Luego de los últimos post que hablamos de teoría, de filosofía y de teología es hora de volver a poner los pies sobre la tierra; salvo que esta vez pondremos los pies sobre las uvas. Tiempo de volver a la halajá y el vino.
Como ustedes recordarán uno de los alimentos/bebidas más problemáticos para los sabios del Talmud fue el vino. El vino (iaiyn) era un elemento que se encontraba en casi todos los hogares, una bebida típica de la zona. Los había caros y baratos, fuertes y suaves, pero siempre estaban. Se utilizaban para alegrar encuentros, para curar enfermedades y también para libaciones paganas. Y este último punto era el gran problema. Los sabios de la Mishná y del Talmud buscaban que los judíos no consumiesen vino producido por no judíos, llamado Iaiyn Nesej, ya que suponían que estos lo utilizaban para libaciones paganas.
No obstante lo antes mencionado una nueva Mishná y su comentario de la Guemará intentarán resolver una cuestión delicada. Buscaran definir "exactamente" en qué momento el vino se vuelve vino, y en este sentido, en qué momento la vid se transforma en Iaiyn Nesej si entra en contacto con un pagano. Un sabio anónimo de la Mishná nos dice que un judío puede comprarle a un no judío un lagar de vid lleno de uva ya que la uva no se convierte en Iaiyn Nesej sino hasta el momento que la misma cae en un cubo (luego de ser prensada y pisada). Los sabios también enseñan que se puede pisar la uva con un gentil pero que no se puede salir a buscar uvas al campo con él. Pocas cosas quedan claras en esta discusión del Talmud, tampoco Rashí o los Tosafot se encontraron frente a un escenario sencillo a la hora de estudiar y comentar este fragmento. Sin embargo, lo que podemos decir por lo menos en primera instancia, es que el vino sólo se convierte en Iaiyn Nesej, en un vino prohibido, en el momento final de la etapa de elaboración del producto y no en sus inicios.
Un detalle: el Talmud cuenta que un niño de tan solo seis años había estudiado el tratado de Avodá Zará y que los sabios de su generación le iban a consultar a él cuando tenían una duda ¿Cuán lejos estamos, no?
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