viernes, 5 de diciembre de 2014

Kritot 22 – La sangre y la leche humana

En el último post estudiamos cuales son las sangres que prohíbe ingerir la Torá y cuales están permitidas. En está oportunidad estudiaremos un tipo de sangre muy particular: la sangre del ser humano. El Talmud se pregunta si la sangre de “Mealjei Shtaim” (de los que van en dos patas, es decir: de los seres humanos) se puede ingerir o no. La respuesta es no, sí y depende. Como verán, una respuesta muy judía. 

Según la Torá no hay ninguna prohibición en succionar nuestra propia sangre o en tal caso la sangre de otra persona. Ya que la sangre humana no entra dentro de la categoría de aquellas sangres que no se pueden ingerir. Es decir, según la Torá si uno tiene una herida y (más allá de que los médicos lo recomienden o no) uno se chupa la sangre de la herida, uno no trasgrede ningún mandamiento. 

Los sabios, en cambio, prohibieron la ingesta de la sangre humana en la gran mayoría de las situaciones. El caso que ejemplifica el Talmud es que si uno mordió un pan y se raspó la encía y un poco de sangre quedó en el pan, debe uno raspar el pan, quitar la sangre y ahí volver a comer el pan. Sin embargo si uno tiene sangre entre los dientes uno puede succionar aquella sangre sin trasgredir ningún mandamiento. Como les dije la sangre humana está permitida y prohibida dependiendo el caso. 

Luego de saldar la discusión en relación a la sangre humana los sabios discuten en relación a la leche humana ¿es kasher? ¿se puede tomar leche humana? La respuesta parece obvia: sí. La leche humana es kasher e incluso algunos determinan que es considerada parvé (es decir, no láctea). Los sabios hacen simplemente una pequeña distinción: un bebé puede tomar directamente del seno de la madre pero un adulto no (así mismo lo detallan en el Shuljan Aruj). Un adulto no puede beber del seno de una mujer mas si puede beber su leche (no sé cuan recomendable será pero halajicamente está permitido), lo que debe hacer es la mujer depositar la leche en un recipiente y de allí tomar.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Kritot 21 – La sangre

Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo. (Vaikrá 7:26-27)

El versículo que transcribimos previamente es el eje central de la discusión talmúdica de hoy. Como ustedes sabrán una de las reglas fundamentales del Kashrut es la prohibición de la ingesta de sangre. Toda persona que comiera una cantidad mayor de sangre que el tamaño de una aceituna, si lo hace con intención, recae sobre él la pena de Karet, sin intención, la pena de Korban Jatat. Ahora bien. La Mishná y posteriormente el Talmud complejizarán la cuestión.

La Mishná señala cuales son las sangres prohibidas y cuales las que por su ingesta uno no recibe ningún castigo. Toda sangre que surge de la Shejita (faena) de un animal tanto puro como impuro, tanto ave como bestia, está prohibida, y si uno la come sin intención debe traer un sacrificio por su pecado. Sin embargo otros tipos de sangre, entre ellas la sangre humana (luego debatiremos sobre esto), la sangre que se encuentran en los huevos o en los pescados, si uno las come sin intención uno no debe entregar un sacrificio por ello. 

La gran cuestión del Talmud es intentar dilucidar porque está diferencia. El tema es complicado por el lenguaje del versículo. Por un lado el mismo dice “Kol Dam” (toda sagre), mas luego al final dice “de aves y de bestias”. Entonces bien ¿Todo tipo de sangre está prohibido comer o solo la de estos tipos de animales? Los rabinos resuelven esta aparente contradicción con una de las reglas fundamentales de la exegesis legal: Klal uFrat, lo general y lo particular. El versículo abre con un lenguaje general (klal), diciendo “toda sangre”. Sin embargo el mismo cierra diciendo “de aves y de bestias”, señalando los casos particulares (Prat). Y existe un principio que establece que cuando existe un Klal al que luego le sigue un Prat, los únicos casos posibles en esa generalidad son los que son enumerados (estos particulares). De esta manera los sabios establecen que según la Torá (ya los rabinos igual prohibirán otras cosas más adelante), las únicas sangres que están prohibidas de ingerir son la de las bestias y la de las aves.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Kritot 20 - Melejet Majshevet

En los últimos post venimos discutiendo diversos casos puntuales en los cuales uno, por algún motivo u otro, no debe ofrecer un Korban Jatat o Korban Asham Talui aunque (casi) de seguro hubo una transgresión involucrada. 

Este cuarto capitulo de Kritot cerrará con el caso más extremo en el cual uno pensaría que si trasgrede debe llevar un Korban Jatat pero que los sabios dicen que uno esta Patur (exento). Si uno es consciente que es Shabat y uno conoce las leyes sobre Shabat (es decir aquí no hay falta de intención o desconocimiento de causa o desorientación en el día de la semana) y uno tiene delante suyo dos velas. Si uno tiene intención de prender una de aquellas pero prende la otra, o bien si uno quiere apagar la vela a y encender la vela b mas enciende la a y apaga la b (teniendo en cuenta que tanto encender fuego como apagar fuego esta prohibido en Shabat), en estos casos uno esta exento de llevar al altar un sacrificio por el pecado. 

En estos casos ejemplos y paradigmaticos en los cuales uno hace una flagrante transgresión en Shabat uno no debe llevar un sacrificio ¿Por qué? Porqué todo depende en Shabat de la intención. Esto es lo que los sabios denominan "Melejet Majshevet", una transgresión calculada/pensada. Solamente uno puede ser castigado según las leyes de Shabat si uno realiza una acción prohibida previamente meditada y evaluada. Si yo pensé encender la vela a y enciendo la vela a, cometí una transgresión sin atenuantes. En cambio si pensaba encender la vela a y enciendo la b, por más que para el mundo exterior este cometiendo la misma transgresión que si hubiese encendido la a, uno está exento de ofrecer un sacrificio por el error porque no tuvo la "intención" de hacer lo que finalmente hizo.

Así concluimos el cuarto capitulo de Kritot. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Kritot 19 - “pedir perdón porque sí"

En el último post estudiamos que sucedía su uno tenía delante suyo dos comidas, una kasher y una no kasher, y comía una de ellas ¿debía llevar un Asham Talui (una culpa posible) o no? En esta oportunidad el Talmud seguirá indagando en el tema pero con una pequeña (o gran) variación. 

La Mishná plantea los siguientes casos:

1) Si uno tenía delante suyo Jeleb (cebo animal prohibido) y Notar (sobrantes de un sacrificio, los cuales están prohibidos) y come uno de ellos;

2) Si uno se acostó “inadvertidamente” con una mujer, y no sabe si es su esposa que está en Nidá (periodo menstrual) o con la hermana de su esposa;

3) Si uno realizó una tarea prohibida en un momento que no sabía si era Shabat o Iom Kipur;

¿Debe uno traer en estos casos un Jatat (un sacrificio por la trasgresión) o no? Como se pudieron dar cuenta en el caso del post anterior la duda era entre algo prohibido y algo permitido, sin embargo en esta oportunidad ambas cosas están prohibidas. Tanto comer Jeleb como Notar está prohibido, acostarse con una mujer en Nida como con la hermana de su esposa está prohibido y realizar tareas prohibidas está condenado tanto en Shabat como en Iom Kipur. Entonces la cuestión es la siguiente: uno sabe que trasgredió un mandamiento, aunque sea de forma inadvertida, sin embargo lo que no sabe es exactamente qué mandamiento trasgredió. Siendo así ¿puede uno llevar un sacrificio por la trasgresión? 

El Talmud dice que no. Uno no debe llevar un Korban Jatat hasta que uno sepa fehacientemente que trasgresión cometió ya que dice la Torá: “Asher Jata Bá - por el pecado que uno cometió”, y los rabinos comentan: “cuando él reconozca en que trasgredió”. Por esta razón uno no debe llevar un sacrificio por el pecado hasta que uno sepa con seguridad por que lo está haciendo. De alguna forma los sabios nos dicen que uno no puede “pedir perdón porque sí”, uno debe estar seguro porque uno pide perdón. Uno debe primero reconocer que uno actuó mal para que luego su perdón o su expiación sea válida, si uno no reconoce su error ni miles de sacrificios o de perdones podrán reparar su error. Por otro lado, enseña el Talmud, uno tampoco puede llevar un sacrificio Asham Talui, aquel que se lleva cuando uno no está seguro si trasgredió o no, ya que uno –en este caso- de seguro pecó.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Kritot 18 - Dos (i)lógicas

Seguimos estudiando sobre en qué momentos uno debe traer un Korban Asham Talui, un sacrificio por la posible trasgresión de un mandamiento. 

El caso que tenemos ante nosotros lo trae Rab Najman. El plantea los siguientes dos escenarios:

1) Si un hombre tiene delante suyo dos rodajas, una de Shuman (grasa permitida) y otra de Jeleb (grasa prohibida) y come una de ellas, y no está seguro cual de las dos, está obligado a llevar un Asham Talui al templo de Jerusalém. 

