Escuchar el sonido del Shofar constituye la Mitzvá principal
de Rosh Hashaná. Por este motivo los sabios del Talmud se extienden en
especificaciones y detalles al respecto. En esta oportunidad nos advierten que
quien escucha el sonido del Shofar emitido desde un pozo (vaya a saber en que
situación sucedería algo así pero por las dudas el Talmud aclara…) si escucha
el sonido mismo del Shofar uno sale de la obligación mas si uno escucha su eco
uno no sale de la misma. Debemos escuchar el Shofar y no su eco.
El problema de la intención (Kavaná): El Talmud ahora se
extenderá por un largo tiempo en discutir sobre las intenciones. La Mishná
había establecido que si uno pasaba por atrás de la sinagoga y escuchaba el
sonido del Shofar y ponía intención (Kivem livó) uno salía de la obligación,
sin embargo si uno no ponía la intención de salir de la obligación de escuchar
el sonido del Shofar en Rosh Hashaná uno debía volver a escuchar el sonido del
Shofar. Y este es el centro de una gran discusión que continúa hasta nuestros
días ¿La Mitzvá debe estar acompañada de una intención correcta (Kavaná) o con
el cumplimiento ritual del acto basta? Heschel, sin dudas, seguirá los pasos de
Rabi Zeira al afirmar que las Mitzvot necesitan de una Kavaná, mientras que Leibowitz
heredará la tradición de Raba que afirma que las Mitzvot no necesitan Kavaná.
Comencemos con el final. La halajá finalmente luego de
disputas milenarias quedará como la estableció el Gaon de Vilna: las mitzvot
necesitan estar acompañadas de una intención pero si uno las realiza sin
intención debe volver a repetir la acción pero sin una bendición. Algunos
sabios afirmaban que si por ejemplo uno tocaba el shofar pero como un mero
instrumento musical y circunstancialmente lo hizo en Rosh Hashaná y una persona
de casualidad escuchó aquel sonido, entonces, esa persona ya salió de la
obligación de escuchar el toque del Shofar de Rosh Hashaná. Otros sabios, sin
embargo, aducían que tal como aparece en el tratado de Berajot en relación al
Shema Israel, si uno estaba leyendo de la Torá y llegó a aquella sección, sólo
en el caso de que ponga intención en salir de la obligación de recitar el Shema
Israel uno saldría de su obligación, sino lo hace esta sería una mera lectura
cotidiana. Otro ejemplo que trae el Talmud es el siguiente: si a uno lo obligan
a comer Matzá y circunstancialmente ese día era Pesaj ¿Uno cumplió con la
Mitzvá de comer Matzá o debe volver a comer Matza en otro momento? Las
opiniones nuevamente se dividen sin embargo la mayoría sostiene que si esta
persona sabía someramente que ese día era Pesaj, éste ya estaba exento de
volver a comer Matza pero si no tenía la más minima noción de que día era debía
volver a comer un trozo de Matza.
La discusión sempiterna sobre la necesidad o no de que nuestras
acciones religiosas y nuestros preceptos tengan una intención adecuada continúa
hasta nuestros días. Hoy en día hay grupos religiosos que se manifiestan como
“conductistas religiosos” donde lo más importante es el cumplimiento estricto
de la Ley más allá de las motivaciones individuales o el crecimiento
individual. Otras corrientes al interior del judaísmo le dan más énfasis al
sentido de las prácticas, al desarrollo espiritual y emocional de los
individuos que al cumplimiento detallado y meticuloso de los preceptos. Como
verán y como dijo Kohelet: no hay nada nuevo bajo el sol.
Shalom, y gracias Uriel
ResponderEliminarAcción e intención, hablando desde una perspectiva y una experiencia judía sin un pasado religioso judío, he visto una combinación de dos comportamientos:
1. Por un lado esta la conducta de quien crece tan familiarizado con las mitzvot y la vida comunitaria que todo lo relacionado con esto sabe a rutina, sin novedad y a veces sin sentido, por lo que las acciones parecen carentes de elementos como pasión y conciencia. Para ellos la mayor búsqueda es la de sentido, estos se sorprenden al encontrar gente que incluso estalle en lágrimas al cumplir una mitzvá.
2. Por otro lado,y entre estos nos encontramos los guerim, que llegamos a darle un valor pasional y místico a las acciones, cayendo en la tentación de juzgar a quienes no realizan la mitzvá de la misma manera que ellos. Incluso algunos suponen que al final no importa nada más que la intención. Por ejemplo, una vez en clases con mi Rabino una alumna dijo complacida: "yo hago Amida 5 veces en la mañana". Mi Rabino se tomó el trabajo de explicarle que por mas cavaná que se tenga, uno no tiene por que hacer cosas que Hashem no ha mandado, y que aunque la cuestión de la cavaná es entre Hashem y la persona nadie debe darse el lujo de actuar por mera fe de carbonero y sin sentido común...
Entiendo pues, que cada uno debe ser responsable en cuanto a como lleva adelante su vida judaica, con conciencia, con sentido, con cavaná y sin extremismos...
Modesto comentario...
Buena Semana