jueves, 29 de marzo de 2018

Ketuvot 112 - El Talmud Sionista III

En nuestra última página del tratado de Ketuvot encontramos nuevas referencias al intenso amor que nuestros sabios sentían por la tierra de Israel. El Talmud nos cuenta y nos trae referencias sobre las bondades de la tierra de Israel y su capacidad de producir frutos en cantidad. Sin embargo me gustaría hoy compartir con ustedes algunas historias de rabinos "proto-sionistas" que se encuentran casi al final del tratado y que nos recuerdan una vez más la historica conexión entre nuestro pueblo y la Tierra de Israel:

(1) El Talmud nos relata que cuando Rabí Zeirá hizo Aliá no encontraba un barco para cruzar el río Jordán. Este sabio sentía tanto amor y fervor por la tierra de Israel, que en vez de esperar agarro una cuerda que encontró de un puente caído y cruzo sólo el río Jordán. 

(2) Rabí Aba, por su lado, besaba las piedras de la ciudad de Akko cada vez que visitaba la tierra de Israel. 

(3) Rabi Janina solía reparar los caminos de la Tierra de Israel para que ninguno de los visitantes tropezara y tendría alguna excusa para hablar mal de Israel. 

(4) Rabí Jia Bar Gamda solía revolcarse por la tierra de la Tierra de Israel.

¡Cuanto amor! ¡Cuanta pasión! ¡Cuanta dedicación! 
Quiera Dios que siempre podamos nosotros sentir tanta pasión y amor por la Tierra de Israel y por nuestro Estado de Israel. 

Y concluyendo así el Tratado de Ketuvot y con el espirítu de Pesaj nos deseo a todos: LeShaná Haba Birushalaim Habnuia!

Hadran Alaj Shnei Daianei Gezirot veSalika La Masejet Ketuvot!

miércoles, 28 de marzo de 2018

Ketuvot 111 - El Talmud Sionista II

La Sugya continua discutiendo sobre la importancia de la tierra de Israel. El Talmud nos regala la siguiente historia de una sola línea: "Rabí Zeirá solía evadir a Rav Iehuda ya que deseaba ascender hacia la Tierra de Israel". ¿Por qué Rabí Zeirá debía evadir al sabio Rav Iehuda? Porque Rav Iehuda se oponía a que los judíos de Babilonia hagan Aliá, según su razonamiento todo judío que abandonara Babilonia para irse a vivir a Israel estaría transgrediendo un mandamiento positivo. Según Rav Iehuda "Todo aquel que vive en Babilonia es como si viviera en la tierra de Israel". Según este sabio no era necesario hacer Aliá, Babilonia era en aquel entonces como Estados Unidos hoy, el mayor centro intelectual y político judío fuera de Israel, y por este motivo (y algunas argumentaciones teológicas y políticas) algunos sabios se oponían a la noción de que los judíos debían regresar y habitar la tierra de Israel. La mayoría de los sabios luego de las revueltas frustradas de los años 66-70 y 132-135 d.e.c., se oponían a tomar acciones políticas y militares para que vuelva haber un Estado judío en la tierra de Israel. 

En el medio de una Sugya "super sionista" encontramos uno de los pasajes más "anti-sionistas" (o mejor dicho que los anti-sionistas religiosos más utilizan) para oponerse a la existencia del Estado de Israel en nuestros días. Este pasaje es conocido como "Los tres juramentos". Según Rabí Iosi beRabi Janina Dios realizó tres juramentos: (1) Que el pueblo de Israel no ascenderá en masa y por la fuerza a la tierra de Israel (2) Que los judíos no se rebelarán contra las autoridades en las naciones en las que vivan (3) Que las naciones del mundo no oprimirán demasiado a los judíos. Según la teología de algunos sabios estas promesas estaban relacionadas, y es por eso que algunos sectores de la ultra-ortodoxia judía utilizan este pasaje para oponerse a la creación y a la existencia del Estado de Israel ya que uno de los juramentos era que el pueblo judío no subiría en masa (con Aliot masivas) ni con el uso de la fuerza (mediante guerras) a la tierra de Israel. Este sector dentro de la ultra-ortodoxia explica que todo el movimiento sionista de la primera mitad del siglo XX al romper la primera promesa hizo que Dios rompa la última de las promesas sobre que las naciones no oprimirían demasiado al pueblo judío y esto "causó" el holocausto (shoá).

