domingo, 14 de octubre de 2012

Avodá Zará 54 - Olam Keminhago Noheg I

De la halajá práctica, como estuvimos viendo los últimos días, pasaremos ahora a estudiar una Hagadá teórica. Si la halajá, las normas, son las prácticas cotidianas de la vida judía, las Hagadot, las leyendas, son la base intelectual, filosófica y teológica sobre la que se sostiene aquella experiencia judía. La halajá depende de la hagadá para tener un sentido, y un sustrato, y la hagadá depende de la halajá para poder ser llevada a la práctica en acciones concretas. 

El Talmud nos presenta una Mishná que no trata sobre una problemática concreta sino sobre un debate más filosófico o teológico. Se cuenta que cierta vez, en el año 95 d.e.c cuatro sabios judíos visitaron la ciudad de Roma. Estos sabios, eran Raban Gamliel, Eleazar ben Azaria, Rabi Ioshua ben Janania y Rabi Akiva. Allí se entrevistaron con emperadores y filósofos romanos que los inquirieron con ciertas preguntas de índole teológico. Presten atención tanto a las preguntas como a las respuestas ya que todas son impactantes. 

Si Ds no desea la existencia de la idolatría ¿Por qué permite que sigan existiendo y no las destruye?, esta es la pregunta que le hacen en Roma a los sabios. La respuesta de los sabios judíos tiene dos partes. La primera es que argumentan que si estas cosas, que los paganos, idolatran no le fueran útiles al mundo D-s las destruiría. Pero, y siempre hay un pero, si los hombres idolatran a la luna, al sol y a las estrellas ¿D-s va a destruir el mundo por causa de los idiotas? Esta es la respuesta literal de los sabios. Los maestros judíos son perspicaces en la respuesta teológica que esta pregunta inquietante les presenta. Si D-s es todopoderoso y Él no desea la idolatría entonces podría sin problemas destruir todas aquellas fuentes de "idolatría", sin embargo Él no va a destruir su universo por idiotas (lease paganos) que alaban a Sus creaciones. 

Los filosofos romanos, que no eran ningunos tontos, retrucan con una nueva pregunta planteando lo siguiente: "Entonces que su D-s destruya aquellas cosas que los paganos idolatran que no son esenciales para el mundo!" Aquí los sabios están en un brete, ya que la respuesta anterior sólo contemplaba que el D-s Todopoderoso de Israel no destruía a los astros porque estos eran funcionales para la humanidad. ¿Pero si los idólatras hubieran alabado a una piedra inservible, sin ninguna utilidad práctica? Aquí los sabios vuelven a mostrar su ingenio y dicen: "si D-s destruyese aquellas cosas inservibles estaría fortaleciendo la fe de los paganos ya que pensarían que Él no destruye los astros porque estos son dioses". La respuesta es impactante y aparentemente convincente. ¿Quedaron convencidos?

El Talmud analiza esta misma historia pero le cambia el final. Cuando los sabios dicen que D-s no destruirá las cosas funcionales del mundo por el comportamiento de unos idiotas, el Talmud agrega una frase central para la teología judía y dicen "Olam KeMinhagó Noheg - El universo se maneja por su curso natural". D-s no puede destruir Su creación por mal comportamiento o por un mal uso del mismo por parte de los habitantes de este mundo. Sin embargo, continúan enseñando los sabios, la teología judía insiste que los idiotas, los que  vivan su vida de una manera equivocada, serán juzgados cuando llegue la hora. El universo se maneja por su curso natural, D-s no altera la realidad del mundo por los actos de los justos o de los malvados, de los sabios o de los tontos, sin embargo, la tradición judía afirma y cree profundamente en que en algún momento el hombre es juzgado por sus acciones. Yo reivindico esta creencia y esta fe milenaria de mi pueblo. 

1 comentario:

  1. MUY BUEEH!! Siga siga con estos "rollos", que a pesar de que no se dejen comentarios, son leídos! A mi me llegan por mail y los voy leyendo, aunque no siempre me nazca dejar un comentario, son muy interesantes!! EXITOS!

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