domingo, 21 de octubre de 2012

Avodá Zará 57 - Esencias vs Nominaciones

A lo largo de la historia de la filosofía y del pensamiento occidental podemos encontrar dos grandes formas de pensamiento. Los esencialistas y los nominalistas. Los primeros concebían que las cosas, las personas y todo aquello que describían estaban constituidas por esencias. En cambio los nominalistas comprendían que la realidad circundante no estaba constituida por esencias sino que eran construcciones que los seres humanos creabana través de su lenguaje. La visión respecto del goi (gentil - no judío) en la tradición talmúdica también se ve inmersa en esta dicotomía del pensamiento.

En nuestro Daf tenemos, creo yo, un ejemplo donde ambas corrientes de pensamiento interactuan y se confrontan. El tema en cuestión es el iayin nesej, el vino que se hace prohibido si un goi (idólatra en este caso) lo toca ya que para los sabios existe la presunción de que éste podría haber sido usado para libaciones paganas. Rab nos dice que si un niño no judío de apenas un día de vida toca un vino kasher lo convierte en prohibido, lo hace iayin nesej. Claramente aquí estamos ante una visión esencialista del no judío. Rab considera que el no judío es "idólatra" por "naturaleza" y que tiene algo en su esencia misma que hace que cualquier vino que toque se vuelva impuro para el consumo de los judíos. Esto es así ya que claramente un niño de un día de vida no tiene la intención, cuando toca una vid o una botella de vino, de hacer con ello una libación pagana. Sin embargo Rab en su filosofía escensialista considera que porque es "goi" tan solo a través del roce, aunque tenga un sólo día, impurifica al vino. 

Rab Shimi, sin embargo, le contesta a Rab y pone en jaque su linea de pensamiento al citar una Braita que dice: quien adquiere esclavos de un goi y los circuncida pero no les hace la Tevilá (el baño ritual para completar la conversión) si este es adulto, y toca el vino de un judío, este se vuelve prohibido mas si es "pequeño" el vino no se impurifica. La diferencia, entre un adulto y un chico, para Rab Shimi es que los primeros saben de qué se trata la idolatría y sus ídolos  mientras que los más pequeños desconocen todo acerca del paganismo. Por lo cual, en esta mirada nominalista de la realidad, los más pequeños no pueden convertir a través del tacto el vino en iayin nesej ya que, más allá de que todavía sean no judíos, no tienen tampoco la conciencia de lo que es una libación pagana por lo cual su acción no puede conllevar el intento de esta práctica. Como dijimos, una mirada no esencialista de la realidad. 

Para terminar es interesante lo que plantea al respecto el sabio Shmuel, él comenta que aunque uno compre un esclavo de un no judío, lo circuncide y le haga la Tevilá, o sea que ya son "plenamente" judíos, estos todavía convierten al vino, si lo tocan, en iayin nesej hasta el momento en que se "diluya la idolatría de sus bocas". Lo que dice Shmuel es que más allá de que a través de una práctica formal uno adquiera un nuevo estatus (en este caso la condición de ser judíos), las prácticas a las que estamos acostumbrados no se alteran con facilidad por lo cual debemos dejar pasar un tiempo para estar seguros de que uno se "olvidó" de lo que eran las prácticas paganas y las libaciones de vino a diversos dioses. ¿Y cuánto es ese tiempo?, se preguntaron los sabios. Doce meses, es la respuesta. Este es el tiempo formal y tradicional sobre el cual los sabios talmúdicos consideran que un individuo comienza a "olvidarse" de las cosas. Es también, como pueden advertir, es el tiempo en el cual un individuo hace Kadish por una persona que falleció. 

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