viernes, 13 de abril de 2018

Moed Katan 9 - ¡Prohibido los casamientos!

En una nueva Mishná se nos dice que los casamientos están prohibidos durante Jol Hamoed. ¿Por qué? "Porque esto es una alegría para la persona". ¿Qué es esa respuesta? ¿Cómo se van a prohibir los casamientos porque esto es una causa de alegría para una persona? La Guemará se pregunta exactamente lo mismo y trata de explicar las palabras del Talmud. Rav Huna sugiere que el problema es que la alegría del casamiento desplazaría la alegría de la festividad y en aquellos días uno debe alegrarse por la festividad y no por otro motivo. En la misma linea Rav sugiere que la prohibición de casarse durante Jol HaMoed se extrae del versículo bíblico (que solemos cantar) que dice: "VeSamajta BeJagueja" (Y te alegrarás en tu festividad) a lo que el Talmud agrega: "en tu festividad, y no con tu mujer." La alegría debe surgir de la festividad en si mismo no de una fiesta de casamiento. Por otro lado Ulá sugiere que el motivo real es "Mipnei HaToraj" (por el esfuerzo), realizar y preparar un casamiento implica un gran esfuerzo y como hemos visto antes realizar esfuerzos innecesarios está prohibido durante Jol HaMoed. Rabi Itzjak sugiere que la razón es que de permitirse casamientos durante Jol HaMoed la gente desatendería el mandamiento de "crecer y multiplicarse". ¿Por qué? Porque esperarían a casarse durante Jol HaMoed para abaratar costos ya que en vez de hacer dos festines diverentes unificaría la comida por la festividad con la comida por el casamiento y entonces la gente esperaría hasta esa fecha para casarse y no empezaría a cumplir el mandamiento de procrear antes. 

Hay un motivo más. Según Rabí Janina "Ein Mearvin Simja beSimjá" - "No mezclamos una alegría con otra". Según nuestro sabio cada alegría tiene que tener su tiempo y su lugar. Uno no puede mezclar la alegría de la festividad con la alegría del casamiento ya que uno le estaría necesariamente quitando un poco de la alegría a alguna de las dos y no podría ocupar su espiritu al 100% tanto en la festividad o en el casamiento. Según el Talmud esto se aprende del Rey Shelomó que cuando finalizó la construcción del Templo de Jerusalén realizó siete días de festejos por la finalización de la construcción y seguido a esto otros siete días de festejos por la celebración bíblica de Sucot. Él podría haber unido las dos celebraciones pero le dio a cada uno su tiempo y su lugar. No hay que mezclar alegrías, cada motivo para celebrar debe tener su tiempo y su lugar para ser el protagonista. 

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