De todas las señales y costumbre de duelo quizás la más antigua y más presente en la Biblia sea la Keriá, el rasgarse las vestiduras al escuchar que alguien fallece. En innumerables casos encontramos en la Torá y en el Tanaj en general diversos personajes que al enterarse que un familiar cercano o un ser querido falleció se rasgaban las vestiduras mostrando así su dolor, su furia y su desesperación. Hasta el día de hoy esta sigue siendo una de las costumbres de duelo más extendidas y practicadas en las comunidades judías de todo el mundo. Hoy en día, sin embargo, no se suele hacer en las mayoría de los casos en el momento mismo que uno escuchaba que alguien falleció, o cuando uno presencia la muerte de alguien, sino que se suele hacer durante la ceremonia del entierro o previo a la misma en la capilla.
Según nuestra Guemará no solo por los familiares inmediatos uno debe rasgarse las vestiduras sino que esta señal de dolor que evidencia tener el "corazón roto" también debe hacerse (aunque hoy en día ya no se acostumbra) ante la muerte de "tu rabino de cabecera", de un principe, cuando uno escucha noticias tragicas, cuando uno escucha que alguien maldice a Dios, cuando uno ve que una Torá esta siendo quemada o dañada, cuando ve las ciudades de Yehuda destruidas, Jerusalén o el Beit HaMikdash. Hoy en día no hay un Nasi (principe) del pueblo judío ni tampóco se ve la destrucción de las ciudades de Yehuda o de Jerusalén como sí era el caso hace unos 150 años. Hoy en día solo hacemos la Keriá por los familiares cercanos que fallecen.
Algunas reglas de la Keriá
- Coser: Por todos los casos previamente mencionados no se puede coser de forma profesional la rasgadura, la misma puede ser retocada pero la rasgadura debe seguir siendo siempre visible.
- Tamaño: La rasgadura debe ser de por lo menos un Tefaj (puño, unos 8-10 centimetros de largo). Si otro familiar muere y uno desea utilizar la misma prenda se le debe agregar a aquella rasgadura otra rasgadura a continuación de algún par de centimetros más.
- Lugar: La rasgadura debe hacerse en algún lugar visible en el torso. Entre la zona del cuello y el ombligo es el lugar indicado. En nuestros días se acostumbra a hacer a la altura del corazón del lado izquierdo por los padres y del lado dercho por los otros familiares (sin embargo esta costumbre es posterior al Talmud).
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