martes, 15 de noviembre de 2011

Berajot 25 - Heces

No es mi intención seguir trabajando sobre el mundo escatólogico pero el Talmud no me deja alternativa. En el amud (página) que nos toca estudiar hoy se le dedica casi un 100 % a ese universo. La discusión principal es bajo qué condiciones se puede o no decir el Shema Israel. Recordemos que el judaísmo insiste que lo importante, a la hora de orar, no es el mundo exterior sino la predispocisión del individuo. No hace falta estar en un templo majestuoso, y ni siquiera en un templo para rezar, lo importante es que el lugar debe ser un espacio limpio y sin olores. 

A lo largo de toda la Guemará se discutirá en torno al excremento. Al comienzo discuten Rab Huna y Rab Jisda en relación si se puede o no leer el Shema con "heces en la carne". Si en alguna parte del cuerpo hay pegado heces ¿se puede o no leer el Shema? Los sabios del Talmud dan opiniones encontradas y los sabios subsiguientes, quienes fijaron la halajá, también las dan. Lo más interesante es que Rab Huna dice que sí se puede argumentando basado en un versículo de los Salmos (150:6) que dice "el Alma de todo ser viviente Te bendice", significando que no importa en que condiciones de "limpieza" se encuentre esa persona, la misma tiene derecho a rezar. 

Rezar con olores. Si hay un mal olor nos debemos alejar de allí para poder concentrarnos en las plegarias. Lo que discuten Rab Huna y Rab Jisda es si debemos alejarnos cuatro codos del lugar que emite ese aroma (entendamoslo como heces quizás), como opina el primer Rab, o bien como opina Rab Jisda nos debemos mover cuatro codos desde el lugar que el olor deja de sentirse. Finalmente el Rambam va a decretar como este último. 

La duda. Si tenemos dudas que lo que tenemos impregnado en nuestro cuerpo son heces o si no sabemos si aquello que vemos cerca nuestro son heces, está prohibido decir el Shema allí. Si la duda es en torno a la orina los sabios decretan que se debe permitir. Es como si la orina fuera menos grave (por su olor y consistencia quizás) que la hez. 

Las heces de nuestros animales. Si donde nos disponemos a rezar encontramos heces de chanchos o de cualquier otro animal nos debemos alejar de ellas para poder rezar. Si las mismas están secas se las considera como tierra (ya que no desprenden olor) y allí se puede leer el Shema Israel. 

Extra! La Torá no fue entregada a los ángeles celestiales. Así nos enseña un sabio anónimo en nuestra Guemará. Los ángeles no tienen necesidades, no viven en la mundanidad, su vida es meramente espiritual. La Torá fue entregada a los hombres para que con ella podamos superar nuestra mera vida material. Para que podamos elevarnos de nuestra cotidianidad a una vida más espiritual, a una vida en mancomunión con D-s. Los ángeles no comen, no tienen familia, no discuten, no roban, no mienten, no mantienen relaciones; los hombres sí, y para ellos está la Torá, para saber como debería uno comportarse en las diferentes situaciones que la vida le depare. 

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