lunes, 20 de agosto de 2012

Avodá Zará 19 - Bienaventurado el hombre...

1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 1:2 Sino que en la ley de D-s está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. 1:4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento. 1:5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. 1:6 Porque D-s conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.



Así comienza el libro de los salmos. Lo que cite fue el primer capitulo de aquellas alabanzas a D-s que figuran en la última sección del Tanaj, en los Ketubim (escritos). ¿Por qué lo hice? La respuesta es obvia: porqué el Talmud, en la página de hoy, se dedica a descifrar y a interpretar estos versículos. 

Los teatros y los circos romanos. El primer versículo habla de los "bienaventurados" que no anduvieron por malos caminos. Los sabios del Talmud interpretan que esto hace referencia a que esta prohibido ir y participar tanto en los teatros, como en los circos de los romanos. El Talmud considera estas artes como banalidades y como brutalidades. No es aconsejable, en su visión, que un hombre de principios este viendo como sueltan a un león para luchar contra un gladiador. Esas "artes" eran para los sabios talmudicos la puesta en escena de la decadencia humana y de los principios de la idolatría. El reírse y el gozar con la muerte de otro y con el dolor ajeno era aborrecible para los sabios del Talmud. Llamaban a estos centros Moshabei Letzim, asentamientos de payasos (por lo burdo y lo grotesco de sus actos). Si bien regía la prohibición de participar en estos encuentros ciertos sabios permitían ir por dos motivos. El primero era para en caso de votación, en la cual el publico le pudiera salvar la vida al gladiador, un judío debería ir para intentar con su voto salvar una vida humana. El segundo argumento de los sabios es que uno podía ir y observar para luego dar testimonio sobre la muerte de un hombre. Esto serviría en un caso donde se necesite testimonio para dar cuenta que una mujer es una viuda, ya que su marido murió en el circo romano, y que la misma no quede como aguna (anclada), sin posibilidad de volver a casarse por motivo de desconocimiento del paradero de su marido. Bienaventurado el hombre, dice Rabi Shimon ben Pazi, que no concurre a los teatros ni a los circos de los paganos. 


A continuación Jazal continúa desgranando los diversos versículos y da diversas interpretaciones para cada uno. Voy a presentar algunas de las máximas que los sabios deducen de este pasaje:
  • Dichoso el hombre (Ashrei Haish) que desea con ansias los preceptos. Rabi Eleazar dice en relación a este versículo: Los preceptos y no la recompensa de los mismos. 
  • Raba dijo: El hombre debe siempre comenzar estudiando Torá en extensión para luego volver y profundizar en los detalles. 
  • Rabi Inai dijo: Todo aquel que estudie Torá de un solo Rab no verá bendición en todos los días de su vida (debemos aprender de diversos maestros para enriquecernos con la pluralidad de interpretaciones). 
  • Rabi Tanjum bar Janilai dijo: El hombre debe siempre repartir su tiempo de estudio en tres partes: Mikra (estudio de la Biblia), Mishná y Talmud (entendido como el debate y la interpretación de la Mishná).
  • Rabi Aba: Todo estudiante que llega a la posibilidad de ser maestro y decide no enseñar es un despiadado que le impide a otros aprender de su saber. Aparte nos enseña que quien todavía no llegó a ser maestro y enseña es un malvado porque puede confundir en el estudio a muchos otros. 
El hombre y la vida. Se cuenta que Rabi Aleksandri solía gritar por las calles "Maan baei Jaiei? Quien quiere la vida?". Ciertas personas se juntaron y le pideron comprar aquella vida que él ofrecía. Él les contestó los siguientes versículos del libro de los Salmos: 

34:12 ¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?

34:13 Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.
34:14 Apártate del mal, y haz el bien;

Busca la paz, y síguela.

Luego el Talmud comenta estos versículos y aclara que para "ganarse" la vida, no solo hay que alejarse del mal y guardar nuestras lenguas del engaño o la duplicidad sino que debemos hacer el bien. El abstenernos del mal es solo el primer paso hacía la búsqueda del bien; mas la vida se alcanza con una actitud activa, primero debemos alejarnos del mal para luego poder hacer el bien.

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