viernes, 5 de julio de 2013

Kidushin 80 - Probando la materindad

Si salís al exterior y volves con nuevos hijos o con nueva esposa las preguntas comienzan. Poco ha cambiado en los últimos dos mil años. Si uno por ejemplo se va de vacaciones durante un tiempo y vuelve con una nueva esposa y con una criatura la gente se preguntará ¿se casó? ¿estos son sus hijos? ¿qué ha ocurrido? Lo mismo sucedía hace dos mil años en el mundo judío. 

La Mishná nos cuenta como se evalúa el estatus de la mujer y de los hijos de un sacerdote que sale a otro país y vuelve luego con algún miembro familiar nuevo. Estás son las posibilidades:

  1. Si un hombre se va con su mujer y vuelve un tiempo después con algunos hijos, esté no tiene que traer evidencias sobre la kashrut (la "aptitud") ni de su esposa ni de sus hijos. Por cuanto su esposa ya fue "evaluada" previo al casamiento y en relación sus hijos, si ambos dicen que ellos son sus hijos, no hay razón para no creerles. Recuerden que toda la evaluación de los hijos era para determinar si eran mamzerim (bastardos) o no lo eran.
  2. Si sale con su mujer pero vuelve con hijos diciendo que su mujer murió, debe traer evidencias de la kashrut de sus hijos ya que no hay forma de atestiguar si aquellos niños que el trae son verdaderamente hijos de su esposa que falleció. 
  3. Si sale soltero y vuelve casado y con hijos debe traer evidencia de que su nueva esposa esta kasher, ya que si ella es apta también sus hijos lo serán. 
  4. Si sale soltero y vuelve viudo y con hijos debe traer evidencia tanto de su difunta esposa como de sus hijos. 
Ahora bien. El Talmud se pregunta ¿Por qué si una mujer viene con niños no se debe traer evidencia de que estos son sus hijos? ¿Cómo estamos seguros de que aquellos pequeños son realmente sus hijos? El Talmud nos da una hermosa respuesta. Demuestra su sabiduría y su asombroso razonamiento. Si estos hijos se arrastran, abrazan y se pegan a la madre, como hacen los bebes casi de manera instintiva con sus madres, entonces estos sin lugar a dudas deben ser sus hijos. No se necesitan muestras de ADN ni que se parezcan físicamente los unos a los otros, si los bebes demuestran el comportamiento que los hijos suelen mostrar para con su madre, esto es suficiente para demostrar la maternidad. 

Una historia impactante. Tomando en cuenta lo que acabamos de estudiar el Talmud nos relata el siguiente hecho: cierta vez una mujer llego a Ierushalaim con un bebe en los hombros. Cuando creció este se acostó con aquella mujer. Ambos fueron traídos ante la corte y apedreados. No porqué el muchacho necesariamente sea el hijo de aquella mujer -ya que no había evidencias- sino por cuanto él se comportaba como su hijo (andando en los hombros de aquella mujer).  

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