2) Si un hombre tiene delante suyo una sola rodaja, y no sabe si es de Shuman o de Jeleb, y la come no debe llevar un Asham Talui. 

La gran pregunta es por qué. Y la Guemará se hace la misma pregunta. ¿Cuál es la diferencia entre el primer escenario y el segundo? El mismo Rab Najman contesta: en el primer caso la “prohibición estaba fijada” en el segundo caso no. ¿Qué quiere decir Rab Najman con esto? Que en el primer escenario de seguro que una de las dos porciones era un alimento prohibido. Sin embargo en el segundo caso, donde solo había una sola rodaja, no tenemos seguridad de que la misma haya sido de Jeleb. 

¿Les convence la lógica de la Guemará? 

Un segundo planteo interesante es una pequeña historia sobre Baba Ben Buta. Según dicen, este sabio todos los días iba al Templo de Jerusalém a entregar un Asham Talui, hacia estos sacrificios de forma voluntaria cada día ¿Por qué? Porqué él suponía que todos los días alguna trasgresión había cometido por lo cual “por sí las dudas” entregaba un sacrificio. Sin embargo a los sabios no le gustaba mucho esta actitud ya que le decían que sólo debía hacerlo cuando le entraba una duda en serio y no solamente “por las dudas”. 

Qué te parece más lógico: ¿La actitud de Baba ben Buta de por las dudas limpiar cualquier trasgresión o bien seguir las enseñanzas de los sabios de solo hacerlo cuando dudamos en serio?

viernes, 14 de noviembre de 2014

Kritot 17 – Asham Talui

Hasta aquí hemos estudiado solamente las situaciones donde quien comete una trasgresión debe acercar al Templo de Jerusalém un Korban Jatat, un sacrificio por la trasgresión. En esta oportunidad estudiaremos en que situaciones se debe ofrecer un Korban Asham Talui, un sacrificio por la culpa incierta. En términos generales este sacrificio es llevado al Templo cuando uno duda si cometió o no una trasgresión. Quien duda sobre su “culpabilidad” no puede llevar un Korban Jatat porque quizás no trasgredió y estaría así ofreciendo un sacrificio, en buen español, al divino botón; pero por otro lado no puede no llevar ningún sacrificio porque quizás si trasgredió y quedaría así sin enmendar sus errores. Para estas situaciones existe el Korban Asham Talui. 

Tres ejemplos para ilustrar. 

1) Si uno tiene adelante suyo un pedazo de Jeleb (grasa prohibida) y un pedazo de Shuman (grasa permitida). Uno sabe que comió una de aquellas dos pero no sabe exactamente cuál de las dos comió, uno debe traer “por las dudas” un Korban Asham Talui.

2) Si en un hogar se encuentra presente tu mujer y la hermana de tu mujer y uno sabe que se acostó con una de ellas pero no sabe exactamente con cuál de las dos (no me pregunten cómo puede llegar a pasar esto, a menos que la casa este muy oscura y sean gemelas y luego desaparezcan sin decir que ocurrió) uno debe traer un Asham Talui. 

3) Si uno sabe que realizó tareas prohibidas pero no sabe si lo hizo en Shabat o en un día de la semana uno debe traer un Asham Talui.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Kritot 16 – Rabi Akiva pregunta II

En una nueva Mishná Rabi Akiva vuelve a hacerle una pregunta a Rabi Eliezer: Si uno realiza muchos trabajos prohibidos durante muchos Shabatot de una sola Melaja durante un periodo en el cual uno no es consciente de su error ¿Uno debe traer un sacrificio por el pecado o uno por cada Shabat? Antes de presentar la respuesta de Rabi Eliezer debemos comprender la pregunta de Rabi Akiva. 

La Torá plantea que existen 39 Melajot (tareas prohibidas en Shabat), sin embargo a diferencia de muchas otras Mitzvot cada una de las Ab Melajot (de los arquetipos de trabajos prohibidos) tienen toladot (derivados). Un ejemplo: Un Ab Melajá es la prohibición de escribir, y una Tolada de está es la de pintar o dibujar en Shabat. Según algunos sabios puede llegar a haber 39 toladot por cada ab melajá. Rabi Akiva lo que pregunta es entonces que si alguien desconocía que existía cierto Ab Melajá (ejemplo: atar nudos) y como consecuencia desconocía también todas sus toladot; y por consecuencia durante muchos Shabatot realizó aquellos trabajos prohibidos sin conocimiento ¿debe traer un sacrificio por cada vez que realizo una tarea prohibida o un solo sacrificio que incluya a todas las trasgresiones que encierra ese Ab Melaja? 

La respuesta de los sabios se divide en dos: pueden existir dos posibilidades.

1) Es consciente que es Shabat pero no sabe de la existencia de cierta Melajá, debe traer igualmente un sacrificio por cada Shabat que realizó aquella tarea prohibida (y todos sus derivados)

2) Es conciente que tal o cual tarea esta prohibda en Shabat pero se olvidó de que aquel día era Shabat, debe traer un sacrificio por cada vez que esto le ocurrió. 

Un caso diferente que plantea la Geumará es el caso que se estudia en el tratado de Shabat 67b en el cual se plantea que “Toda persona que se olvida o desconoce totalmente sobre el mandamiento de Shabat, debe traer un solo sacrificio aunque haya cometido muchas trasgresiones. Sin embargo si uno conoce sobre la existencia de Shabat y realiza muchas trasgresiones debe traer un sacrificio por cada trasgresión”. Este principio general se aplica a todos aquellos judíos que nacieron sin educación judía y nunca escucharon hablar sobre Shabat o a los judíos que en diversos momentos de la historia fueron raptados o adoptados por no judíos y que por ende no sabían que eran judíos y desconocían sobre el mandamiento referente al descanso del día séptimo. 

Concluimos así el tercer capítulo de Kritot.

Kritot 15 – Rabia Akiva pregunta I

Continuamos estudiando sobre si quien comete muchas trasgresiones en un periodo reducido de tiempo y sin percatarse de su error (BeElem Ejad) debe traer un sacrificio por el pecado por todos o uno por cada trasgresión. En este caso será Rabi Akiva quien le preguntará a Raban Gamliel lo siguiente: “Si uno se acuesta (inadvertidamente queremos creer) con su hermana, con su tía materna y con su tía paterna ¿debe traer un sacrificio o tres?”. Es importante señalar aquí que estas tres relaciones sexuales son consideradas como arayiot, como relaciones prohibidas por la Torá. Raban Gamliel le contesta con una fórmula tradicional: “Lo Shamanu, Abal Shamanu”, es decir: sobre tu pregunta en particular no hemos aprendido una tradición de nuestros rabinos, pero escuchamos [sobre un caso similar]”. Raban Gamliel le contesta a través de una analogía, de un caso del cual sí tenemos una tradición establecida que puede considerarse como equivalente a la pregunta de Akiva. Raban Gamliel le contesta que sabemos que si un hombre se acuesta en un periodo corto de tiempo con cinco mujeres en estado de Nida (impureza) él debe traer cinco sacrificios, uno por cada acto sexual. A lo que Raban Gamliel dice “Kal Vajomer”, mucho más, en el caso de que alguien trasgreda tres preceptos negativos (no te acostarás con tu hermana, no te acostarás con tu tía materna y no te acostarás con tu tía paterna) por sobre quien sólo trasgredió en 5 oportunidades el mismo precepto (no te acostarás con una mujer en estado de impureza).

viernes, 7 de noviembre de 2014

Kritot 14 – Un acto, múltiples trasgresiones

Existen casos, como hemos visto, en los cuales uno puede llegar a transgredir varios preceptos o un mismo precepto varias veces y sólo debe traer un sacrificio por el pecado (Korban Jatat). Existen otros casos donde uno debe traer un Korban Jatat por cada uno de los preceptos transgredidos. 

En esta oportunidad la Guemará nos traerá un caso que una persona comiendo cebo, la grasa animal no permitida, puede llegar incluso a necesitar hasta cinco sacrificios para expiar su error. El caso que sugiere la Mishná es el siguiente: si una persona que está en estado de impureza (1), comió cebo (2), el cual era restante de los sacrificios -es decir que su ingesta estaba prohibida-(3 y 4) y esto lo hace en Iom Kipur –día que está prohibido comer cualquier cosa- uno debiera traer cuatro sacrificios por el pecado y uno por la culpa. No uno sólo como uno podría haber pensado sino uno por cada trasgresión. Los sabios en la Guemará señalarán que esto es así ya que no es un Isur Kolel sino un Isur Mosif. En el caso que uno trasgrediera algún mandamiento que incluye a otros en su interior, lo que se denomina Isur Kolel, uno sólo debe traer un sacrificio por el pecado; sin embargo si cada una de las trasgresiones es una prohibición extra (Isur Mosif) uno debe traer entonces un sacrificio por cada “trasgresión extra” que uno comete. 

