domingo, 11 de septiembre de 2011

Guitin 50

Nuestra Guemará sigue y analiza cada fragmento de la última Mishná estudiada (ver Guitin 48). ¿Cómo trabaja la Guemará? Este es un caso típico para entender el funcionamiento del Talmud. Nuestros maestros agarran una Mishná y la van desmembrando y desgajando, agarran cada término y cada oración y de ella preguntan sobre su significado o cuándo la misma se aplica o qué pasa en casos similares. En la Guemará que nos toca hoy se cuestionan principalmente dos puntos:

1) No se cobran (deudas) de los bienes de los huérfanos sino sólo de las Ziburit (de lo peor de la tierra). 
2) No se cobran (deudas) de los Nejasim Meshuavdim (de bienes que están como hipoteca, por ejemplo) si es que hay bienes libres (que el propietario puede disponer de ellos como le plazca). 

Ahora vayamos a ver qué se cuestiona la Guemará en cada una de estas dos afirmaciones que en la Mishná se presentan como irrefutables.

En el primer punto se trae una cita de Mar Zutra que habló en nombre de Rab Najman en la que dice que a pesar de que en un documento de deuda estaba escrito que se debe cobrar la deuda de lo mejor de las tierras si ésta pasa a los huérfanos (en caso de muerte del padre) no se debe cobrar sino únicamente de la peor parte de la tierra. Abaie nos dice que tenemos que saber que hay un principio general: los Baal Job se pagan con las Beinonit (tierras intermedias) pero de los huérfanos sólo cobramos de las Ziburit. Pero Raba discute con Abaie al plantearle que la Torá plantea que los Baal Job (las deudas) se pagan con las Ziburit, no con las Beinonit como él planteaba. ¿Entonces por qué hoy se cobran de las Beinonit? Porque por Tikun Olam los sabios hicieron una Takaná (decreto) en la cual establecían que si las deudas se debían pagar de lo peor de las tierras se iba a cerrar la posibilidad de los préstamos. Nadie iba a querer prestar (recordemos un momento, como llamado de atención, que en los casos que vimos del Prozbul uno de los argumentos para implementarlo era el mismo, no eliminar la posibilidad de que entre hermanos se presten dinero). Entonces técnicamente a los Ietiomim (huérfanos) se les está aplicando la halajá de la Torá, que es que verdaderamente los Baal Job se deben cobrar de la peor de las tierras. 

El segundo punto es en relación a la diferencia de los bienes libres con los que están subyugados a otra persona, pero que todavía están en posesión del dueño. La Guemará dice que se implementó que no se puedan tomar deudas sino de las tierras libres, para proteger al comprador que había comprado una tierra a la persona que se endeudó pero que todavía no la había poseído. Si se pudiese cobrar una deuda de tierras subyugadas, su comprador saldría perdiendo porque después no se la podría reclamar a quien se cobró la deuda de ella. Si este es el caso que da motivo a la Takana ¿Qué pasa con una tierra que fue regalada? El comprador no saldría perdiendo. No obstante lo cual los jajamim decretaron que tampoco de estas últimas se pueden cobrar. 


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