Estamos comenzando el decimotercer, y último, capítulo del tratado de Ketuvot. Este capítulo comienza contandonos que en Jerusalén hace unos 2000 años había dos "jueces de decretos" (o como explica el Talmud babilónico y el Talmud palestinense, estos eran "jueces de robos"), cuyos nombres eran Admon y Janan ben Abishalom. La Mishná nos irá contando varios debates y enseñanzas que ambos jueces dejaron. El Talmud al comienzo analiza el origen de estos dos jueces (algunos dicen que en realidad eran tres y las fuentes no se ponen de acuerdo en relación a la identidad de los mismos) y a su ocupación primaria. Al parecer eran reconocidos jueces que dictaminaban en casos civiles en Jerusalén. De forma tangencial, ya que hablan de jueces, el Talmud comienza a desarrollar en extenso la prohibición de los jueces de "aceptar soborno". Según el Talmud en la época del Segundo Templo había 394 juzgados rabínicos en Jerusalén (con igual numero de sinagogas, academias rabínicas y escuelas, claramente un número exagerado), y ciertos juzgados tomaban su salario del Trumat HaLishka (la tesorería del Templo para explicarlo en pocas palabras). El sueldo de cada juez era de 90 Mane al año, sin embargo si necesitaba más dinero podía tomar más del pozo para mantener a su familia.
Así es como el Talmud conecta el tema de los sobornos con la tematica de los antiguos jueces de Jerusalén. Se nos cuenta que un juez llamado "Karna" solía tomar de cada uno de los litigantes una moneda como sueldo para actuar como juez, sin embargo el Talmud cuestiona que esta actitud va en contra del versículo de la Torá en la cual se prohibe el soborno (Ex. 23:8). Sin embargo el Talmud dice que en ciertos casos el juez puede tomar dinero de los litigantes si recibe de las dos partes y no en forma de soborno sino en lo que se conoce como "Zjar Batel", es decir como dinero por el tiempo que el juez no pudo trabajar en su trabajo cotidiano para poder actuar como juez. De paso vale la pena remarcar que el "sueldo rabínico" o de un maestro de Torá es considerado como Zjar Batel ya que uno no puede cobrar por enseñar Torá ya que la misma fue dada gratis por Dios. Sin embargo la forma que tienen los rabinos y maestros de Torá de mantenerse y mantener a sus familias es recibiendo un sueldo por Zjar Batel, es decir el equivalente a lo que cobrarían en su otro trabajo sino inviritesen el tiempo enseñando Torá.
El Talmud continúa luego enseñando sobre el peligro de los sobornos y sobre sus implicancias. Los sabios nos dicen que el juez no puede tomar sobornos ni siquiera en el caso de que los mismos no cambien su dictamen, ya que los sobornos si bien pueden no afectar en el momento finalmente terminarán afectando a la persona que lo emite y cegando sus corazones. Por último el Talmud también nos llama la atención que los sobornos no son solo en dinero sino que también existen Shojad DeVarim, "sobornos de cosas". Por ejemplo si alguien alguna vez ayudó a un juez, le prestó algún objeto o le fue favorable de alguna forma el juez debe recusarse y no juzgarlo ya que aquello que la otra persona hizo por él puede afectarlo a la hora de decidir su sentencia.
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