lunes, 23 de enero de 2012

Sanhedrín 4 - K´ri ujtib

Kri Ujtib, esa es la cuestión ¿seguimos lo que se lee o como se escribe? Antes de poder responder a esta pregunta y comprender mejor la discusión de los sabios es necesario detenernos y explicar algo. La Torá, escrita en su totalidad en hebreo (con algunas excepciones según algunos como veremos después), está escrita de forma consonántica, no hay vocales en el texto bíblico. Las mismas consonantes dependiendo donde son ubicadas - y qué vocales - cambian el sentido de la palabra. Hay muchas veces que la Torá, o sea la  Jtiba, lo escrito dice una cosa, pero la mesora (la tradición judía) nos comanda a leerlo, a hacer el Kri, de otra manera. Esta es la disyuntiva entre el Kri uJtib. Esto es, si debemos guiarnos por lo que está escrito, por la literalidad del texto o por cómo nuestros maestros entendieron que esa palabra debía ser leída. 

Un ejemplo: En Levitico (12:5) se nos dice que una mujer que da a luz a una mujer está SHVM (no lo vocalice y lo puse en la fonética hebrea a propósito) "tiempo impura". Esa palabra se podría, dependiendo cómo la vocalizamos, leerse como Shivim o sea 70 días debería estar impura o bien Shvuaim, que significa 2 semanas. Dependiendo como leemos la palabra podemos determinar que la mujer debe estar impura setenta días o dos semanas. Como conclusión los sabios entienden que se debe leer como su jtiba, como su escritura y en su contexto, por lo cual la mujer "sólo" queda "impura" por dos semanas, pero esto es sólo una anécdota para entender la discusión.  

Cuando debemos definir una Halajá ¿debemos guiarnos por la mesora (la kria) o por la mikrá (la jtiba)? En una discusión muy compleja, para ser traducida al español y explicada en pocas lineas, que se da entre Rabi Shimón y los sabios, este problema metodológico queda reflejado. Rabi Shimón decía que la Sucá debía tener mínimo dos puertas y una tercera no completa (así queda la Halajá, by the way) mientras que los sabios decían que la Sucá debía tener un mínimo de tres puertas completas y una cuarta no completa. En qué radicaba esta discusión? En que los sabios se guiaban por la mesora y Rabi Shimon por la Mikrá. Finalmente, dicen los sabios, trayendo un ejemplo más que cotidiano y complicado que siempre es determinante en la exégesis bíblica: la mikra, la forma en que está escrito, y no la mesorá, la forma en que debemos leerlo. ¿Por qué? La prohibición de mezclar carne con leche aparece tres veces en la Torá, en la que se nos dice: lo tevashel gdi ve JLB imo, no cocerás el cabrito en JLB de su madre. Depende cómo puntualicemos esta palabra "JLB" puede ésta significar cebo (la grasa) o leche. En este sentido debemos seguir el último de los significados que es el más propio de la mikrá

El filólogo Rabi Akiva: Un último punto que tiene un final medio cómico o por lo menos curioso. Los que sostenían que la mikrá, lo escrito, es lo que determina la halajá decían que los Tefilin de la cabeza tienen cuatro pergaminos, cuatro "batim-casas" por los tres lugares que aparece la palabra "Letotafot" en la Torá, uno de ellos tiene una letra agregada por lo cual sería la cuarta "casa". Rabí Akiva, en cambio dice que no es necesario aprender que los Tefilin que usamos sobre nuestras cabezas deben tener cuatro secciones por este estudio literario sino que la misma palabra "Totafot" significa cuatro. ¿Cómo es esto? Según nuestro filologo Rabi Akiva la palabra Tot-a-Fot, es en realidad la conjunción de dos palabras: Tot, del idioma copto, que singifica "dos" y Fot del africano que significa, también, "dos". Algebra elemental: 2 más 2 = 4. 

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