El caso que sigue de Isur Mosif es mucho más interesante y enigmático. La Mishná sostiene que puede llegar a darse el caso donde uno en una relación sexual este trasgrediendo 6 mandamientos, ergo debe traer 6 sacrificios si lo hizo sin intención o sin percatarse del error. El caso extremo es el siguiente: si uno se acuesta con su hija puede también violar el precepto de no acostarse con su hermana, con la mujer de su hermano, con la mujer de su tío, con una mujer casada, y con una mujer en estado de impureza. Aunque el caso suene muy extraño (y perverso) así dice el Talmud que puede darse la situación:

Si uno se acuesta con su hija, que es también su hermana porque fue producto de una relación incestuosa con su madre, y que está primero se había casado con su hermano y luego se divorcio para casarse con su tío, por lo cual era una mujer casada y justo uno se acostó cuando ella estaba en estado de impureza (Nidá). 

En ese caso, con esa sola relación sexual que uno tuvo, perversa, adultera, incestuosa y por demás inusual uno debería traer un sacrificio por cada una de las relaciones sexuales prohibidas en ese solo encuentro sexual. Es decir: 6. El ejemplo claramente es absurdo pero es para demostrar llevando al extremo el principio que en un acto puede haber más de una trasgresión involucrada. A continuación encontrarán una tabla donde quizás puedan comprender mejor este extraño fenómeno: 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Kritot 13 - ¿Cuánto tiempo es “Ajilat Pras”?

En la última Mishná, y en el último post, estudiamos que si uno come alguna comida prohibida (en aquel caso fue el ejemplo del Jeleb) por error uno debe traer un Korban Jatat. Los sabios del Talmud especificarán luego cuanto es el mínimo de comida que uno debe comer para volverse culpable. Es decir, si uno prueba una gota de cebo animal prohibido ¿uno debe traer un Korban Jatat? La respuesta del Talmud será que no. La medida mínima que estipulan los sabios para es “Kazait”, de una aceituna. La medida estándar de los rabinos del Talmud es que si uno come algún producto prohibido en mayor cantidad que una aceituna uno se vuelve culpable, si come menos no. Esta misma medida utilizan los sabios para decirnos que si alguien comió una porción mayor a “una aceituna” uno debe pronunciar las bendiciones correspondientes, sino uno puede comer sin bendecir (en nuestros días está halajá es importante cuando nos toca cocinar y debemos probar apenas los sabores de las diversas comidas, no es necesario, si la porción es ínfima, pronunciar la bendición correspondiente). 

El Talmud ya habiendo establecido cual es la cantidad mínima discutirá ahora cual es el tiempo máximo. Es decir ¿Cuánto tiempo debe pasar entre el primer bocado hasta el último para considerar eso “una sola comida” de un alimento prohibido? Es decir: si comí un gramo grasa y dos horas después comí otro gramo de grasa ¿Ambas se suman para formar un “Kazait”? Luego de discutir intensamente los sabios establecen que no. Si bien las comidas se juntan (mitztarfim) para una prohibición o para la necesidad de una bendición las mismas deben comerse en un transcurso de tiempo que recibe el nombre de “Ajilat Pras” (lo que tarda comer media bolsa de pan). Los rabinos, que todo discuten, preguntan también ¿Cuánto es el tiempo estándar de Ajilat Pras? Algunos sabios sostienen que es el tiempo promedio que le lleva a una persona comer 3 huevos (Rambam) y otros dicen que es el tiempo que le lleva a una persona comer 4 huevos (Rashí). La discusión no queda zanjada. En un extremo están quienes dicen que Ajilat Pras son 2 minutos y otros que dicen, en otro extremo, que son 9 minutos. Entre un extremo y otro se encuentran las diversas opiniones. 

En conclusión: uno solo se vuelve culpable (y debe expiar su error) de comer un alimento prohibido si come un Kazait (el tamaño de una aceituna, que se estima que era un poco mayor a las que conocemos hoy en día) en un tiempo no mayor a 9 minutos.

martes, 4 de noviembre de 2014

Kritot 12 – El hombre es creíble sobre sí mismo más que cien personas

א"ר מאיר: קל וחומר כו'. איבעיא להו: מ"ט דרבנן? משום דאדם נאמן על עצמו יותר ממאה איש, או דלמא משום דאמרינן: מיגו דאי בעי אמר מזיד הייתי - פטור 

En el último post presentamos la discusión sobre que ocurría si alguien le señalaba a alguna persona que cometió una transgresión de forma inadvertida ¿cómo debía obrar el “supuesto transgresor? En uno de los casos que estudiamos dijimos que si un testigo le dice a una persona que comió Jeleb (la grosura prohibida de los animales) y aquella persona dice “no lo hice”. La persona no debe traer un sacrificio por el pecado. Su palabra se impone por sobre la del testigo. 

Esta situación es muy atípica en el pensamiento bíblico y talmúdico ya que por lo general la palabra de los testigos tiene un peso cual si fuera una evidencia irrefutable. El Talmud discute entonces cual es el motivo por el cual la palabra del “acusado” prevalece por sobre la del testigo. Los sabios hipotetizan dos escenarios: 1) El primero es porque según dicen los rabinos “El hombre es creíble sobre sí mismo más que cien personas”. 2) Por cuanto si la persona responde “Mezid Haiti”, es decir: lo hice con intención, tampoco debe entregar un sacrificio (ya que el castigo era Karet y el mismo sólo lo impone Dios y no una corte terrenal). 

Quisiera detenerme hoy a explicar un poco esta frase hermosa y desafiante de los sabios: “El hombre es creíble sobre sí mismo más que cien personas”. Cada uno de nosotros se conoce profundamente. La mirada y la voz del otro influye, sin embargo, cada uno de nosotros se conoce de una forma que nunca nadie –ni la persona más cercana que tenemos en nuestras vidas- puede llegar a conocernos. Para todo el mundo podemos ser personas que viven alegres pero quizás nosotros sabemos en nuestro interior que estamos tristes. O todo lo contrario, podemos parecer las personas más amargadas del mundo pero en nuestro interior estamos plenos y felices. 

A nivel legal este principio es muy peligroso y hay que trabajarlo con cuidado. Si bien la tradición rabínica prohíbe la autoincriminación (ejemplo: si digo que robe mi testimonio no puede ser valido frente a una corte), este principio debe tener ciertos límites ya que si los testigos dicen que asesiné y yo digo “no lo hice” ¿quedó exceptuado del castigo simplemente porque dije que era inocente? 

Los sabios entonces explican cuales son los límites de este principio. Rabeinu Gershom y Rashí explican que el mismo es sólo valido cuando no hay un Onesh (castigo) sino una Kapará (expiación) de por medio. Es decir: traer un sacrificio por el pecado no es un castigo, sino que es la forma que tiene el que trasgredió de resolver de forma sencilla su error, de poder expiar su pecado involuntario. Estos sabios consideran que ninguna persona se va a abstener de intentar remediar su situación y de expiar su error, y por eso que creen en la palabra de quien dice en estos casos “yo no lo hice”, ya que él mismo es el perjudicado. El Ramban, sin embargo, sugiere otra explicación complementaria. El sostiene a que este principio se mantiene en todas las situaciones donde el único involucrado y perjudicado sea el “acusado”. En esos casos, cuando ninguna otra persona se ve perjudicada o dañada por las acciones de aquel acusado el mismo puede decir “yo no fui” y un tribunal rabínico no puede obligarlo a ofrecer aquel sacrificio. Esto es importante ya que uno de las reglas generales de la Torá y de los sabios es que uno antes de entregar el sacrificio, sea cual fuera, debe reconocer su transgresión; y si el acusado sostiene su inocencia el sacrificio no tiene ninguna validez ni sentido.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Kritot 11 – “Comiste Jeleb” ¿Qué hacemos entonces?

. אמרו לו אכלת חלב - מביא חטאת. עד אומר אכל ועד אומר לא אכל, אשה אומרת אכל ואשה אומרת לא אכל - מביא אשם תלוי. עד אומר אכל והוא אומר לא אכלתי - פטור.

La Torá prohíbe comer grosura de animal (Jeleb): Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Adonai ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo (Vaikrá 7:25). Sin embargo existe otra grasa del animal, conocida como Shuman, que se puede comer. Por este motivo era muy común que la gente se equivocara y trasgrediera sin intención este mandamiento bíblico ya que pensaba que estaba comiendo Shuman pero en realidad era Jeleb. Por este motivo el Jeleb es utilizado como el arquetipo muchas veces de aquellas trasgresiones que cometemos sin intención, simplemente por error o desconocimiento. 

En este caso, el tercer capítulo de Kritot, comenzará discutiendo qué ocurre cuando alguien le dice a otra persona que trasgredió un mandamiento que su pena es Karet. El ejemplo que utilizan es el del Jeleb. Analizaremos 3 casos. 

