Habíamos establecido que en la antigüedad, antes del siglo III y de la fijación del calendario eterno, cada mes los judíos debían establecer y santificar la luna nueva y con esto el comienzo de un nuevo mes. El procedimiento incluía al menos dos testigos que aseveraban haber visto la luna nueva (Molad). Estos iban presurosamente al Sanhedrín en Ierushalaim y de allí enviaban emisarios a todos los rincones de Israel y las diásporas para anunciar así la llegada de un nuevo mes.
Las Mishnaiot y sus respectivas Guemarot siguientes versarán en torno a la credibilidad y a quienes pueden ser testigos para semejante responsabilidad. Recordemos que con su testimonio, con el testimonio de dos personas, se fijaba el calendario para todo el pueblo judío. Lo primero que advierte el Talmud es que el testimonio de dos Krovim (familiares cercanos) se considera nulo. Así también advierte que son nulos los testimonios emitidos por los jugadores de dados (apostadores), los usureros, los esclavos y los que comercian en el año sabático. Todas estas personas, según la Guemará, no son creíbles y sus testimonios no son considerados válidos.
En la antigüedad nos cuenta la Mishná, se recibía el testimonio de cualquier judíos mas en la actualidad (o sea en los tiempos de la redacción de la Mishná) las cortes en Ierushalaim sólo recibían el testimonio de "conocidos". ¿Por qué? Por los problemas que se generaron con los Baitosim. Estos personajes, extraños y enigmáticos al parecer tenían una relación estrecha y varias similitudes con los Tzdukim (aunque estos nunca son mencionados explicitamente por el Talmud). Los Baitosim eran una secta de judíos, como los fariseos o los esenios. Sin embargo había una diferencia esencial con los fariseos (los proto-rabinos) la fijación del calendario. Ellos argumentaban, por ejemplo, que Shavuot siempre debía caer el sábado por la noche y no debía ser en un día flexible como sostenían los fariseos. Al parecer también, los Baitosim tenían un calendario solar y no luni-solar como era el de los sabios del Talmud. Entonces ¿Qué ocurrió? En cierta oportunidad los Baitosim querían confundir a los rabinos en relación a su calendario por lo cual sobornaron a dos personas, a un judío fariseo y a un judío de los baitosim, para que vayan y declaren haber visto la luna nueva (aunque todavía no había salido). Cuando los rabinos descubren el fraude deciden desde ese momento aceptar solamente el testimonio de aquellas personas que ellos mismos conocen.
Extra! En torno a la discusión de los testigos fidedignos o de los mentirosos el Talmud revela, en su inmensa sabiduría, una frase hermosa y desafiante. "Sobre toda cosa que luego podrá ser descubierta, los hombres no mienten". Los hombres, según el Talmud, no suelen mentir sobre temas que luego evidentemente se puede comprobar su veracidad. En este caso si la luna ya había salido o no. Los hombres, según esta mirada positiva del Talmud, sólo mentirían en casos donde la verdad o la comprobación de lo dicho no sea tan evidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario