martes, 31 de julio de 2012

Avodá Zará 8 - Las fiestas de los romanos


Cuando el Talmud habla sobre la prohibición en torno al comercio con idólatras, en los días próximos a sus “fiestas”, hace referencia en mayor medida, a las festividades del mundo romano. De algunas de ellas ya hablamos y otras aparecen aquí en nuestros folios a estudiar hoy. Algunas de las “fiestas” (ocasiones en las cuales los romanos ofrecían sacrificios o libaciones a sus deidades) eran los nacimientos y muertes de los reyes o cuando estos ascendían al trono.

Las fiestas de Kalanda y Starnura (Saturno) están íntimamente relacionadas entre sí. La primera son 8 días después de “Tkufá” (el día más corto del año, aproximadamente el 21 de diciembre para el hemisferio norte) y la otra son 8 días antes de este evento. Al parecer, estos días eran de gran relevancia para el mundo romano y eran épocas de sacrificios para los dioses paganos (ténganse en cuenta que luego, tanto la navidad como el año nuevo para el mundo cristiano caerán por estas fechas donde el invierno acecha).

El primer hombre y las fiestas paganas. El Talmud, en un midrash increíble, relaciona estas fiestas paganas del mundo romano con Adam HaRishon, el primer hombre. Se dice que cuando el primer hombre comenzó a ver que los días se hacían más cortos, si tenemos en cuenta la tradición de que el mundo  fue creado en Tishrei (otoño) y no en Nisán (primavera) mientras se acercaba el mes de Tevet (Invierno), creyó ver en eso un castigo divino por haber comido del árbol prohibido. Al ver que los días se hacían cada vez más cortos, al no entender los ciclos de la naturaleza, intuía que el mundo estaba volviendo a la oscuridad primigenia, al caos originario, al Tou Vavou. Así Adam Harishon comenzó a ofrecer sacrificios exclamando el Perdón Divino. Los romanos, según el imaginario talmúdico, trastocaron estas ofrendas al único D-s y convirtieron esas fechas en días de idolatría.

Los judíos y la idolatría. Rabi Ishmael enseñaba que todo Israel fuera de la tierra de Israel era un Oved Avoda Zará (un idólatra) Betahará (en pureza). ¿Cómo es el caso, se pregunta el Talmud? La mayoría de los judíos que están fuera de Israel tienen un contacto permanente con el no judío, y en ese momento todo no judío era un idólatra (no existían otras religiones monoteístas como hoy en día, los cristianos o los musulmanes), y ciertas veces sus vecinos podían invitar a los judíos a sus casamientos y fiestas. Y allí se ofrecían libaciones y sacrificios a dioses paganos y más allá, dice Rashí, que los judíos no ponían intención en los sacrificios (por eso estaban en pureza) participaban de cierta forma en los rituales paganos (a pesar de que el Talmud aclara que los judíos se llevaban su propia comida Casher a las fiestas, un toque de humor por parte de nuestros maestros). Sólo por estar presentes en sus mesas, dice el texto talmúdico, se los consideraba como que estaban comiendo de  los sacrificios paganos. Ahora bien, este texto no se puede extrapolar a nuestros días ya que ninguno de nosotros (en su gran mayoría) tiene amistades idólatras. Nuestros amigos cristianos y musulmanes, o incluso los ateos o agnósticos, no ofrecen sacrificios a deidades ni tampoco hacen libaciones paganas ergo estaríamos habilitados sin mayores problemas a participar de sus celebraciones y alegrías, teniendo en cuenta ahora sí, ser precavidos con las comidas que vayamos a comer.

Un detalle más. La festividad de Kratesim, era celebrada por los romanos año tras año, en el día que conquistaron “el mundo”. En esta festividad también le estaba prohibido a los judíos comerciar con ellos tres días antes de la misma. El Talmud llama al imperio romano “Maljut HaRashá – el imperio malvado”. En nuestro folio se nos cuenta que 180 años antes (aunque algunos discuten esta cuenta) de la destrucción del Beit Hamikdash, año 70 d.e.c, el Imperio Romano se extendió por la tierra de Israel y la conquistó; y 40 años antes de la destrucción del Beit Hamikdash, en el año 30 d.e.c. los sabios prohibieron aplicar las penas de muerte (dinei nefashot) porque el Sanhedrín tuvo que mudarse de su recinto principal en el Templo de Jerusalem. 

La continuidad. Al parecer no había sabios lo suficientemente capacitados para juzgar los casos capitales. El imperio romano había decretado la prohibición de la Smijá o Hasmajá (ordenación rabínica). Decían que en cualquier ciudad que se encuentre a un sabio ordenando a un estudiante, ambos serían muertos y toda la ciudad sería pasada a cuchillo. Desafiando la autoridad de los romanos, el sabio Rabi Iehuda ben Baba, se llevó a cinco estudiantes al medio de un acantilado, entre dos ciudades (para que los romanos no puedan destruir la ciudad) y allí les dio la Smijá a cinco rabinos, buscando la continuidad del pueblo de Israel.  En un momento los romanos aparecen en escena y Rabi Iehuda le dice a los cinco rabinos, ya ordenados, que se vayan que él detendrá a los romanos. Rabi Iehuda se sentó como una piedra en el medio el acantilado para que los romanos no pasen y no se movió hasta que los soldados le “agujerearon todo el cuerpo” con lanzas. Los cinco jóvenes rabinos se escaparon y lograron que la Torá no se pierda en medio de tanta persecución y destrucción. 

lunes, 30 de julio de 2012

Avoda Zará 7 - Cuestiones de halajá

En el post de hoy dejaremos un poco las discusiones en torno a las fiestas de los idólatras y nos concentraremos en algunos aspectos de las decisiones legales al interior del corpus legislativo judío. Nuestro folio discute y da ciertas fórmulas sobre cómo se debe legislar en materia de Halajá. Los sabios del Talmud discuten en torno a cómo deben trabajar las Mishnaiot que recibieron de sus maestros. Si por ejemplo, se nos dice aquí, en una Mishná determinada hay una discusión entre un único sabio (Iajid) y otros varios (rabim), la halajá por regla general se establece por la mayoría. Sin embargo cuando en una Mishná hay una Majloket, una discusión, entre dos sabios y al final viene un sabio anónimo (stam mishná) y presenta una tercera opción, o re-afirma alguna de las anteriores, entonces la halajá queda como él. 

La discusiones entre mamá y papá. Todos los que somos hijos y tenemos la bendición de tener a nuestros dos padres con vida siempre hemos jugado, por lo menos alguna vez, a dos puntas. Si uno quiere preguntar algo, primero le pregunta a uno y si este dice que no, se le pregunta al otro inmediatamente. Esto mismo está prohibido en el sistema legal judío. Si uno tiene un interrogante halájico y le pregunta a un sabio y éste le dice que tal o cual elemento es impuro no puede ir a preguntarle a otro sabio para que le diga que ese elemento es puro y ergo está permitido. Sin embargo, si va con una consulta frente a dos sabios al mismo tiempo y uno dice que tal o cual objeto es puro y el otro dice que es impuro, uno debe guiarse por quien es más grande en sabiduría. De ser iguales en sabiduría, según una opinión debe siempre seguir la opinión del más majmir (estricto) frente al más meikil (indulgente). Ya que es "preferible" dejar de hacer y no transgredir que seguir a la opinión del más flexible y transgredir. A pesar de esto, la halajá no quedará así ya que Rabi Ioshua ben Karja sostenía que si lo que uno va a preguntar es un tema de Torá (un precepto que aparece explicito en la Torá) uno debe seguir al más majmir. Pero si el tema es de sofrim (en relación a un precepto, legislación o decreto rabínico, sin base directa en la Torá) entonces uno siempre debe seguir la opinión del más mekil. En términos más vulgares; en temas de Torá por su status giramos a la derecha y somos más conservadores por miedo a transgredir la Voluntad Divina, pero en temas de los sabios giramos a la izquierda y somos más indulgentes. 

Extra: en uno de los seis órdenes del Talmud, llamado nezikin, contempla tres tratados que llevan por nombre: Baba Kama (primera puerta), Baba Metzia (puerta del medio), Baba Batra (última puerta) pero el Talmud nos dice aquí que todos estos tratados eran uno solo originariamente denominado nezikin (daños) pero por su extensión, son más de 450 páginas, los sabios de la Mishná decidieron cortarlo en tres partes. 

domingo, 29 de julio de 2012

Avoda Zará 6 - Los notzrim y sus domingos

La Mishna plantea que tres días antes de las fiestas de los paganos no podemos tener ningún tipo de relación comercial con ellos. Ni venderles algo ni comprarles, tampoco podemos saldar una deuda, pedir prestado o incluso devolver dinero. La Guemará se pregunta si los tres días incluyen en si mismos al día de la festividad por lo cual serían, ese mismo día más dos previos. O si bien, son tres días de prohibición excluyendo al día mismo de la festividad. La halajá quedará según esta segunda opinión.

El Talmud llega a esta conclusión luego de exponer la visión de Rabi Ishmael que sostenía que con los notzrim (cristianos) un judío nunca podía comerciar ¿por qué? Ya que él sostenía que uno no podía comerciar con un pagano ni tres días antes de sus fiestas ni tres días después, y siendo que cada domingo los primeros cristianos tenían "su fiesta", su día del Señor, entonces ningún día de la semana era apto para comerciar con ellos. Ni sábado, ni viernes ni jueves, ya que eran los tres días previos; pero tampoco lunes, martes o miércoles ya que eran los tres días posteriores al domingo. Es interesante como Rashi describe a los notzrim diciendo que son los que seguían por el error de aquel hombre (en referencia a Jesús) y tienen su día de celebración los domingos (y no Shabat!). La mayoría de los sabios judíos del mundo Ashkenazí dirán luego que se puede comerciar con los notzrim ya que en verdad no son paganos, mas el mundo Sefaradí, especialmente el Rambam, dirá que efectivamente son idólatras y que por ese motivo uno nunca podría tener relaciones económicas con ellos. 

