lunes, 28 de mayo de 2018

Jaguigá 8 - Cada quién según su posibilidad

Como ya hemos visto en cada festividad cada judío estaba obligado a ascender al Templo de Jerusalén y entregar allí varios sacrificios (Reaiá, Jaguigá y Simjá). Ahora bien ¿Qué ocurre si uno no tiene mucho dinero? ¿Cómo debe hacer frente a todos estos sacrificios? Una nueva Mishná y el Talmud hablan al respecto y de forma sencilla nos dividen este asunto sobre sacrificios, realidades familiares y recursos económicos en cuatro categorías:

1. Quienes tienen muchos dependientes y pocos recursos, es decir personas con familias grandes las cuales alimentar y pocos recursos económicos con los cuales afrontar dicha comida, deben en cada festividad ofrecer muchos Shelamim (Korban Jaguigá) y pocos Olot (Korban Reaiá). Como ya hemos explicado los Shelamim eran sacrificios que también quien lo ofrecía y su familia podían comer por lo cual las personas de menores recursos y con muchas personas a las que alimentar debían entregar muchos Shelamim ya que también de ellos podrían comer, y muy pocos Olot ya que estos sacrificios se quemaban íntegramente en el altar.

2. Quienes tienen muchos recursos y pocos dependientes, el caso contrario al anterior, debe ofrecer muchos Olot y pocos Shelamim. La lógica es evidente, una persona con muchos recursos y con pocas personas a las que alimentar debe entregar más Olot ya que estos son para Dios y pocos Shelamim ya que no hay muchas personas que coman de aquel.

3. Quienes tienen pocos recursos y pocos dependientes deben entregar por lo menos la cantidad mínima establecida por la Mishná. Estos montos de los sacrificios de Jaguigá y Reaiá eran los suficientemente bajos para que todo el pueblo de Israel pueda acceder a ellos. No debe ofrecer sacrificios de más, pero debe dar por lo menos lo mínimo preestablecido.

4. Quienes tengan muchos dependientes y muchos recursos deben: "cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Adonai tu Dios te hubiere dado." (Deut. 16:17). Es decir, deben ofrecer muchos Shelamim y muchos Olot.

En otras palabras, la Mishná nos enseña que cada quién debe dar según su posibilidad y según su necesidad como muchos años después dirá un intelectual judío en la Europa del siglo XIX: "De cada cual, según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades". Todos deben aportar, pero cada uno según sus recursos y sus necesidades.

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