miércoles, 1 de mayo de 2013

Kidushin 53 - Kodashim y Maaser





Kodashim. No todo lo que tenemos puede ser usado para santificar a una mujer en matrimonio. Nuestra Mishná nos enseña que los sacerdotes no podían usar sus porciones de comida (kodashim) para desposar a una mujer. Como muchos recordarán, los Cohanim, cuando se ofrecía un sacrificio, podían comer una parte de aquel animal ofrendado. Y esta parte sólo la podían comer ellos, los cohanim y sus familias. Ahora bien, de todos los sacrificios ellos se quedaban con una parte, la pregunta es ¿podían utilizarlo para todas sus necesidades o sólo para comer? Es decir, podían los cohanim vender aquellos trozos de carne y con eso acumular dinero o lo único que podían hacer con esa carne era comerla. Esta discusión la entablan Rabí Iehuda y Rabí Iosi en la guemará. El primero enseña que estos kodashim (porciones de carne "sagradas" {apartadas sería una mejor traducción}) eran propiedad de los sacerdotes y con ellos podían hacer lo que quisieran, en este caso usarlo como elemento equivalente o mayor a una prutá para desposar a una mujer. No sé qué mujer quisiera recibir el día de su casamiento un bife de chorizo como forma de "compra" pero bueno, esto opinaba Rabí Iehuda. Por el contrario Rabi Iosi decía que los kodashim solamente era para que ellos se alimenten ya que había sido un sacrificio para Dios y no se podía utilizar para cualquier transacción vulgar. La halajá quedará como Rabí Iosi por ende los sabios considerarán que un matrimonio que se realiza con esta carne de por medio es inválido. 

Maaser. Lo mismo que ocurre con los Kodashim ocurre con el maaser, el diezmo del campo. Así se enseña en Vaikrá 27:30: "Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Adonai es; es cosa dedicada a Adonai." Rab Ajá intepreta este versículo de la siguiente manera: el maaser (diezmo) pertenece a Adonai, y no puede ser utilizado para desposar a una mujer. En definitiva, hay cosas que pertenecen a Dios y que no son de nuestra propiedad, aunque así lo parezca. 

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