Rabina, otro sabio de la época, consideraba que las principales fiestas de los paganos en las cuales los judíos no podían tener relación económica eran: Kalanda, Sartunia y Kerastim. La Kalanda, excplica Steinzatlz es la celebración del primer día de cada mes de los romanos mientras que la Sartunia era la famosa fiesta pagana que se festejaba del 17 al 25 del mes de diciembre, dando origen luego a la Navidad. 

El motivo de la prohibición. El Talmud se pregunta ¿de dónde proviene la prohibición de mo poder tener relaciones comerciales con los idólatras antes de sus festividades? Da dos respuestas posibles: La primera como ya habíamos insinuado era por lo que el Talmud denomina Harevaja, por el beneficio económico que iban a tener los paganos y por ellos luego iban a agradecerle a su deidad. La segunda opción es que venderle algún carnero o algún animal para hacer un sacrificio se considera como si uno estuviera trasgrediendo el precepto de "delante de un ciego no pondrás obstáculo". La tradición judía nos prohíbe ayudar a alguien a cometer una transgresión y por este mismo motivo no podemos tenderle vino a un nazir (que juró no tomar vino) ni tampoco podemos darle carne cruda a un goi (ya que dentro de los 7 preceptos universales se encuentra esta prohibición). 

Una historia que ejemplifica. El Talmud nos cuenta de un cierto idólatra que en el día mismo de su festividad le dio una moneda a Rabi Iehuda Nesia. Reish Lakish estaba allí por lo cual Rabi Iehuda le pregunta que hacer: Si la tomo, irá y le agradecerá a su deidad pero si la rechazó generará odio. Reish Lakish dice que la acepte pero que la tire (frente al idolatra) a un pozo. A lo que Rab Iehuda le dice: esto generará mucho más odio. A lo que finalmente Reish Lakish responde: debes hacer como si se te cayó sin intención. Así queda la halajá. 

viernes, 27 de julio de 2012

Avoda Zará 5 - La Torá por imposición

Cualquier sistema legal es impuesto. La ley es heteronoma por antonomasia. La Torá no es la excepción a esta regla. En nuestro folio Rabi Shimon ben Lakish nos enseña que en el día sexto de la creación D-s le entregó al "mundo" la Torá y dijo: Si la aceptan bien, sino haré volver todo el universo al Tou Vavou, al caos originario. En este sentido podemos pensar que la aceptación a la Ley no es voluntaria a menos que me digan que la humanidad tenía una opción real de denegar la Torá. No siempre lo que parece optativo verdaderamente lo es. Si yo te amenazo para que aceptes mi ley pero antes te digo que si no lo haces te mato, uno no esta actuando por voluntad o por libre arbitrio, uno está siendo obligado a algo sin casi posibilidad alguna de elección.

Dos folios antes, otro midrash es citado por los sabios talmúdicos. En el mismo se nos relata que en el momento de la entrega de la Torá al pueblo de Israel en el monte Sinaí, D-s tomó el monte, lo arrancó de la tierra y lo puso sobre las cabezas del pueblo judío y en ese mismo momento les dijo: si aceptan mi Torá, todo estará bien, mas si la rechazan esta será su tumba ¿Hubo elección en la recepción de la Torá? En primera instancia debemos decir que no. Tanto la ley del Estado, como las leyes familiares, nos son impuestas desde el momento que llegamos al mundo. La ley nos precede y nos absorbe. El mismo midrash recién citado pero abordado en el tratado de Shabat (88b) agrega que será recién en los tiempos de Ajashverosh, donde se sucede el relato de Esther, donde el pueblo judío acepta la Ley por propia voluntad. Primero el cuerpo legal es impuesto so pena de muerte y de desastre mas varios siglos después el pueblo judío acepta y aprehende la Torá por decisión propia. La entrega es obligatoria, la aceptación no. Uno puede, y a todos nos pasa, estar sometido a una ley que nos es entregada por un otro y nosotros no podemos rechazar la entrega pero lo que si podemos hacer con el tiempo es aceptar la ley. La podemos aceptar con gozo y la podemos hacer propia. Podemos aprender a vivir en ella y como sus herederos podemos transformarla, modificarla, "retocarla", aggiornarla. Podemos hacer de lo heteronomo algo autónomo.

Otro tema. El sabio Mar enseñaba que hay cuatro personas en vida que están "muertos": los pobres, los ciegos, los "leprosos" y los que no tienen hijos. ¿Qué opinan? A mi particularmente me conmueve y me llama a la reflexión. La vida es lo que empieza cuando uno deja de sobrevivir, si uno carece de techo, de comida, de ropa, de educación o de salud uno no vive, sobrevive. Si uno no tiene descendencia, si uno no puede trascender en esta vida a través de sus hijos o de sus obras, no vivió, simplemente paso por este mundo. 

jueves, 26 de julio de 2012

Avoda Zara 4 - Los dichos de Rabi Ioshua ben Levi

El Talmud, repetidas veces después de citar a un sabio sobre un tema en cuestión continúa inmediatamente, citando otras grandes máximas o reflexiones del mismo. Hoy nos detendremos a estudiar tres adagios del sabio Rabi Ioshua Ben Levi, quien era un amora (sabio talmúdico) que vivió en Palestina en la primer mitad del siglo III. Citemos cada uno y reflexionemos unos instantes sobre los mismos.

1) ¿Por qué está escrito "como yo te ordeno hoy hacer (Devarim 7:11)"? Ya que hoy debes hacerlo y no mañana, hoy debes hacerlo pero hoy no es el día para recibir la recompensa. De esta manera interpreta Rabi Ioshua Ben Levi aquel versículo de la Torá, dividiéndolo en dos partes muy interesantes. El primer principio es que HOY y no MAÑANA es el día para empezar a cumplir con los mandamientos. Una suerte del famoso "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". No debemos aplazar los tiempos para empezar a dedicarnos a la Torá y a las Mitzvot. Si la primera parte de la interpretación viene a apoyar una idea de inmediatez en relación al actuar, la segunda viene a prevenirnos que no todo lo que HOY sembramos, lo cosecharemos inmediatamente. El presente es un tiempo para hacer, no para recibir la recompensa o los frutos de mi obra. Ya llegará un mañana donde nuestras obras hayan cosechado frutos y recompensas de diversos tipos, mas hoy es el momento de actuar y no de pensar en recompensas.

2) "Todos los mandamientos que el pueblo de Israel cumple en este mundo, se presentan en el mundo venidero como testigos para ellos". Nuestras obras, dice Rabi Ioshua ben Levi, son nuestro testimonio. Nuestras intenciones o voluntades se pierden en el correr de nuestra existencia mas nuestras obras concretas nos sirven como testimonio de nuestra vida. Son las obras de nuestras manos las que dejan testimonio de nuestro paso por el mundo. Por otro lado, dicen los sabios más adelante, las transgresiones que cometamos en este mundo nos quedan pegadas a los hombres como los perros a su amos (y este mismo término utiliza el Talmud). Es muy difícil apartarlas de uno. 

3) "El pueblo de Israel no cometió la transgresión del becerro de oro sino para enseñarles a los hombres que existe la posibilidad de la Teshuvá (arrepentimiento)". Esta cita es impresionante por sus múltiples mensajes. El primero de ellos es el intento de Rabi Ioshua ben Levi de "justificar" lo injustificable sosteniendo que verdaderamente el pueblo judío no pecó allá en el desierto sino que meramente lo hizo a conciencia para enseñarle a los demás hombres que aunque uno transgreda en gran medida siempre uno puede arrepentirse de sus actos y ser perdonado. Esta es la segunda gran lección de Rabi Ioshua. Siempre hay lugar y espacio para la Teshuvá. No importa cuán grande es la transgresión si nuestro arrepentimiento es sincero, más allá que nuestro acto sea irreversible, siempre existe la posibilidad del perdón. 

miércoles, 25 de julio de 2012

Avoda Zará 3 - Gadol HaMetzuvé

El Talmud nos presenta aquí un texto complejo. Comencemos citando las fuentes para luego debatir. Rabi Meir enseña: Un goi (no judío) que estudia Torá es [tan loable] como un sumo sacerdote. Esta afirmación de Rabi Meir presenta varios problemas por lo menos para los que ya tienen algunas lecturas en la literatura rabínica. Es sabido, y lo estudiamos en el tratado de Sanhedrín, que se les prohíbe - en primer término - a los no judíos estudiar Torá (tal como se les prohíbe observar Shabat). Incluso el Talmud, en Sanhedrín, dice que en caso de hacerlo merecen la muerte. Los rabinos medievales tratan de mostrar que estas dos citas y posturas de los sabios talmúdicos no son contradictorias. Hay algunos que sostienen, por ejemplo, siendo ésta la opinión de Tosafot, que aquí el Talmud dice que es loable el goi que estudia solamente las 7 Mitzvot de los hijos de Noaj, los 7 preceptos universales que son los únicos que les "pertenecen". El Meiri, uno de los más importantes halajistas judíos de la edad media y revolucionario en torno a las leyes con respecto al mundo no judío, sostenía que el Talmud sólo impone esta restricción a los no judíos que quieren estudiar Torá simplemente por conocimiento o para burlarse del pueblo judío mas si lo hacen por querer buscar "la verdad" o por una verdadera inquietud espiritual pueden estudiar toda la Torá sin distinción. El primer conflicto aparente quedaría solucionado. 

El segundo conflicto se base en que aún así, dicen los sabios del Talmud, un goi que estudia Torá nunca podría recibir los mismos méritos o beneficios de un judío cualquiera que estudia ya que Rabi Janina había dicho que: "Es más meritorio aquel que está comandado a hacer y hace sobre quién no está comandado a hacer y hace." Aquí me quiero detener. Según Rabi Janina siempre es más loable, ergo recibiría más recompensa, aquel que está obligado a hacer algo y lo hace a aquel que voluntariamente elige hacerlo. Esta cita es más que discutible. Durante mucho tiempo estuve yo mismo en contra de este adagio talmúdico pero con el tiempo y el estudio intensivo terminé por aceptarlo y encontrar en él mucha sabiduría. Quién está obligado a hacer tal o cual cosa no tiene otra opción, debe sobreponer sus otros deseos para hacer lo que está comandado a cumplir, en cambio quién no lo está puede "optar" siempre por hacerlo o dejar de hacerlo. Vayamos con nuestro ejemplo. Un judío, aunque no tenga ganas, tiempo o lo que fuese está obligado cada día de su vida a estudiar Torá, no tiene otra opción, debe superar su "vagancia" y ponerse a estudiar. Sin embargo un no judío podría tranquilamente un día decidir estudiar Torá pero como no tiene la obligación al otro día puede decidir no hacerlo y no tiene que sobreponerse a ningún deseo o inclinación. Es por esto que siempre es más meritorio quién está comandado a hacer y cumple que quién lo hace por pura voluntad. ¿Qué opinan? 