Dejando de lado estos pasajes "anti-sionistas" la mayoría de las citas talmúdicas que encontramos en nuestra Sugya indican la importancia de vivir en la tierra de Israel. Por ejemplo Rabí Eleazar nos dice que "todo aquel que vive en la tierra de Israel vive sin pecado". Rab Anan nos habla sobre la importancia que tiene ser enterrado en la tierra de Israel: "todo aquel que es enterrado en la tierra de Israel es como si estuviera enterrado debajo del altar (del Templo)". En aquel entonces la mayoría de las autoridades rabínicas consideraban que la resurrección de los muertos comenzaría en la tierra de Israel, y más precisamente en Jerusalén, por eso es que desde antaño se ha considerado muy valioso el hecho de poder ser enterrado en la tierra de Israel. Tanta era la importancia que nuestros sabios le daban a la tierra de Israel que rabí Iojanan dijo: "Todo aquel que camina cuatro codos en la tierra de Israel le está asegurado el mundo venidero". 

martes, 27 de marzo de 2018

Ketuvot 110 - El Talmud Sionista I

En nuestro Daf del día encontramos las últimas dos Mishnaiot del tratado de Ketuvot. A las últimas tres páginas del tratado de Ketuvot las he denominado "El Talmud (anti)sionista" ya que en el mismo encontraremos las discusiones rabínicas más interesantes sobre el mandamiento (o no) de asentarse en la Tierra de Israel. Sin embargo ¿Cómo llegamos a este tema? Permitanme explicarles. En una de las últimas mishnaiot se nos dice que la tierra de Israel está dividida en tres partes en lo que respecta a los casamientos: la región de Judea, la Galilea y el este del Jordán. Cada región es como si fuera un país diferente y según lo que establece la ley judía, como veremos en la última Mishná, si un hombre se casa con una mujer del mismo país (o región más precisamente) no puede forzar a esta a mudarse a otra región. Es decir que si un hombre de Judea se casa con una mujer de Judea no puede, según la Mishná y así quedará fijado en la Halajá, obligarla a irse a vivir a la Galilea (ya que a pesar de que todo sea la "Tierra de Israel" cada región está separada y se consideran lugares distintos). Sin embargo, como señala Tosafot, si el hombre es de Judea y la mujer de la Galilea este puede forzar a la mujer a ire a vivir con él a Judea ya que se sobreentiende que era uno de los principios básicos que la mujer aceptaba al casarse con una persona que vivía en otra región. 

Este mismo principio aplica a cualquier país, reinado o región. Es decir, por ejemplo, que si un hombre de Buenos Aires se casa con una mujer de Buenos Aires este no puede obligar a su mujer a irse a vivir a Brasil. Si la mujer rechaza mudarse a otra ciudad el marido esta obligado a pagarle la Ketuvá y divorciarla. Sin embargo hay una exepción a la regla: la tierra de Israel. Tanto el marido como la mujer pueden obligarse, tanto el uno como el otro, a mudarse a la tierra de Israel. Por la importancia que esta tiene (y hasta algunos como Najmanides considerarán como un mandamiento vivir en la tierra de Israel) el hombre puede obligar a su mujer a hacer Aliá (mudarse a la tierra de Israel) y si la mujer se opone este la puede divorciar sin pagarle la Ketuvá. De la misma forma la mujer puede forzar al marido a mudarse hacia la tierra de Israel y si este no quiere él esta obligado a divorciarla y a pagarle la Ketuvá. Al respecto la Mishná nos dice: "Hakol Maalin LeEretz Israel VeEin HaKol Motzin - Todo el mundo asciende a la tierra de Israel y no todos salen". Para la Mishná la tierra de Israel es sagrada y es por eso que este principio general se rompe en este caso particular y lo mismo ocurre con Jerusalén. Si bien uno no puede obligar a su pareja a mudarse a otra región dentro de la tierra de Israel uno si puede obligarla a irse a vivir a Jerusalén. La tierra de Israel es tan importante para la tradición rabínica que inclsuo dicen que uno puede obligar a su mujer a irse de una linda ciudad para vivir en una ciudad fea de la tierra de Israel (cuando en términos generales está prohibido sacar a una mujer de una ciudad linda para llevarla a otra ciudad más fea). Los sabios llegan a decir en el Talmud que es preferible vivir en una ciudad llena de gentiles en la tierra de Israel que en una ciudad llena de judíos fuera de la tierra de Israel. Y es más el Talmud considera a los judíos que viven fuera de la tierra de Israel como una suerte de idolatras, como hombres y mujeres que no tienen Dios. 

