La Guemará nos presenta hoy una nueva Mishná, una de las más interesantes quizás de todo el tratado de Ketuvot. En la última Mishná hemos visto las diversas obligaciones de la mujer para con el marido y para con el hogar, ahora es tiempo de las obligaciones del marido. Como ya hemos dicho según los sabios la Torá establece que el hombre le provea a su mujer de alimento, ropas y de sexo. Ahora bien ¿Cuántas veces tiene la obligación de tener relaciones sexuales el hombre con su mujer para cumplir con la halajá? Si la mujer desea tener relaciones sexuales todos los días o incluso dos veces por día ¿el hombre esta obligado a proveerle de aquel placer? La Mishná nos dará una respuesta y luego el Talmud, en los próximos folios, complejizará aún más la cuestión.
La Mishná comienza planteando una discusión entre la escuela de Shamai y la de Hillel. Shamai plantea que un hombre puede abstenerse hasta dos semanas de tener relaciones con su mujer, si pasa más de ese tiempo la mujer puede reclamar el divorcio. Hillel, más comprensivo con el deseo sexual de la mujer, dice que el tiempo máximo es de una semana. El Talmud nos dice que estas medidas de tiempo son extraídas por ambas escuelas del tiempo de impureza que tiene una mujer luego de parir (en el caso de una mujer son dos semanas y en el caso del varón es una semana). Esta es la ley general y así queda codificada en la Halajá, ninguna mujer debería (si así lo desea) pasar más de una semana sin tener relaciones sexuales. Su marido está obligado a proveerle este deseo.
Paso seguido la Mishná comenzará a nombrar diversas excepciones y profesiones que alteran un poco este principio general. Según los sabios la Torá (aunque en ningún lugar figura explícitamente) dictaminó que según la profesión los tiempos cambian (por esfuerzo y por distancias). Está es la lista:
- Taialín (quienes no trabajan): todos los días.
- Poalim (trabajadores locales): dos veces por semana.
- Conductores de burros: una vez por semana.
- Conductores de camello: una vez por mes.
- Marineros: una vez cada seis meses.
No sé le puede exigir a un marinero que vuelva todos los días o una vez por semana o incluso una vez por mes a su hogar, de hacerlo perdería su trabajo. Por este motivo Rabí Eliezer le da una dispensa a estos trabajadores según el esfuerzo que conlleva la tarea y la distancia de donde trabajan a su hogar para que no deban cumplir con la ley de que deben tener relaciones sexuales al menos una vez a la semana con su mujer.