Los seres humanos y los peces. ¿Por qué se compara, se pregunta el Talmud, a los seres humanos y a los peces? Ya que tal como los peces que suben a la superficie seca inmediatamente mueren, así mismo le ocurre a los seres humanos. En el momento que los hombres dejan de cumplir los mandamientos de D-s (en este caso los principios que sostienen a las sociedades) inmediatamente mueren. Otros sabios dicen que los seres humanos se parecen a los peces en el sentido de que tanto como los peces más grandes se devoran a los más pequeños, los seres humanos más fuertes se devoran a los más débiles. Y es por esto, según el Talmud en una lectura hobbsiana de la realidad, que se debe pedir por el bienestar de la nación ya que si no fuera por el temor que infunden los Estados, los hombres se matarían los unos a los otros. El Talmud, al parecer, se olvidó que muchas veces son los propios Estados los que devoran a los hombres. ¿Qué opinan de esta lectura política de los sabios talmudicos?

martes, 24 de julio de 2012

Avoda Zará 2 - Sus "fiestas"

Estamos comenzando a transitar el estudio de un nuevo tratado talmúdico, el masejet Avoda Zará. El mismo, como su nombre lo indica, versa sobre la idolatría y los idólatras. Con el correr de los días y semanas que nos lleve su estudio iremos viendo con precisión ¿Qué es la idolatría? ¿Quiénes son los idolatras? y ¿Cuál debe ser nuestra relación con la idolatría y sus practicantes? Este tratado es de vital importancia ya que la gran lucha teológica y revolucionaria de la Torá es la del monoteismo ético ante al paganismo. Los rabinos de la Mishná y del Talmud, tiempo después, también harán importantes consideraciones en torno a estas conductas. En la actualidad, la vigencia de esta tratado es central ya que debemos preguntarnos quiénes hoy día son considerados idólatras Nuestro entorno cristiano o musulmán ¿es idólatra

Comencemos con la primer Mishná: tres días antes de las "fiestas" de los idólatras le está prohibido a un judío comerciar con ellos. No se le puede vender ni comprar nada, tampoco se les puede prestar ni pedir prestado, ni tampoco se les puede dar un préstamo o cobrar un préstamo de ellos. Y todo se debe, según Rashí, a que existe la posibilidad de que finalmente en sus "celebraciones" le agradezcan a sus dioses lo que un judío hizo por ellos. Un ejemplo: "Gracias Zeus porque Moishe me pagó la plata que me debía". En estos casos, según el Talmud, uno estaría siendo cómplice de la idolatría de otros; y tal como le está prohibido a un judío cometer idolatría también le está prohibido ayudar de la manera que fuese a que otros lo sean. La halajá medieval le hará grandes reformas a estas leyes ya que consideraran que en sus tiempos esas categorías ya no aplican más. Darán varias razones para su postura. La primera, como veremos, es que los sabios de Ashkenaz o Sefarad, ya no consideraban a su entorno, cristiano o musulmán, respectivamente, como idólatras. Si ellos no eran idólatras se podía tranquilamente comerciar con ellos. Ya que en sus cultos religiosos alabarían al mismo D-s de Israel. Otras de las motivaciones que llevaron a la reforma de la halajá es por motivos económicos. Si el entorno de idólatras tenía muchas fiestas por mes, el número de días que se podía comerciar con ellos decrecía en gran cantidad lo que le generaba un problema económico a la comunidad judía. Por último, el motivo más extendido es por "miedo al odio". Las autoridades medievales sentían que si se les prohibía a los judíos comerciar en gran medida con los no judíos, generarían un fuerte rencor que terminaría expresado quizás en un pogrom o otro tipo de matanza o persecución. Cuando las consecuencias de cumplir una Halajá son peores que su no cumplimiento se habilita a las autoridades rabínicas a dictaminar y a anular o modificar una ley previa. 

La Torá y los no judíos. En un midrash muy conocido se nos cuenta que en un momento determinado de la historia D-s se presentara ante todas las naciones, con un rollo de Torá sobre su pecho, y las someterá a juicio una por una. La pregunta central será ¿Cuál fue su relación con la Torá? Al parecer esta pregunta no tendría sentido ya que como sabemos los no-judíos no están obligados a cumplir los mandamientos de la Torá sin embargo Rabi Iojanan enseñaba que al comienzo D-s fue pueblo por pueblo a entregarle la Torá, y ninguno aceptó hasta que se acercó y se la ofreció al pueblo de Israel, siendo este el único pueblo que aceptó la Ley del Eterno. Otro dato a tener en cuenta en relación a los no judíos y la Torá es que más allá de no tener que cumplir los "613" mandamientos, los gentiles están, según el Talmud, obligados a cumplir los 7 mandamientos de Noaj, 7 mitzvot que son las mínimas indispensables para poder vivir en sociedad (por ejemplo: no matarás, no robarás o la necesidad de establecer cortes de justicia). El Talmud nos relata que D-s cita a juicio a Roma y luego a los Persas. Estos dicen que todo lo que hicieron, la construcción de ciudades, de puentes o la colecta de oro y plata lo hicieron únicamente para que Israel pueda estudiar Torá. D-s los recrimina y les dice: "Tontos, a mi no me engañan. Todo esto lo hicieron por su propio bien". 

Extra: Rabi Ioshua ben Levi enseñaba "Todos las mitzvot que Israel cumple en este mundo, vienen como testimonio para ellos en el mundo venidero".

lunes, 23 de julio de 2012

Sanhedrín 113 - Ir Hanidajat II

El Talmud continúa debatiendo en torno a las leyes sobre el mandato de Ir Hanidajat, las ciudades donde la mayoría de sus habitantes fueron seducidos para cometer idolatría. Para comenzar, comparto una famosa afirmación del Talmud: Ierushalaim nunca podrá convertirse en una Ir Hanidajat. Al parecer la ciudad en si, a diferencia de cualquier otro lugar del mundo, no puede ser suceptible de la aplicación de esta Ley. Esta afirmación del Talmud no implica que sus habitantes no puedan cometer idolatría, ellos, en ese caso deben ser castigados mas la ciudad por ser el lugar desde donde sale Torá al mundo no puede ser destruida como si debían ser las ciudades donde la mayoría de sus habitantes se tornaban en idólatras. 

Las ciudades debían ser destruidas, debían arder en llamas pero ¿Qué pasa con una ciudad que tiene un Sefer Torá o una Mezuza? Bien sabemos que todo lo que había en la ciudad, todos los bienes muebles e inmuebles debían ser quemados por el fuego pero ¿cómo vamos a quemar una Torá o una Mezuza!? La primera opinión en el Talmud nos advierte que estos objetos "sagrados" deben ser puestos en una Geniza, guardados en un lugar especifico o enterrados bajo tierra. No obstante Rabi Eliezer nos da otra respuesta y nos dice que nunca una ciudad que tenga al menos una sola mezuzá puede ser destruida por ser Ir Hanidajat ya que en la Torá se dice que toda la ciudad debe ser prendida fuego y como la mezuzá no puede ser quemada lo que quiere decir que la ciudad donde haya una mezuzá no puede ser prendida fuego. Esta ley del Talmud tiene un sentido concreto y particular pero sus palabras me llevan a imaginarme la posibilidad que en cada ciudad, en cada hogar que haya una "mezuzá" donde las palabras de D-s estén vivas y sean vividas por sus habitantes, las mismas jamás podrán ser destruidas. En los lugares donde brille la llama de la Torá la destrucción jamas podrá ser total. Las paredes se podrán caer y los edificios podrán ser demolidos mas la fuerza de la Torá mantendrá viva aunque sea una pequeña luz de esperanza de redención. 

El tratado de Sanhedrín termina con el siguiente adagio: Cada vez que un malvado llega el mundo, el mismo se cubre de ira y de indignación. Cada vez que un malvado parte del mundo, el mismo se cubre de "bien" mas si un justo parte del mundo, el mal le sobreviene. Pero cuando un justo llega al mundo, el mismo se cubre de "bien". 

Hadran Halaj Kol Israel - Así concluimos el estudio del tratado de Sanhedrín!

domingo, 22 de julio de 2012

Sanhedrín 112 - Ir Hanidajat

Si oyeres que se dice de alguna de tus ciudades que Adonai tu D-s te da para vivir en ellas, que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; tú inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo en medio de ti, irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de espada. (Devarim-Deutronomio 13:12-ss)

Estos son los versículos biblicos que sustentan el análisis que hará el Talmud sobre los hombres de las "ciudades instigadas". Ir Hanidajat, es una ciudad que alguno de sus habitantes han convencido a la mayoría de los mismos a que cometan idolatría. El Talmud, comenzando a cerrar el tratado de Sanhedrín, nos dice que una ciudad de estas características ninguno de sus habitantes tienen un lugar en el Olam Habá. Como siempre, la Torá anuncia principios generales y los sabios dictaminan los particulares. En este caso para que una ciudad sea considerada "Ir Hanidajat" deben ser hombres (y no mujeres o chicos) los que instiguen a los demás habitantes a cometer idolatría. Por otro lado deben ser habitantes de la ciudad y de la misma tribu los que inciten a hacer Avoda Zará, si viene alguien externo para hacer "proselitismo idolatra" no se considera a la ciudad Ir Hanidajat. La última condición que se debe dar es que sean convencidos para hacer idolatría la gran mayoría de los habitantes de la ciudad. Hasta aquí vimos el planteo de los sabios de la Mishná. 