1) Si dos testigos, o incluso uno, le dicen “comiste Jeleb” la persona debe traer un Korban Jatat, un sacrificio por el pecado involuntario. El Talmud complejiza esta cuestión que esto siempre es así mientras que quien supuestamente trasgredió se quede callado. El silencio, como decimos popularmente, otorga. 

2) Si un testigo dice que comió Jeleb y otro testigo dice que comio Jeleb, y uno nuevamente se queda callado ya que no está seguro si trasgredió o no, uno debe traer un Asham Talui, un sacrificio por la “culpa posible”. Este tipo de sacrificios se ofrecía cuando uno no estaba plenamente seguro que realmente había trasgredido pero ante la duda entregaba un sacrificio. 

3) Si un testigo dice “comiste Jeleb” y la persona dice “no comí”, la persona está exenta de ofrecer el sacrificio. Si uno está plenamente seguro y confiado que no trasgredió, su testimonio se impone.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Kritot 10 – Sacrificios para ricos y pobres

מתני'. אלו מביאין קרבן עולה ויורד: על שמיעת קול, ועל בטוי שפתים, ועל טומאת מקדש וקדשיו, והיולדת, והמצורע. 

Hay ciertos sacrificios que son fijos y su “producto” no puede ser alterado. En Iom Kipur, por ejemplo, se deben ofrecer los chivos y no otro animal. En Pesaj, otro ejemplo, cada familia debe asar y ofrecer un cabrito y no otro animal. Sin embargo, plantea el Talmud y la misma Torá, en diversos casos de sacrificios personales puede haber variación sobre que ofrecer dependiendo de la posibilidad económica del ofertante. 

La Torá lo llama “maseget iado”, literalmente: lo que alcance su mano. Los sacrificios más caros en el mundo antiguo eran lo de diversos animales como los cabritos o los chivos, si las personas no podían comprar un cabrito –por ejemplo- para un sacrificio por el error o por la culpa podían comprar dos palomos, que ciertamente eran más baratos, e incluso si no podían llegar a adquirir dos palomos podían en algunos casos hacer un sacrificio con harinas. 

El Talmud lo llama “Korban Ole veIored” el sacrificio que sube y baja. Este sube y baja depende de la posición económica de quien debía llevar un sacrificio. Mientras mejor era su situación económica mejor debía ser el “producto” a entregar en el Santuario, mientras más debilitada estaba su economía domestica más bajaba las exigencias. 

Seis son las situaciones que el Talmud detalla que pueden entrar dentro de la categoría de Ole veIored. 1) La Metzora, quienes están enfermos de esta extraña enfermedad bíblica 2) HaIoledet, las parturientas luego de su periodo de recuperación y purificación 3) Shmiat Kol, aquella persona que tenía datos para testificar y no lo hace es culpable y debe traer un sacrificio por el pecado 4) Al Bitui Sefataim, quien jura falsamente frente a los jueces por equivocación 5) Tumeat Mikdash, es decir quién entra al Santuario estando impuro o quien come alguna de las comidas sagradas en estado de impureza. 

lunes, 27 de octubre de 2014

Kritot 9 – El converso y los sacrificios

Estamos comenzando el segundo capítulo del tratado de Kritot. El mismo comienza enseñándonos un concepto: “Mejusrei Japara”, los faltantes de expiación. La Mishná se refiere a aquellas personas que deben traer un Korban Jatat pero no porque hayan cometido una trasgresión sino como parte de un proceso para terminar de purificarse. Algunos de los casos que enumera la Mishná son: Zab y Zaba, los hombres y mujeres que tienen algún tipo de secreción (generalmente de sangre en los órganos reproductivos) y aunque hayan ya realizado la Tebila (la inmersión en el baño ritual) no quedan totalmente purificados sino hasta que traigan un Korban Jatat. El mismo los habilita a comer luego de las diversas ofrendas que se presentaban en el Templo. En está categoría de Mujusrei Japara están también las parturientas y quienes contraen la enfermedad bíblica de Tzaarat. 

Rabi Eliezer agrega dos casos: el converso y el Nazir. Ambos deben traer un sacrificio para “completar” su estado y convertirse (nuevamente o por primera vez) en un judío como cualquier otro. Quiero detenerme en el caso del Ger, el converso. Según el Talmud el pueblo judío antes de recibir la Torá se circuncidó en Egipto, realizó una Tebila (una inmersión) los 3 días previos al recibimiento de la Torá y entregó un sacrificio para completar su purificación. Una vez que realizo estas tres “tareas” estuvo apto para recibir la Torá en el monte Sinaí. De esta misma forma, explica el Talmud, los conversos deben realizar estas tres acciones para ser parte del pueblo de Israel, tal como lo hicieron nuestros antepasados antes de convertirse en un pueblo al recibir la Torá. 

Hoy en día ¿Cómo hace un Ger para completar su conversión? El Brit Milá se puede realizar, la Tebilá también ¿Y el sacrificio? El Templo de Jerusalém no esta de pie por lo cual existen dos opciones: o que no pueda haber más conversos porque no pueden entregar su Korban Jatat o bien anular esta halajá. Al mismo dilema se enfrentaron los sabios de la Mishná. Una Braita anónima nos enseña que “en estos días un Ger debe separar ¼ de Dinar para su creador”. Es decir que como no existía el Templo ya en los días de la compilación de la Mishná los sabios decidieron que los conversos debían al momento de su Giur separar un dinero para eventualmente “cuando el Templo se reconstruya” comprar con el mismo el Korban estipulado. Sin embargo Rabi Iojanan ben Zakai anulo esta práctica. ¿Por qué? Porque los conversos separaban al comienzo ese dinero pero después le sucedía una eventualidad y necesitaban hacer uso del mismo y terminaban utilizándolo para cosas de Julin (cuestiones profanas) y no sagradas como era su destino. 

En pocas palabras, la halajá actual es: Brit Milá, Tebila y estudio de Torá. Nada de sacrificios ni de separar una suma de dinero.

domingo, 26 de octubre de 2014

Kritot 8 - El alto precio de las palomas

Hay ciertos korbanot en la Torá que prescriben que uno traiga dos palomos al templo de Jerusalém, como medio de expiación. El Talmud los llama Kinim. Por lo general traer dos palomos era mucho más accesible que traer un cordero u otro mamífero. Las mujeres que daban a luz o abortaban debían, como ya enfatizamos previamente, luego del periodo de purificación, traer un Korban al Templo de Jerusalém. El Talmud aclara ahora que lo que debían traer era dos pares de Kinim, es decir 4 palomos. 

En la Mishná se plantea una discusión: si uno tuvo 5 “abortos o nacimientos” ¿Debe traer un par de Kinim por cada uno o uno por todos? Los sabios estaban divididos, sin embargo en un momento se definió como que debían traer un par de palomos por cada aborto o nacimiento. Lo cual les generaba un gran costo a las parturientas, ya que los vendedores se aprovechaban y subían el valor de los Kinim. Una vez, se cuenta, un par de estos Kinim llegó a costar un Dinar de oro (un precio altísimo, ya que se calcula que un dinar de oro era equivalente a 25 dinarim de plata). Por ese motivo Raban Shimon ben Gamliel, que fue electo como Nasí (exilarca) de la comunidad judía 18 años antes de la destrucción del Templo de Jerusalém y que fue uno de los 10 sabios martirizados por los romanos, cuando se entera de esta situación y del alto costo impuesto para las mujeres pone su grito en el aire. Y él declara: “Por el Santuario de Jerusalem, no me iré a dormir esta noche hasta que su valor sea de 1 dinar de plata (es decir, 25 veces menor)”. Después de hacer estas declaraciones y protestar por el costo excesivo de los Kinim fue hasta el Beit Din y enseño que si una mujer tiene 5 “abortos o nacimientos” debe traer un solo par de Kinim por todos. Y al hacer esto reduce la demanda de palomos por lo cual el precio baja. La sugya termina diciéndonos que aquel día un par de palomos terminó costando ¼ de un Dinar de plata, es decir 100 veces menos que su valor de venta de esa mañana. 

Nuestros sabios nos enseñan que debemos defender nuestros derechos y que si los comerciantes se abusan de quienes quieren cumplir las mitzvot poniendo altísimos costos a los productos uno debe protestar. Raban Shimon ben Gamliel incluso transforma la halajá para reducir la demanda y la necesidad de palomos para que el precio baje. Ser judío es caro pero no debiera ser tan caro. Cuando en nuestros días vemos comerciantes que abusan de los consumidores, en especial en los precios de la comida Kasher, debemos reclamar y a veces la mejor forma de hacerlo es abstenernos por un tiempo de comprar ciertos productos de carne o quesos certificados, y comer otras cosas. Se cuenta que cierta vez en una ciudad los precios del pescado se dispararon. Y el rabino decretó que nadie compre pescado para sus cenas de Shabat (el único día que se daban ese gusto) hasta que los precios vuelvan a bajar. Tiempo después el valor del pescado se desplomó ya que por semanas nadie compró.