De todas estas expresiones e ideas podemos aprender el intenso fervor que muchos de nuestros antepasados hace unos 1700 años sentían por la tierra de Israel y la importancia que le daban a esta. Sin embargo como veremos mañana no todos los sabios opinaban igual. 

lunes, 26 de marzo de 2018

Ketuvot 109 - "No tengo dinero"

En una nueva Mishná se nos trae otra de las posturas del juez Admon, contrarias a la postura mayoritaria de los sabios. En está ocasión los sabios dictaminan que si un hombre fijó para su yerno una X cantidad de dinero como forma de Nedunia (dote) que se le debía entregar a la hora de consumar el matrimonio, si este hombre no tiene el dinero luego para pagar aquella suma (o se encuentra en otro país, según otras lecturas) su hija quedará en estado de Arusá (comprometida) hasta que envejezca. ¿Por qué? Porque su padre, el futuro suegro, se había comprometido a pagarle al futuro marido de esta una suma especifica acordada por ambos y al no poder mantener aquella promesa el futuro marido puede optar por mantener a su futura mujer como Arusá por tiempo indefinido hasta que su "suegro" le pague lo que habían acordado. 

Admon, en contra de esta postura, cuestiona este principio ya que sostiene que la pobre muchacha no decidió dar aquella dote por si misma sino que fue su padre él que se comprometió a hacerlo, entonces ¿Por qué ella se debe ver perjudicada? ¿Por qué ella debe sufrir las consecuencias de que su padre no tenga el dinero para pagar su dote? Admon propone que en estos casos la mujer le debe decir a su potencial marido: ¡O nos casamos o me liberas! En otras palabras, o aceptas casarte conmigo aunque mi padre no pueda darte el dinero acordado o me das un Guet (documento de divorcio) para que pueda continuar con mi vida. El Talmud dictamina que este principio solo es válido cuando fue el padre quien fijo el valor de la Nedunia, si ella misma se comprometió a entrar al matrimonio una X cantidad de dinero y el padre luego no puede hacer frente a esa suma ella saldrá perjudicada y no hay forma de liberarla de aquella situación. La Halajá quedará según Admon. Ahora bien ¿Qué opinan ustedes? ¿Quién se debe perjudicar en estos casos? ¿El futuro marido que no recibirá la suma acordada o la futura esposa que quedará en un limbo legal? 

domingo, 25 de marzo de 2018

Ketuvot 108 - Una pequeña herencia

Este último capítulo de Ketuvot comienza diciéndonos que el juez Janan dijo "dos cosas" mientras que el juez "Admon" dijo otras siete. Ya hemos visto las dos posturas legales de Janan ahora es el turno de evaluar una a una las siete reglamentaciones de Admon. 

Los sabios establecieron el siguiente principio: Si un hombre muere dejando una cuantiosa herencia sus hijos varones heredan pero estos están obligados a alimentar a sus hermanas mujeres hasta que estás lleguen a la mayoría de edad o se casen (lo que ocurra primero). Ahora bien ¿Qué ocurre si un hombre deja una pequeña herencia que no alcanza para que unos hereden y otras coman? Según los sabios con la herencia las mujeres deben ser mantenidas y alimentadas y sus hermanos varones deben salir a mendigar (Lejazer Al HaPetajim). Sin embargo el juez Admon protesta contra esta aparente injusticia y dice "¿Por qué soy hombre salgo perdiendo?". Según él es una injusticia que en el caso de una pequeña herencia (que según la Guemará es una herencia que no alcanza para mantener durante doce meses a todos los hijos e hijas) las mujeres reciban todo en forma de alimentos y manutención y los hombres no reciban nada teniendo estos que salir a mendigar. La Halajá en esta oportunidad sigue el principio general de los sabios en contra de la queja de Admon sin embargo cabe preguntarnos ¿es justa la ley? ¿Es injusto que ante una pequeña herencia los hombres tengan que salir a mendigar mientras que las mujeres reciben todo? Por el otro lado ¿No es injusto que en el caso de una gran herencia los hombres reciban todo el dinero y que las mujeres solo reciban alimentos? ¿Por qué creen que los sabios sostenían que ante una pequeña herencia los hombres debían salir perjudicados?

viernes, 23 de marzo de 2018

Ketuvot 107 - Devolver el dinero o no, esa es la cuestión.

