Comenzamos hoy el quinto capítulo del tratado de Sucá. Él mismo versará, en su comienzo, sobre una "festividad olvidada" que ocurría en los días intermedios de Sucot durante 5 o 6 días dependiendo como caía Shabbat aquel año. Más detalles sobre está festividad vendrán en las páginas subsiguientes que estudiaremos juntos, hoy me quiero detener en su nombre. El Talmud registra una discusión tardía entre dos amoraim. Uno sostenía que la festividad se llamaba Simjat Beit HaShoeva y otro decía que se llamaba Simjat Beit HaJashuva. Shoevá significa en hebreo "extracción" mientras que Jashuva significa importante. Lo interesante de esta disputa es un comentario de Tosafot que al respecto nos dice que los sabios muchas veces no fueron meticulosos en como pronunciaban o escribían una palabra e incluso nos da unos ejemplos: Eideien o Edeien (con ayn o con alef, Avodá Zara 2a), Meavrin o Mehavrin (con ayin o con alef, Eiruvin 2a), Masikin o Matzdikin (Baba Kama 117b), etc. En todos esos casos los sabios no fueron meticulosos en la forma de escribir cierta palabra. Sin embargo en nuestro caso la diferencia entre Jashuvá y Shoevá no es menor... ¡son dos palabras completamente diferentes!
Quizás por este motivo generaciones posteriores de sabios intentaron aminorar la contradicción y decir que la festividad recibía ambos nombres. Por un lado era llamada Simjat Beit HaShoeva porque era la fiesta de la extracción del agua de los pozos de las afueras de Jerusalén pero por el otro lado era una festividad importante porque "proviene de los seis días de la creación". ¿Qué significa que viene de los primeros días de la creación? La Guemará no nos lo dice. Sin embargo Rashí sugiere a que esto se debe a que según la Guemará (unos folios atrás) los pozos en donde se hacía la libación del agua en el altar fueron creados en el momento de la creación del mundo, son uno de los elementos primordiales de la creación. Más interesante aún es el comentario del Maharshá el cual sugiere que la Guemará está haciendo referencia a un Midrash el cual cuenta que las aguas de la tierra lloraron frente a Dios en el momento de la Creación cuando la separaron de las aguas de los cielos al sentirse expulsadas. En forma de consuelo Dios les prometió a las aguas terrenales que llegará el día en que ellas serán vertidas en el altar. ¿Y cuando ocurría eso? Cada año durante los días de Simjat Beit HaShoeva o Jashuvá. Como elijan llamarlo.
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