En nuestro Daf del día encontramos las últimas dos Mishnaiot del tratado de Ketuvot. A las últimas tres páginas del tratado de Ketuvot las he denominado "El Talmud (anti)sionista" ya que en el mismo encontraremos las discusiones rabínicas más interesantes sobre el mandamiento (o no) de asentarse en la Tierra de Israel. Sin embargo ¿Cómo llegamos a este tema? Permitanme explicarles. En una de las últimas mishnaiot se nos dice que la tierra de Israel está dividida en tres partes en lo que respecta a los casamientos: la región de Judea, la Galilea y el este del Jordán. Cada región es como si fuera un país diferente y según lo que establece la ley judía, como veremos en la última Mishná, si un hombre se casa con una mujer del mismo país (o región más precisamente) no puede forzar a esta a mudarse a otra región. Es decir que si un hombre de Judea se casa con una mujer de Judea no puede, según la Mishná y así quedará fijado en la Halajá, obligarla a irse a vivir a la Galilea (ya que a pesar de que todo sea la "Tierra de Israel" cada región está separada y se consideran lugares distintos). Sin embargo, como señala Tosafot, si el hombre es de Judea y la mujer de la Galilea este puede forzar a la mujer a ire a vivir con él a Judea ya que se sobreentiende que era uno de los principios básicos que la mujer aceptaba al casarse con una persona que vivía en otra región.
Este mismo principio aplica a cualquier país, reinado o región. Es decir, por ejemplo, que si un hombre de Buenos Aires se casa con una mujer de Buenos Aires este no puede obligar a su mujer a irse a vivir a Brasil. Si la mujer rechaza mudarse a otra ciudad el marido esta obligado a pagarle la Ketuvá y divorciarla. Sin embargo hay una exepción a la regla: la tierra de Israel. Tanto el marido como la mujer pueden obligarse, tanto el uno como el otro, a mudarse a la tierra de Israel. Por la importancia que esta tiene (y hasta algunos como Najmanides considerarán como un mandamiento vivir en la tierra de Israel) el hombre puede obligar a su mujer a hacer Aliá (mudarse a la tierra de Israel) y si la mujer se opone este la puede divorciar sin pagarle la Ketuvá. De la misma forma la mujer puede forzar al marido a mudarse hacia la tierra de Israel y si este no quiere él esta obligado a divorciarla y a pagarle la Ketuvá. Al respecto la Mishná nos dice: "Hakol Maalin LeEretz Israel VeEin HaKol Motzin - Todo el mundo asciende a la tierra de Israel y no todos salen". Para la Mishná la tierra de Israel es sagrada y es por eso que este principio general se rompe en este caso particular y lo mismo ocurre con Jerusalén. Si bien uno no puede obligar a su pareja a mudarse a otra región dentro de la tierra de Israel uno si puede obligarla a irse a vivir a Jerusalén. La tierra de Israel es tan importante para la tradición rabínica que inclsuo dicen que uno puede obligar a su mujer a irse de una linda ciudad para vivir en una ciudad fea de la tierra de Israel (cuando en términos generales está prohibido sacar a una mujer de una ciudad linda para llevarla a otra ciudad más fea). Los sabios llegan a decir en el Talmud que es preferible vivir en una ciudad llena de gentiles en la tierra de Israel que en una ciudad llena de judíos fuera de la tierra de Israel. Y es más el Talmud considera a los judíos que viven fuera de la tierra de Israel como una suerte de idolatras, como hombres y mujeres que no tienen Dios.
De todas estas expresiones e ideas podemos aprender el intenso fervor que muchos de nuestros antepasados hace unos 1700 años sentían por la tierra de Israel y la importancia que le daban a esta. Sin embargo como veremos mañana no todos los sabios opinaban igual.
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