Los rabinos también lloran. Y mucho. Dispersos en el Talmud Babilónico encontramos diversas historias de rabinos que al llegar a un determinado versículo bíblico lloran. En general, en esas historias, lloran porque no comprenden el significado de aquel versículo; y al no comprender cabalmente aquel versículo, se angustian al no poder entender la totalidad de la revelación divina. Si cada versículo y cada palabra del texto bíblico son parte de un mensaje de Dios para la humanidad, y de forma particular para el pueblo de Israel, el no entender el sentido o el mensaje de alguno de aquellos pasajes significa no comprender parte de aquella revelación y por ende no poder actuar en consecuencia.
En nuestro Daf del día encontramos también casi una decena de rabinos que al llegar a un versículo bíblico también lloraban. Estos rabinos no lloraban porque no podían comprender aquel pasaje sino por el contrario porque podían entender cabalmente el significado de aquel versículo se ponían a llorar cada vez que lo volvían a estudiar. Algunos sabios lloraban ante algunos versículos que mencionaban algún castigo o alguna reacción frente a los actos de un hombre y se imaginaban cuanto más severo sería aquella acción en el momento que Dios decidiera ejercerla. Y por miedo a aquella (potencial) represalia divina lloraban. Otros rabinos lloraban cuando encontraban la palabra “quizás” en un versículo, algunos de estos pasajes hablaban de personas que actuaban con justicia, piedad y rectitud y sin embargo el versículo bíblico decía que “quizás” serían premiados por Dios. ¿Cómo que quizás? decían aquellos sabios mientras lloraban ¿Todo aquel esfuerzo tan solo por un quizás? Un rabino lloraba por ejemplo al leer un versículo que daba a entender que hay personas que mueren sin razón y antes de tiempo. Esta injusticia en el “plan divino” lo angustiaba y por eso lloraba.
Los rabinos, quienes veneraban a Dios y a Su Torá, no ocultaban sus sentimientos de frustración, de enojo frente a la injusticia o de tristeza. Los rabinos no dejaban nunca de leer o de estudiar la Torá, pero cuando algo no comprendían, cuando algo les causaba temor, o cuando algo les parecía injusto lloraban y en sus lágrimas buscaban una explicación por parte de Dios.
En nuestro Daf del día encontramos también casi una decena de rabinos que al llegar a un versículo bíblico también lloraban. Estos rabinos no lloraban porque no podían comprender aquel pasaje sino por el contrario porque podían entender cabalmente el significado de aquel versículo se ponían a llorar cada vez que lo volvían a estudiar. Algunos sabios lloraban ante algunos versículos que mencionaban algún castigo o alguna reacción frente a los actos de un hombre y se imaginaban cuanto más severo sería aquella acción en el momento que Dios decidiera ejercerla. Y por miedo a aquella (potencial) represalia divina lloraban. Otros rabinos lloraban cuando encontraban la palabra “quizás” en un versículo, algunos de estos pasajes hablaban de personas que actuaban con justicia, piedad y rectitud y sin embargo el versículo bíblico decía que “quizás” serían premiados por Dios. ¿Cómo que quizás? decían aquellos sabios mientras lloraban ¿Todo aquel esfuerzo tan solo por un quizás? Un rabino lloraba por ejemplo al leer un versículo que daba a entender que hay personas que mueren sin razón y antes de tiempo. Esta injusticia en el “plan divino” lo angustiaba y por eso lloraba.
Los rabinos, quienes veneraban a Dios y a Su Torá, no ocultaban sus sentimientos de frustración, de enojo frente a la injusticia o de tristeza. Los rabinos no dejaban nunca de leer o de estudiar la Torá, pero cuando algo no comprendían, cuando algo les causaba temor, o cuando algo les parecía injusto lloraban y en sus lágrimas buscaban una explicación por parte de Dios.
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