Y así concluimos el primer capitulo de Kritot. 

viernes, 24 de octubre de 2014

Kritot 7 - Sacrificio por embarazo/aborto

Habló Adonai a Moisés y le dijo: 2 «Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer, cuando conciba y dé a luz un hijo varón, quedará impura durante siete días; como en los días de su menstruación será impura ... Cuando los días de su purificación se cumplan, ya sea por un hijo o una hija, llevará al sacerdote un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del Tabernáculo de reunión. 7 El sacerdote los ofrecerá delante de Adonai y hará expiación por ella. Así quedará limpia del flujo de su sangre. (Vaikrá 12:1-7)

Según la Torá cuando una mujer da a luz o cuando tiene un aborto, debe traer luego de dejar pasar un tiempo un sacrificio. Es más, no debe traer un solo sacrificio sino un sacrificio Olá (que se consumía íntegramente en el fuego) y otro Jatat (por el error o la culpa). No es este el momento para indagar en el porqué de este mandamiento ya que cabe preguntarse ¿De qué es culpable la mujer? ¿Por qué debe traer un korban Jatat? Sólo hemos traído a colación este tema ya que una nueva Mishná de Kritot nos habla del tema. 

Este tema surge ya que habíamos dicho que quien transgredía un mandamiento cuyo castigo es Karet de forma inintencional debe traer un Korban Jatat. Y de paso, los sabios nos enseñan algunas otras leyes y reglamentaciones en relación a este sacrificio. 

La Mishná recalca que hay mujeres que llevar un sacrificio y comen de él, otras mujeres llevan el sacrificio pero no comen y por último otras mujeres ni siquiera llevan un sacrificio (luego de haber dado a luz). La misma Mishná nos explica que las mujeres que tienen un niño o niña deben traer un sacrificio tras el parto, sin embargo si tienen un aborto a lo largo del embarazo solo deben traer un sacrificio y comer de él cuando el feto tenía “forma humana”, es decir, cuando ya llegó a un desarrollo importante. Si una mujer aborta antes de que el feto tenga una forma y apariencia “humana” no se considera a la madre “plenamente embarazada” y que parió por lo cual no debe traer un sacrificio ni debe comer de él. 

Hay mujeres que deben traer un sacrificio pero no deben comerlo ya que su condición no es certera. Por un lado no deben dejar de traer el sacrificio ya que pueden ser que estén dentro de la categoría que requieren un sacrificio de este tipo pero por el otro lado no deben comerlo ya que si lo comen y no debían hacerlo están trasgrediendo un mandamiento. Entre los ejemplos que pone el Talmud esta la madre que aborta un “feto” que no está seguro que forma tiene, es decir, si entra dentro de la categoría de feto con forma humana o no. 

Por último las mujeres que abortan “agua”, “sangre” o “con forma de pececitos” (el Talmud es, muy a mi pesar, muy ilustrativo), o dentro de los cuarenta días de haber quedado embarazadas, no deben traer un sacrificio ya que esto no se considera un parto, ergo no entran dentro de aquella categoría bíblica.

jueves, 23 de octubre de 2014

Kritot 6 - Siman Tov uMazal Tov

El Talmud sigue enseñándonos sobre cómo se hacía la consagración del rey. Nos cuentan que a los reyes no se los ungía sino al lado de un manantial como señal para que su reinado sea eterno como aquellas aguas. Los sabios llaman a esto: Siman Tov, es decir, una buena señal. Los ungían en Gijon, en la parte sur de Jerusalém, donde había muchas aguas para que esto funcione como una buena señal, un buen augurio para su reinado. 

En el formato de asociación libre de los sabios del Talmud, un sabio comenta que si uno quiere saber cuál será su Mazal (destino o constelación, es decir: su suerte) en el año que comienza uno debe poner una vela al comienzo de Rosh Hashaná en una habitación donde no corra viento. Si al finalizar Iom Kipur la vela sigue encendida esto es un indicio (Siman) de que uno vivirá plenamente durante aquel año, si la vela se apaga… se podrán imaginar augurio de que será. Por las dudas no lo prueben en sus casas. 

Los sabios siguen diciendo: si uno esta pensando en hacer algún negocio y quiere saber si el mismo prosperará uno debe hacer crecer un gallo, si sale bello y bien, esto es un Siman de que el negoció será fructífero. Por último: si uno está pensando en viajar y quiere saber si volverá de aquella travesía uno debe entrar a una habitación oscura y ver la sombra de su propia sombra, si lo hace esto es un Siman Tov, un buen augurio. 

Un sabio anónimo, luego de escuchar todas estas historias sobre “simanim” (señales) dice: “Esto no es algo serio, ya que quizás esto le provoque una desazón en su alma y atraiga una mala suerte/destino a su vida”. Hermoso y sabio lo que dice, perdón la redundancia, este sabio. Estos augurios y señales son beneficiosos cuando los realizamos y nos dan un buen resultado. Esto nos da energías y fe en que triunfaremos en nuestros proyectos. Y sin embargo ¿si fallan? ¿No nos deprimiremos seguramente? ¿Podremos a pesar de todo seguir adelante con nuestra empresa? Seguramente fallaremos porque emprenderemos nuestros retos con miedo e indecisión, sin confianza en nosotros mismos ni en la ayuda divina. Será una profecía auto cumplida.

Podemos encontrarnos en la vida frente a muchos simanim, frente a muchas señales. Cada uno elige como leer los simanim que la vida le presenta. La tradición de Israel, sin embargo, nos llama a confiar más en nosotros mismos, en nuestras virtudes, y en la bondad de nuestro Creador más que en señales que nos pueden inmovilizar y que tienen la habilidad de transformar hermosos sueños en horrendas pesadillas. 

Y ahora sí, más que nunca, como solemos cantar: Siman Tov uMazal Tov, que podamos todos tener hermosas señales y buenos destinos. 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Kritot 5 - El aceite de la unción

Una de las 36 trasgresiones que conllevan la pena de Karet (“exterminio”) es “Hamefatem et Hashemen (quien prepara el aceite)”. ¿De qué aceite están hablando los sabios? Del aceite que preparó Moshé para ungir a los sacerdotes y a todo el mobiliario del Mishkan en los años de travesía por el desierto. Es decir: ese aceite no puede ser imitado y preparado por otras personas y mucho menos para usos seculares. Aquel aceite era sagrado y estaba restringido a ciertos usos muy particulares. 

El Talmud continúa narrando algunas cuestiones legales y anecdoticas en torno al aceite. Y en algunas de esas enseñanzas quiero detenerme hoy. 

El Talmud dice: los hijos de los reyes no necesitan ser ungidos con aceite mas los hijos de los sacerdotes, incluso del sumo sacerdote, necesitan ser ungidos. En la antigüedad los dos grandes líderes en cada generación del pueblo de Israel eran por un lado los reyes y por el otro lado los sacerdotes. Los primeros, nos cuenta el Talmud, si son meros continuadores y herederos del linaje real, una vez que asumen el trono no deben ser ungidos. Quienes deben ser ungidos son los reyes “nuevos” y sin linaje real como fueron Shaul o David. Sin embargo los sacerdotes, una cuestión que también se transmitía por herencia (es sacerdote quien su padre fuera sacerdote), debe ser igualmente ungido cuando comienza su tarea sacerdotal. 

¿Por qué esta diferencia? Se me ocurre pensar que los reyes representan la herencia material y político/social de nuestras vidas, mientras que los sacerdotes el legado espiritual e intelectual. Y nuestros sabios nos quieren enseñan que todos heredaremos el estatus de nuestra familia, nuestro apellido familiar y nuestra clase social. No hay nada que debamos hacer para heredar aquellas cuestiones que hacen a la “riqueza” material de nuestras familias. Sin embargo a nivel espiritual e intelectual somos nosotros, como los sacerdotes en cada generación, quienes estamos obligados a volver a ungirnos con aquel aceite. Cada uno de nosotros se debe renovar ya que el conocimiento y el trabajo del corazón no se heredan gratuitamente sino que es el fruto de un trabajo personal que todos estamos obligados a enfrentar. 


¿Cómo se los ungía? El Talmud aclara que si bien a ambos, al rey y al sacerdote se los ungía con el Shemen HaMishja (el aceite de la unción) a cada uno se le vertía el mismo de una forma diferente. Al rey se le vertía el aceite cual corona (alrededor de su cabeza de forma circular), mientras que al sacerdote se la hacía “Kemin Ji”, dice el Talmud, como una “Ji”. ¿Qué es una Ji? ¿Forma de que tiene una Ji? Rab Menashia dice: como una “ji” griega. Es decir, se le ungía el aceite sobre su cabeza con la forma de la letra griega “Ji”, algo así como una “x” latina. 


