La Mishná nos contaba que durante la celebración de Simjat Beit HaShoeva hombres piadosos, sabios y sacerdotes entretenían al público con malabares y con cánticos. Nuestra Guemará del día nos da más detalles sobre algunos de estos sabios y sobre algunas de estas canciones. Por ejemplo aprendemos que el gran Raban Shimon ben Gamliel era un gran malabarista y contorcionista (según el Talmud hacía malabares con ocho antorchas). Sin embargo hoy quisiera detenerme en una canción que nos trae el Talmud que se cantaba en aquella época en esos días. Sabemos que los sacerdotes entonaban Salmos pero ahora veremos una canción "popular" de 2000 años:
Los hombres extraordinarios y piadosos (Jasidim veAnshei Maase) cantaban: "dichosa nuestra juventud que no vergüenza nuestra ancianidad", mientras que los Baalei Teshuva (los que retornaban a Dios) cantaban "dichosa nuestra ancianidad que expía nuestra juventud". Y todos juntos cantaban luego: "dichosos aquellos que nunca transgredieron y dichosos aquellos que transgredieron, que se arrepintieron y que fueron perdonados".
יש מהן אומרים אשרי ילדותנו שלא ביישה את זקנותנו אלו חסידים ואנשי מעשה ויש מהן אומרים אשרי זקנותנו שכפרה את ילדותנו אלו בעלי תשובה אלו ואלו אומרים אשרי מי שלא חטא ומי שחטא ישוב וימחול לו
No sabemos la melodía de esta pequeña canción pero podemos imaginarnos el éxtasis religioso de aquel momento. Hombres comunes junto a sabios y hombres piadosos cantando juntos en el Templo de Jerusalén. La primera parte de la canción tenía dos opciones: una para los hombres piadosos que nunca pecaron y que por dicho motivo en su adultez no tienen nada de que avergonzarse de su juventud. Y por el otro lado la que entonaban los Baalei Teshuva, las personas que corrigieron en algún momento de su vida su senda y retornaron a Dios, diciendo que los actos de su adultez expían los actos de su juventud. Para finalizar ambos entonaban juntos la última oración sobre la dicha de no haber transgredido pero también de aquellos que transgredieron, retornarnos al camino correcto y fueron perdonados. Que hermosa canción. Una canción de 2000 años.
Y 2000 años después podemos seguir entonando la misma canción (sería bueno que un músico le pudiese poner melodía a está canción de 2000 años). Hoy en día siguen habiendo personas que nunca transgredieron, que siempre fueron por el camino correcto, que cuando llegan a la madurez de la vida miran hacia atrás y no tienen nada de lo que arrepentirse, ninguna imagen o recuerdo que quisieran borrar de su vida (o de sus Facebook). Están también aquellos que se equivocaron, como la inmensa mayoría de las personas, y que luego al ir madurando fueron modificando sus acciones, pidiendo perdón y cambiando su vida. Lo importante, cantaban nuestros antepasados hace 2000 años, es que cantemos juntos. Es que comprendamos el valor y la importancia de nuestras acciones y del camino correcto que debemos elegir.
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