En una nueva Mishná se nos trae otra de las posturas del juez Admon, contrarias a la postura mayoritaria de los sabios. En está ocasión los sabios dictaminan que si un hombre fijó para su yerno una X cantidad de dinero como forma de Nedunia (dote) que se le debía entregar a la hora de consumar el matrimonio, si este hombre no tiene el dinero luego para pagar aquella suma (o se encuentra en otro país, según otras lecturas) su hija quedará en estado de Arusá (comprometida) hasta que envejezca. ¿Por qué? Porque su padre, el futuro suegro, se había comprometido a pagarle al futuro marido de esta una suma especifica acordada por ambos y al no poder mantener aquella promesa el futuro marido puede optar por mantener a su futura mujer como Arusá por tiempo indefinido hasta que su "suegro" le pague lo que habían acordado.
Admon, en contra de esta postura, cuestiona este principio ya que sostiene que la pobre muchacha no decidió dar aquella dote por si misma sino que fue su padre él que se comprometió a hacerlo, entonces ¿Por qué ella se debe ver perjudicada? ¿Por qué ella debe sufrir las consecuencias de que su padre no tenga el dinero para pagar su dote? Admon propone que en estos casos la mujer le debe decir a su potencial marido: ¡O nos casamos o me liberas! En otras palabras, o aceptas casarte conmigo aunque mi padre no pueda darte el dinero acordado o me das un Guet (documento de divorcio) para que pueda continuar con mi vida. El Talmud dictamina que este principio solo es válido cuando fue el padre quien fijo el valor de la Nedunia, si ella misma se comprometió a entrar al matrimonio una X cantidad de dinero y el padre luego no puede hacer frente a esa suma ella saldrá perjudicada y no hay forma de liberarla de aquella situación. La Halajá quedará según Admon. Ahora bien ¿Qué opinan ustedes? ¿Quién se debe perjudicar en estos casos? ¿El futuro marido que no recibirá la suma acordada o la futura esposa que quedará en un limbo legal?
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