Quisiera terminar hoy con un hermoso Midrash sobre el Shemen HaMishja. En los Salmos (133) encontramos el siguiente pasaje: “!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que los hermanos estén juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3 Como el rocío de Hermon, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Dios bendición, Y vida eterna.” El Talmud nos cuenta que a Aharon le colgaban de su barba dos pequeñas gotas del aceite de la unción, que parecían dos piedras preciosas. Moshé, su hermano, siempre que veía aquellas gotas se preocupaba y decía: “Quizás, Dios no lo permita, hice un uso indebido del aceite de la unción” (es decir, le tire tanto –de más- que el mismo se está desperdiciando). Una voz celestial salió entonces y le dijo: “Como el rocío de Hermon, Que desciende sobre los montes de Sion”, tal como no puede haber uso indebido del rocío, así tampoco hay un uso indebido del aceite en la barba de Aharon”. Moshé entonces se tranquilizó. Sin embargo Aharon seguía preocupado y él se dijo: “quizás Moshé no transgredió pero yo sí”. Entonces nuevamente una voz celestial sale de los cielos y dice: “!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que los hermanos estén juntos en armonía!”, tal como Moshé no hizo un uso indebido tu tampoco lo has hecho.” 

martes, 21 de octubre de 2014

Kritot 4 - ¿Castigo en general o particular?

Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. La grosura de animal muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis. Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Adonai ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. (Levítico 7:23-25)
La Torá prohíbe comer la grasa/gordura/cebo (en hebreo: Jeleb) de tres animales: buey, cordero y cabra. De otros animales nos es permitido comer la grasa y la misma se denomina en hebreo Shuman.
No me quiero detener en esta halajá en particular sino en el tema en cuestión de nuestro tratado Kritot. Al final de este pasaje se nos dice que cualquier persona que comiera este “jeleb” será “cortado de entre su pueblo”. Es decir, como ya hemos enseñado, que si uno comete esta transgresión con conciencia y a sabiendas el castigo es Karet. Sin embargo si uno la transgrede “sin querer”, bishgaga, el castigo es el korban Jatat.
El Talmud plantea una discusión entre Rabi Ishmael y los Sabios en relación al primer versículo. Rabi Ishmael sostenía que si alguien transgrede sin intención y come el Jeleb de un buey, de cordero y de cabra (en un mismo “asado”, uno podría pensar) uno debe traer tres sacrificios por el pecado, uno por cada tipo de Jeleb. Mientras que los sabios insisten en que sólo debe traer uno por los tres. El tema en cuestión es lo que el Talmud llama: “lav shebijlalot” (el no de las “inclusiones”).
El Lav Shebijlalot se da cuando la Torá dice, como en este caso, no “no harás tal cosa, y tal otra, y tal otra, so pena de…”. La pregunta es si uno trasgredió dos de aquellas cosas que dice la Torá en un mismo momento ¿uno debe recibir un castigo o dos castigos? ¿Se suman las transgresiones y sus castigos o es más bien “un castigo colectivo” por todas aquellas cosas que el “no” incluye?

La Halajá sigue la palabra de los sabios: si un versículo incluye varias prohibiciones y luego una pena, si uno trasgredió más de una de ellas en un mismo momento el castigo se aplica una sola vez por todas y no una por cada una. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Kritot 3 - ¿Uno x uno, o uno x todos?

תלמוד בבלי מסכת כריתות דף ג עמוד א

המחלל את השבת. אמרי: שבת מ' חסר אחת הויין! א"ר יוחנן: תנא שגגת שבת וזדון מלאכות, דלא מחייב אלא חדא, דתניא: הנה שהיא אחת - שגגת שבת וזדון מלאכות. וניתני זדון שבת ושגגת מלאכות, דמחייב מ' חסר אחת! דתניא: +ויקרא ד'+ ועשה מאחת מהנה - פעמים שחייב אחת על כולן, ופעמים שחייב על כל אחת ואחת,

Uno de los ejes de la Guemará el día de hoy será en torno al dilema que presenta Shabat o la Avodá Zará (idolatría). Ambas Mitzvot conllevan una gran variedad de diversas prohibiciones. Comencemos con el paradigma de Shabat. El Talmud propone dos posibilidades:

1)      Shigegat Shabat veZadon Melajot: si uno no sabía que aquel día era Shabat (imaginemos a alguien que perdió la noción del tiempo y creyó que era domingo) y por ende cometió muchas transgresiones con intención (ya que al ser “domingo” no tenía porque no cortar, prender fuego, etc.); uno al darse cuenta que aquel día era realmente Shabat sólo debe traer un Korban Jatat, un sacrificio por el pecado y no 39 (o uno por cada una de las transgresiones que cometió).

2)      Zadon Shabat veShigegat Melajot: si uno sabía que ese día era Shabat y realiza diversas tareas prohibidas por error o sin saber que eran tareas prohibidas en el día de descanso uno debe traer un Korban Jatat por cada una de las transgresiones cometidas, en el peor de los casos: 39 sacrificios.


El caso del Tinok Shenishba lebien hagoim (el niño capturado por los gentiles). ¿Qué pasa si un niño judío es desde temprana edad tomado por no-judíos y educado como tal? De seguro va a transgredir muchos mandamientos pero de seguro que lo hará Bishgaga (sin intención), ya que a él no le enseñaron que esto o aquello estaba prohibido. En el momento que se entere que es judío ¿Debe traer un Korban Jatat por todas las transgresiones o un korban jatat por cada una de las transgresiones? Aunque sorprenda la respuesta de los sabios, o por lo menos a mi me sorprende, aquel niño raptado a temprana edad debería traer un korban jatat por cada una de las transgresiones que cometió. 

domingo, 19 de octubre de 2014

Kritot 2 - Las 36 transgresiones

תלמוד בבלי מסכת כריתות דף ב עמוד א

/מתני'/. שלשים ושש כריתות בתורה: הבא על האם, ועל אשת אב, ועל הכלה, הבא על הזכור, ועל הבהמה, ואשה המביאה הבהמה עליה, הבא על אשה ובתה, ואשת איש, הבא על אחותו, ועל אחות אביו, ועל אחות אמו, ועל אחות אשתו, ועל אשת אחיו, ועל אשת אחי אביו, (ועל אשת אחי אמו), ועל הנדה, והמגדף, ועובד עבודת כוכבים, והנותן מזרעו למולך, ובעל אוב, ומחלל שבת, וטמא שאכל קדש, והבא אל המקדש טמא, והאוכל חלב, ודם, ונותר, ופיגול, והשוחט ומעלה בחוץ, והאוכל חמץ בפסח, והאוכל והעושה מלאכה ביום הכפורים, והמפטם את השמן, והמפטם את הקטרת, והסך את השמן המשחה, והפסח והמילה מצות עשה. על אלו חייבין על זדונו כרת, ועל שגגתו חטאת,

Volvemos a las canchas. Luego de un tiempo donde estudié Talmud sin subir al blog todos los días un “reporte” de la página en cuestión, y luego de un tiempo donde no encontré el tiempo para estudiar siquiera, volvemos con todo.

Comenzamos hoy con el tratado de Kritot. He decidido comenzar ahora estudiando los tratados más “cortos” del Talmud, y entre ellos se encuentra Kritot con 28 páginas por lo cual en menos de un mes debiéramos estar terminando el mismo.

Kritot es el plural del término bíblico Karet. Karet, palabra de difícil traducción, es una de las penas capitales que la Torá nombra para las trasgresiones “más graves”. Es algo así como “exterminio”, “arrancado”, etc. No conocemos a ciencia cierta cómo se aplicaba esta castigo en tiempos bíblicos, quizás con una suerte de ostracismo, ya que la torá dice “Y será arrancada aquella persona del seno del pueblo”; sin embargo en el imaginario rabínico el Karet es una muerte no-natural por causa de una grave trasgresión. Este castigo es aplicado por las cortes celestiales (Iedei Shamaim) y no por las cortes terrenales.

Sin embargo el tratado de Kritot no trata sobre estas muertes sino sobre los sacrificios que se debían traer cuando uno realizaba una trasgresión que si uno la hacía con intención su pena era Karet pero si uno la realizaba por error o sin saber que era una trasgresión uno debía compensar aquella falta con un Korban Jatat, un sacrificio por el pecado.

Comienza la primera Mishná diciéndonos que hay 36  trasgresiones en la Torá que su pena (si uno lo hizo BeMezid, con intención) es Karet mas si uno lo hizo Bishgaga (por error) su pena es Korban Jatat. Entre las trasgresiones que ameritan esta pena capital se encuentran: las relaciones incestuosas y prohibidas, la idolatría, el impurificar el santuario y solamente dos mandamientos positivos: el no realizar el sacrificio de Pesaj y el no realizarle la circuncisión a un hijo.

La primera pregunta que se hará la Guemará es: ¿Miniana Lama Li? Es decir ¿Para qué necesitamos saber aquella enumeración? ¿Para qué la Mishná se gasto en decir que hay 36 trasgresiones cuyo castigo es Karet? ¡La Torá misma detalla cuales son estas 36 trasgresiones, no había necesidad de gastar el tiempo en transcribir y enumerar una por una!


