viernes, 3 de mayo de 2013

Kidushin 54 - Los angeles celestiales


לפי שלא ניתנה תורה למלאכי השרת - Por cuanto la Torá no le fue entregada a los ángeles celestiales 

Esta frase la extraje del Daf Yomi y entiendo que es una de las enseñanzas más significativas que el Talmud puede regalarnos. La Torá no le fue entregada a los ángeles celestiales sino a seres humanos. Los Malajei Hasharet no necesitan de una Torá porque carecen de deseos, de necesidades, de impulsos y de libertad. Son, en la mitología judía, enviados de Dios que vienen al mundo a cumplir determinadas tareas. No comen, no tienen parejas, no crían hijos, no educan, no sufren ni mueren. No necesitan una Torá. .

Muy por el contrario es el ser humano el que requiere de una Torá, de una enseñanza y una Ley para guiar su vida. Somos nosotros quienes comemos, quienes sufrimos, quienes nos enamoramos y quienes somos arrojados a la vida sin saber muy bien de qué se trata todo esto, sobre qué es lo correcto y de qué cosas debemos abstenernos. Y es la Torá la que nos guía en nuestro andar. La que nos dice que no todo podemos comer, que debemos aprender a controlar nuestras pasiones animales para hacernos humanos. La que nos enseña que el sexo es sagrado si se encuentra acompañado del amor y la intimidad. La que nos muestra como debemos salir de nuestro yo, de nuestros egoísmos diarios, para ir al encuentro del otro.

Por eso la Torá no le fue entregada a los ángeles, porque ellos no viven, existen. En cambio nosotros como humanos vivimos y debemos aprender a vivir, ya que el mero hecho de respirar no nos hace humanos. El ser humano se construye durante la vida; y esta vida comienza cuando dejamos de sobrevivir y aprendemos lo que Fernando Savater llama "el buen vivir". La Torá es el instrumento que la tradición judía nos legó para allanarnos el camino para el "buen vivir". 

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