jueves, 29 de diciembre de 2016

Ketuvot 13 - Él dice, ella dice.

¿Qué pasa cuando él dice algo y ella dice otra cosa? Este es el tema central que atraviesa y trabaja nuestra Guemará del día. Venimos viendo ya hace unos días todas las discusiones que se dan en torno a como comprobar si la mujer llega virgen al matrimonio o no y que pasa cuando el hombre reclama que supuestamente se caso con una mujer virgen pero que luego "descubrió" que no lo era. En el Talmud aparecen varias Mishnaiot con un formato similar. En cada una de ellas se presenta primero a la mujer "explicando" porque técnicamente es virgen y no engañó a su marido y luego aparece la voz del marido afirmando que su mujer no era virgen y que por ese motivo el matrimonio es invalido (Mekaj Taut). Ella dice X y él dice Y. ¿A quién le creemos? ¿Le creemos a la mujer o aceptamos la afirmación del marido? Como de costumbre los sabios se dividen. Rabí Eliezer y Raban Gamaliel dicen en todos los casos "Hi Neemenet", ella es creíble. Se debe tomar y aceptar el testimonio de la mujer si ella afirma que es verdaderamente firme. Por ejemplo si ella dice que es virgen solo que en la juventud se golpeó el himen y el mismo se quebró (caso conocido como el de Mukat Etz) se le debe creer. Sin embargo en todos los casos Rabí Ioshua dice "Lo MiPia Anu Jain" (no vivimos de su boca). Rabí Ioshua sostiene que no hay que aceptar las palabras de la mujer hasta que ella traiga pruebas de lo que esta afirmando. 

¿Le creemos o no le creemos? Esa es la cuestión. Rabí Eliezer y Raban Gamaliel deciden creerle. Rabí Ioshua no. La halajá queda como los dos primeros sabios, se cree el testimonio de la mujer ante estas situaciones. ¿Por qué la halajá queda como rabí Eliezer y Raban Gamaliel? ¿Cuál es la lógica detrás de está decisión? Les dejo a ustedes la posibilidad de tratar de entender y justificar esta postura que parece contra-intuitiva en primer término. 

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