miércoles, 8 de mayo de 2013

Kidushin 59 - Amigos no tan amigos

האומר לחבירו צא וקדש לי אשה פלונית, והלך וקדשה לעצמו - מקודשת לשני ...מה שעשה עשוי, אלא שנהג בו מנהג 
רמאות

Comenzamos un nuevo capitulo del tratado de Kidushin. Podemos comenzar diciendo que debemos tener a nuestros enemigos cerca y a nuestros amigos mucho más cerca. Veamos porqué.

La Mishná nos dice que si alguien le dice a un amigo "ve y desposa para mi a cierta mujer" si el amigo la desposa para él mismo, este matrimonio es válido. Es decir: el amigo no era tan buen amigo y se terminó casando con la mujer que él mismo le pidió. Para que tener enemigos con amigos así ¿no? Desde el punto de vista ético deberíamos decir que este matrimonio no es válido porque la mujer se debería haber casado con el primer hombre, pero si este segundo -el supuesto amigo/emisario- se adelantó y la desposó (de forma correcta) para él legalmente el matrimonio es enteramente válido. 

Los sabios, si bien advierten que no pueden hacer nada para anular ese casamiento, nos dice que "lo hecho, hecho está" pero que esta conducta es tramposa. Es un Minhag Ramaut, una costumbre engañosa. Es decir: este amigo no se comportó de una forma noble y honesta. Es más, los sabios dicen que esta persona debe ser llamada Rashá, malvada. 

Un padre con su hijo no! Todos conocemos algún "amigo" de algún "amigo" que no se comportó de forma muy correcta en algún momento. Los amigos siempre terminan mal por plata o por mujeres. En la época del Talmud ocurría lo mismo; pero hasta con padres e hijos! Se cuenta de Rabin Jisda, un rabino piadoso -como su nombre nos dice- salió a desposar una mujer para su hijo mas finalmente él se terminó casando con esta muchacha. Los demás sabios del Talmud quieren salvar la reputación de Rabin Jisda y dicen que él hizo esto porque la familia de la muchacha no encontraba a su hijo adecuado para casarse con ella, pero a él sí! Sin embargo podríamos decir: esto no se hace!

Otra situación, el mismo principio: si alguien dice que está buscando adquirir un cierto objeto y viene otro y lo adquiere para él esta persona es llamada Rashá, un malvado. Si bien los sabios no pueden quitarle aquello que adquirió para dárselo al primero que había anunciado su deseo, los sabios sí dictaminan que esta persona debe ser llamada "Rashá" y hasta se lo debe anunciar en la sinagoga en presencia de todos. La halajá es tan zagás de enseñarnos que este mismo principio se aplica a quien está buscando trabajo: si sabemos de alguien que está buscando trabajo y nosotros vamos y ocupamos ese puesto es como si le estubieramos robando aquello que él quería adquirir. Esto también nos convierte en malvados! 

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