martes, 23 de octubre de 2012

Avodá Zará 59 - Los habitantes de Gabla

Gabla era una ciudad donde, al parecer, vivían una gran cantidad de judíos. Cierta vez Rabi Jia bar Aba visitó la ciudad y vio tres cosas que le llamaron mucho la atención: 
  1. Las mujeres judías estaban embarazadas por no judíos que se habían circuncidado pero que todavía no habían pasado por la Tevilá (el baño ritual/mikve); por lo cual "técnicamente" no eran judíos.
  2. Los hombres judíos tomaban vino que era "rebajado" por no judíos. En la antigüedad  vale la aclaración, el vino era muy fuerte y concentrado por lo cual cada una copa de vino se vertían dos copas de agua para rebajarlo.
  3. Los judíos del lugar comían una comida preparada y calentada por no judíos
Los que venimos estudiando el tratado de Avodá Zará hace un tiempo nos llaman la atención estas tres actitudes de la gente de Gabla . Estas cuestiones también llamaron la atención de Rai Jia bar Aba, pero a diferencia de muchos rabinos de nuestros días que ante una situación "atipica" salen a prohibir inmediatamente y a menospreciar a quienes realizan estas prácticas; Rabi Jia no dice nada. Cuando vuelve hacia Israel le comenta lo que vio a Rabi Iojanán, y sólo cuando él confirma que lo que hacía esta gente iba en contra de la halajá, vuelve a la ciudad de Gabla a anunciar que estaban actuando de una manera "incorrecta". 


Al volver les dice que hasta que un no judío no haga su baño de inmersión sellando el proceso de conversión, todos los hijos que tengan con no judíos serán mamzerim (bastardos). Por otro lado argumenta que si bien los no judíos al verter agua sobre el vino no lo están tocando directamente, por lo que no están cometiendo una transgresión patente, esto se debe prohibir para alejar así al hombre del pecado y de la tentación (ya que si un no judío puede verter el agua sobre el vino, también se podría pensar que puede tocarlo y servirlo). Por último también prohíben comer esta comida en particular que es calentada por los no judíos ya que, según Rabi Iojanan, estos habitantes de Gabla no son "hijos de Torá" por lo que aunque técnicamente los no judíos podrían calentar esa comida, estos "pueblerinos ignorantes", diríamos quizás, pensarían que todo producto calentado por un no judío estaría permitido. 

¿Historia rara, no?

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