Al final de nuestro estudio en el día de ayer vimos que a quienes están por ser sentenciados a una pena capital se los incita a que realicen la confesión, el Vidui; ya que la muerte, según la tradición de Israel, expía las transgresiones que cometemos en este mundo. Nuestra Guemará discutirá hoy el origen de esta idea del Vidui antes de partir del mundo terrenal. La tradición, dicen los sabios, se aprende de un hecho que ocurre en los primeros capítulos del libro de Ioshua. Este libro que es el inmediatamente posterior a la Torá narra la conquista del pueblo de Israel sobre Knaan, las batallas y victorias militares que fue consiguiendo el pueblo de Israel, comandado por Ioshua. D´s había ordenado que al ir a la guerra contra las ciudades y los pueblos cananeos todo, absolutamente todo debía ser destruido. No podía quedar rastro de aquellos pueblos y de sus culturas paganas. Ocurrió cierta vez que un hombre llamado Aján en vez de cumplir esta orden divina decidió tomar para sí parte del motín de guerra luego de conquistar una ciudad. Ds se enojó con Ioshua y con el pueblo de Israel en ese momento y decidió no acompañarlos más en la batalla. Por un tiempo el pueblo de Israel perdió muchas batallas ya que la presencia Divina se había apartado de ellos. Todo por culpa de Aján. Finalmente D´s decide mostrarle a Ioshua la causa del mal y le dice lo que Aján había hecho. Ioshua lo recrimina y dice que será castigado con la muerte pero le dice que está "sucio en este día". Los sabios entienden esta frase como que está lleno de pecados (en el mundo terrenal, en el Olam Haze) mas que luego de su muerte y su confesión no estará más sucio (o sea estará libre de pecados) en el mundo venidero (Olam Habá). De esta historia nuestros sabios aprenden que la confesión, el arrepentimiento sincero, y la muerte liberan al hombre de sus pecados.
Habíamos comentado en el día de ayer que Rabí Iehudá sugería que si una persona sabía que había sido falsamente acusada debía confesar antes de ser ejecutada pero debía aclarar que no confiesa "por este pecado" ya que él no lo cometió. Los sabios, la gran mayoría de ellos, sostienen que el acusado no debe decir esta frase complementaria ya que por un lado generará que se digan habladurías y que se hable mal del Beit Din (por supuestamente haber sido acusado y condenado de manera injusta) y por el otro lado también porque sino todo los acusados, incluso los que fueron condenados correctamente, también lo dirán para "limpiarse a si mismos".
Aforismos y enseñanzas talmúdicas:
Es más grande el estudio de Torá (Talmud Torá) que el sacrificio diario (temidin), enseña Rab.
Rabí Eleazar nos enseña que el hombre siempre debe adelantar la Tefilá (oración) al sufrimiento.
Por último nos dice Reish Lakish en esta serie de aforismos que todo aquel que se esfuerza en la Tefilá en la tierra no recibe males desde los cielos.
Es más grande el estudio de Torá (Talmud Torá) que el sacrificio diario (temidin), enseña Rab.
Rabí Eleazar nos enseña que el hombre siempre debe adelantar la Tefilá (oración) al sufrimiento.
Por último nos dice Reish Lakish en esta serie de aforismos que todo aquel que se esfuerza en la Tefilá en la tierra no recibe males desde los cielos.
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