En una nueva Mishná se nos presenta la segunda, y última, de las enseñanzas del juez Janan. El tema continua siendo que ocurre en el caso de que un hombre se vaya LeMedinat HaYam (fuera de los límites de la tierra de Israel) con su esposa. ¿Cómo se mantiene económicamente su esposa durante su ausencia? Nuestra Mishná nos dice que en el caso de que el hombre no haya dejado Mezonot (una manutención alimentaria) dispuesta para su esposa y otra persona la mantiene económicamente durante su ausencia según Janan está persona "perdió su dinero" ¿Por qué? Porqué el hombre que se fue a otro país nunca le pidió a esta persona que mantenga económicamente a su mujer y este lo hizo por propia voluntad. Sin embargo los "hijos de los grandes sacerdotes" discutieron con Janan y según ellos la persona que mantuvo a aquella mujer debía presentar juramento diciendo cuanto dinero le dio en aquel periodo y el marido tiene la obligación de devolverle aquel dinero. El gran Rabí Iojanan Ben Zakai está de acuerdo con Janan y dice que aquella persona que le presto dinero a la mujer de aquel hombre que se fue fuera del país es como aquel que deposita el dinero en el cuerno de un ciervo y este se fue corriendo. La Halajá sigue la postura de Janan. Ahora bien ¿Qué opinan ustedes? ¿Debería el marido devolverle el dinero que aquella persona le prestó a su mujer o no? Aquel prestador actuó de forma autónoma pero de buena voluntad ¿No debería el marido devolverle el dinero? Por el otro lado ¿Por qué el marido debería devolver un dinero que el nunca pidió? ¿Qué opinan? 

martes, 20 de marzo de 2018

Ketuvot 106 - Las arcas del Templo

¿Cómo se mantenían los sacrificios diarios? ¿Quién pagaba por los inciensos del Templo? ¿De dónde se sacaba el dinero para arreglar algo que se rompió en el Templo? En nuestro Daf del día el Talmud nos enseña un poco como se funcionaba la economía del Templo de Jerusalén hace más de dos mil años. La fuente de ingreso y sustento más importante del Templo era la que se denominaba "Trumat HaLishka" (la oficina de las donaciones). Cada año, al comienzo del mes de Nisan, se recolectaba en tres alcancías medio shekel de cada judío mayor de edad para sustentar el servicio del Templo. Todo ese dinero era recolectado e iba a parar a una "caja fuerte" denominada Trumat HaLishká. De aquel dinero se pagaban los sacrificios diarios, los inciensos como así también a los sabios y a los escribas. 

Otras cosas como las torres de la ciudad u otras necesidades de la ciudad de Jerusalén se pagaban con lo que se denominaba "Sheiari HaLishka" (lo sobrante de la oficina), es decir con el dinero que anulamente juntaban, con lo que sobraba de aquel dinero al finalizar el ciclo, se financiaban todas las otras necesidades "no esenciales". 

Finalmente la estructura del Templo, sus reparaciones y algunos de sus ornamentos se financiban con otra de las arcas con las que contaba el Templo que era "Lishkat Bedek HaBait" (Oficina para la reparación del Templo). De esta arca, que se consolidaba de donaciones voluntarias y no fijas, se sacaba el dinero para las reparaciones necesarias del Templo. 

Trumat HaLishka y Bedek HaBait, con contribuciones anuales fijas y obligatorias la primera, y donaciones voluntarias la segunda, eran las dos arcas con las cuales se mantenía el aparato religioso-cultural del pueblo judío hace más de 2000 años. Este modelo también nos puede ayudar a pensar como financiar nuestras propias comunidades e instituciones 2000 años después. 

lunes, 19 de marzo de 2018

Ketuvot 105 - Los sobornos

Estamos comenzando el decimotercer, y último, capítulo del tratado de Ketuvot. Este capítulo comienza contandonos que en Jerusalén hace unos 2000 años había dos "jueces de decretos" (o como explica el Talmud babilónico y el Talmud palestinense, estos eran "jueces de robos"), cuyos nombres eran Admon y Janan ben Abishalom. La Mishná nos irá contando varios debates y enseñanzas que ambos jueces dejaron. El Talmud al comienzo analiza el origen de estos dos jueces (algunos dicen que en realidad eran tres y las fuentes no se ponen de acuerdo en relación a la identidad de los mismos) y a su ocupación primaria. Al parecer eran reconocidos jueces que dictaminaban en casos civiles en Jerusalén. De forma tangencial, ya que hablan de jueces, el Talmud comienza a desarrollar en extenso la prohibición de los jueces de "aceptar soborno". Según el Talmud en la época del Segundo Templo había 394 juzgados rabínicos en Jerusalén (con igual numero de sinagogas, academias rabínicas y escuelas, claramente un número exagerado), y ciertos juzgados tomaban su salario del Trumat HaLishka (la tesorería del Templo para explicarlo en pocas palabras). El sueldo de cada juez era de 90 Mane al año, sin embargo si necesitaba más dinero podía tomar más del pozo para mantener a su familia. 