Si la Torá trae leyes generales, la Mishná trae principios particulares de la Ley, más es el Talmud que expande con exactitud cuándo y cómo se aplican las leyes que son enunciadas en la Mishná. En este sentido el Talmud se pregunta: ¿Cómo sabemos cuando "la mayoría del pueblo" está cometiendo idolatría? ¿Hacemos un censo? El Talmud da dos opciones pero ambas siempre empiezan con un juicio. Antes de actuar juzgamos la situación. La primera opción es que cada uno vaya siendo juzgado, si lo encuentran culpable lo mandan a la carcel. La segunda opción es que cada uno vaya siendo juzgado pero si lo encuentran culpable directamente lo apedrean por idoaltría. Entonces llegado el caso que los presos o los muertos por idolatría superen el 50% de la población, toda la ciudad es quemada y arrasada por ser una "ciudad de idólatras". No nos detendremos hoy a analizar, ya que no es nuestro tema, por qué debe ser castigado el justo con el pecador pero sin lugar a dudas esta Mitzva nos lleva a plantearnos este gran dilema. 

Un último detalle. ¿Quién es considerado un residente de la ciudad? El Talmud nos da su respuesta: Quien habita en la misma por un periodo de 12 meses. Quien durante todo un año reside en una ciudad ya obtiene su "ciudadanía" y está obligado a cumplir todas las obligaciones que la ciudad impone pero también está apto para recibir todos los "beneficios" que la ciudad reparte. Especialmente esta halajá tiene importancia en torno a Pesaj cuando se obliga a los habitantes de una ciudad a ayudar a los más necesitados con harina para que en sus mesas también pueda haber Matzá. Lo mismo aplica a las leyes de Tzedaká. 

viernes, 20 de julio de 2012

Sanhedrín 111 - El castigo de Moshé

Venimos estudiando quiénes son los personajes y las transgresiones que no tienen un lugar en el Olam  Habá, en el mundo venidero. Sin lugar a dudas si alguien, por lo menos para la tradición judía, tiene un lugar asegurado en el Olam Habá es Moshé Rabienu. El gran lider y legislador del pueblo judío en la generación del desierto seguro, que más allá de sus equivocaciones, tiene un lugar en aquel mundo por venir. Sin embargo Moshé no llegó a la tierra por venir, no pudo cruzar y asentarse en la tierra prometida. Muchas son las interpretaciones que se dan en torno a por qué D-s le impide entrar a Israel. La que el golpea la roca en vez de hablarle es la noción más expandida de todas. No obstante, en nuestro folio del Talmud aparece otro Midrash que enfatiza que el decreto por el cual no puede entrar a Israel se decretó mucho antes, casi al comienzo de su historia. Veamos.

El Talmud nos cuenta que cuando Moshé frente a la zarza ardiente le pide a D-s que le diga su nombre, y Él le contesta con la criptica frase "seré el que seré" antes le advierte que muchas veces Él se le revela a Abraham, Itzjak e Iaakov sin darles Su nombre y sin que ellos se lo pidan. Por otro lado, según la Guemará, ellos, a diferencia de Moshé, no dudan de las Midot-cualidades de D-s. Un ejemplo para graficar la situación. D-s sin revelarle su nombre le dice a Abraham que vaya hacia una tierra lejana, él sin cuestionar lo hace. Allí las cosas no le son simples e incluso tiene que discutir y pelear por un pedazo de tierra para poder enterrar a su mujer. Abraham en ningún momento pidió saber el nombre de D-s ni sus "poderes", obedecía Su voz. Lo mismo ocurrió con Itzjak y con Iaakov. Con esfuerzo consiguieron sus destinos. Pero, y ahora enfatiza el Talmud, Moshé desde el instante mismo que "conoció" a D-s le preguntó ¿Cuál es tu nombre? E incluso desde ese mismo instante duda de D-s y de Su poder para salvar a Israel. En ese instante D-s le dice que él tendrá el merito de ver la batalla que D-s emprenderá contra el Faraón pero que no verá las batallas para conquistar la tierra de Israel, ya que no tuvo confianza en el Eterno. La confianza es un a priori en nuestra relación con el otro y especialmente con El Otro, con D-s. Como seres humanos debemos aceptar nuestras responsabilidades antes de exigir pruebas y derechos. La debilidad espiritual de Moshé le costó la entrada a la tierra prometida. 

Hablando de cualidades de D-s y de Moshé el Talmud narra un midrash maravilloso: La Torá nos dice que cuando D-s le mostró a Moshé sus trece cualidades (Shemot 34:6-8), él se prosternó inmediatamente contra el suelo. En este sentido el Talmud se pregunta ¿Qué es lo que escuchó tan potente que lo hizo prosternarse en ese instante? Algunos dicen que fue la cualidad de D-s de ser Emet (verdad) otros dicen que fue por la cualidad de Erej Apaim (tardo en la ira). El Talmud trae una historia apoyando esta segunda postura: Cuando Moshé subió a ver a D-s, vio que el Eterno estaba escribiendo esta cualidad, la de tardo en la ira, en la Torá y Moshé le preguntó ¿te refieres a los justos, no? Pero D-s le contestó: incluso con los malvados, a lo que Moshé contestó: que los malvados se pierdan (indicando que para él los malvados no se merecían que D-s sea paciente y que retrase su castigo). D-s, furioso le contesta: ahora veras lo que pasará! Cuando el pueblo de Israel pecó en el desierto y Moshé quiso intervenir a favor del pueblo D-s le dijo: ¿acaso no fuiste tu quién me dijo que sólo tengo que retrasar mi ira con los malvados? Una historia que deja mucho para pensar y reflexionar. 

Extra: ¿Qué significa la palabra Amen? En el sentido literal es "con firmeza" o como suelen traducir "que así sea". Sin embargo los sabios del Talmud encuentran que el mismo es un acróstico de las palabras: El Melej Neeman - Él, es el D-s confiable. 

jueves, 19 de julio de 2012

Sanhedrín 110 - Koraj y las discusiones

Ciertamente si una generación de la Torá debía ser recriminada por el Talmud debría haber sido la de Koraj y su congregación. Su rebelión frente a Moshé y D-s marca uno de los hitos del libro de Números. Koraj, Datam, Abiram y sus otros 250 "compañeros" no tienen un lugar en el Olam Habá. El Talmud señala, haciendo referencia a la Torá, que el gran pecado de este grupo de personas fue comenzar una discusión que no tenía razón de ser. Una discusión que sólo buscaba poder.

La Mishná en el tratado de Avot dice que todos nosotros podemos embarcarnos en dos tipos de discusiones: Las primeras son las consideradas LeShem Shamaim, que están dirigidas al cielo, discusiones que se dan en torno a debates genuinos y a posiciones contrapuestas que no buscan luchar por poder sino por encontrar alguna "verdad". El prototipo de estas discusiones eran las de Hilel y Shamai. Por el contrario las discusiones que no estaban dirigidas al cielo, Lo Leshem Shamaim, son las discusiones en las cuales ambas partes buscan "ganar", salir victoriosos y con más poder. Discusiones que buscan deslegitimar la posición de uno y amedrentar al otro con poder. Asi fueron las discusiones de Koraj y su congregación. 

El término hebreo para designar a las discusiones es Majlokot, o Majloket en singular. El Talmud no es más que la suma de Majlokot. De diversas posiciones de rabinos y sabios en torno a la interpretación de la Ley o de ciertos pasajes bíblicos. En este contexto de las discusiones "poco fructíferas" de Koraj el Talmud nos advierte que no debemos "aferrarnos a las discusiones" ya que de hacerlo estaríamos traspasando un mandamiento negativo ya que nos fue ordenado "que no seamos como Koraj y su congregación" (Bemidbar 17:5). Hay discusiones en las cuales debemos ingresar y otras que debemos abstenernos de hacerlo. Si la discusión es por "el bien público" o por un fin "verdaderamente noble" es menester que ingresemos en la discusión para así dar nuestra posición y para que una voz diferente pueda ser escuchada. En cambio, en la mayoría de las discusiones que nos tocan escuchar o presenciar a diario, debemos abstenernos de entrar. Las mismas son banales, inútiles y no nos conducen a nada. La mayoría se basa en nimiedades y  discusiones de salón. En estas, aunque tengamos "razón" no debemos ingresar sino sólo para apaciguar una acalorada discusión. Un dato interesante en torno a esto: El Ramban califica a esta noción de que no debemos entrar en una discusión dentro de las 613 Mitzvot mientras que el Rambam no lo hace. Para algunos entonces es Mitzva (Ramban) y para otros simplemente es un buen consejo (Rambam).

Las discusiones con nuestro maestro. Moshé era considerado el Rab de toda la comunidad de Israel por lo cual cuando Koraj discute no lo hace con cualquier persona sino que lo hace con "su maestro". En este sentido el Talmud nos llama la atención sobre algo que a los pos-modernos nos puede "molestar". Nos advierte que quién discute con su maestro es como si estuviera discutiendo con D-s mismo. O incluso quien duda de su maestro es como si estuviera dudando de D-s. Aclaremos un poco esta halajá. No es que la palabra de nuestro Rab sea santa e inobjetable pero por ejemplo la halajá nos aclara que no le podemos discutir en público a nuestro Rab, no lo podemos hacer entrar en vergüenza. Por otro lado, y creo que es algo que perdimos mucho nosotros los jovenes, a priori debemos confiar en la palabra de nuestros mayores y maestros. Ellos, supuestamente, tienen una vasta experiencia y conocimiento sobre los temas en los cuales "nos educan". En una primera instancia debemos confiar en sus palabras, sólo en el caso que veamos que sus dichos no se condicen con la realidad o con lo que dicen "los libros" podemos ir y enfrentarnos a ellos en una Majloket Leshem Shamaim, en una discusión que tenga como fin el conocimiento y la "verdad", y no un fin espurio como puede ser ponerlo en ridículo por su equivocación.  

miércoles, 18 de julio de 2012

Sanhedrín 109 - Dor Hapalgá y Anshei Sdom

Otras dos generaciones bíblicas tampoco tienen un lugar en el Olam Habá.

