Am Haaretz. ¿Quién es un Am Haaretz? Esa es la pregunta de nuestra Guemará. La misma se lo pregunta para ver si a un Am Haaretz se lo puede incluir en el Simún del Birkat Hamazón. Etimológicamente Am Haaretz significaría algo así como hombre de la tierra o trabajador de la tierra. La noción contemporánea de Am Haaretz es la de alguien opuesto a un Talmid Jajam, un ignorante en contraposición a un sabio. Podemos pensar que alguien que dedicaba su vida a trabajar la tierra no tenía tiempo para cultivar su intelecto. En la Guemará distintos sabios presentan varias opciones en relación a quién es un "Am Haaretz" y no siempre se plantea en relación directa con la ignorancia. Por ejemplo, algunos dicen que los Amei Haaretz son los que no comen la comida (Julín) con pureza; otro dice que son los que no hacen el diezmo de las frutas de forma correcta. Rabi Elezer dice que un Am Haaretz es quien no lee el Shema ni a la mañana ni a la noche mientras que Rabi Ioshua insiste que estos son los que no se ponen tefilin. Otro dicen que son los que no usan tzitzit (flecos) en sus ropas o bien los que no tienen una mezuza en sus puertas, mientras que otro dice que es quién tiene hijos y no los crió en Torá. Finalmente otros sabios dicen que un Am Haaretz es alguien que quizás estudie pero que no escucha las palabras y las enseñanzas de los sabios.
En definitiva un Am Haaretz, y así es como queda la halajá, es quién no escucha las palabras ni las enseñanzas de los sabios de su época. Hoy en día la Halajá queda que a todo "Am Haaretz" se lo hace participar en el zimun para no generar divisiones dentro del pueblo de Israel, para como dicen los Tosafot, nadie vaya y edifique un altar para sí mismo (o sea, que cada uno tenga su propio culto y no una práctica judía observante compartida).
En definitiva un Am Haaretz, y así es como queda la halajá, es quién no escucha las palabras ni las enseñanzas de los sabios de su época. Hoy en día la Halajá queda que a todo "Am Haaretz" se lo hace participar en el zimun para no generar divisiones dentro del pueblo de Israel, para como dicen los Tosafot, nadie vaya y edifique un altar para sí mismo (o sea, que cada uno tenga su propio culto y no una práctica judía observante compartida).
Historia de un Minian. La regla general es que diez hombres mayores y libres componen un minian. Se cuenta la historia de un Rab que fue con su esclavo a la sinagoga y sólo había nueve hombres (contándolo a él) presentes. Para llegar a Minian él liberó a su esclavo para que sean diez hombres libres y así puedan juntar el quorum necesario para ciertas prácticas. A este sabio se lo critica porque se le dice que uno tiene prohibido liberar a su esclavo. Él contesta que en relación a una mitzva es diferente, para cumplimentar un precepto uno puede trasgredir cierta ley. A esto otros sabios le contestan que uno no puede hacerlo porque esto sería una Mitzva que se cumple habiendo incumplido otra Mitzvá (la de no liberar a los esclavos). En aras del bien uno no puede hacer el mal. Pero finalmente el Rab contesta que para una Mitzvá que afecte al público sí se puede hacer algo así, y esto es el caso mismo del Minian.
Se cuenta que nueve personas, si parecen diez, también se lo considera Minian. Otros incluso dicen que a un bebe en una cuna se lo considera parte del Minian (si hay nueve hombres presentes) o también si hay nueve hombres al Arón Hakodesh se lo considera parte del minian y este vendría a ser el décimo hombre.
Se cuenta que nueve personas, si parecen diez, también se lo considera Minian. Otros incluso dicen que a un bebe en una cuna se lo considera parte del Minian (si hay nueve hombres presentes) o también si hay nueve hombres al Arón Hakodesh se lo considera parte del minian y este vendría a ser el décimo hombre.
Halajá Lemaase. Cada vez que escuchamos una bendición debemos contestar "Amén". Amén significa "que así sea". En su raíz está la noción de seguridad, de confianza. Cuando decimos "amén" afirmamos, y damos fe, a lo que la otra persona está diciendo. En el Talmud se nos dice que quien responde "Amén" más de la cuenta, o sea que se extiende demasiado y lo grita, está equivocado. Ya habíamos visto que uno no podía contestar Amén si no con el mismo tono o menor que quien pronuncia la Beraja. En este folio también observamos que uno no puede decir un "Amén" muy corto. Tampoco uno puede decir un "Amén Huérfano" ¿Qué es un Amén huérfano? El que decimos sin prestar atención a la bendición. No podemos contestar Amén de forma automática, debemos concentrarnos y tener en cuenta lo que dice la bendición. Enseña Ben Azai que quien se extiende en su Amen, pero no más de la cuenta, se le extienden los días de su vida.
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