lunes, 8 de julio de 2013

Kidushin 92 - Maestros solteros

Comencemos con los últimos folios del tratado de Kidushin. La Mishná nos enseña que un hombre soltero o una mujer soltera no pueden enseñar en una escuela. ¿Cuál es el motivo? se pregunta el Talmud. Si uno sugiere que puede ser porque un hombre soltero puede tentarse y abusar de los niños en la escuela -un tema lamentablemente vigente en nuestros días-, los rabinos ya habían dicho que no se sospecha que los judíos se quieran acostar con otros hombres o con animales (quizás esta afirmación era válida para su época pero hoy en día podemos ver claramente que no es así pero esto es un tema de discusión para otro momento). Si no sospechamos que aquel soltero quiere abusar de los niños ¿Por qué no puede ser maestro? Por las madres de los niños, contesta el Talmud. Porque cuando vienen las madres de los niños a buscarlos del colegio él se puede ver tentando de acostarse con ellas. Sabiduría talmúdica del más alto nivel. Lo mismo ocurre con las morot (las maestras solteras). El Talmud prohíbe que estas trabajen en la escuela ya que cuando los padres buscan a sus hijos de la escuela se pueden ver tentados de acostarse con alguna de las maestras solteras de sus hijos. En la realidad la aplicación de esta ley es inviable, sin embargo ¿Qué opinan?

Rabi Iehuda opinaba que un soltero no podía ser pastor ¿Por qué? Porque él sospechaba de zoofilia. Rabi Iehuda, en otras palabras, como tantos otros rabinos, creían que "la carne era débil" y que el hombre se vería tentado incluso a acostarse con un animal con tal de saciar sus necesidades sexuales. Por este mismo motivo prohibe que dos hombres solteros se cubran con el mismo Talit, por miedo a "Mishkab Zajur", a que dos hombres tengan relaciones sexuales. Los sabios permiten tanto lo uno como lo otro por aquella suposición que planteamos anteriormente. La primera parte de la suposición puede seguir siendo válida (la de acostarse con los animales) sin embargo las relaciones homosexuales hoy en muchas comunidades judías ya son parte de la realidad. Son aceptadas y ya muchos -entre los que me incluyo- no las piensan como pecaminosas. Si esto es así ¿Qué debe ocurrir con está halajá?

Para terminar el tratado de Kidushin quiero citar una enseñanza de Rabi Meir que se encuentra casi al concluir nuestra página. Él enseña que todo trabajo tiene la potencialidad de riqueza y de pobreza. No hay un trabajo que asegura la riqueza ni otro que asegura la pobreza. Todo depende del merito de cada uno, enseña Rabi Meir. Podemos tener la mejor de las formaciones o el mejor puesto mas nuestro éxito dependerá de nuestro esfuerzo y de nuestro merito. No hay una ocupación que nos aseguré nada en la vida. Todo depende de nuestro trabajo.

Así damos por concluido el estudio de nuestro séptimo tratado, el tratado de Kidushin!

Salika La Masejet Kidushin!

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