Dor HaPalgá (La generación de la Torre de Babel). En la Torá no se describe cuál es el pecado que cometen, simplemente se narra que construían una torre que buscaba llegar a los cielos. En este sentido se detiene el Talmud a preguntarse ¿por qué lo hacían? ¿Qué es lo tan "pecaminoso" que hicieron que su castigo es no tener un lugar en el mundo venidero? Varias opciones se dan en el Talmud, incluso algunas que daban los sabios de Babilonia son tomadas como chistes por los sabios de Israel y se ríen de sus suposiciones. Por ejemplo Rabi Irmiah dice que los que construyeron el Migdal (la Torre) tenían tres propositos distintos: algunos querían subir al cielo y quedarse ahí (ser como dioses), otros sin embargo querían ir allí para hacer actos de idolatría, por último, otro sector, quería subir a las alturas y contender contra D-s. Rab, nos comenta algo muy interesante, plantea que el aire del Migdal produce olvido. En lugares donde reina el odio, la codicia, la búsqueda de poder y los actos de injusticia comenzamos a perder la memoria; o quizás al comenzar a perder la memoria, al dejar de ejercitar el recuerdo, provocamos que nuestro entorno se convierta en una zona habilitada para el desastre. ¿Qué viene antes: el olvido o el pecado? 

Anshei Sdom (los hombres de Sodoma). Si hay una generación odiada y criticada en la Torá, en el texto mismo, es la generación de los hombres de Sodoma y Gomorra. Aquellos cinco reinos eran un antro de la perdición y a D-s no le quedo más remedio, como una casa que sus paredes están carcomidas y a punto de quebrarse, que destruir la ciudad para volver a llevar vida a esos lares. El Talmud se pregunta en extenso cuáles eran las transgresiones más flagrantes de aquellas ciudades. Hablan de idolatría, de hombres que blasfemaban a D-s, de derramamiento de sangre y principalmente los acusaban de ser "ávidos de dinero". Decían que hacían el mal con su cuerpo (BeGufán) y que cometían pecados (Jataim) con su dinero. Un sabio dice incluso que por las noches perseguían a los hombres adinerados y los olían como perros en busca de dinero, luego los arrojaban a un calabozo y les sacaban todo su dinero. El futuro de toda esta generación no se decretó sino hasta cuando mataron a una muchacha que les daba pan a los pobres. Una joven, quizás una de las pocas virtuosas de la ciudad, con amor y compasión de las fiestas de lujuria extraía en secreto unas migajas de pan para los más necesitados. Aquella generación malvada, cuando la descubrió, decidió que su castigo era la muerte. Después de este hecho quedó cerrado su destino.  

martes, 17 de julio de 2012

Sanhedrín 108 - La generación del diluvio

Hay diversas generaciones de hombres que según el Talmud no tienen un lugar en el Olam Habá. Estas generaciones son, según la lectura de los sabios, las más pecadoras de la historia universal. Son hombres y mujeres que por sus acciones no tienen "merecido" gozar del mundo venidero. Ellas son: la del diluvio (Dor HaMabul), la que construyó la torre de babel (Dor HaPalga), los hombres de Sdom, los espías (Meraglim), toda la generación del desierto (Dor HaMidbar) y por supuesto Koraj y su congregación. 

Hoy el Talmud nos presenta cuáles fueron los grandes pecados del Dor HaMabul para que sean castigados de semejante manera, en vida y post-mortem. Rabi Menajem nos dice también que en un futuro cuando D-s traiga de vuelta a la vida las almas en la resurreción de los muertos, las almas de esta generación no volverán a vivir. Rabi Iojanan nos indica que "porque grandes fueron sus pecados", "grande debe ser el castigo". Como esta generación se degeneró en gran medida el castigo debía ser proporcional a sus faltas. En la literatura rabínica esta noción se conoce Mida Kenegued Mida, medida por medida (la ley del talión de la teología judía). Igual a nuestra transgresión es el castigo que nos corresponde y paralelamente, igual a nuestra buena acción es nuestra recompensa. Esta fue una generación, según los sabios del siglo del Talmud, de grandes pecadores que incluso se acostaban y mantenían relaciones con diversos animales. Una generación zoofilica. Más allá de todas las transgresiones que cometió esta generación el castigo divino no vino sino cuando ellos comenzaron a robar. Esto según los maestros es para mostrarnos cuan grande son las consecuencias del robo. 

Algunos Midrashim sobre Noaj. La Torá nos dice que Noaj (Noe) era un justo en su generación. Los sabios del Talmud tienen opioniones encontradas sobre este versículo. Hay quienes dicen que era un justo "en su generación" en comparación con los otros hombres y mujeres que eran todos unos sinverguenzas y transgresores, pero que en otra generación no hubiera sido un justo (tzadik) sino que hubiera sido un hombre más. Otros sabios dicen exactamente lo contrario que tal como pudo mantenerse como un tzadik en esa generación, en cualquier otra generación hubiera sido un gran justo ya que pudo resistirse a la tentación. El Talmud nos cuenta también algo que en la Torá ni siquiera se menciona o se intuye; al parecer Noaj le recriminaba a la gente por sus transgresiones y les decía que vuelvan en Teshuvá, que se arrepientan de sus actos, mas la gente no lo escuchaba y se burlaban de él. Por otro lado cuenta la Torá que el agua del diluvio reposó sobre la tierra durante siete días ¿Cuál es el significado de estos siete días? Estos son la Shivá, los siete días de duelo. D-s, al destruir su propia creación, se dio el tiempo para hacer duelo por tener que destruir Su mundo. 

domingo, 15 de julio de 2012

Sanhedrín 107 - Jesús y la Teshuvá


Habíamos dicho que cuatro ediotot - hombres comunes - no tenían un lugar en el Olam Habá. Uno de ellos, discutimos en las ultimas oportunidades, fue Bilam. Ahora el Talmud nos cuenta sobre un personaje cuyo nombre es Gejazi. Su historia está relacionada con el arrepentimiento. Se cuenta que cierta vez Elisha Dameshk fue a buscarlo para pedirle que haga Teshuvá - que se arrepienta de sus transgresiones - pero él no volvió en Teshuvá porque había aprendido de algún maestro el siguiente adagio: החוטא ומחטיא את הרבים אין מספיקין בידו לעשות תשובה - Quien peca y hace pecar a los demás no le alcanzan sus manos para arrepentirse (para volver en Teshuvá).

Detengámonos aquí un momento. Este hombre, Gejazi, al parecer erró y pecó, y él no quiso arrepentirse o no se arriesgó a hacerlo porque había aprendido que ya por el mero hecho de haber pecado no podía volver en Teshuvá. Pero el punto crucial aquí no es que él transgredió, ya que sabemos que toda la Teshuvá se basa en la idea que luego de pecar uno puede arrepentirse de sus actos, sino que hizo pecar a los demás. Una cosa es que yo erre o decida pecar y otra cosa es hacer que los demás pequen. Sobre nosotros, educadores y maestros, o sea sobre nosotros, todos los seres humanos, recae una gran responsabilidad. No somos responsables solamente por nosotros mismos sino que aún más somos responsables por el otro. El tu antes que el yo, el ustedes antes del nosotros. Como seres humanos nos debemos al otro y debemos cuidarnos en nuestras enseñanzas y en nuestras conductas para no hacer que el otro yerre o peque. Sus transgresiones, por inadvertencia o por nuestra sugerencia, penden sobre nuestras palabras. Esta es la gran responsabilidad que debe tener un maestro a la hora de enseñar. Debe comprender que todo lo que sale de su boca puede ser aprehendido y puesto en práctica por sus alumnos y que sus acciones - y posibles transgresiones - de equivocarse en la enseñanza dependen absolutamente de uno.

Continuemos ahora estudiando otro adagio talmúdico y una historia espectacular. תנו רבנן: לעולם תהא שמאל דוחה וימין מקרבת - Deja siempre que tu mano izquierda rechace mientras que tu mano derecha este siempre dispuesta a acercar. Siempre debemos estar dispuestos a dejar ir con una mano, a remarcar los errores de otros y señalar lo que nos parece incorrecto y "pecaminoso" en el otro. Estamos obligados, cuando sentimos que alguien se está equivocando, a advertirle su error. Eso con la mano izquierda mas con la mano derecha debemos estar siempre dispuestos a recibir nuevamente a los que quieren volver en Teshuvá. Si nuestra mano izquierda aleja, nuestra derecha debe intentar nuevamente acercarse al otro, debe aceptar con bondad el arrepentimiento del otro. Una mano aleja y la otra acerca.

En relación a este principio de la tradición judía se nos llama la atención sobre la historia de un hombre que fue soltado por su maestro con las dos manos. Se trata de Ieshu, o más conocido como Jesús. El Talmud nos cuenta que Ioshua ben Perajia era su maestro y que en cierto momento Jesús comienza a tener pensamientos y a hablar de la hermosura de una mujer casada. Su maestro, al instante, lo rechaza y le recrimina su error. Lo suelta con su mano izquierda pero también, en vez de acercarlo, lo deja ir con su mano derecha. Jesús en varias oportunidades quiso volver en Teshuvá y se acercó a su maestro para que lo perdone por su actitud. En cada una de las oportunidades que Jesús intentaba obtener el perdón de su maestro éste, sin piedad, lo rechazaba. En ese momento, según nos narra este Midrash, Jesús comienza a pervertirse y empieza a hacer pecar a otros judíos a través de lo que el Talmud denomina "brujerías". En un momento su maestro, Rabi Ioshua ben Perajia, decide aceptar su Teshuvá pero Jesús sabiamente le contesta: mi Teshuvá no será aceptada ya que tu mismo me enseñaste que quien hace pecar a los demás su arrepentimiento jamas será aceptado. ¿Interesante historia, no?

Un dato para terminar. Toda esta historia sobre Jesús no aparece en la gran mayoría de las ediciones del Talmud ya que fue censurada durante la edad media. La misma se encontraba sin embargo en diversos manuscritos antiguos y fue recuperada en la edición del Talmud de Steinzalts. 