Poner por escrito algo en el mundo antiguo era muy caro por lo cual sólo se escribía, o se recordaba, lo más importante y no lo “obvio” o lo conocido por todos. Cada vez que el Talmud se encuentre con una redundancia o con un dato “obvio” en la Mishná, como es el caso de enumerar las 36 trasgresiones conocidas por todos, los sabios se preguntarán cual es su sentido y su significado. En esta ocasión rabi Iojanan nos da la respuesta: porque si uno trasgresdió de un “saque” todas las 36 trasgresiones (vaya uno a saber cómo puede hacer todo eso en un periodo corto de tiempo) uno debe traer un Korban Jatat por cada una de las trasgresiones, es decir, realizar 36 sacrificios y no simplemente uno por todos. 

jueves, 27 de febrero de 2014

Baba Batra 61 - Venta de hogares

Comenzamos un nuevo capítulo del tratado de Baba Batra, el cuarto. El mismo versará en gran medida acerca de diversos tipos de ventas y sus condiciones.

Según el Talmud si alguien vende su casa (y no especifica exactamente que "partes" de la casa está vendiendo) tanto la galería exterior como la terraza están excluidas de la venta. Si la galería o el balcón tienen una superficie mayor a cuatro codos (unos dos metros) por cuatro codos -lo que en la tradición rabínica es considerado la superficie mínima para que un lugar posea entidad propia- los mismos a menos que se especifiquen no son vendidos con la casa cuando la venta se ejecuta.

martes, 25 de febrero de 2014

Baba Batra 60 - Los límites del duelo

ת"ר כשחרב הבית בשניה רבו פרושין בישראל שלא לאכול בשר ושלא לשתות יין נטפל להן ר' יהושע אמר להן בני מפני מה אי אתם אוכלין בשר ואין אתם שותין יין אמרו לו נאכל בשר שממנו מקריבין על גבי מזבח ועכשיו בטל נשתה יין שמנסכין על גבי המזבח ועכשיו בטל אמר להם א"כ לחם לא נאכל שכבר בטלו מנחות אפשר בפירות פירות לא נאכל שכבר בטלו בכורים אפשר בפירות אחרים מים לא נשתה שכבר בטל ניסוך המים שתקו אמר להן בני בואו ואומר לכם שלא להתאבל כל עיקר אי אפשר שכבר נגזרה גזרה ולהתאבל יותר מדאי אי אפשר שאין גוזרין גזירה על הצבור אא"כ רוב צבור יכולין לעמוד בה


El Talmud nos cuenta que desde el día que se destruyó el segundo Templo de Jerusalem surgieron ciertos grupos, llamados prushin (separatistas, quizás), que comenzaron a hacer un gran duelo por la destrucción del Templo. Se abstenían de comer carne y de tomar vino, ya que según sostenían en el Templo muchos de los sacrificios se basaban en grandes porciones de carne y la presencia de vino también era constante en el culto del Beit Hamikdash. Si esto era así y ahora el Templo había sido destruido ¿Cómo iban ellos a disfrutar de aquel placer? Por duelo se abstenían de aquellos placeres. 

En un momento Rabi Ioshua, uno de los grandes sabios de la generación posterior a la destrucción del Beit Hamikdash, se reunió con ellos para tratar de convencerlos que no hacían lo correcto en castigarse de esa manera. Los prushin le dieron sus argumentos, y como buen pedagogo Rabi Ioshua les dio la razón y les dijo que si no comían carne o no bebían vino porque ambos productos eran utilizados en el Templo tampoco deberían comer pan, ya que el sacrificio de Minjá se basaba en diversos granos. Los prushin le dieron entonces la razón y dijeron que vivirían a base de frutas. Rabi Ioshua les vuelve a dar la razón y le dice que frutas tampoco podrían comer porque las primicias (bikurim) se daban con las primeras frutas de la tierra de Israel. Ellos admiten aquel punto y establecen que vivirán de otras frutas, sobre las cuales no caía la obligación de llevar las primicias. Rabi Ioshua lleva al extremo el argumento de estos hombres y les dice que tampoco podrían tomar agua ya que se acostumbraba a hacer libaciones con ella. Y los prushin, nos dice el relato, callaron. Se quedaron sin argumentos. Llevando al extremo sus prácticas Rabi Ioshua logró que se den cuenta de que su duelo era un exceso innecesario. 

Rabi Ioshua cierra el dialogo enseñando que si bien se debían tomar ciertas prácticas para mostrar el duelo, ya que los sabios lo habían decretado, estás practicas no podían ser tan extremas que la gente común y corriente no puedan llevarlas a cabo. Ya que hay un principio en la tradición rabínica que establece que no se puede decretar ninguna ley si la misma no podrá ser soportada y sostenida por la comunidad. Una vida sin carne, sin vino, sin frutas, sin pan y sin agua era sin dudas un duelo excesivo. 

La Guemará nos enseña cuales son las prácticas de duelo que debemos seguir luego de la destrucción del Templo. Debemos disminuir en cada ocasión un poco nuestras alegrías. Sólo un poco. El ejemplo paradigmático del Talmud, y así quedará en la halajá, es que cuando construimos una casa, frente a la puerta, a la vista de todos debemos dejar un pequeño hueco sin terminar como señal de duelo. Según Rab Jisda cada vez que ponemos una mesa festiva debemos dejar un plato vacío para mostrar la falta del Beit Hamikdash. Otros sugieren que una mujer que se adorna a sí misma con joyas y perlas debe siempre procurar no hacerlo completamente, para mostrar así que la belleza no es completa sin el Beit Hamikdash. Quizás la costumbre más popular es la que sugiere Rab Itzjak. A la hora de un casamiento el novio debe ponerse tierra en su cabeza donde posa cada día sus tefilín, si bien está costumbre cayó en desuso la misma "mutó" a la costumbre muy extendida de romper una copa en el momento de la Jupá para señalar así que la alegría inmesa de un casamiento no puede ser completa si aún carecemos de la casa que debe unir en oración a toda la humanidad según lo profetizó Isaías.

El pueblo judío es un pueblo que siempre recuerda, sin embargo el recuerdo de las tragedias pasadas no puede anular la alegría del presente. Algunas “señales” que nos ayuden a no olvidar son siempre bienvenidas y necesarias para la perpetuación de nuestra memoria colectiva; el exceso de las señales de duelo atentan sin embargo contra el hermoso regalo de Dios que es la vida. El duelo no puede ser eterno.

viernes, 17 de enero de 2014

Baba Batra 35 - Sobre ladrones y devoluciones

Hemos visto en los últimos post que sucede si dos personas discuten en relación a la posesión de cierto objeto no teniendo niguno de los dos pruebas o evidencias al respecto. Los rabinos crean un concepto que en arameo se conoce como “Kol DeAlim Gabar”, algo así como “quien presente más fuerza prevalecerá”. Ante una situación donde no existen ni testigos ni pruebas sobre la propiedad de un producto, el conflicto debe ser resuelto mediante la persuasión y la astucia de los “competidores”; el que presenta mejores argumentos será el que se quedará con dicho producto.

Ahora bien, ¿qué ocurre si un tercero en el medio del conflicto viene y toma aquel objeto? Por un lado podríamos pensar que tiene igual derecho a reclamar por aquel objeto como cualquiera de los otros dos que están en disputa, sin embargo los sabios dice que sin pruebas este tercer hombre en discordia no tiene derecho alguno a tomar aquel objeto. Si lo toma está obligado a devolverlo. Sin embargo tiene un problema. ¿A quién se lo devuelve? Si alguien roba un producto está obligado a devolvérselo al dueño. En esta situación cuando la propiedad está en disputa: ¿A quién se lo devuelve?
Está compleja situación lleva a los sabios del Talmud a evaluar este caso con un caso similar. Según los sabios de Neharedea si un hombre roba dentro de la multitud un objeto (que bien podría haber sido de cualquier persona que se encontraba en el mercado) no debe devolverlo. Ya que existe una tradición que reza así: el ladrón de multitudes no es llamado ladrón (Gazlan). Está extraña postura se entiende leyendo en detalle la normativa en cuanto a los robos que plantea la Torá. Según la Biblia si una persona robo un objeto está obligado a devolver aquel objeto al dueño original y pagarle una compensación extra para resarcir su error y para expiar su culpa. Sin embargo cuando no conocemos quien es el verdadero dueño estamos ante una situación imposible. El ladrón no puede expiar su culpa; no puede arreglar su error. Está lectura podría llevar al caos social ya que todo ladrón en vez de robar un objeto de una persona particular podría robar un día en el mercado un par de billetes de cualquiera de los transeúntes y de ser así no estaría obligado a devolverlo porque no se puede saber a ciencia cierta a quien pertenecía este dinero. Sin embargo Rab Ashí afirma, en contraposición a lo que enseñaban los sabios de Nehardea, que un Gazlan de multitudes es llamado Gazlan, sin embargo su único problema es que no puede realizar una Teshuva, un arrepentimiento completo, porque nunca podrá expiar su transgresión conforme a la reglamentación de la Torá.
Volviendo a nuestro caso complejo según las autoridades medievales la persona que le quita un objeto en disputa está obligado a resarcir a ambos “competidores”, devolviéndole a cada uno aquel objeto que intentó tomar por la fuerza.

jueves, 16 de enero de 2014

Baba Batra 34 - El dilema del barco

Contexto: Seguimos con las disputas entre dos personas en torno a quien es el dueño legitimo de tal o cual propiedad u objeto.

