viernes, 6 de julio de 2012

Sanhedrín 102 - Los reyes malditos

Nuestra famosa Mishná, la que nos habla sobre quiénes son los hombres y mujeres que no tienen un lugar en el mundo venidero, hace referencia en primer término a cuestiones generales. Quiénes niegan la resrurrección  o quiénes dicen que la Torá no es Divina. Tampoco lo tienen los Apikorim, los que juegan con el nombre de D-s o los que leen "libros prohibidos". Sin embargo la Mishná también nos dice que algunos personajes particulares del Tanaj tampoco tienen un lugar en el Olam Habá

Los tres reyes que no tienen un lugar en el mundo venidero son: Ierovam, Ajav y Menashe. Quién quiera saber más de estos "reyes malditos" condenados con gran dureza por el Tanaj y por la literatura rabínica posterior por ser reyes que le trajeron el mal al pueblo judío por alejarse de los preceptos, puede buscar sus nombres en google y una hermosa referencia a sus vidas seguro que aparecerá. Hoy simplemente quiero detenerme en el estudio lingüístico que hacen los sabios talmúdicos con respecto a sus nombres. 

Sí de algo podemos estar seguros es que a los judíos nos importan los nombres. Cada nombre encierra una esencia, una idea y quizás un destino. Los nombres no son azarosos, dicen los sabios. El Midrash nos dice que cada hombre recibe a lo largo de la vida 3 nombres. El que le dan sus padres, el que le dan sus conocidos-amigos y el último, el que se da él mismo. A la literatura rabínica no le gustan los anónimos, cada hombre debe tener un nombre, cada personaje debe ser referido por un nombre que "lo represente". El mismo Tanaj se preocupa porque cada nombre tenga "un sentido". El primer hombre "Adam" recibe este nombre porque proviene de la tierra (adamá). Javá, la primer mujer, recibe este nombre por ser la madre de todo ser viviente (jaia). Lo mismo ocurre con Kain (adquisición) o con Hevel (suspiro). Esto se repite con una infinita cantidad de nombres bíblicos. Veamos ahora sí cómo el Talmud juega con los nombres y las etimologías de estos reyes denostados:

Ierovam: "Sheribá Am - Que degradó al pueblo". "Sheasá meriba Baam - Que ocasionó disputas en el pueblo". Este rey, se llamaba Ierovam ben Nevat y los sabios dicen que el nombre de su padre tampoco es extraño ya que decían "Ben shenibat velo raá - un hombre que mira pero no ve". Jazal (los sabios) hace un juego entre el nombre Nevat con el termino navit (mirar) y desarrolla una hermosa idea sobre quiénes miran pero no ven. Aquellos hombres que ven pero no pueden interpretar la realidad. Los ciegos con vista. 

Ajav: "Aj Leshamaim, Av Leavoda Zará". Los sabios consideran que el nombre de este rey es la contracción de dos términos aj (hermano) y av (padre). Y lo que dicen es que más allá que haya sido en momentos de su vida un hermano para los cielos, para D-s, luego se convirtió en un padre para todos los que quisieran realizar idolatría. 

Menashe: "Shenasha Iah - Que se olvidó de D-s". Por último, los sabios entienden que el nombre Menashe encierra la idea de una persona que olvida a D-s o como dicen otros, aún peor, que hace olvidar al pueblo de Israel la noción de D-s.

Extra! En hebreo, la palabra (שם) aparte de ser 'nombre' significa 'reputación'.

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