Extra: Quien quiera historias sobre la transgresión de David en torno a Bat Sheva tiene en este folio muchas agadot interesantes sobre el tema!

jueves, 12 de julio de 2012

Sanhedrín 106 - Bilam II

Continuemos con algunas reflexiones rabínicas en torno a la figura de Bilam. De todo lo malo, dicen por ahí, sale algo bueno. Y al parecer esto se comprueba con la historia de Bilam, ya que de su simiente salió Rut y como todos sabemos de Rut ¿Quién sale? El Rey David, y del rey David, ¿quién sale? El Mashiaj. Los sabios explican que a pesar de todo el mal que hizo Bilam, o por lo menos que intentó hacerle al pueblo de Israel, él mismo construía santuarios y ofrecía sacrificios a D-s y por eso, según cuenta el Talmud, él tiene el merito de ser uno de los antecesores del Mesías. 

Sobre sus profecías. La bendición más conocida, que intentó ser maldición, salida de la boca de Bilam (Bemidbar 23:5) es la famosa frase: Ma Tovu - Que buenas son tus tiendas oh Yakov, y tus moradas Israel. Pero las "bendiciones-maldiciones" continúan y los que nos dicen los sabios de que aquellas palabras que salieron en forma de bendición de la boca de Bilam en su corazón estaban pensadas como maldiciones y finalmente sólo dos de ellas fueron bendiciones y el resto fueron maldiciones que se cumplimentaron en la historia judía. Por ejemplo una maldición, que fue expresada como bendición pero con "intenciones malignas" es la que pedía que la Shejina no reposase sobre Israel, o que el reino de Israel sea destruido o bien que se acaben los viñedos y los olivares de Israel. Todas estas "bendiciones-maldiciones" se cumplieron  "en contra" del pueblo de Israel. Sólo dos frases expresadas como bendiciones pero que tenían intenciones de ser maldiciones no se cumplieron según los sabios y estas son las que empiezan con la frase antes citada "Ma Tovu". Allí Bilam pedía maliciosamente que las tiendas de estudio (Batei Midrash) y las moradas de reunión (Batei Kneset) sean destruidas pero éstas fueron las únicas dos de sus profecías que no se cumplieron. El reino de Israel cayó, hubo hambrunas en la tierra mas hasta nuestros días las casas de estudio y los hogares de reunión siguen manteniendo viva la llama del pueblo judío. 

Algunas maldiciones son mejores que algunas bendiciones. Rabi Shmuel nos dice que la maldición de Ajia Hashiloni es mejor que la supuesta "bendición" de Bilam. Ajia le dio su maldición a Israel a través de una caña y tal como la caña que crece bien en un sitio con agua, su tallo se renueva y sus raices son numerosas incluso si el viento más fuerte viene y sopla sobre ella, la misma no es descolocada de su lugar sino que se mueve a la par del viento y tan pronto como el viento amaina la caña vuelve y se para firme en su lugar, así también es Israel. Sin embargo, el maldito de Bilam, nos narra el Talmud, bendijo al pueblo de Israel con un cedro. Y tal como el cedro no puede crecer en un sitio con agua, y sus raíces son pocas y su tronco no se renueva, cuando viene un gran viento el mismo es arrancado de su lugar y arrojado con gran fuerza, así también le ocurrirá a Israel. En este hermoso relato y alegoría Rabi Shmuel, compara al pueblo judío con una caña y con un cedro. Si tenemos el mérito en nuestras vidas de ser como la caña, los vientos más potentes podrán venir y con flexibilidad y suavidad podremos desplazarnos hacía un lado y hacía el otro pero finalmente volveremos a nuestro lugar. En cambio si somos rígidos como el cedro y no echamos raíces allí donde nos toca estar, el viento más pequeño nos puede voltear y hacernos desaparecer. Y algo más, agrega el Talmud, la caña tuvo el merito de ser elegida por el Eterno para ser la herramienta con la cual se escriben los libros más sagrados del pueblo judío: La Torá, los Neviim y los Ktubim. 

Quiera D-s que podamos ser flexibles como la caña (Kane) y no rígidos como el cedro (Erez)

miércoles, 11 de julio de 2012

Sanhedrín 105 - Bilam


Hemos comentado que diversos reyes, por transgreciones puntuales, no tienen un lugar en el Olám Habá. La Mishná nos dice que cuatro ediotot - hombres comunes - tampoco recibirán aquella recompensa. Estos son: Bilam, Doeg, Ajitofel y Gegazi. Hoy nos ocuparemos de ver, cuáles fueron aquellas transgresiones de Bilam que le provocaron semejante "castigo".

Hace unos días leíamos de la Torá Parashat Balak, donde se sitúa la historia de Bilam. Al leer directamente de la Torá, en su "literalidad", no vemos que Bilam haya cometido muchas transgresiones incluso podemos decir que no cometió ni una sola transgresión. Para poner en contexto a los que no conocen la historia; había un rey de Moab cuyo nombre era Balak que tenía miedo del pueblo de Israel y llama a un profeta de las naciones cuyo nombre es Bilam ben Beor. Este profeta le dice al rey que no podrá maldecir a nada o nadie que D-s no maldiga, él solo dírá lo que D-s le diga que tiene que transmitir. Aún así Balak lo contrata y en tres oportunidades intenta hacer que Bilam maldiga al pueblo de Israel pero en todas ellas sólo salen bendiciones de su boca. Aún así los sabios del Talmud se ensañan mucho contra Bilam, incluso para decir que es un gran malvado y que por eso no tiene un lugar en el mundo venidero.

Comencemos por su nombre. Lo sabios juegan con el nombre de Bilam -בלעם- para decir por ejemplo que es un hombre que "no tiene pueblo בלא עם". O bien que es un hombre que "destruyó al pueblo judío שבלה עם", o incluso, que se "acostó con su asno". Como vemos, los juegos con las letras del nombre de Bilam, son usados por los sabios judíos para decir que este personaje, que algunos sabios consideran que era el mismismo Laban Arami, era sin lugar a dudas un "mal tipo". Un malvado. Otros sabios hablan sobre su apariencia física y para "demonizarlo" un poco más, dicen que era manco, ciego de un ojo y hasta cojo. Una suerte de uno de esos personajes de Hollywood que dan miedo (no me vayan a interpretar mal, no digo que estas cualidades hagan de una persona un demonio pero sí su utilización en relación a Bilam)!

Un punto importante para dejar en claro. Para la tradición judía, a diferencia de muchas otras culturas, no existían únicamente los profetas nacionales. Cualquier ser humano, hombre o mujer, pequeño o adulto de cualquier nación podía ser un profeta. Y este era el caso de Bilam. El gran poder que tenía Bilam, cuentan los sabios, era saber exactamente en qué momento del día D-s se enojaba y se enfurecía; y su capacidad era poder "dirigir" ese enojo para maldecir a la gente. Nos cuenta el Talmud que D-s todo los días se enoja por un instante, por una pequeña fracción de segundo D-s se enoja al ver la realidad del mundo y las transgresiones diarias de los seres humanos. Bilam, según los rabinos del Talmud, sabía cuando D-s se enojaba y utilizaba esa furia para maldecir al pueblo de Israel. La Guemará nos cuenta también que en un momento determinado de la historia D-s le dice al pueblo de Israel que Él fue muy bondadoso con el pueblo judío ya que en los días que duró la profecía de Bilam en ningún momento se enojó, porque de lo contrario ninguno de ellos hubiera quedado con vida.

Tanto el amor como el odio eliminan las "costumbres de grandeza". Cuenta la Torá (Bereshit 23:3) que en el día que Abraham tenía que sacrificar a su hijo Itzjak él mismo ensilló su burro, algo que una persona de su nivel, un principe, no debía hacer, sino que lo delegaba a sus ayudantes pero por amor a D-s y al cumplimiento de las Mitzvot él mismo se ocupó de aquella tarea. Lo mismo, pero a la inversa, ocurre con Bilam. Un profeta de muy alto nivel no debía ensillar su propio asno para salir por el camino pero era tanto el odio que sentía por Israel, según nos relata el Talmud, que él mismo (Bemidbar 22:21) ensilla a su animal. Tanto el odio como el amor nos cambian las costumbres, nos despojamos de nuestro nombre y trayectoria y nos enfocamos únicamente en esos sentimientos. Tanto por amor como por odio perdemos el decoro...

martes, 10 de julio de 2012

Sanhedrín 104 - Eijá, las lamentaciones

Contextualicemos. El Talmud sigue discutiendo en torno a los diversos reyes, que por sus transgresiones, no tienen un lugar en el Mundo Venidero (Olám Habá). Recordemos que ellos son: Ajav, Menashe y Ierovam. El Talmud se pregunta, sin embargo, por qué otros reyes igual de corruptos o idólatras que los anteriores no son condenados tan duramente como los otros. En este caso me refiero, como lo hace la Guemará, a Iohiakim, Ajaz (quien se acostó con su propia madre para molestar al Creador) o también a Amón. Los sabios encuentran para cada uno de ellos una razón para decirnos que estos reyes, por más pecadores que hayan sido, sí tienen un lugar en el Olám Habá.

En este contexto los sabios nos traen la siguiente afirmación: Todo aquel que invita a idólatras a comer de su mesa sus hijos terminaran en el exilio (Galut). Al parecer los sabios se refieren a los reyes del Reino de Iehudá que comenzaron a tener un trato ameno con reyes paganos circundantes, lo que provocó, según la mirada de los sabios, el exilio a Babilonia en el año 586 a.e.c. Siguiendo una suerte de asociación libre, luego de hablar de reyes perversos y del exilio, Jazal comienza a hacer una interpretación de diversos versículos y pasajes del libro de Eijá. Este libro, en español titulado Libro de las Lamentaciones, es el que se lee en Tisha Ve´Av, el día en que el pueblo de Israel recuerda la destrucción de los dos templos de Jerusalem y otras tantas calamidades que le ocurrieron al pueblo judío a lo largo de la historia. Es el día de duelo nacional del pueblo judío. A continuación estudiaremos alguna de las interpretaciones que hacen los sabios sobre este libro:


1:1 ¡Cómo (Eijá) ha quedado sola la ciudad populosa! 

