domingo, 5 de agosto de 2012

Avodá Zará 11 - Onkelos bar Kalonimos

En el último post, el Talmud narró la historia del converso Ketia bar Shalom. Siguiendo esta misma lógica el mismo Talmud nos presenta, en este folio, la historia de quien fue quizás el converso romano más famoso de todos: Onkelos bar Kalonimos. Al parecer, este hombre era el sobrino de el emperador Tito. En momentos de grandes conflictos entre el imperio romano y el pueblo judío, Onkelos decide convertirse al judaísmo. Kalonimos, etimologicamente, proviene del latín y significa "el que tiene un buen nombre". Sin dudas, para la historia del pueblo judío Onkelos tuvo un gran nombre ya que hasta nuestros días su traducción del texto bíblico al árameo es la traducción "oficial". Los sabios judíos de todas las generaciones consideran que su traducción de la Torá es la mejor y la más autentica de todas las que se hicieron. Se la conoce como el Targum Onkelos. Para terminar esta biografía, el Talmud nos cuenta que Onkelos cuando decide convertirse es perseguido por un batallón del imperio romano para apresarlo mas él los convence de las "verdades" del judaísmo y ellos también deciden convertirse. Lo mismo pasa, según este relato tendencioso, con otros dos batallones. 

El tema central de nuestro Daf (página) es si la quema de los objetos de los reyes muertos es una actitud idólatria o una práctica de los Emorim (ergo una práctica aborrecible desde la perspectiva judía) . En la antigüedad, cuando un rey moría sus pertenencias eran quemadas para que ningún otro hombre las utilice jamás. Ciertos sabios veían en esta practica un destello de idolatría mas otros decían que era una costumbre también al interior del pueblo judío. Incluso, agrega el Talmud, era costumbre también dentro del pueblo judío, para honrar a los grandes jefes (nesiim) del pueblo quemar sus pertenencias, como lo hacían con las de los reyes, cuando ellos morían. 

Otro tema. El sabio Shmuel decía que los tres días previos a las fiestas paganas en las cuales a los judíos les está prohibido comerciar con ellos, sólo tiene vigencia, en cuanto a ley, en la tierra de Israel, fuera de la tierra prometida, donde los judíos viven como minoría, con mayorías (en aquellos tiempos) de idólatras sería imposible mantener a la comunidad judía sin tener relaciones comerciales con los no judíos por tres días a la semana. Por este motivo Shmuel dice que fuera de Israel sólo está prohibido comerciar con los idólatras el día mismo de su festividad y no los días previos.

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