Escena: En está ocasión el Talmud nos presenta un dilema que tienen dos hombres sobre un barco. Se cuenta que dos hombres dicen ser dueños de un mismo barco, uno dice "el barco es mío" y el otro dice "el barco es mío". Ninguno tiene pruebas que certifiquen que es el dueño legítimo de la embarcación. No hay testigos, no hay jasaká ni titulos de propiedad.

La historia continúa y uno de los dos hombres que dice ser dueño del barco va hasta el Beit Din (tribunal rabínico) y le pide a los jueces que retengan en su juzgado la propiedad del barco. Esto se debe a que aquel litigante tenía miedo que su contrincante en la mitad de la disputa vendiese el barco. ¿Qué es lo que debe hacer el Beit Din? ¿Puede aceptar retener la embarcación? Rab Huna sostiene que sí mientras que Rab  Iehuda dice que no. El primero argumenta. Rab Huna sostiene que sí ya que creemos que el hombre tendrá éxito encontrando a los testigos que certifiquen que el barco a él le pertenece, mientras que Rab Iehuda duda sobre la posibilidad de que el hombre encuentre los testigos y si este es el caso el Beit Din no sabría a cual de los dos litigantes devolverle el barco.

 Finalmente el Beit Din decide retener el barco como afirmaba Rab Huna pero la predicción de Rab Iehudá se cumplió: el hombre no encontró testigos. Ahora el Beit Din se enfrentaba a otro dilema ¿Devuelve el barco o no lo devuelve? Por un lado debería devolverlo porque ellos lo retuvieron sólo bajo la condición que después lo devolverían, por el otro lado no deberían devolverlo porque sólo deberían hacerlo al dueño legítimo y este todavía no salió a la luz. Los sabios finalmente deciden devolver el barco pero... ¿A quién se lo devuelven? Aquí los sabios son pragmáticos y deciden hacerlo a quien presente mejores argumentos.

miércoles, 15 de enero de 2014

Baba Batra 33 - La palmera

Contexto: el Talmud continúa hasta el hartazgo presentanto situaciones hipotéticas de conflictos entre dos personas sobre la propiedad de un objeto.

Escenario: el dilema de la palmera. Se cuenta que cierta vez un hombre murió y dejo de herencia únicamente una palmera. Uno de los potenciales herederos dijo "yo soy el heredero más cercano" mientras que otro hombre (un rabino) también dijo "yo soy el heredero más cercano". El primero de los dos parientes tomó posesión de la palmera durante varios años. Tiempo después reconoció que el otro hombre (el rabino) era en verdad el heredero más cercano de aquel hombre que murió. El rabino le exige que le devuelva inmediatamente la palmera. El hombre respetuosamente así lo hace, ya no le pertenecía. El rabino, insaciable él, le exige que también le devuelva todas las frutas y los beneficios que obtuvo de la palmera durante los años que la tuvo en posesión. Las opiniones de los rabinos están divididas al respecto. Algunos sostienen que el hombre por su error debía devolverle sin demoras la palmera al legítimo heredero y nada más, otros sostienen que debe también devolverle los beneficios que obtuvo durante su tenencia aquel hombre. Está segunda opinión adquiere el carácter de halajá.

martes, 14 de enero de 2014

Baba Batra 32 - Sobre el Edut (los testimonios)

Para la Torá el testimonio (Edut) y los testigos (Eidim) son los elementos claves en un juicio. En base a estos datos los jueces deben determinar su sentencia. El Talmud, luego de una larga discusión, arroja ciertos elementos y datos en torno a la composición de los testimonios.

La primera pregunta que se hacen es si dos testimonios pueden unirse. Si un día ploni declaro a, y al otro día almoni declaro b. Si estos testimonios se contradicen de seguro que ambos habrán de ser anulados más si se complementan ¿pueden acreditarse como un testimonio “completo”? Intuitivamente podríamos decir que sí, que no habría ningún problema. Sin embargo se pueden presentar varios inconvenientes al respecto. Si en un juicio por un asesinato ploni afirma que vio a Ruben entrando a la casa donde un minuto después alguien sería asesinado y luego almoni asegura que no vio a Ruben entrando a la casa sino que lo vio saliendo exactamente unos segundos después del asesinato ¿Pueden estos testimonios sumarse y considerarse como un único testimonio? La respuesta rabínica es ambivalente.

En los juicios comerciales (Dinei Mamonot) dos testimonios independientes pueden sumarse y complementarse. En cambio en los juicios con posibilidad de pena capital (Dinei Nefashot) los testimonios no pueden complementarse, ambos testigos deben afirmar que vieron juntos exactamente lo mismo. Los sabios en los Dinei Nefashot, donde la vida del acusado pendía del testimonio de los testigos, hicieron que el mismo sea muy meticuloso y muy estricto para evitar lo máximo posible un error judicial.

Otra diferencia que señala Rabi Natan en relación a los Dinei Mamonot y los Dinei Nefashot es que el testimonio en los primeros es mucho más permisivo. Se permite por ejemplo que Ploni declare un día y que al otro día venga Almoni y presente su declaración también. En los Dinei Nefashot, como ya dijimos, los sabios eran mucho más estrictos en la recepción de los testimonios; y ambos testigos deben declarar en un mismo día para evitar posibles manipulaciones.

lunes, 13 de enero de 2014

Baba Batra 31 - Los alegatos

Tohen vejozer vetohen o lo [Podemos modificar nuestras declaraciones]? Esa es la cuestión.

Hoy nos concentraremos en una breve pero importante discusión que presenta el Talmud. La gente de Nehardea (una importante ciudad de los tiempos talmúdicos) sostiene que si uno da un alegato (taaná, literalmente argumento) no puede luego arrepentirse y presentar un nuevo alegato; es decir: uno no puede modificar sus declaraciones en un juicio. Ulá, por el contrario, sostiene que uno puede presentar una taaná y luego rectificar sus propias palabras. Un ejemplo: si en una primera instancia yo afirmé en un juicio que no vi un asesinato luego (según Ula) podría volver al tribunal y cambiar mi declaración y afirmar que verdaderamente si presencie aquel asesinato.

La halajá dictamina que si uno en un juicio presento una taaná no puede volver y presentar una declaración diferente que contradiga la primera taaná, incluso si tiene testigos y pruebas para este segundo alegato. Sin embargo se permite que uno en una segunda declaración corrija y aclare los dichos en la primera declaración. Uno no puede cambiar su discurso pero si puede corregirlo. Los sabios sin embargo enfatizan que esto uno debe hacerlo cuando todavía se encontraba dentro del tribunal rabínico, si sale y vuelve a entrar no puede cambiar su declaración ya que existe la sospecha de que alguien lo haya influenciado.

martes, 7 de enero de 2014

Baba Batra 30 - ¿a quién le pertenece?

Continuamos con el mismo dilema que presentamos en los últimos post sobre la adjudicación de una propiedad sin contar con el título de propiedad. Recordemos una vez más las máximas generales del Talmud al respecto: si uno habitó una casa durante tres años seguidos y tiene elementos para demostrarlo, incluso sin tener el título de propiedad, se considera que esa casa es suya.

Repasemos ahora dos curiosos casos que presenta el Talmud al respecto:
Primer caso: un hombre se apropió (Hijzik) de una casa durante tres años. Luego del periodo de Jasaka (de usucapión) viene el dueño de la casa y trata de echar a aquel usurpador de su hogar. Ante la corte el supuesto usurpador aduce que en los últimos tres años el supuesto dueño estuvo muchas veces en la ciudad y nunca dentro de ese periodo presentó una denuncia de usurpación (y si tuvo antes la posibilidad de reclamar ahora ya se le pasó la oportunidad). El dueño, sin embargo, puede justificar que si bien el estuvo durante tres años trabajando en el extranjero y sólo volvió a la ciudad por periodos cortos de tiempo, él no presentó ninguna queja porque cuando el estaba en la ciudad se encontraba con mucho trabajo y no volvió a su hogar. En un caso así los sabios fallan a favor del supuesto dueño.
Segundo caso: un hombre se apropió de una casa durante el tiempo necesario para la usucapión. Luego de este periodo viene el supuesto dueño y levanta una sospecha (Hireher), y dice que esa propiedad le pertenece. El Majzik (“usurpador”) no niega que esta casa le pertenecía realmente a este hombre sin embargo aduce que él se la compró a un hombre que dijo habérsela comprado a aquel. El supuesto dueño afirma que aquel fulano no le compró la casa sino que se la robó. Si se presenta un caso similar los sabios vuelven a fallar a favor del dueño y en contra del Majzik.