Nuestra Guemará sigue detallando muchos rituales y costumbres del duelo. Nos cuenta, por ejemplo, que la Keriá (rotura de las vestiduras) debe hacerse sí o sí de pie ya que así lo hizo Iob (1:20). También se nos relata una discusión sobre que días el deudo no debe ponerse los Tefiliín, si son los primeros dos días o solamente el primero. La Halajá queda como la segunda postura diciendo que solamente el primer día de la Shivá un deudo no debe ponerse los Tefilin. Aprendemos también que una persona, incluso alguien que vive de la Tzedaká, no puede trabajar en lo absoluto los primeros tres días del duelo pero los últimos cuatro días de la Shivá si tiene la necesidad económica puede hacerlo pero en privado. Sin embargo de todos los temas mencionados en nuestra Guemará quiero hacer hincapié en el que se conoce como "Sheilat Shalom" (saludar).
Las reglas de saludo en relación a los deudos son muy particulares y muy profundas. En términos generales esta es la Halajá:
- Los primeros tres días de duelo no se saluda al deudo y este no debe responder los saludos.
- Los últimos cuatro días de la Shivá un deudo puede responder los saludos pero no debe saludar.
- Luego de la Shivá el deudo puede responder y saludar de forma habitual.
¿Por qué? ¿Cuál es el motivo detrás de esta halajá? No obligar al deudo a decir que esta bien cuando no lo esta. Ahora bien otro dato muy interesante es que después de treinta días (para todos los familiares) y después de un año (para el padre y la madre) uno no debe ofrecer palabras de consuelo (Tanjumim) a los deudos. Durante la Shivá y durante el primer tiempo del duelo uno en vez de saludar a un deudo debe ofrecerle palabras de consuelo y de cariño, sin embargo después de un tiempo esta prohibido ofrecerle estas palabras de consuelo a un deudo ¿Por qué? Rabi Meir lo enseña con una metáfora: "Si uno se encuentra a un deudo después de doce meses (de que su familiar falleció) y le ofrece palabras de consuelo ¿A qué se parece? A una persona que se rompió su pierna y luego se curó y luego un medico lo invita a su consultorio y le rompe nuevamente su pierna para después poder sanarla para demostrarle cuan buenos son sus remedios". Rabi Meir en esta hermosa metáfora nos dice que después de un tiempo cuando ya la persona procesó y pudo "sanar" su dolor no es correcto recordarle nuevamente el dolor por la perdida de un familiar a través de palabras de consuelo. La persona ya "sanó" y ofrecer palabras de consuelo no lo ayudarán sino que volverán a romperle el corazón para luego poder sanarlo nuevamente. Según Rabi Meir quien hace esto solo quiere demostrar cuan buen orador es, y cuan buenos son sus remedios "verbales". Aprendamos a hablar cuando hay que hablar y callar cuando hay que callar.
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