Así es como el Talmud conecta el tema de los sobornos con la tematica de los antiguos jueces de Jerusalén. Se nos cuenta que un juez llamado "Karna" solía tomar de cada uno de los litigantes una moneda como sueldo para actuar como juez, sin embargo el Talmud cuestiona que esta actitud va en contra del versículo de la Torá en la cual se prohibe el soborno (Ex. 23:8). Sin embargo el Talmud dice que en ciertos casos el juez puede tomar dinero de los litigantes si recibe de las dos partes y no en forma de soborno sino en lo que se conoce como "Zjar Batel", es decir como dinero por el tiempo que el juez no pudo trabajar en su trabajo cotidiano para poder actuar como juez. De paso vale la pena remarcar que el "sueldo rabínico" o de un maestro de Torá es considerado como Zjar Batel ya que uno no puede cobrar por enseñar Torá ya que la misma fue dada gratis por Dios. Sin embargo la forma que tienen los rabinos y maestros de Torá de mantenerse y mantener a sus familias es recibiendo un sueldo por Zjar Batel, es decir el equivalente a lo que cobrarían en su otro trabajo sino inviritesen el tiempo enseñando Torá. 

El Talmud continúa luego enseñando sobre el peligro de los sobornos y sobre sus implicancias. Los sabios nos dicen que el juez no puede tomar sobornos ni siquiera en el caso de que los mismos no cambien su dictamen, ya que los sobornos si bien pueden no afectar en el momento finalmente terminarán afectando a la persona que lo emite y cegando sus corazones. Por último el Talmud también nos llama la atención que los sobornos no son solo en dinero sino que también existen Shojad DeVarim, "sobornos de cosas". Por ejemplo si alguien alguna vez ayudó a un juez, le prestó algún objeto o le fue favorable de alguna forma el juez debe recusarse y no juzgarlo ya que aquello que la otra persona hizo por él puede afectarlo a la hora de decidir su sentencia.  

lunes, 12 de marzo de 2018

Ketuvot 104 - La muerte de Rabí II

Nuestro folio continúa con las últimas historias sobre la muerte de Rabí Yehuda HaNasi (para más historias ver el post Ketuvot 103). En está ocasión aparece una de las historias que más me conmueve del Talmud. Aquí se las comparto en su totalidad y luego la explico con algunas ideas propias:

En aquel día en que murió Rabí (Iehudá HaNasí), los Rabinos decretaron ayuno y pidieron piedad por él (para que se prolongue su vida). Dijeron: ‘Todo aquel que diga ‘Rabí ha muerto’ será herido a puñaladas’. La sierva de Rabí subió al techo y dijo: ‘Los de arriba reclaman a Rabí, y los de abajo reclaman a Rabí. Sea Tu voluntad que prevalezcan los de abajo sobre los de arriba’. Al ver que tantas veces ingresó al baño y se sacaba los tefilín y se los volvía a colocar y que le dolía tanto, dijo: ‘Sea Tu voluntad que prevalezcan los de arriba por sobre los de abajo’. Y no se detuvieron los Rabinos de pedir por él. Tomó un cántaro y lo arrojó desde el techo a tierra, los Rabinos se callaron y salió el alma de Rabí. (Traducción por el Rabino Gustavo Suraszki)

Rabí, según nos cuenta otra historia talmúdica fue castigado en cierta ocasión por fuertes dolores intestinales, y estos finalmente le provocaron su muerte. Su criada, quizás la persona que más lo conocía, incluso más que sus estudiantes e incluso más que su familia, en un momento cuando su amo se debatía entre la vida y la muerte rezó para que los de abajo (los justos que pedían por la recuperación de Rabí) les ganaran a los de arriba (los angeles que pedían que Rabí muera para que aquel justo los acompañe en el cielo). Su primer instinto era intentar, a toda costa, mantener con vida a su amo. Sin embargo, cuando reconoció sus intensos dolores y su prolongado sufrimiento cambió su rezo y pidió que sean los angeles los que ganen esta batalla "de plegarias". Es decir, pidió porque Rabí muera para así liberar a su cuerpo de tanto sufrimiento. Como los justos seguían rezando Rabí no moría por lo cual ella agarró una jarra y la arrojó al suelo. Los justos se sorprendieron un instante, dejaron de rezar y es así como Rabí pudo finalmente morir. 

