los debe sacar y llevarlos en la mano y Rabi Akiva dice que uno debe llevarlos en la mano cubiertos con ropa. En un primer momento se seguía la halajá de Shamai mas un día un estudioso dejo sus tefilin y una prostituta (vean el humor de nuestros sabios) los tomó y los llevo a la casa de estudios mientras gritaba: con esto me pagó fulano por mis servicios. Desde ese momento los sabios decretaron que uno puede entrar al baño con los tefilin cubiertos, es por eso que hoy podemos, si tenemos la extrema necesidad, de llevarlos cubiertos en su caja y dentro de una bolsa.

Cuando en la antigüedad, quienes tenían tefilin iban a comer, se los debían de sacar y se los volvían a colocar para hacer la bendición que le sigue a las comidas. Por último enseñaban que uno no debía dormir con los tefilin puestos porque era como despreciarlos. 

Enrollando los Tefilin. La costumbre hoy es enrollar los tefilin dándole vueltas con las cuerdas al rededor de la caja que los cubre, esta costumbre sale de aquí. Aquí se menciona que para entrar al baño uno debía enrollar los tefilin como uno enrolla un libro, dándole vueltas (antes los libros eran pergamino) para que las correas (retzuot) no toquen el suelo.  

Shavua Tov

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