sábado, 24 de marzo de 2012

Sanhedrín 45 - Procedimientos de la Skilá

Habíamos establecido que cuando el condenado se encuentra a 10 amot (codos) del lugar de su ejecución debe confesar por sus pecados. Ahora una nueva Mishná nos dice que cuando el condenado esta a 4 amot del lugar donde será ejecutado debe ser desvestido, se le debe sacar sus ropas. Los sabios dicen que los hombres son ejecutados totalmente desnudos mientras que las mujeres son ejecutadas estando cubiertas. ¿Cuál es el motivo de esta diferencia? Los sabios talmúdicos dan varias conjeturas trayendo diversos versículos bíblicos pero al parecer tiene que ver con los hirurim, nuestros maestros sospechaban que si unos hombres veían a una mujer desnuda iban a tener pensamientos obscenos ya que como enseña Rabá "el Ietzer Hará (instinto del mal) no domina sobre el hombre sino por cuanto lo que ven sus ojos". La pregunta que yo siempre me hago en estos casos, y disculpen el lenguaje, es: y las mujeres ¿no pueden tener pensamientos sexuales al ver a un hombre desnudo? Para los sabios talmúdicos podríamos decir que no. 

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Rabi Akiva, enseña en otra parte del Talmud, que este principio es el más grande de toda la Torá. Nuestros sabios toman este versículo y le dan aquí, en este contexto, un significado diferente. ¿Qué significa amar al prójimo como a uno mismo? Elegir para él una buena muerte. Si una persona debe sufrir un castigo por el error que cometió nuestra tarea como prójimo es que sea "lo menos dolorosa" posible. No nos vayamos tanto a las penas de muerte, que muchos de nosotros criticamos y buscamos su completa abolición, pensemos más en los criminales, en los jóvenes que delinquen por necesidad o por no conocer otra realidad y los mandamos por años a cárceles mugrientas, oscuras, húmedas y sin posibilidad de rehacer sus vidas. Eso es castigarlos doblemente. Castigarlos por su error, que sin duda debe ser castigado, pero de una manera cruel, de una manera dañina.   

Skilá: La lapidación es la pena de muerte bíblica que los sabios consideran la más "fuerte". Ahora en una nueva Mishná nos enseñan cómo se llevaba a cabo esta sentencia en el antiguo Israel. El Beit HaSkilá tenía la altura de dos personas, digamos así como unos 4 metros. Uno de los testigos debía arrojar desde esa altura al condenado con su corazón mirando al suelo. Si este moría, el testigo salía de la obligación ya que la Torá establece que el mismo que da testimonio debe ser el primero en terminar con la vida del sentenciado. Si este no muere con la caída, el otro testigo debe arrojarle una piedra, si este muere, el testigo cumple con su obligación, si no muere, en cambio, todo el pueblo debe apedrearlo, para así cumplir con el decreto bíblico. En el tratado de Baba Kama se nos dice que un pozo que tiene diez tefajim, algo así como un metro, tiene el potencial de matar a una persona; por ende algunos sabios dicen que ese debe ser la altura que debe tener el Beit HaSkilá. Los sabios utilizando nuevamente el concepto de amar al prójimo buscándole una "muerte digna", dicen que si alguien cae de tan solo un metro seguramente no muera por lo cual debe ser más alto. Entonces ¿Por qué no lo hacen de 10 metros o más? Porque así la persona a la caída, según los sabios, perdería sus miembros y eso no es exactamente una "buena muerte". Recordemos que antes de que el hombre sea arrojado se lo embriagaba para que no sufra tanto la caída.  

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