La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, 

La señora de provincias ha sido hecha tributaria. 
1:2 Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. 
No tiene quien la consuele de todos sus amantes; 
Todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos. 
1:3 Iehudá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; 
Ella habitó entre las naciones, y no halló descanso; 
Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras. 


Toda la Torá fue transgredida. Preguntaba Rabi Iojanán ¿Por qué el libro de Eijá esta escrito siguiendo el Alef-Bet (alfabeto hebreo)? Porque el pueblo de Israel transgredió toda la Torá (sus mandamientos) y esta no fue entregada sino a través del Alef-Bet (con la Voz Divina). 

La esperanza a toda costa. Rabi Iehudá enseña que en un fragmento (1:1) dice que Ierushalaim, la ciudad destruida, estaba "KeAlmaná", como una viuda. El texto no dice que era una viuda sino que era "como una viuda", como una mujer que su marido se va a fuera de la ciudad y tiene la fe que en algún momento volverá. Así también se encontraba Ierushalaim, desolada pero con la esperanza que en cierta oportunidad sería reconstruida y rehabitada. 

Los llantos. En el versículo dos se nombran dos veces a los llantos por lo cual el Talmud sugiere que las primeras lágrimas fueron por la destrucción del Primer Templo y las segundas lágrimas por la segunda destrucción. Todo aquel que llora por las noches, nos dicen los adagios talmúdicos, su voz es escuchada. Incluso quién llora por las noches tanto las estrellas como las constelaciones lloran junto a él. Lo mismo pasa con los seres humanos según el Talmud, quién quiera escucha a un alma llorar por las noches no puede hacer otra cosa que quedarse llorando junto a ella. 

La noche. Algunos sabios se detienen en que el versículo dice que lloraron por la noche y hace una relación semantica con un hecho en Bemidbar 14:1 donde dice que el pueblo de Israel lloró durante toda una noche porque no le gustaba el sabor de la Maná y preferían las "ricas comidas" de Egipto. En ese momento, aquella noche era 9 de Av (Tisha Ve´Av), el pueblo lloró por algo insignificante y D-s le dijo al pueblo:  ustedes lloraron por algo que no valía la pena, yo les haré llorar por algo que realmente valga la pena llorar. Y esa fue la destrucción de Jerusalém y la expulsión de los judíos de la tierra prometida. 

lunes, 9 de julio de 2012

Sanhedrín 103 - Otros que no tienen Olám Habá

Comencemos con una cita:

Decía Rab Jisda en nombre de Rabi Irmia el hijo de Aba: Cuatro clases de personas no son recibidas por la Shejina [la presencia Divina, su parte femenina]. Estos son: los burlones, los mentirosos, los hipócritas y aquellos que calumnian [hacen Lashón Harrá].

En un contexto del Talmud donde los sabios siguen discutiendo quienes tienen o no un lugar en el Olám Habá por sus conductas en el Olám Haze (en este mundo), el Talmud, o al menos un sabio, se detiene a decirnos quienes son las personas que por su actuar durante su vida no son recibidos por la Shejina. Antes de hablar de estas personas vale la pena mencionar algunas palabras con respecto a la Shejina. Místicamente esta se refiere a la parte femenina de D-s, se la comprende como aquella mitica nube que acompañaba al pueblo de Israel durante el desierto durante el día o aquella columna de fuego que los guíaba durante la noche. La shejina representa protección y una aceptación de D-s de nuestras acciones ya que por ejemplo nos enseñan en el Pirkei Avot que quienes se dediquen a decir palabras de Torá tendrán el merito de "recibir sobre ellos" la Shejina, la presencia Divina. Es una forma de decir: "D-s aprueba y ve con buenos ojos tus actos". 

Ahora sí, vayamos a esas clases de personas que por sus conductas no son "bien vistos" por D-s. No son ni los asesinos, ni los idolatras, ni los violadores. Recuerden que durante muchos folios fuimos discutiendo cuales eran los castigos para estas transgresiones "auto-evidentes". Rab Jisda nos habla a nosotros, al común de las personas, a aquellos que no matamos, ni violamos ni cometemos idolatría. El 99 % de la humanidad quizás. Mas lo que sí hacemos es burlarnos del otro, mentir, ser hipócritas y calumniar a otros. ¿Por qué? Porque todo esto lo hacemos principalmente con nuestras bocas y nuestras palabras, y una gran cantidad de horas al día nos la pasamos hablando. A Rab Jisda no le preocupa tanto, al parecer esa ínfima parte de la humanidad que hace aberraciones patentes, sin embargo le concierne hablarnos a nosotros. Aquellos que nos reímos del caído, nos burlamos del desprotegido. De aquellos que mentimos para no revelar nuestras propias limitaciones o de quienes pasan la vida siendo hipócritas, mostrando ser alguien que no son. Y finalmente aquellos que matan y lastiman de manera cobarde, con la palabra. Aquellos que con sus labios pronuncian palabras que hieren, palabras que calumnian y difaman. Todos ellos no tienen un lugar, en el Olám Habá. Todas aquellas transgresiones que ni las cortes civiles ni los Batei Din pueden juzgar son juzgados por el Creador, por aquel que sin ojos ve y sin oídos escucha. 

viernes, 6 de julio de 2012

Sanhedrín 102 - Los reyes malditos

Nuestra famosa Mishná, la que nos habla sobre quiénes son los hombres y mujeres que no tienen un lugar en el mundo venidero, hace referencia en primer término a cuestiones generales. Quiénes niegan la resrurrección  o quiénes dicen que la Torá no es Divina. Tampoco lo tienen los Apikorim, los que juegan con el nombre de D-s o los que leen "libros prohibidos". Sin embargo la Mishná también nos dice que algunos personajes particulares del Tanaj tampoco tienen un lugar en el Olam Habá

Los tres reyes que no tienen un lugar en el mundo venidero son: Ierovam, Ajav y Menashe. Quién quiera saber más de estos "reyes malditos" condenados con gran dureza por el Tanaj y por la literatura rabínica posterior por ser reyes que le trajeron el mal al pueblo judío por alejarse de los preceptos, puede buscar sus nombres en google y una hermosa referencia a sus vidas seguro que aparecerá. Hoy simplemente quiero detenerme en el estudio lingüístico que hacen los sabios talmúdicos con respecto a sus nombres. 

Sí de algo podemos estar seguros es que a los judíos nos importan los nombres. Cada nombre encierra una esencia, una idea y quizás un destino. Los nombres no son azarosos, dicen los sabios. El Midrash nos dice que cada hombre recibe a lo largo de la vida 3 nombres. El que le dan sus padres, el que le dan sus conocidos-amigos y el último, el que se da él mismo. A la literatura rabínica no le gustan los anónimos, cada hombre debe tener un nombre, cada personaje debe ser referido por un nombre que "lo represente". El mismo Tanaj se preocupa porque cada nombre tenga "un sentido". El primer hombre "Adam" recibe este nombre porque proviene de la tierra (adamá). Javá, la primer mujer, recibe este nombre por ser la madre de todo ser viviente (jaia). Lo mismo ocurre con Kain (adquisición) o con Hevel (suspiro). Esto se repite con una infinita cantidad de nombres bíblicos. Veamos ahora sí cómo el Talmud juega con los nombres y las etimologías de estos reyes denostados:

Ierovam: "Sheribá Am - Que degradó al pueblo". "Sheasá meriba Baam - Que ocasionó disputas en el pueblo". Este rey, se llamaba Ierovam ben Nevat y los sabios dicen que el nombre de su padre tampoco es extraño ya que decían "Ben shenibat velo raá - un hombre que mira pero no ve". Jazal (los sabios) hace un juego entre el nombre Nevat con el termino navit (mirar) y desarrolla una hermosa idea sobre quiénes miran pero no ven. Aquellos hombres que ven pero no pueden interpretar la realidad. Los ciegos con vista. 

Ajav: "Aj Leshamaim, Av Leavoda Zará". Los sabios consideran que el nombre de este rey es la contracción de dos términos aj (hermano) y av (padre). Y lo que dicen es que más allá que haya sido en momentos de su vida un hermano para los cielos, para D-s, luego se convirtió en un padre para todos los que quisieran realizar idolatría. 

Menashe: "Shenasha Iah - Que se olvidó de D-s". Por último, los sabios entienden que el nombre Menashe encierra la idea de una persona que olvida a D-s o como dicen otros, aún peor, que hace olvidar al pueblo de Israel la noción de D-s.

Extra! En hebreo, la palabra (שם) aparte de ser 'nombre' significa 'reputación'.

miércoles, 4 de julio de 2012

Sanhedrín 101 - Los usos de la Torá

En el último post hablamos sobre aquellos libros que los rabinos prohibieron leer. Aquellos escritos que por motivos políticos o ideológicos quedaron fuera del canon bíblico. En el día de hoy me voy a detener en un fragmento particular de nuestra Guemará. El mismo dice lo siguiente:

Enseñan nuestros maestros: quien lee un versículo de Shir Hashirim (el cantar de los cantares) y lo hace tan solo como una canción o quien lee un versículo "fuera de su tiempo", trae males sobre el mundo. La Torá, en ese momento se viste de duelo y se para ante D-s y le dice: Señor del Universo Tus hijos me hicieron como un violín y me tocan como si fuera una broma... Rabi Shimon ben Eleazar decía: Todo aquel que lea un versículo en su tiempo le trae un bien al mundo. 

