En el último post estudiamos cuales son las sangres que prohíbe ingerir la Torá y cuales están permitidas. En está oportunidad estudiaremos un tipo de sangre muy particular: la sangre del ser humano. El Talmud se pregunta si la sangre de “Mealjei Shtaim” (de los que van en dos patas, es decir: de los seres humanos) se puede ingerir o no. La respuesta es no, sí y depende. Como verán, una respuesta muy judía.
Según la Torá no hay ninguna prohibición en succionar nuestra propia sangre o en tal caso la sangre de otra persona. Ya que la sangre humana no entra dentro de la categoría de aquellas sangres que no se pueden ingerir. Es decir, según la Torá si uno tiene una herida y (más allá de que los médicos lo recomienden o no) uno se chupa la sangre de la herida, uno no trasgrede ningún mandamiento.
Los sabios, en cambio, prohibieron la ingesta de la sangre humana en la gran mayoría de las situaciones. El caso que ejemplifica el Talmud es que si uno mordió un pan y se raspó la encía y un poco de sangre quedó en el pan, debe uno raspar el pan, quitar la sangre y ahí volver a comer el pan. Sin embargo si uno tiene sangre entre los dientes uno puede succionar aquella sangre sin trasgredir ningún mandamiento. Como les dije la sangre humana está permitida y prohibida dependiendo el caso.
Luego de saldar la discusión en relación a la sangre humana los sabios discuten en relación a la leche humana ¿es kasher? ¿se puede tomar leche humana? La respuesta parece obvia: sí. La leche humana es kasher e incluso algunos determinan que es considerada parvé (es decir, no láctea). Los sabios hacen simplemente una pequeña distinción: un bebé puede tomar directamente del seno de la madre pero un adulto no (así mismo lo detallan en el Shuljan Aruj). Un adulto no puede beber del seno de una mujer mas si puede beber su leche (no sé cuan recomendable será pero halajicamente está permitido), lo que debe hacer es la mujer depositar la leche en un recipiente y de allí tomar.