Está historia es utilizada muchas veces para pensar sobre la Eutanasia y la perspectiva judía sobre este tema tan complejo. Esta historia, como les dije me conmueve, nos habla de una sirvienta que conoce más que nadie (como suele pasar en los tiempos de prolongadas enfermedades) a su amo enfermo y se da cuenta que ya su sufrimiento era intolerable y por eso decide rezar, y actuar, activamente para ayudar a Rabí Iehuda HaNasi a morir. El texto talmúdico ni los comentaristas clásicos condenan a esta criada. El texto talmúdico inmediatamente luego de esta historia continúa narrando como fue que el resto de los sabios se enteraron de que su maestro y guía, Rabí Iehuda HaNasi, murió sin embargo no hay mención a una crítica a las acciones de esta criada fiel. La eutanasia es un tema que sensibiliza y que trae grandes discusiones, creo yo que esta historia es un muy buen lugar para comenzar el debate. 


viernes, 9 de marzo de 2018

Ketuvot 103 - La muerte de Rabí I

En una nueva Mishná se nos explica que los huerfanos no pueden echar a la viuda de su hogar. Todo el tiempo que ella desee vivir en el hogar que solía vivir con su marido (aunque ella no sea la madre de los herederos), los herederos del padre no pueden decirle que se tiene que ir a vivir a otro lado, y es más deben seguir alimentandola todo el tiempo que ella viva bajo su techo. El Talmud continúa aclarando que los herederos deben proveelrle a la viuda, todo el tiempo que ella siga viviendo en el hogar donde solía vivir con su difunto marido, la misma calidad de vida de la cual gozo mientras su marido estaba con vida. 

En el contexto de está discusión y análisis sobre está Mishná el Talmud nos trae varias historias en torno a la muerte de Rabí Iehuda HaNasi, el compilador de la Mishná y el máximo referente político de la comunidad judía en Israel de comienzos del siglo III d.e.c. La conexión con nuestra Mishná se da porque cuando Rabí esta por morir este le pide a sus hijos que "sean cuidadosos con el honor de su madre". Todo, dice él, debe seguir siendo igual en la casa aún cuando él ya no este. "La vela prendida debe seguir en su lugar, al igual que la mesa servida, y la cama hecha", todo debe seguir estando igual. Por el honor de su mujer y porque también, como cuenta la leyenda talmúdica, cada víspera de Shabbat el espíritu de Rabí volvía al hogar para visitar a su familia. 

Luego de ordenarle a sus hijos que en el hogar "todo debe permanecer igual", continúa dandole instrucciones a los sabios de Israel. A estos les dice tres cosas: "No deben hacerme eulogías en las ciudades medianas, deben volver a estudiar luego de treinta días, Shimon será el sabio, Gamliel el patriarca y Janina bar Jama deberá ser el Rosh Yeshiva". Como buen patriarca y no solo padre de familia antes de morir Rabí da las instrucciones necesarias para que la transición tras su muerte sea lo más normal posible. En primera instancia él no quería que el duelo sea muy extenso ni muy profundo, la gente debía luego de unos días de duelo volver a sus vidas normales y no llorar en exceso la muerte de su líder, y es por eso que dice que treinta días después de su muerte (igual que el tiempo de duelo por la muerte de Moshé) todo el mundo debe volver a estudiar Torá. Rabí tenía dos hijos, Shimon y Gamliel, y si bien él y el Talmud reconocen que Shimon era más sabio que Gamliel, será este último quien heredará el "trono" como patriarca del pueblo judío frente a las autoridades romanas de la tierra de Israel. Antes de morir Rabí le da a Shimon consejos sobre como debe manejarse en términos de sabiduría, mientras que a Gamliel le da consejos sobre como administrar su poder como exilarca. Finalmente como Rosh Yeshiva, líder de la academia rabínica, deja a Rabí Janina bar Jama, sin embargo este como nos cuenta el Talmud no toma aquella posición ya que había un sabio, Rabi Afes, dos años y medio más grande que él y por respeto a este deja que él sea el Rosh Yeshiva hasta que muere. Luego de su muerte sí será él quien liderará la academia rabínica ubicada en la ciudad de Tzipori donde vivía Rabí.