Hasta aquí la cita. Ahora, pensemos en las implicancias y los desafíos que nos trae esta reflexión del Talmud. Vamos por partes. Lo primero que debemos comprender, para analizar la cita anterior, es que Shir Hashirim es uno de los libros más problemáticos de todo el Tanaj. Quien lo lee, sin los lentes de la tradición, no lee más que una breve novela erótica. Y esto, en mi humilde opinión, es sobre lo que quiere llamarnos la atención el Talmud. La historia, miticamente compuesta en la juventud por el rey Shlomó (Salomón), es sobre un hombre que busca a una mujer, a su amada. En el relato abundan versos eróticos y referencias hacia la sexualidad. Este libro, según nos narra el Talmud en el tratado de Yadaim, estuvo a punto de quedar fuera del canon bíblico pero fue salvado por Rabi Akiva. Por el otro lado, si lo leemos según la propuesta de los rabinos, se convertirá en una novela de amor entre D-s y el pueblo de Israel, la amada del Eterno. Y esto es lo que apunta nuestra Guemará. Quien lee Shir Hashirim como una mera novela erótica se equivoca, lee mal y confunde, quien hace de esta historia una mera canción popular y banal hace perder la profundidad del texto y su significado religioso.

Esta discusión presentada por el Talmud me lleva a pensar cómo nosotros leemos la Torá hoy. El Talmud quiere asegurarse, o intentar por lo menos, que las generaciones futuras lean "bien" la Torá. Antes que nada, vale aclarar que la idea de bien-mal o verdad-mentira, son producto del acuerdo intersubjetivo de una nación en un tiempo y en un lugar determinado. Teniendo ésto en cuenta, los sabios tenían su forma de leer la Torá y querían que esa forma fuese trasmitida a las generaciones futuras. Como no se puede leer Shir Hashirirm como una mera canción erótica, tampoco se puede leer la Torá como un libro de historia. La pregunta es ¿Para qué leemos la Torá? La respuesta es el Talmud. El Talmud es la respuesta judía a la pregunta ¿Para qué leemos la Torá? Y la respuesta es: para percatarnos de la existencia de D-s en el mundo y para saber cómo responder ante ella.

Toda lectura de la Torá, en cada generación, debe buscar a D-s e intentar traducir en actos una respuesta ante Su presencia. No hagamos, nos quieren decir los sabios, de la Torá un libro más de nuestras vidas. Si leemos los versículos en los momentos apropiados, como continúa diciendo el texto, traemos el bien y la paz al mundo mas cuando utilizamos los versículos fuera de contexto o para fines mezquinos o para usos "profanos" estamos desacralizando la Torá y eliminando todo su valor trascendente. Algo de todo esto, entiendo yo, nos quieren transmitir los sabios en este pasaje. 

martes, 3 de julio de 2012

Sanhedrín 100 - Apikoros y Sefarim Jitzonim

Apikoros. Ya vimos que el que duda de la resurrección (Tjiat Hametim) o de la divinidad de la Torá (Torá Min Hashamaim) no tiene un lugar en el mundo venidero. Otro personaje que no tiene un lugar en el mundo por venir es el Apikoros. Aquí es definido como el que desprecia a los sabios y a sus palabras. Podríamos interpretarlo como el que descree de las afirmaciones y las enseñanzas de los rabinos, quien no cree en la "verdad" de sus afirmaciones. No obstante, en el inconsciente colectivo judío Apikoires-Apikuro-Apikoros es quien reniega de la tradición de Israel, quien se vuelve un agnóstico o rechaza en forma general las enseñanzas de la tradición judía. Por ejemplo Elisha Ben Abuya es considerado un Apikoires, aquel rabino de los tiempos de la Mishná que, según las fábulas, abandona el judaísmo en pos de la literatura y los saberes griegos renegando así cualquier vinculación con el pueblo judío. Apikoires deriva del famoso filosofo griego Epicuro que enseñaba sobre la búsqueda hedonista en la vida pero por sobre todo que la vida, para poder ser vivida en libertad, debía basarse en el azar, un estilo de pensamiento que bajo ningún punto de vista los sabios talmúdicos podían tolerar.

Sefarim Jitzonim. Rabí Akiva agregaba a la lista de los que no tienen un lugar en el mundo venidero a los que leían de los libros "extra canónicos o externos". Quién leía cualquiera de estos libros o de los escritos de los minim (herejes) recibía el peor de los castigos, según la cosmovisión tradicional judía, el no goce de los placeres eternos. Los Sefarim Jitzonim son aquellos libros escritos al mismo tiempo que la mayoría de los últimos libros que entraron al canon bíblico (que se cerró en el año 90 d.e.c aprox) pero que no entraron en él. Por ejemplo el libro de los Macabeos.

En aquellos tiempos cuando el Tanaj estaba siendo cerrando por los sabios de la Mishná hubieron intensas discusiones en torno a qué libros debían entrar al "canon bíblico" y que otros no debían hacerlo. Algunos por cuestiones políticas y otros por cuestiones ideológicas no entraron en el cuerpo de nuestro Tanaj (aunque algunos entraron en la Biblia cristiana). Este punto es central. Quien controla nuestras lecturas controla nuestra forma de pensar. Si yo no puedo leer un libro "extra oficial" es muy difícil que pueda dudar en el sistema que me imponen. El mismo se cierra sobre si mismo. Hasta hoy en día en las Yeshivot ortodoxas si un estudiante quiere leer un libro que se encuentra fuera de la biblioteca debe pedirle permiso al Rab, ya que cualquier libro, o sea influencia externa, pueden hacerlo dudar de sus estudios talmúdicos o tradicionales. Los grandes halajistas, en rasgos generales (en especial el Rambam), no impidieron leer libros sobre ciencias o filosofía de otros pueblos, sino simplemente los libros "religiosos o sagrados" de otras naciones. Estos podían inducir muy fácilmente a los hombres a la apostasía.

Ben Sira. Rabi Iosef dice que ni siquiera el libro de Ben Sira se puede leer. Este es un libro escrito en el siglo II a.e.c bajo influencia del mundo griego. Es un gran libro sobre como un hombre debe comportarse, un libro, podríamos decir sobre "buenas conductas" o un libro sapiencial. Al parecer, los sabios tienen una actitud ambivalente con este libro ya que si bien no entró en el canon bíblico los sabios talmúdicos rescatan muchas de las frases y enseñanzas que hay allí. Por ejemplo, y aquí los sabios citan del libro de Ben Sirá: Una bella mujer alegra el corazón del hombre y duplica los días de su vida mientras que una mala mujer le trae al hombre enfermedades y la única solución es divorciarla. ¿Linda cita, no?

lunes, 2 de julio de 2012

Sanhedrín 99 - Mashiaj III y Torá celestial

Para concluir con nuestra sección "mesiánica" el Talmud discute la edad, o mejor dicho, los años que debiera vivir el Mashiaj que redimirá a Israel y a la humanidad. Es importante resaltar aquí las palabras de Shmuel que nos dice que no hay diferencia entre este mundo y los días del Mashiaj sino sólo en relación a que en aquellos días el pueblo de Israel tendrá dominio sobre su tierra homónima. La naturaleza no se altera, el mundo permanece igual a como hoy lo conocemos. Lo que se modifica, según las versiones más sostenidas en el Talmud, es la realidad político-social. Los tiempos mesiánicos no son momentos de ciencia ficción o de cambios en la naturaleza del mundo, sino que es un momento de cambio radical en relación a la forma de vivir de los hombres. El pueblo de Israel estará en paz en su tierra pero para que esto se mantenga y se prolongue hasta la eternidad las guerras y el hambre deben terminarse. 

Ahora sí, volvamos a los años que debiera tener el Mesías. Rabi Eliezer sugiere que deben ser 40, mientras que Rabi Eleazar dice que debían ser 70. Algunos dicen que debía vivir 3 generaciones Rabi Abau decía que el Mashiaj iba a vivir 7000 años, o sea los años de todo un mundo (ya que como vimos D-s renueva el mundo cada 7000 años!). Rabi Eliezer y otros sugieren que el Mashiaj debía vivir 365 años, como los días del año. ¿Número simbólico, no? Recuerden que los números son símbolos, representan algo más que una unidad temporal o algebraica. 

Volvamos a la Mishná. La misma nos dice que tampoco tiene un lugar en el mundo venidero quien dice "Ein Torá Min Hashamaim - La Torá no proviene de los cielos". Esto es un fundamento central de la teología rabínica. Para comenzar quiero marcar unos puntos básicos. Si los sabios del Talmud tienen que hacer esta afirmación es básicamente por dos motivos: 1) Había hombres y mujeres en esos tiempos que no creían que la Torá era "Divina" 2) Necesitaban reforzar las creencias del pueblo y su posición político-ideológica.

Recuerden que incluso los violadores, asesinos e idólatras tenían un lugar en el Olam Habá, los que no los tenían eran los que renunciaban a los principios básicos de los fariseos (los iniciadores del judaísmo rabínico). En momentos de quiebre entre diversas corrientes al interior del judaísmo, los sabios debían reforzar la fe y la adherencia. Seguramente en aquellos tiempos nadie creyera que nada de la Torá era Divina o "entregada por D-s" pero quizas alguno creía que cierta sección o cierta palabra fue agregada después, por ese motivo los sabios dicen que incluso el que dice que toda la Torá es "min Hashamaim" excepto algún versículo en particular tampóco él tiene un lugar en el mundo venidero.

La Torá Oral. Más allá de los 5 libros de Moshé que componen la Torá escrita los sabios dicen que la Torá Oral (she bealpé) que es la base de la Mishná y el Talmud también son Min Hashamaim y por lo tanto, también quien duda de ello no tiene un lugar en el Olam Habá. Quien duda siquiera de una puntuación de los sabios o de una deducción hermeneutica de los rabinos no tiene un lugar en el mundo venidero. Esta es una Guemará, más que ideológica. En momentos en donde otros judíos no creían en la Torá SheBealpé, que dio origen al Talmud, los sabios deben enfatizar que todo aquel que piense de esa manera no tendrá un lugar en el mundo venidero. 

Extra: Rabi Ioshua enseña: todo aquel que estudia Torá pero no vuelve sobre ella es como aquel que siembra pero no cosecha. 
Extra extra: Rabi Asi enseña que el Ietzer Hará (instinto del mal) comienza siendo un pequeño hilo de araña pero que al final se termina convirtiendo en una dura cuerda que puede tirar de un carruaje. 
Extra (x3): Reish Lakish enseña que quienquiera le enseña a un compañero una palabra de Torá es como si él lo hubiera "hecho/formado".