Habló Adonai a Moisés y le dijo: 2 «Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer, cuando conciba y dé a luz un hijo varón, quedará impura durante siete días; como en los días de su menstruación será impura ... Cuando los días de su purificación se cumplan, ya sea por un hijo o una hija, llevará al sacerdote un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del Tabernáculo de reunión. 7 El sacerdote los ofrecerá delante de Adonai y hará expiación por ella. Así quedará limpia del flujo de su sangre. (Vaikrá 12:1-7)
Según la Torá cuando una mujer da a luz o cuando tiene un aborto, debe traer luego de dejar pasar un tiempo un sacrificio. Es más, no debe traer un solo sacrificio sino un sacrificio Olá (que se consumía íntegramente en el fuego) y otro Jatat (por el error o la culpa). No es este el momento para indagar en el porqué de este mandamiento ya que cabe preguntarse ¿De qué es culpable la mujer? ¿Por qué debe traer un korban Jatat? Sólo hemos traído a colación este tema ya que una nueva Mishná de Kritot nos habla del tema.
Este tema surge ya que habíamos dicho que quien transgredía un mandamiento cuyo castigo es Karet de forma inintencional debe traer un Korban Jatat. Y de paso, los sabios nos enseñan algunas otras leyes y reglamentaciones en relación a este sacrificio.
La Mishná recalca que hay mujeres que llevar un sacrificio y comen de él, otras mujeres llevan el sacrificio pero no comen y por último otras mujeres ni siquiera llevan un sacrificio (luego de haber dado a luz). La misma Mishná nos explica que las mujeres que tienen un niño o niña deben traer un sacrificio tras el parto, sin embargo si tienen un aborto a lo largo del embarazo solo deben traer un sacrificio y comer de él cuando el feto tenía “forma humana”, es decir, cuando ya llegó a un desarrollo importante. Si una mujer aborta antes de que el feto tenga una forma y apariencia “humana” no se considera a la madre “plenamente embarazada” y que parió por lo cual no debe traer un sacrificio ni debe comer de él.
Hay mujeres que deben traer un sacrificio pero no deben comerlo ya que su condición no es certera. Por un lado no deben dejar de traer el sacrificio ya que pueden ser que estén dentro de la categoría que requieren un sacrificio de este tipo pero por el otro lado no deben comerlo ya que si lo comen y no debían hacerlo están trasgrediendo un mandamiento. Entre los ejemplos que pone el Talmud esta la madre que aborta un “feto” que no está seguro que forma tiene, es decir, si entra dentro de la categoría de feto con forma humana o no.
Por último las mujeres que abortan “agua”, “sangre” o “con forma de pececitos” (el Talmud es, muy a mi pesar, muy ilustrativo), o dentro de los cuarenta días de haber quedado embarazadas, no deben traer un sacrificio ya que esto no se considera un parto, ergo no entran dentro de aquella categoría bíblica.
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