En el último Post comentamos las últimas dos “formas” para concretar el matrimonio. La última en ser mencionada fue la relación sexual. A través de un encuentro sexual si el hombre tiene intenciones de desposar a aquella mujer y esta mujer tiene conciencia de lo que implica aquella relación, el matrimonio queda consumado. Ahora bien ¿Qué entiende el Talmud por relación sexual?
¿El sexo anal es considerado como sexo a los fines de sacralizar el matrimonio? Los sabios del Talmud, por supuesto, se encuentran divididos al respecto. Algunos afirman que el sexo anal es tan válido como una relación sexual “normal”; otros, por lo contrario, afirman que la mujer no pierde su virginidad a través de este encuentro. No obstante la halajá toma posición e indica que un hombre si tiene relaciones anales con una mujer con las intenciones de desposarla, esta aunque siga siendo “técnicamente” virgen es considerada su esposa. Un detalle interesante: la forma talmúdica de referirse a una relación sexual “normal” es KeDarká - por su camino – mientras que cuando quiere hacer referencia al sexo anal o podríamos también imaginar al sexo oral la denomina Sheló Kedarká – no por su camino –. O sea hay un camino tradicional pero también son aceptados “otros caminos y otras rutas” para consumar una relación sexual.
Ahora bien, la siguiente pregunta ¿Qué es considerado una relación sexual? La Torá simplemente nos dice: Cuando un hombre se “acueste” con una mujer. Como sabrán los sabios del Talmud son muy meticulosos con las palabras de la Torá y como buenos legisladores deben definir qué es exactamente una relación sexual. La pregunta exactamente es ¿Cuál es la relación sexual que “adquiere” (a la mujer)? ¿El comienzo de la relación o su fin? En otras palabras: ¿Se considera que una mujer queda desposada cuando tan solo el hombre ingresa su miembro en el miembro de ella, o bien, se considera a la mujer casada cuando el hombre eyacula dentro de la mujer?
La sola penetración del miembro masculino en la vagina se denomina Heerá y la eyaculación al interior del cuerpo de la mujer se la denomina Gmar Bíá. Los sabios analizan de una manera extraña ambos casos para decidirse cuál de las dos situaciones casa efectivamente a una mujer. Si dicen que la mujer queda desposada simplemente a través del Gmar Bíá llegado el caso de que este hombre esté teniendo relaciones con esta mujer y todavía no eyaculó puede venir otro hombre y entregarle un anillo y desposar a aquella mujer (sí, este ejemplo por más alocado que parezca aparece en el Talmud). Y más aún si consideramos que una mujer queda desvirgada por la sola penetración del miembro (Heerá) entonces un Cohen (que sólo puede casarse con vírgenes) no puede a través del sexo (que debe ser Gmar Bíá) desposar a una mujer porque si este es el caso él cuando eyacule – y adquiera a esa mujer – la misma ya técnicamente no sería virgen por lo cual no puede casarse con un Sacerdote.
Finalmente luego de una ardua discusión el gran sabio Raba dice lo siguiente: todo aquel que se acuesta piensa en eyacular (Daató Al Gmar Biá). Lo que dice Raba es lo que nuestro sentido común nos dice. Cuando uno piensa en tener una relación sexual piensa en eyacular y no simplemente “penetrar”. Por este motivo, sintetiza la halajá, la mujer sólo queda desposada una vez que el hombre acabe su relación sexual.
Finalmente luego de una ardua discusión el gran sabio Raba dice lo siguiente: todo aquel que se acuesta piensa en eyacular (Daató Al Gmar Biá). Lo que dice Raba es lo que nuestro sentido común nos dice. Cuando uno piensa en tener una relación sexual piensa en eyacular y no simplemente “penetrar”. Por este motivo, sintetiza la halajá, la mujer sólo queda desposada una vez que el hombre acabe su relación sexual.
Ahora, y simplemente para concluir, este es un ejemplo como el Talmud no tiene pruritos ni vergüenza. No hay temas tabúes ni temas prohibidos. Todo, como todo es parte de nuestras vidas, es un tema posible de discusión. El sexo es un elemento constitutivo de la naturaleza humana y como tal debe ser elevado y sacralizado a través de los mandamientos y las prescripciones religiosas. Estos son sólo algunos de los ejemplos que encontramos en el Talmud.
Excelente conferencia. Gracias por ese saber. Además, es obvio que en ningún momento nuestros sabios no veían mal el acto anal con la mujer!!!
ResponderEliminarSuper
ResponderEliminarMuy buena info. Para comunicar a todos que el sexo anal con la esposa está tolerado. Muchas veces es la esposa quien necesita probar y no solo el marido .
ResponderEliminarBuenas noches pero cuando dice que cambio lo natural por lo antinatural, entonces a que se refuere en el sexo anal o a que se refiere
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