lunes, 14 de mayo de 2018

Moed Katan 27 - "Por el honor de los carenciados"


En la Halajá, ley judía, como en la misma Torá existen cambios. Siempre existieron y existirán. En relación a las costumbres y rituales de duelo en nuestra Guemará del día encontramos una gran cantidad de cambios que empiezan todo contándonos como solía ser la costumbre de antaño (BaRishoná) para luego contarnos que debido a cierta situación los sabios decidieron instituir (Hitkinu) una nueva práctica. La mayoría de estos cambios fueron hechos para no avergonzar a los más carenciados de la sociedad por no poder contar con los recursos para un entierro más pomposo. Veamos algunos ejemplos:
  1. En un comienzo las comidas que los vecinos y amigos preparaban eran llevadas a la casa de los deudos con bandejas de plata y oro en el caso de los ricos y de mimbre en el caso de los pobres. Esto avergonzaba a los pobres y por ende los sabios decretaron que todas las comidas deben ser llevadas en una sencilla canasta de mimbre.
  2. En un comienzo se solía llevar al cementerio los cuerpos de los ricos estando estos descubiertos y de los pobres tapados ya que estos estaban mucho más degradados por la hambruna. Esto avergonzaba a los pobres y es por eso que los sabios decidieron que todos los cuerpos debían ser llevados estando tapados.
  3. En un comienzo solían ponerle mortajas de materiales caros y refinados a los ricos y mortajas de lino simple para los pobres. Esto avergonzaba a los pobres y es por eso que Raban Gamliel pidió que pongan para él mortajas de lino simple y desde ese momento esa es la costumbre para todo el pueblo de Israel.

Así podríamos continuar. Muchas son las prácticas que el Talmud relata que fueron modificadas “en honor a los carenciados” para no avergonzarlos. Como los necesitados no tendrían los recursos para igualarse a los ricos la igualación es hacia “abajo”. Y es por eso que a diferencia de otras culturas y religiones los entierros judíos suelen ser apreciados por su simpleza. En nuestros días las mortajas siguen siendo blancas y sencillas, los cajones recomendados son los de madera más simple, no hay música ni instrumentos musicales (como sí solía haber en los tiempos talmúdicos y hoy en día en otras culturas), etc. Simpleza, equidad, y respeto ante todo.

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