miércoles, 9 de octubre de 2013

Sotá 38 - Birkat Cohanim

6:23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: 6:24 Adonai te bendiga, y te guarde; 6:25 Adonai haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 6:26 Adonai alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. 6:27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. (Bemidbar)

La bendición más famosa del Tanaj. En el libro de Bemidbar aparece la bendición sacerdotal (Birkat Cohanim). Esta es una de las bendiciones más antiguas de la historia judía. Se atestigua su uso desde el primer Templo de Jerusalém hasta nuestros días. Dios le ordena a los sacerdotes a bendecir al pueblo con una determinada formula. Los sabios señalan con énfasis que no son ellos los que bendicen, los que otorgan la bendición, sino que la bendición proviene de Dios, los sacerdotes son meros mensajeros. 

La Mishná marca varias diferencias en la forma de como se solía recitar Birkat Cohanim en el Templo de Jerusalém y como se hace en nuestros días, fuera del Templo. 

  • Fuera del Templo de Jerusalém al final de cada una de las tres partes de la bendición quienes la escuchan deben contestar "amén". En el Templo no se interrumpía entre cada una de las secciones y solo al final los congregantes decían "Baruj Adonai Elohim Elohei Israel min haolam vead haolam"
  • En el Templo cada vez que aparecía el nombre de Dios en la formula de la bendición se lo pronunciaba como esta escrito, los sacerdotes pronunciaban el nombre inefable de Dios. En nuestras sinagogas utilizamos uno de sus apodos cada vez que aparece el nombre de Dios en la bendición. Lo pronunciamos como Adonai. 
Los rabinos luego en el Talmud interpretan con cuidado los versículos circundantes a la bendición para extraer de allí varias halajot sobre como se debe pronunciar la birkat hacohanim. La misma debe ser pronunciada únicamente en hebreo. Los sacerdotes deben estar de pie. Los sacerdotes deben elevar sus manos por encima de sus cabezas mirando hacia el público en el momento de la bendición. La oración debe ser pronunciada frente a frente, los sacerdotes deben mirar al público como un hombre habla con su prójimo y no le deben dar la espalda. La misma debe ser pronunciada en voz alta y debe ser audible para toda la congregación. 

¿Qué sucede con un sacerdote que elige no bendecir? Los rabinos del Talmud eran muy cuidadosos en torno a está bendición. Sostenían que un sacerdote elegía no bendecir al pueblo de Israel, este no sería bendecido por Dios. Quien no bendice no es bendecido, podríamos decir.  

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