Nuestra Guemará sigue discutiendo y pormenorizando varios detalles en relación a como y cuando se acepta un testimonio o una prueba para "certificar" que alguien es Cohen. En primer lugar cabe aclarar que los sabios marcan una gran diferencia entre los sacerdotes de aquellos días (los del Templo de Jerusalén) y lo de nuestros días. En nuestros días la gran mayoría de las leyes en relación a los cohanim son deRabanan (de la exegesis rabínica) y no deOraita (de origen bíblico). En los tiempos bíblicos era mucho más complejo que alguien sea aceptado como Cohen por las implicaciones que esto tenía (las ofrendas que solo ellos podían comer o las labores en el Templo que solamente un Cohen podía realizar). En nuestros días incluso si alguien afirma erróneamente que es Cohen solo estaría transgrediendo mandamientos rabínicos y no bíblicos por lo cual los sabios son más permisivos.
Cohen MiKoaj Jazaka. Este principio se encuentra bastante seguido en nuestra Guemará. En nuestros días es Cohen no solo quien dice ser Cohen sino quien por un tiempo prolongado de tiempo su familia y su persona tienen conductas que se asocian a los Cohanim. Por ejemplo si alguien no dice que es Cohen pero esa persona no visita los cementerios o sube siempre primero a la Torá o realiza la bendición sacerdotal esto es prueba suficiente (MiKoaj Jazaka) a que él es Cohen. Es decir que si vemos a alguien subir primero a la Torá, realizar la bendición sacerdotal o comer de la Trumá podemos suponer que esa persona es Cohen. Esta es evidencia suficiente según los sabios. Lo mismo sucede si vemos a alguien subir segundo a la Torá, podemos asumir que si primero paso un Cohen esa persona es Leví.
Un dato interesante. En torno a la discusión de si vemos a una persona subir primero a la Torá podemos considerarlo Cohen si después pasa un Leví la Guemará nos hace notar que en aquellos días existía otra costumbre igualmente extendida, no subía necesariamente un Cohen primero, luego un Leví y luego un Israel sino que en algunas sinagogas se daba prioridad a los más sabios. Generalmente se le daba el honor al más sabio entre los presentes, sin importar su origen, a que pasase primero a la lectura de la Torá. Este es uno de los argumentos, pero no el único, que utilizan muchas sinagogas conservadoras para llamar a la Torá a personas que no son Cohen o Leví a la primera y segunda Aliá respectivamente.
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